GA321 Stuttgart 14 de marzo de 1920 Impulso de la ciencia espiritual para el desarrollo de la física - En el espectro, los efectos aparecen de forma pura.

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Impulso de la ciencia espiritual para el desarrollo de la física
El calor en la frontera de la materialidad positiva y negativa 

RUDOLF STEINER



XIV conferencia 


En el espectro, los efectos aparecen de forma pura. Efecto químico - procesos químicos; efecto químico - efectos sonoros. La aprehensión del efecto por la tierra en un caso, la acción periférica en el otro. Efectos ponderables e imponderables. Diferencias de nivel dentro de un reino y de reino a reino.  Percepción del sonido. Llenado del espacio - vaciado del espacio, tierra y planetas. Los efectos cósmicos se transfieren a los átomos. Ruptura del espacio, relámpagos.  Ideas abstractas - pensamiento basado en la realidad. Centros de enseñanza populares, academia, tecnología.  Germinación en la observación microscópica y sus puntos de partida cósmicos. 

Stuttgart 14 de marzo de 1920

Queridos amigos,

Sólo podré concluir hoy estas reflexiones con algunas indicaciones. Ni que decir tiene que lo que se ha intentado tanto en el curso anterior como en éste sólo podrá salir realmente a la luz cuando estemos en condiciones de continuar tales reflexiones. Sobre estas cosas tendré algunas observaciones más que hacer al final de la lección de hoy. En primer lugar, sin embargo, quisiera llamar su atención sobre algunas cosas de toda la suma de lo que hemos presentado ante nuestra contemplación con respecto a los fenómenos de calor y fenómenos afines, del conjunto de ideas que han podido obtener a través de ellos. En primer lugar, está esto:


Si consideramos esto una vez más, hemos distinguido áreas de realidad en lo físico: La región sólida, que hemos llamado z', la región líquida, que hemos llamado y', la región gaseosa o aeriforme, que hemos llamado x'. En medio hemos tenido el área del calor, hemos tenido x como el área de la luz, y como el área de los efectos químicos, z como los efectos de la vida.

diag.1 
Ayer pusimos ante nuestros ojos relaciones bastante definidas que existen, por así decirlo, sobre la región térmica desde x hasta x', desde y hasta y' Hemos tratado de poner ante nuestros ojos el hecho que indica la manera en que los efectos químicos pueden producirse preferentemente en el elemento líquido. Quien intente comprender los procesos químicos encontrará, que dondequiera que se produzcan procesos químicos, en cierto modo todo lo que surge en forma de compuestos químicos y descomposiciones químicas está ligado al elemento líquido. El líquido debe trasladar su forma especial de actuar al sólido o al gaseoso, para que allí puedan producirse efectos químicos. Y de este modo podemos prever una interpenetración de los efectos químicos y lo líquido con una separación relativa de estos dos ámbitos, es decir, una interpenetración y en la interpenetración, por así decirlo, una atadura, si es que hablamos de nuestra química terrenal. Nuestra química terrestre representaría por tanto, por así decirlo, una estimulación del elemento líquido mediante los efectos químicos. Ahora bien, es fácil imaginar que, cuando consideramos estos ámbitos de la realidad, es imposible que pensemos que sólo uno de ellos tendrá siempre un efecto sobre el otro a través del calor y de lo gaseoso, sino que los otros ámbitos también tendrán un efecto sobre los demás. Los otros ámbitos también producirán ciertos efectos en tal o cual ámbito de la realidad. De modo que también podemos decir: Aunque al principio, como por una relación interna, los efectos químicos tengan un efecto especial en el medio líquido, debemos imaginar también un modo de acción que vaya desde los efectos químicos, por ejemplo, hasta el x', es decir, una acción directa de los efectos químicos en lo gaseoso, lo aeriforme.

Cuando digo "efectos químicos", no deben ustedes pensar en procesos químicos. Sino que cuando digo "efectos químicos", deben pensar en aquello que claramente se nos presenta como un elemento interior, espiritualizado, en la parte azul-violeta del espectro, donde, por así decirlo, los efectos químicos se nos muestran con cierta independencia en relación con la existencia material, mientras que cuando hablamos de procesos químicos, en realidad ya estamos hablando de la penetración de la materia a través de los efectos químicos. Con éstos debemos imaginar algo que al principio no tiene nada que ver con nuestra materia peculiar, sino que penetra en ella, penetrando así al principio en el elemento líquido mediante una relación interna, cuyo carácter les di ayer. Pero si planteamos la cuestión: Si estos efectos químicos, por decirlo así, eligen para su acción el elemento más próximo, el aeriforme, si se me permite la expresión, ¿Qué surge entonces? Entonces, siempre nos atenemos a lo descriptivo, debe surgir algo en lo aeriforme que puede imaginarse en cierta relación comparándolo con lo que existe en lo fluido. En lo fluido, la esencia de los efectos químicos se apodera de la materia, por así decirlo, y la confunde de tal manera que la propia materia entra en interacción. Cuando imaginemos el elemento líquido, hemos de pensar que en su interior la materia interactúa con los procesos químicos. Pero cuando suponemos que los efectos químicos no llegan a tocar la propia materia, sino que suponemos que sólo actúan sobre esta materia desde el exterior, que permanecen un poco más ajenos a la materia de lo que pueden serlo en el medio líquido, entonces ocurre algo que debe mostrarse más fuertemente como concomitante de los efectos químicos en el cuerpo aeriforme que en el líquido. Entonces debe producirse una cierta independencia de lo imponderable con respecto al soporte material. En los procesos químicos el imponderable agarra bruscamente a la materia. Aquí se nos señalan ámbitos en los que no hay tal agarre brusco, sino que lo imponderable no permanece dentro de la materia: es el caso de lo acústico, de los efectos sonoros. Mientras que en los efectos químico-materiales tenemos una inmersión completa de lo imponderable en la materia, en el sonido tenemos una verdadera, una conservación de lo imponderable en la materia gaseosa, aeriforme. Pero esto nos lleva ahora a otra cosa. Nos lleva a decirnos: Debe haber una razón por la que en el líquido lo imponderable arremete directamente contra la materia, pero que cuando se producen efectos sonoros en el aire, lo imponderable se apodera menos de la materia.

Si observamos los efectos químicos y tenemos un sentido interno de lo físico, entonces sentiremos naturalmente que es propio de la esencialidad de la materia que los efectos químicos se produzcan tal como se producen, es decir, que lo imponderable está ahí como algo característico de la materia. Esto no es posible de otra manera que en este caso, cuando se trata de la materia terrestre, la captación de lo imponderable tiene lugar a través de la propia tierra. El efecto químico es, por así decirlo, captado y actúa en la materia líquida por medio de las fuerzas de la tierra. Vemos que la fuerza creadora se extiende y actúa sobre toda la superficie de la tierra, en la medida en que esta fuerza creadora se apodera del efecto químico invasor.

Solo cuando entendemos correctamente que es el poder de la tierra aquí, entonces, si queremos captar correctamente el tejer del sonido en el aire, debemos presuponer el poder opuesto. Es decir, debemos pensar en la tendencia que parte de la tierra en todas las direcciones del espacio, venciendo las fuerzas de la tierra, y alejando así lo imponderable de la tierra. Esta es la peculiaridad del mundo del sonido. Esto es lo que hace que la física del sonido, de la acústica, sea tan especial, que por un lado somos capaces de estudiar los procesos materiales físicamente, y por otro lado básicamente no necesitamos tener en cuenta esta acústica cuando vivimos en el mundo del sonido con nuestras sensaciones. Al fin y al cabo, ¿Qué es toda la acústica para nosotros, como seres humanos sensibles, cuando percibimos los sonidos? Esta acústica es bella porque nos revela extrañas regularidades y peculiaridades internas, pero lo que se presenta como la experiencia subjetiva en el mundo de los sonidos está muy, muy alejado de lo que tiene lugar como la física de la acústica en la materia. Y es que el elemento sonoro conserva su independencia por el hecho de que su origen se nos muestra como determinado desde la periferia del universo, al igual que los procesos químicos en la materia líquida se nos muestran como determinados desde el centro de nuestra tierra.

Ahora bien, la única conexión que podríamos haber mencionado ayer en la conferencia que dio el Dr. Kolisko, sólo se hace evidente cuando ascendemos a una visión universal, por así decirlo, en la cual podemos imaginar la disposición de los elementos en el sistema periódico bajo la imagen de la octava. Esto muestra una analogía entre la regularidad interna de los tonos y toda la estructura de la materia cuando se dispone a desplegar los procesos químicos. Esto también justifica el hecho de que consideremos todo el proceso de combinación y disolución de la existencia material como una imagen externa de una música interna del mundo y que esta música interna del mundo sólo se nos revele en un caso especial en la música terrenal. Esta música terrenal no debe ser considerada nunca de tal manera que digamos: Lo que es sonido en nosotros es aire que vibra fuera. Esto debe ser considerado sin sentido, tal como uno lo consideraría sin sentido si uno dijera: Lo que eres por fuera como cuerpo, lo eres por dentro como alma, sólo para ti mismo. Tal declaración deja de lado el tema. Asimismo, dejamos de lado el tema cuando consideramos el tono en su naturaleza interna como idéntico a las condensaciones y rarefacciones del aire que constituyen, en el medio aéreo, el portador del tono. Ahora bien, si ustedes tienen esto bien presente, lo verán: Se trata de una cierta relación de y a y' en los procesos químicos, y se trata de una cierta relación de y a x' en los efectos sonoros (ver diagrama 1).

Les he señalado que si permanecemos dentro de un área u otra, siempre somos llevados a diferencias de nivel en cuanto a lo que nos damos cuenta en el mundo exterior. Ahora traten de sentir la similitud con las diferencias de nivel en lo que nos confronta aquí, sólo traten de sentir la similitud, digamos con una diferencia de nivel, como ocurre simplemente en la gravedad donde cae el agua, donde la fuerza motriz en una rueda también se basa en la diferencia de nivel. Traten de darse cuenta que la diferencia de temperatura, la diferencia de calor, la diferencia de sonido, la ecualización de la electricidad está basada en la diferencia de nivel. Entonces en la diferencia de nivel. Siempre llegamos a las diferencias de nivel cuando buscamos efectos. ¿Pero qué tenemos ahí? (Véase en el diagrama, el arco que va de y-y'.) Ahí tenemos una relación interna entre lo que percibimos en el espectro y la materia que hay en el líquido. Y lo que se nos presenta al observar un proceso químico no es en sí otra cosa que la diferencia de existencia entre los efectos químicos y las fuerzas que hay en el fluido. Hay una diferencia de nivel y - y' Y luego hay una diferencia de nivel más pequeña y - x' que se nos presenta en los efectos tonales. De modo que podemos decir: Con referencia a los reinos de la realidad, un proceso químico puede ser para nosotros una diferencia de nivel entre los efectos químicos y las fuerzas fluidas. Y la aparición de tono y sonido en el aire debe ser para nosotros la diferencia de nivel entre aquello que en los efectos químicos tiene un efecto formativo, disparándose a través del mundo, pero periféricamente desde fuera, y lo material del gas, de lo aeriforme.

Lo que se expresa a través de estos reinos de la realidad también se expresa a través de la formación de diferencias de nivel. Tanto si permanecemos en un elemento, en el calor o incluso en el gas o el agua, las cosas se basan en diferencias de nivel. Pero el hecho de que percibamos diferencias entre estas áreas se basa en las diferencias de nivel de los efectos de estas mismas áreas.

Si juntamos todo esto, llegaremos a lo siguiente: Si llegamos hasta el líquido y su superficie relativa, debemos decir que para los cuerpos sólidos se trata de fuerzas terrestres. Hasta qué punto las fuerzas formativas, -las energías figurativas, podríamos decir, si quisiéramos utilizar la expresión de la física actual-, deben estar relacionadas con la gravedad, ya les quedó claro en las consideraciones anteriores. Pero si de ahí pasamos a las fuerzas que se expresan como gravedad, a aquello que se nos describe en la vida ordinaria como un nivel debido al tamaño de la Tierra, nos encontramos con una esfera. Por supuesto, lo que son los diferentes niveles de agua juntos forman una esfera.

Como verán, cuando se va penetrando hacia el exterior, desde el centro de la tierra hacia estas esferas, es de tal manera que debemos decirnos: Para las condiciones terrestres, cuando actúan fuerzas que se encuentran en la región de lo sólido, estamos ante fuerzas envolventes; cuando actúan fuerzas que se encuentran en lo fluido, estamos ante fuerzas a las que realmente se puede llegar en su configuración, por ejemplo, trazando la tangente aquí, o tendiendo el plano tangente.

Diag. 2
Pero si vamos aún más allá, si penetramos más allá del área de las esferas, debemos sin embargo decir lo siguiente: bajo estas esferas estamos tratando con fuerzas formativas para nuestros cuerpos sólidos, con fuerzas formativas que en la propia tierra cierran aún los espacios corporales. Aquí (la esfera en línea discontinua) se trata de una sola forma, las muchas formas se unen hasta cierto punto, penetran unas en otras para formar la forma única que tiene el elemento líquido de la tierra. Pero cuando ahora salimos aquí (fuera de la esfera) - ¿Cómo debemos entonces formarnos una idea, habiendo penetrado fuera de lo que se forma a sí mismo individualmente, lo que causa así dentro que el cuerpo sólido se una, que el todo sea una forma - ¿Cómo debemos imaginar la cosa, cuando salimos ahí fuera?

Debemos imaginarlos de tal manera que tengamos lo contrario. Si aquí tenemos el cuerpo sólido lleno de materia, entonces aquí debemos pensar en el espacio lleno de materia negativa. Aquí tenemos un llenado del espacio, aquí un vaciado del espacio.

Esto debe convertirse en un concepto de los hombres, que es posible un vaciado del espacio. Y puesto que lo que ocurre en la Tierra, -sólo diré esto hoy, más tarde lo trataremos con más detalle-, no sólo está influido desde un lado, de lo contrario los procesos en la Tierra tendrían que ser muy diferentes, la Tierra está influida desde todos los lados de forma diferenciada. Por ejemplo, no sería posible que se produjeran diferencias en los continentes ni en la distribución del agua entre el Polo Norte y el Polo Sur si sólo existiera uno de estos huecos en algún lugar del espacio. Deben existir estas cavidades en el espacio actuando desde diferentes lados. Si las buscamos, las encontraremos en lo que en los antiguos sistemas cósmicos se llamaban los planetas, a los que se añadía el propio sol.

Así nos vemos forzados a pasar del reino de la tierra al reino del cosmos, y nos vemos obligados a encontrar la transición de una condición del espacio a la condición opuesta. Debemos aprender a pasar de un espacio lleno positivamente de materia a otro lleno negativamente de materia, y esta condición del espacio lleno de negatividad, en la medida en que actúa sobre nuestra Tierra, debemos considerarla como localizada en los planetas alrededor de la Tierra. Así pues, en el punto donde se producen los fenómenos terrestres, se produce una interacción mutua entre lo terrestre y lo cósmico, debido a que en los espacios llenos de negatividad se produce una acción de succión, mientras que las fuerzas formativas se expresan como presiones. Esta interacción mutua se manifiesta en la particular configuración de fuerzas que se busca habitualmente en las fuerzas y atracciones moleculares. Debemos concebir estas cosas como las concebía el conocimiento intuitivo de otros tiempos. Las manifestaciones en la materia, que siempre van acompañadas de lo imponderable, se concebían entonces como influidas por todo el cosmos, en lugar de ser malinterpretadas fantásticamente como debidas a ciertas configuraciones internas teóricas. Lo que hacen las estrellas, en un grado gigantesco, en el cosmos, se refleja en lo terrestre, en los átomos y las moléculas. Esto es, en efecto, lo que tenemos que hacer; debemos saber que cuando representamos un proceso terrestre o realizamos cálculos sobre él, estamos tratando con una imagen de efectos extraterrestres, con una acción mutua entre lo terrestre y lo cósmico.

Pero ahora vean, aquí tenemos la fuerza para llenar el espacio con material (ver dibujo, a la izquierda). Aquí seguimos teniendo el poder de llenar el espacio de materia, sólo que este poder se ha expandido, y debe llegar a alguna parte del otro lado, debe llegar al vaciado del espacio. Tiene que haber una región intermedia en la que, hasta cierto punto, si se me permite la expresión, el espacio se rompa. Debemos decirnos a nosotros mismos: 
diag.3

Nuestro espacio, que aparece a nuestro alrededor y que es, por así decirlo, el recipiente de nuestros efectos físicos, debe estar íntimamente relacionado con nuestros efectos físicos. Debe representar algo que está dentro de estos efectos físicos. Pero cuando pasamos de lo ponderable a lo imponderable, el espacio se desgarra, y cuando se desgarra, lo que no estaba allí antes de desgarrarse aparece a través del desgarro. Supongamos que desgarramos el espacio tridimensional, y preguntamos: ¿Qué sale del desgarro? - Si me corto el dedo aquí, sale sangre, que permanece en el espacio tridimensional. Pero si corto el espacio mismo, lo que sale es lo que ya está en el no espacio.

Vean, este es uno de los puntos en los que podemos ver con bastante claridad la forma equivocada de ver las cosas en la física actual. ¿Acaso no es cierto que cuando hacemos experimentos eléctricos en el aula, tenemos que secar cuidadosamente nuestros aparatos eléctricos, tenemos que hacer que sean malos conductores de la electricidad, de lo contrario no conseguiremos hacer nada? Si están húmedos, no podremos hacer nada. Pero existe, en efecto, el punto de vista, -lo he mencionado a menudo-, según el cual, según los físicos, la electricidad se desarrolla gracias a la fricción de las nubes, que son ciertamente húmedas, y llega a los relámpagos y a los truenos. Esta es, por supuesto, una de las ideas más imposibles de concebir.

Ahora, por otra parte, si reunimos estas cosas que hemos considerado necesarias para una comprensión real, entonces podemos ver que el espacio se desgarra en el momento en que aparece el destello. En ese momento, lo que llena el espacio como entidad adimensional, intensamente, sale como la sangre cuando me corto la mano. En efecto, esto ocurre siempre que la luz aparece acompañada de calor. Al desgarrarse, el espacio nos revela lo que habita en su interior, mientras que sólo nos muestra su exterior en las tres dimensiones habituales que tenemos ante nosotros. El espacio nos muestra entonces su contenido interior.

Así pues, podemos decir: cuando pasamos de lo ponderable a lo imponderable y tenemos que atravesar el reino del calor a medida que avanzamos, encontramos que el calor brota allí donde hacemos la transición de los efectos de presión de la materia ponderable a los efectos de succión de lo imponderable. En todos esos puntos de transición brota calor.

Ahora verán que cuando construimos ideas sobre los procesos de los que hablamos hace varios días como procesos de conductividad del calor, hay que relacionar con ellos el concepto de que el calor está ligado a la materia ponderable. Esta condición es totalmente opuesta a la que hemos considerado como existente en el propio calor radiante. Este calor lo encontramos como la entidad que brota cuando la materia se desgarra. ¿Cómo afectará a la materia? Pasará de la condición intensiva a la extensiva. Trabajará, por así decirlo, desde la porción interna del espacio hacia sus porciones externas. Cuando el calor y un cuerpo material reaccionan mutuamente, vemos que ocurre cierta cosa. Lo que ocurre es que la tendencia característica del calor se transforma. El efecto de succión se transforma en un efecto de presión, de modo que la tendencia cósmica del calor se opone a la tendencia individualizadora de la materia que, en los sólidos, es la fuerza que da forma.

Así pues, en el calor, en los fenómenos de calor, en la medida en que éstos manifiestan una conductividad, hay que buscar, no radiaciones, sino una tendencia a propagarse en todas direcciones. Debemos buscar un reflejo de la materia imponderable, o la presencia de lo imponderable en lo ponderable. Los cuerpos que conducen el calor lo manifiestan por un reflejo intensivo del calor imponderable que incide sobre su parte material Esto se contrapone al reflejo extensivo característico de la luz.

Ahora quiero pedirles que trabajen mentalmente los conceptos que estamos acostumbrados a tener y que los trabajen de la manera en que lo hacemos aquí, para que se saturen de realidad, por así decirlo. Permítanme darles una imagen para recapitular y mostrarles hasta qué punto los conceptos saturados de realidad pueden llevarnos a una comprensión vital del ser del cosmos.

Ya he llamado su atención sobre en qué se basa la percepción, la percepción subjetiva, la sensación de una temperatura. Realmente percibimos la diferencia de temperatura entre nuestro propio organismo y el mundo exterior, que es lo mismo que hace el termómetro, ya he llamado su atención sobre ello. Ahora bien, toda percepción en general se basa en que somos algo dentro de un área determinada, y lo que se encuentra fuera de esta área se convierte en nuestra percepción. No podemos ser algo y percibirlo al mismo tiempo, sino que debemos ser siempre algo distinto de aquello que percibimos. Cuando percibimos sonidos pues, no podemos, en la medida en que percibimos sonidos, ser nosotros mismos sonidos. Y si respondemos imparcialmente a la pregunta:

¿Qué somos al percibir sonidos? - podemos llegar a la conclusión: En ese momento somos precisamente aquello que es la otra diferencia de nivel. Esta diferencia de nivel, (y - x' en el diagrama 1), la percibimos; no percibimos y-y', eso es lo que somos durante este tiempo; esos procesos químicos internos en nuestro organismo fluido que acompañan a nuestras percepciones del sonido y transcurren con la misma regularidad, eso es lo que somos. Lo que los efectos químicos provocan en nosotros atrae al mundo algo muy regular. No es en absoluto poco interesante considerar el cuadro siguiente. Ustedes saben, por supuesto, que el cuerpo humano consiste sólo en muy pequeña medida de componentes sólidos; más del noventa por ciento de él es una columna de líquido. Los procesos químicos que tienen lugar en nuestro organismo mientras escuchamos una sinfonía son de naturaleza muy sutil; son una estructura milagrosa completamente interior, constantemente fosforescente. Aquí somos lo que es la química de una pintura tonal. Y a través de esto percibimos el mundo tonal, que nos convertimos, por así decirlo, químicamente en lo que es el mundo tonal en el sentido en que lo he presentado aquí.

Ya lo ven, la comprensión humana se favorece esencialmente haciendo llegar al hombre la comprensión física. Pero para lograr algo así, siempre se trata de no formar esas ideas abstractas que hoy son particularmente populares en la física, sino de avanzar a ideas que realmente estén entretejidas con el mundo, el mundo objetivo. Básicamente, todo lo que la ciencia espiritual pretende como un esfuerzo por el conocimiento, pero también como un esfuerzo por la mente, está dirigido a lograr tal pensar realista en la evolución humana. Y es necesario que esto ocurra. Por eso es tan necesario que continúen los bellos esfuerzos que han surgido durante estos últimos quince días. Pueden ver en todas partes cómo una cosa vieja se está muriendo en el presente. ¿Acaso no es posible ver cómo una cosa vieja muere en las ideas físicas con las que no se puede hacer nada? Y puesto que todavía estamos intentando construir la percepción física de un modo muy imperfecto, -pues sólo pueden ser indicios de un tipo muy imperfecto-, ¿No muestra esto hasta qué punto nos encontramos hoy en un punto de inflexión en el desarrollo humano?

Como ven, queridos amigos, algo así debe llamar siempre nuestra atención: Debemos continuar estas cosas que ahora han surgido porque el Dr. von Baravalle, el Dr. Blümel, el Sr. Strakosch, el Dr. Kolisko han sugerido aquí, en los campos más variados, que debemos dar un nuevo impulso a lo que el desarrollo de la humanidad ha dado hasta ahora. Sólo así podremos sentar las bases del progreso. Porque, miren ustedes, fuera, en el mundo, se habla de la necesidad de construir. Hay que crear centros de educación popular. Sí, pero ¿Qué significa eso de que la gente pida que se construyan institutos populares? Se nos presenta el movimiento danés de los centros de educación popular. ¿Qué significa todo esto de los institutos populares? Lo que se ha hecho en las antiguas universidades se está trasladando a los institutos populares. Esto no crea nada nuevo. Sólo infecta a toda la nación con lo que hasta ahora sólo había infectado a nuestra educación académica. No hay nada más sombrío que pensar en el futuro, que lo que ha devastado las mentes de nuestros eruditos y personas educadas de esta manera, como hemos visto, ahora también congelará a toda la población educada de la tierra de la misma manera por medio del sistema de universidades populares.

Si se quieren crear centros de educación popular, en primer lugar hay que asegurarse de que en ellos se puede enseñar algo que, en su configuración interna, es en sí mismo una estructura. Primero necesitamos la ciencia que se puede hacer en los centros de educación popular. La gente siempre quiere quedarse en la superficie, siempre quiere coger sólo lo que hay. Del mismo modo que en política no se quiere lo nuevo, sino que siempre se quiere volver a intentar con lo viejo; del mismo modo que incluso los socialdemócratas no quieren construir algo nuevo, sino que quieren intentarlo con el viejo Estado, queriendo sólo poner ahí su mostaza, así también en el movimiento cultural intelectual no se quiere luchar radicalmente por una renovación de nuestra forma de conocer, sino llevar lo viejo, lo perecedero, al pueblo. Es precisamente en las observaciones físicas donde esto puede verse de forma más profunda y significativa.

Ciertamente, ustedes encontrarán bastantes cosas insatisfactorias aquí y allá en esta serie de conferencias, porque las conferencias sólo podían ser de carácter resumido, pero una cosa se les hará evidente en esta serie de conferencias: que simplemente es necesario reconstruir, reconstruir a fondo todo nuestro mundo físico, químico, fisiológico y biológico de las ideas. Por supuesto, sólo podremos avanzar en esto si seguimos educando no sólo al sistema escolar, sino también al propio sistema científico. Y si aquí, en nuestra Escuela Waldorf, se pudiera llegar a algo así, que en primer lugar ampliáramos las clases de enseñanza hacia arriba y en segundo lugar, al mismo tiempo que el sistema escolar, ampliáramos el sistema de academias, para el que en estos días hemos puesto una verdadera semilla, -pues era algo así como la semilla de un nuevo sistema de academias-, entonces en realidad sólo conseguiríamos lo que básicamente debe y tiene que conseguirse si no queremos que, en el ámbito espiritual, perezca la civilización europea. 

No hay más que ver el terrible ajetreo que hay en las academias del mundo de hoy: esto de leerse unos a otros, absorbido por toda la vida real, con largos tratados escritos en las academias, donde la gente se sienta en hermosos salones y se leen unos a otros sus largas conferencias y nadie escucha al otro.

Lo extraño es que uno sea especialista en este campo y el otro en aquél otro. El médico no escucha al matemático, pero el matemático lee. Y cuando el médico lee, el matemático está ocupado en sus pensamientos con algo muy diferente. Además, todo esto no es más que un signo tradicional exterior. Ahí es donde debe comenzar la renovación. La renovación debe comenzar en el centro del esfuerzo espiritual. Eso debe verse a través. Por lo tanto, se puede decir que si fuera posible llevar a cabo una expansión de nuestro pensamiento escolar en conexión con el esfuerzo por un nuevo tipo de realidad, solo entonces conseguiríamos lo que pretendemos.

Ya lo ven, queda mucho por hacer. Pero uno sólo aprende realmente a reconocer cuánto queda por hacer cuando se adentra en los detalles. Por eso es tan infinitamente lamentable que ahora personas que sólo traducen en frases los antiguos prejuicios cognitivos de la humanidad, -solo se han quedado en eso, pues ya ha pasado su tiempo-, sean realmente capaces de reunir grandes sumas de capital para poder montar sus academias y similares en el mundo. Nosotros lo estamos pasando mal preferentemente por la razón de que tenemos que impregnarnos de conocimiento: Es necesario un verdadero territorio nuevo. No podemos ceder a la ilusión: ¡Hacer centros de educación popular! Porque tenemos que vivir en la realidad y decirnos a nosotros mismos: primero tenemos que tener algo que enseñar en estos institutos populares. Pero del mismo modo que, quiero decir, se ha desarrollado una técnica fructífera incluso entre las líneas de la ciencia anterior, se desarrollará una técnica aún más fructífera cuando se popularice esa ciencia por la que estamos luchando aquí, por ejemplo, en el campo de la física. Como ven, en todas partes se intenta salir de lo teórico antiguo y entrar en lo real, de modo que las ideas estén ya saturadas de realidad. Esto también debe dar lugar a una técnica que proceda de manera muy diferente a la técnica anterior.

La práctica y el conocimiento, están, después de todo, internamente conectados. Y si se toca en algún punto aquello que hoy necesita ser reformado, como la física, se advierte enseguida lo que en realidad hay que hacer. A pesar de haber llegado el momento de separarnos de nuevo, me gustaría señalarles que en lo que aquí sólo se ha presentado resumidamente, vean algo que debería estimularles a ustedes mismos a desarrollar más estas cosas. Podrán ustedes desarrollarlas. Nuestros físicos matemáticos, que tenemos entre nosotros, estarán en condiciones de revisar las viejas fórmulas, y encontrarán que si trabajan en las viejas fórmulas el conocimiento que puede obtenerse de lo insinuado resumidamente que he dado, estas fórmulas sufrirán ciertamente transformaciones, que son en realidad metamorfosis, y de ellas brotarán muchas cosas que serán de inmensa importancia técnica para el desarrollo ulterior de la humanidad. Esto es algo que no se puede ni siquiera insinuar, sino que primero sólo se debe señalar.

Pero ahora debemos concluir estas reflexiones, cuya continuación debe recaer en sus propios trabajos independientes, y es a esto a lo que les insto especialmente. Porque ahora son extraordinariamente urgentes las cosas que se relacionan con el progreso de la humanidad en los tres campos. En primer lugar, las cosas son urgentes hoy: realmente no tenemos tiempo que perder, porque el caos está a la vuelta de la esquina. Pero la segunda es que lo correcto sólo puede lograrse mediante la cooperación humana regulada. Así que tenemos que intentar procesar en nuestro interior lo que se ha estimulado. Y encontrarán por otro lado, especialmente aquí en la Escuela Waldorf: En el momento en que se esfuerzan por aplicar a las lecciones ciertos conceptos rectificados, que hemos adquirido aquí, funciona igual. Pero también encontrarán que en la medida en que se vean obligados a aplicar estas cosas en los asuntos de la vida, también funciona. Y es de desear que hoy en día uno no tenga que hablar siempre sólo a un público de ciencias naturales, que en realidad ya absorbe algunas cosas, pero que siempre se encuentra expuesto, -ya lo he señalado a lo largo del curso-, al juicio de los "científicos correctos", de las "autoridades". Estas autoridades no tienen ni idea de que todo lo que miramos está, de hecho, constantemente influido por todo lo demás. Se nota en el lenguaje.

Observen que en el lenguaje dejamos que todo esté en interrelación mutua. Hablamos de un empuje. Sólo porque designamos con la palabra correspondiente algo que originalmente fue el empuje que nosotros mismos realizamos, hablamos de un empuje incluso en un espacio desprovisto de seres humanos. Y viceversa, hablamos de lo que sucede dentro de nosotros con palabras tomadas del mundo exterior. Pero no sabemos que debemos mirar en el mundo exterior, por ejemplo, en el cosmos planetario, si queremos comprender la constitución del cuerpo terrestre. Y por lo tanto, si no sabemos esto, no podremos aprender lo que es importante. Es cierto que podemos descubrir pequeñas cosas bastante interesantes si apuntamos el microscopio hacia algún germen vegetal o embrión animal, hacia alguna célula microscópicamente pequeña; allí descubrimos todo tipo de cosas realmente interesantes. Pero lo importante, lo que sospechamos, lo descubriríamos si viéramos los mismos procesos que están dentro del microscopio, de una sola vez, cuando tienen lugar macrocósmicamente. Si en primer lugar viéramos cómo la fecundación y la desfertilización tienen lugar continuamente en la interacción de la naturaleza exterior; si estudiáramos cómo deben captarse los planetas como puntos de partida para los imponderables efectos físicos; si captáramos el cosmos en sus puntos de partida para la germinación de las plantas, para la germinación de los animales; si mirásemos a gran escala todo lo que hoy intentamos ver, si volviésemos el microscopio sobre la célula a pequeña escala donde no está en absoluto; si intentásemos mirar todo lo que nos rodea... entonces progresaríamos. Hoy en día, el camino ya está claramente trazado. Está muy, muy extraviado por los prejuicios de la gente. Será difícil superar esos prejuicios. Pero depende de nosotros hacer todo lo posible para superar estos prejuicios.

Ojalá podamos continuar estas reflexiones algún día.

Traducido por J.Luelmo oct,2023

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919