RUDOLF STEINER
EL SER HUMANO COMO SINFONÍA DE LA PALABRA CREADORA
Dornach 4 de noviembre de 1923
Conferencia -9-
Sólo aprendemos a conocer a los seres del mundo de los sentidos cuando los observamos en la forma en que viven y actúan, y lo mismo ocurre con esos seres de los que he hablado y seguiré hablando en estas conferencias, los seres elementales de la naturaleza. Invisible y suprasensiblemente presentes detrás de lo que es físico y perceptible por los sentidos, participan en todos los acontecimientos del mundo igual que los seres físicos y perceptibles por los sentidos, o más bien en un sentido más elevado.
Ahora bien, podréis imaginaros fácilmente que para estos seres el mundo tiene una apariencia diferente a la de los seres del mundo de los sentidos, ya que no poseen un cuerpo físico como el que poseen estos últimos. Todo lo que captan o perciben en el mundo debe ser diferente de lo que entra en el ojo humano. Y en efecto así es. El ser humano experimenta la tierra, por ejemplo, como el cuerpo cósmico sobre el que se mueve. Incluso le resulta ligeramente desagradable cuando, por una u otra condición atmosférica, como ocurre de vez en cuando, este cuerpo cósmico se ablanda y él se hunde en él aunque sea ligeramente. Le gusta sentir la tierra como algo duro, como algo en lo que no se hunde.
Sin embargo, toda esta forma de experimentar las cosas, toda esta actitud hacia la tierra, le es completamente ajena a los gnomos; ellos se hunden en todas partes, porque para ellos todo el cuerpo de la tierra es principalmente un espacio hueco por el que pueden pasar. Pueden penetrar en todas partes; las rocas, los metales, no presentan ningún obstáculo para su -digamos- nadar por ahí. No hay palabras en nuestro idioma que expresen realmente este deambular de los gnomos dentro del cuerpo de la tierra. Sólo que tienen una experiencia interna, una percepción interna, de los diferentes ingredientes de la tierra; cuando deambulan por una veta de metal tienen una experiencia diferente de cuando se desplazan por una capa de caliza. Todo esto, sin embargo, los gnomos lo sienten interiormente, pues a través de todas esas cosas penetran sin obstáculos. No tienen la menor idea de que la tierra existe. Su idea es que hay un espacio dentro del cual perciben ciertas experiencias; la experiencia del oro, la experiencia del mercurio, del estaño, del sílice, etc. Esto es para expresarlo en lenguaje humano, no en el lenguaje de los gnomos. Su lenguaje es mucho más perspicaz; y es precisamente porque toda su vida se dedica a recorrer todas las vetas y filones, recorriéndolos una y otra vez, por lo que adquieren la pronunciada intelectualidad de la que os he hablado. A través de esto adquieren su conocimiento omnicomprensivo, pues en los metales y en la tierra se les revela todo lo que hay fuera en el universo; como si en un espejo experimentaran todo lo que hay fuera en el universo. Pero para la tierra misma los gnomos no tienen ninguna percepción, sólo para sus diferentes constituyentes, y para los diferentes tipos de experiencia interior que ofrecen.
A causa de esto los gnomos tienen un don bastante particular para recibir las impresiones que vienen de la luna. Es hacia la luna hacia donde dirigen continuamente su escucha atenta, y en este sentido tienen una tendencia - no puedo decir congénita [es tan difícil encontrar las palabras adecuadas] - sino neurastenia adquirida [debilidad nerviosa]. Por supuesto, lo que para nosotros es una enfermedad es para estos seres gnomos su elemento vital real. Para ellos no se trata de una enfermedad, sino simplemente de algo natural. Es lo que les da esa sensibilidad interior hacia todas esas cosas de las que he hablado. Pero también les da su sensibilidad interior hacia los fenómenos relacionados con las fases de la luna.
Siguen los cambios de los fenómenos lunares con una atención tan estrecha -ya os he descrito su poder de atención- que realmente altera su forma. Por lo tanto, cuando se sigue la existencia de un gnomo, se recibe una impresión muy diferente en luna llena de la que se recibe en luna nueva, y bien en las fases intermedias.
En luna llena los gnomos se sienten inquietos. La luz física de la luna no les sienta bien, y en ese momento expulsan todo el sentimiento de su ser hacia el exterior. Se aíslan, por así decirlo, con una piel espiritual. En luna llena presionan el sentimiento de su existencia hacia el límite de su cuerpo. Y a la luz de la luna llena, si uno tiene percepción imaginativa para tales cosas, realmente aparecen como pequeños caballeros brillantes, vestidos de malla. Están revestidos de una especie de armadura espiritual y es ésta la que se presiona en su piel para armarlos contra la luz de la luna que tanto les desagrada. Pero cuando se acerca el momento de la luna nueva, el gnomo se vuelve transparente, maravilloso de ver, interiormente irradiado con un juego de colores brillantes. Uno ve dentro de él, por así decirlo, los procesos de todo un mundo. Es como si uno mirara dentro del cerebro humano, no como un anatomista que investiga el tejido de las células, sino como alguien que percibe dentro del cerebro el brillo y el centelleo de los pensamientos. Así es como estos pequeños seres transparentes, los gnomos, le parecen a uno, como si el juego de los pensamientos se revelara dentro de ellos. Es precisamente en la luna nueva cuando los gnomos son tan interesantes, porque cada uno de ellos lleva un mundo entero dentro de sí mismo; y se puede decir que dentro de este mundo se encuentra realmente el misterio de la luna.
Si se desvela, este misterio lunar, se llega a descubrimientos realmente notables, pues se llega a la conclusión de que en la actualidad la luna se acerca continuamente -naturalmente no hay que tomarlo de forma burda, como si la luna fuera a chocar con la tierra-, sino que cada año se acerca de hecho un poco más. Cada año la luna se acerca más a la tierra. Uno reconoce esto por el juego cada vez más vigoroso de las fuerzas lunares en el mundo gnomo durante el tiempo de la luna nueva. Y es a este acercamiento de la luna al cual dirigen especialmente la atención estos duendes, ya que ven su principal misión en el universo en la producción de resultados a partir de la forma en que la luna les afecta. Esperan con intensa expectación la época en que la luna se unirá de nuevo con la tierra; y reúnen todas sus fuerzas para estar preparados para la época en que la luna se haya unido con la tierra, pues entonces utilizarán la sustancia lunar para dispersar gradualmente la tierra, en lo que respecta a su sustancia exterior, en el universo. Su sustancia debe desaparecer.
Debido a que tienen en cuenta esta tarea, estos gnomos se sienten de una importancia muy especial, ya que reúnen las más variadas experiencias de toda la existencia terrestre, y se preparan para que, cuando toda la sustancia terrestre se haya dispersado en el universo, -después de la transición a la evolución de Júpiter-, conserven lo que es bueno en la estructura de la tierra para incorporarlo a Júpiter como una especie de soporte óseo.
Verás, cuando uno mira este proceso desde el aspecto de los gnomos, uno obtiene un primer estímulo, una primera capacidad, para imaginar cómo se vería nuestra tierra si se le quitara toda el agua. Sólo hay que considerar cómo, en el hemisferio occidental, todo está orientado de norte a sur, y cómo, en el hemisferio oriental, todo está orientado de este a oeste. Así, si elimináramos toda el agua, obtendríamos en América, con sus montañas y lo que hay bajo el mar, algo que procede de norte a sur; y mirando a Europa encontraríamos que, en el hemisferio oriental, la cadena de los Alpes, los Cárpatos y demás, corre en dirección este-oeste. Se obtendría algo así como la estructura de la cruz en la tierra.
Te sueñas a ti mismo,y rehúyes el despertar.
Te sueñas a ti mismo
- quieren decir durante el día -
y rehuyes el despertar.
Entonces suena desde las ondinas
Piensas en los actos de los ángeles
El hombre no sabe que sus pensamientos están realmente con los ángeles
Piensas en los actos de los ángeles
y no lo sabes.
Y desde los silfos suena para el hombre dormido
- la fuerza del Poder Creador -El poder creador brilla para ti,
No lo adivinas.
Sientes su fuerza
y no la vives.
Tales son aproximadamente las palabras de los silfos, las palabras de las ondinas, las palabras de los gnomos.
Las palabras de los seres de fuego:
La Voluntad Divina te ofrece fuerza,
No la aceptas.
Con su fuerza lo harás,
- con la fuerza de la Voluntad Divina -
Sin embargo, la alejas de ti.
El objetivo de todas estas advertencias es dar al hombre un impulso hacia adelante con respecto a su conciencia. Estos seres, que no entran en la existencia física, desean que el hombre avance con su conciencia, para que él también pueda participar en su mundo.
Y cuando uno se ha adentrado así en lo que estos seres tienen que decir al hombre, también comprende gradualmente cómo dan expresión a su propia naturaleza, un poco de esta manera:
Los gnomos:
Mantengo la fuerza vital en la raíz,
que crea para mí la forma de mi cuerpo.
Las ondinas:
Yo aprovecho el poder de crecimiento del agua,
que forma para mí la sustancia de la vida.
Los silfos:
Yo absorbo la fuerza aérea de la vida,
que me llena con el poder del ser.
Y los seres de fuego - allí es muy difícil encontrar cualquier tipo de palabras terrenales para lo que hacen, porque su esfera está muy lejos de la vida terrenal y de la actividad terrenal.
Seres de fuego:
Yo consumo* la fuerza del fuego,
En lo anímico-espiritual me redimo.
[* Aquí Rudolf Steiner acuña una palabra a partir] de verdauen, digerir: däuen - ich däue, para expresar, no una digestión ordinaria, sino un proceso de consumo ardiente].
Como veis, me he esforzado en daros una idea de cómo se caracterizan estos seres del reino elemental; y de las advertencias que imparten al hombre. Pero no son tan poco amistosos con el hombre como para sugerirle sólo lo que es negativo en su naturaleza, sino que también proceden de ellos dichos concisos y positivos. Y el hombre experimenta estos dichos como de inmensa, de gigantesca importancia. En estos asuntos debéis adquirir un sentido para saber si un dicho es pronunciado meramente con palabras humanas, por muy bellas que sean, o si suena como si saliera cósmicamente de todo el poderoso coro de los gnomos. La diferencia está en la forma en que surge. Y cuando el hombre escucha a los gnomos después de que se le hayan impartido las advertencias que he escrito, entonces suena hacia él desde el coro masivo de los gnomos:
Esfuérzate por despertar.
Aquí el significado es la poderosa impresión moral creada por tales palabras cuando fluyen a través del universo, surgiendo del coro masivo de infinitas voces individuales. Y del coro de las ondinas resuena:
Piensa en el espíritu.
Con el coro de los silfos las cosas no son tan sencillas. Cuando los gnomos aparecen como brillantes caballeros acorazados a la luz de la luna llena, resuenan desde ellos como desde las profundidades de la tierra:
Esfuérzate por despertar.
Cuando las ondinas se elevan hacia arriba llenas del anhelo de ser consumidas, entonces en este ascenso suena de vuelta a la tierra:
Piensa en el Espíritu.
Pero para los silfos, en eso, arriba, se dejan inhalar, desapareciendo en relámpagos azulados-rojizos-verdosos en la luz del mundo, luego, al destellar en la luz y en ella desaparecer, desde las alturas suena abajo de ellos:
Vive la existencia respirando creativamente.
Y como en la cólera ardiente -pero una cólera que no se siente como aniquiladora, sino como algo que el hombre debe recibir del cosmos- como en la cólera ardiente pero al mismo tiempo entusiasta, los seres de fuego llevan lo propio al manto de fuego de la tierra, sus palabras resuenan. Aquí el sonido no es como el de las voces individuales agrupadas, sino que desde toda la circunferencia resuena como una poderosa voz de trueno:
Recibe en amor la fuerza de voluntad de los dioses.
Naturalmente, uno puede apartar su atención de todo esto; entonces no lo percibe. Que el hombre perciba o no esas cosas depende de su libre decisión. Pero cuando el hombre las percibe, sabe que son parte integrante de la existencia cósmica, que algo ocurre realmente en el hecho de que los gnomos, las ondinas, los silfos y los seres de fuego desarrollen su evolución de la manera descrita. Y los gnomos no sólo están presentes para el hombre en la forma que ya he descrito, sino que están allí para dejar que sus palabras del mundo suenen desde la tierra, las ondinas para dejar que sus palabras del mundo se eleven hacia arriba, los silfos las suyas desde arriba, los seres de fuego las suyas como un coro, como la agrupación de una poderosa elevación de voces.
Sí, así es como podría parecer cuando se transpone en palabras. Pero estas palabras pertenecen al Verbo de los mundos, y aunque no las oigamos con la conciencia ordinaria, estas palabras no dejan de tener importancia para la humanidad. Porque la idea primigenia que tuvo su origen en la clarividencia instintiva, de que el mundo nació del Verbo, es en verdad una verdad profunda, pero la palabra del mundo no es una colección de sílabas recogidas de aquí o de allá; la palabra del mundo es lo que suena de incontables, incontables seres. Innumerables, innumerables seres tienen algo que decir en la totalidad del mundo, y la palabra del mundo suena a partir de la concordancia de estos innumerables seres. No es la verdad general y abstracta de que el mundo nace del Verbo la que puede traernos esto en su plenitud. Sólo una cosa puede hacerlo, a saber, que gradualmente lleguemos a una comprensión concreta de cómo la Palabra del mundo, en todos sus diferentes matices, está compuesta por las voces de los seres individuales, de modo que estos diferentes matices contribuyen con su sonido, con su expresión, a la gran armonía del mundo, a la poderosa melodía del mundo, en la acción creadora del Verbo.
Cuando el coro de los gnomos permite que suene su "Esfuérzate por despertar", esto -sólo transformado en lenguaje gnómico- es la fuerza que está activa en la creación del sistema óseo humano, el sistema de movimiento en general.
Cuando las ondinas pronuncian "Piensa en el espíritu", ellas expresan -trasladado en la esfera ondina- lo que se vierte como palabra del mundo en el hombre para dar forma a los órganos de la digestión.
Cuando los silfos, al ser insuflados, dejan fluir hacia abajo su "Existencia viva que respira creativamente", penetra en el hombre, tejiendo y pulsando a través de él, la fuerza que le dota de los órganos del sistema rítmico.
Y si se atiende a lo que suena en el interior -a la manera de los seres de fuego- desde el manto de fuego del mundo, entonces se encuentra que este sonido se manifiesta como imagen o reflejo. Esta fuerza sonora de la palabra procede del manto de fuego. Y cada sistema nervioso de cada hombre, cada cabeza, añadiría, es una imagen en miniatura de lo que -traducido al lenguaje de los seres de fuego- suena como: "Recibe en el amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses". Este dicho, "Recibe en el amor la Voluntad de los Dioses", es lo que está activo en la sustancia más elevada del mundo. Y cuando el hombre experimenta su desarrollo en la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, esto es lo que transforma lo que trajo consigo a través de la puerta de la muerte en lo que más tarde se convertirá en los órganos humanos de los nervios y los sentidos. Así tenemos:
Sistema de movimiento
Coro de gnomos: Esfuérzate por despertar
Sistema metabólico
Ondinas: Pensar en el espíritu
Sistema rítmico
Silfos: Vive la existencia de forma creadora
Sistema neuro-sensorial
Seres de fuego: Recibe en el amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses.
Así se ve que lo que está más allá del umbral es afín a nuestra propia naturaleza, se ve cómo nos lleva a las fuerzas divinas creadoras, a lo que vive y actúa en todas las formas de existencia. Y cuando uno recuerda lo que una época anterior adivinó, y que se expresa en las palabras
El poder de la vida, las semillas contemplan;
Aléjate del corsé de las palabras.
[Goethe: Fausto, Parte I, Escena I.]
- Uno se ve obligado a decir que todo esto debe convertirse en realidad en el curso posterior del desarrollo de la humanidad. Todo el conocimiento se reduce a palabras si no tenemos una visión de las fuerzas germinales que construyen al ser humano de las formas más variadas.
Por lo tanto, podemos decir que el sistema de movimiento, el sistema metabólico, el sistema rítmico, el sistema neurosensorial se funden en una unidad en la que resuenan en armonía. Porque desde abajo suena hacia arriba: "Esfuérzate por despertar"; "Piensa en el Espíritu" - y desde arriba hacia abajo, mezclándose con las palabras que se esfuerzan hacia arriba, "Vive la existencia respirando creativamente"; "Recibe en amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses".
Este "Recibir en el amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses" es el calmado elemento creativo en la cabeza. Luego lo que se esfuerza desde abajo hacia arriba en "Pensar en el Espíritu", desde arriba hacia abajo en "Vivir creativamente la existencia respiratoria", en su actividad combinada es lo que trabaja y teje de tal manera que crea una imagen de la forma en que la respiración humana pasa de manera rítmica a la actividad de la sangre. Y lo que implanta en nosotros los instrumentos de los sentidos, esto es lo que fluye desde arriba hacia abajo en "Recibe en el amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses". Pero lo que actúa en nuestro caminar, en nuestro estar erguidos, en nuestro movimiento de brazos y manos, todo lo que de hecho lleva al hombre a la manifestación de su elemento de voluntad, esto suena en "Esfuérzate por despertar".
Así ven cómo el hombre es una sinfonía de esa palabra del mundo que puede ser interpretada en su nivel más bajo de la manera en que se la he presentado. Luego esta palabra del mundo asciende a las jerarquías superiores, cuya tarea es desplegar otros aspectos de esta palabra del mundo para que el cosmos pueda surgir y desarrollarse. Pero lo que, por así decirlo, ha sido pronunciado como una llamada al mundo por estos seres elementales, es la reverberación final de esa palabra del mundo creadora, edificante y dadora de formas que se encuentra en la base de toda actividad y toda existencia.
Gnomos:
Te sueñas a ti mismo,
y rehuyes el despertar.
Yo mantengo la fuerza vital en la raíz,
Crea para mí la forma de mi cuerpo.
Ondinas:
Piensas en los actos de los ángeles
y no lo sabes.
Yo aprovecho el poder de crecimiento del agua,
y forma para mí la sustancia de la vida.
Los silfos:
El poder creativo brilla para ti,
No lo adivinas;
Sientes su fuerza
y no la vives.
Yo bebo la fuerza aérea de la vida,
Me llena con el poder del ser.
Seres de fuego:
La voluntad divina te ofrece fuerza,
No la aceptas.
Con su fuerza lo harás,
Sin embargo, la alejas de ti.
Yo consumo el poder del fuego,
En lo anímico-espiritual me redimo.
Coro de gnomos: ¡Esfuérzate por despertar!
Ondinas: ¡Piensa en el Espíritu!
Los silfos: ¡Vive la existencia de forma creadora!
Seres de fuego: ¡Recibe con amor la Fuerza de Voluntad de los Dioses!
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Original en alemán
GNOMEN
Du träumst dich selbst,
Und meidest das Erwachen.
Ich halte die Wurzelwesenkraft,
Sie schaffet mir den Formenleib.
UNDINEN
Du denkst die Engelwerke
Und weisst es nicht.
Ich bewege die Wasserwachtumskraft,
Sie bildet mir den Lebensstoff.
SYLPHEN
Dir leuchtet die Schöpfermacht,
Du ahnst es nicht;
Du fühlest ihre Kraft
Und lebst sie nicht.
Ich schlürfe die luft'ge Lebekraft,
Sie füllet mich mit Seinsgewalt.
FEUERWESEN
Dir krafter Götterwille,
Du empfangst ihn nicht.
Du willst mit seiner Kraft,
Und stosset ihn von dir.
Ich däue die Feuer strebekraft,
Sie erlöst mich in Seelengeistigkeit.
GNOMENCHOR Erstrebe zu wachen UNDINEN Denke in Geiste SYLPHEN Lebe schaffend atmendes Dasein FEUERWESEN Empfange liebend Götterwillenskraft.
Traducido por J.Luelmo sept.2021
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