GA150 Erfurt, 13 de abril de 1913 De la influencia de los difuntos en el mundo de los vivos

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RUDOLF STEINER

ADVERTENCIA!!!

De las conferencias de los años 1913/14, que se enumeran en la bibliografía con los números 150, 152 y 154, las que tratan del tema “Preliminares al Misterio del Gólgota” se publicaron en un solo volumen (Bibl. No. 152). bajo este título. Las conferencias restantes, complementadas con algunas otras de esta época, aparecen ahora en la edición completa en dos volúmenes: en el presente volumen Bibl.No. 150 y en la Bibl. núm. 154 “¿Cómo se adquiere comprensión del mundo espiritual?”. En muchos aspectos ofrecen adiciones al volumen “Estudios ocultos sobre la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento” (Bibl. No. 140), particularmente en lo que respecta a la influencia concreta de los muertos en el mundo de los vivos. Las transcripciones en general pueden describirse como buenas. Sólo en las conferencias del 13 de abril de 1913 (mañana y tarde) y en la conferencia del 5 de mayo de 1913 el texto es inadecuado en algunos lugares y no puede describirse sistemáticamente como una reproducción literal de lo que dijo Rudolf Steiner. La conferencia del 12 de enero de 1913, de la que sólo se registran notas, se colocó al final del volumen.

DE LA INFLUENCIA DE LOS DIFUNTOS EN EL MUNDO DE LOS VIVOS

Erfurt, 13 de abril de 1913

Debe ser una gran alegría para nosotros que desde los distintos lugares de nuestro trabajo antroposófico hayamos podido reunirnos en esta ciudad, donde algunos de nuestros amigos llevan mucho tiempo trabajando juntos para intentar desarrollar la vida antroposófica para el desarrollo espiritual en circunstancias a veces conflictivas. Y el fruto de este trabajo es esta rama Johannes Raffael. Al reunirnos aquí desde el extranjero con nuestros amigos de Erfurt y poder inaugurar esta rama, podemos comenzar dirigiendo nuestras almas con algunos pensamientos al significado del trabajo antroposófico del presente para el desarrollo de la humanidad en general.

Queridos amigos, ¿Cómo nacen nuestras ramas antroposóficas? Si se piensa en ello, en realidad nacen de un modo milagroso. Porque florecen aquí y allá, como productos espirituales de la naturaleza, por así decirlo, y aquellos que se sienten llamados por su entusiasmo por la causa a fundar tal rama, se mantienen allí como un poder espiritual a través de sus sentimientos y a través de las fuerzas ocultas que hay detrás de estos sentimientos. Ellos sienten que tienen que hacer algo. Una rama no la funda la cultura externa de nuestro tiempo, sino el corazón de quienes se sienten llamados a ello. En la cultura actual no hay nada que pueda acercarse a las personas y sugerirles desde fuera, por así decirlo, que participen en el trabajo antroposófico. Los que se deciden a trabajar con la Antroposofía tienen mucho más que esperar del fomento de nuestros esfuerzos que comodidad y reconocimiento.  Entre las corrientes y esfuerzos habituales de la actualidad no existe ninguna que pretenda ganar almas para la Antroposofía, y cualquiera que observe lo que es nuestro movimiento antroposófico dará testimonio del hecho de que no se procede de manera agitadora en el sentido habitual. Aparte del hecho de que las circunstancias externas no permiten a los conferenciantes ir a otro lugar que donde son llamados, comprendemos la naturaleza del movimiento de tal manera que nos esforzamos por hacer todo lo posible para ofrecer a la gente la oportunidad de oír algo; pero deben acercarse a la obra antroposófica. Cuando se vea que se hace propaganda, se verá que esto no tiene nada que ver con la corriente que representamos, y así es como debe actuar todo movimiento que se levanta sobre el terreno del ocultismo. Hay que dejar que las propias almas vengan aquí. Y entonces este movimiento ve que aquí y allá florecen ramas antroposóficas, porque lo que afluye al movimiento sigue trabajando en la secuencia kármica correcta. Y generalmente resulta que las ramas son llevadas hacia el movimiento existente. Hay que subrayar que las ramas surgen a pesar de todos los prejuicios que prevalecen. Debe haber almas entusiastas que, por voluntad propia, avancen para fundar tales ramas.

No podemos contar con una gran eficacia desde el principio, y quienes se entusiasmen con nuestro trabajo no deben rehuir el ridículo y la burla. Deben familiarizarse con esto y también con el hecho de que el trabajo será inicialmente difícil y lleno de renuncias. En ningún otro lugar hemos experimentado decepción tras decepción. Se organizan conferencias públicas una y otra vez, pero en realidad sólo hemos tenido fracasos allí donde nos dejamos disuadir por los fracasos iniciales. Cuando hemos observado con calma cómo a la primera conferencia asistían cinco personas, la segunda permanecía completamente vacía, y aun así hemos continuado con el trabajo, por fin hemos tenido éxitos. Deberíamos independizarnos de los éxitos inmediatamente visibles, porque sentirse animado por los éxitos es fácil, pero no desfallecer es difícil. Esto último presupone que no tenemos apoyo externo. Así resulta que nuestras ramas a menudo tienen que trabajar desde una edad temprana. La incomprensión sigue a la incomprensión, pero uno debe educarse para encontrar lo que es correcto.

A veces también encontrábamos otro eco. Me llamaron a una ciudad -no diré el nombre- dos o tres veces para dar conferencias. Cuando no hubo éxito, la persona en cuestión dijo: Ya está bien, que la gente venga a pedirnos que demos conferencias. - Le dije que para eso tendríamos que esperar mucho tiempo, y todavía estamos esperando. Soy muy consciente de que es oportuno hablar aquí en agradecimiento a nuestros amigos tras años de duro trabajo. Los que han venido aquí con nosotros sentirán la gratitud. Los pensamientos que canalizan nuestros amigos aquí tendrán un efecto fortalecedor, y llegaremos más lejos si nos mantenemos fielmente unidos. Para el trabajo espiritual lo principal es el apoyo de las almas, cuanto más se les brinde este apoyo, mejor será el éxito del trabajo. Me gustaría decir que esta rama de Erfurt en particular ha expresado a través de un signo externo lo estrechamente que se siente conectada con nuestra forma de trabajar y actitud, y este sentimiento de conexión será un impulso espiritual interior para el éxito del trabajo.

Hasta cierto punto es un atrevimiento entrar en los detalles concretos de la investigación antroposófica, y en cierto sentido puedo calificar de logro de nuestro trabajo que la familiarización de nuestros amigos con la antroposofía nos haya llevado a desarrollar en algunas personas el sentimiento de que no sólo es posible desarrollar teorías, sino que el trabajo conduce al conocimiento. Se pueden desarrollar teorías, pero ese trabajo lleva al conocimiento. Es precisamente en estos campos donde uno hace los descubrimientos más extraños. Es curioso que personas de fuera que no conocen nada del trabajo antroposófico se pongan a criticar investigaciones concretas sin tener ni idea del trabajo espiritual necesario para establecer, por ejemplo, lo que se dice en mi libro "La dirección espiritual del hombre y de la humanidad". Se esfuerzan en criticar cómo se lleva a cabo la investigación en este campo. Por ejemplo, critican a los dos niños Jesús. Si uno se atiene a las verdades generales, puede que la gente se una a ellas. Pero cuando se trata de lo particular, no se puede hacer otra cosa que callar. Cada persona tendría que decirse a sí misma: Me resulta extraño cuando se hacen tales afirmaciones, pero no son de mi incumbencia.

Pero es tanto más valioso si nuestros amigos de Erfurt se sienten vinculados a estas cosas especiales. Pues no se comunican más cosas que las que pueden verificarse con los medios de que disponemos. Una de esas verdades es que Juan el Bautista es la misma alma que Rafael. Por eso me parece un hermoso acto espiritual llamar a esta rama la rama Juan Rafael, para expresar la comprensión íntima de una verdad espiritualmente investigada. Por eso esta consagración es también una consagración íntima. Al apoyarnos en una verdad tan oculta dándole un nombre, damos a conocer que nos mantenemos unidos en la fidelidad con respecto a las cosas que nos son más íntimas. Y entonces las palabras, pronunciadas por el portador del nombre como Novalis, que llegaron a nuestros oídos al comienzo de nuestra celebración de hoy, se convierten en algo profundo.

Debemos buscar lo más importante en los sentimientos y emociones que nos unen. Ellos no pueden surgir de otra manera que no sea sobre la base de nuestro conocimiento. Pero no debemos sentirnos cómodos. El conocimiento debe saber como prender un sentimiento de unión, y si corresponde a las intenciones de nuestros amigos cuando hago la consagración con unas palabras, entonces puedo decir tranquilamente: Pronunciar estas palabras es sumamente satisfactorio, es una consagración que corresponde al corazón. Por tanto, puedo decir: Que lo que os diga sea un impulso para lo que hemos comenzado. Trabajaréis bajo la protección de los poderes y fuerzas que sabemos que actúan invisiblemente entre nosotros: los maestros de la sabiduría y la armonía de los sentimientos, si realizamos nuestro trabajo con amor y fidelidad. Lo que estaba actuando a través de ustedes cuando intentaron dar un nombre a su rama por un impulso íntimo, puedo expresarlo en este momento: A los poderes protectores que velan por nosotros y nos dan impulsos para nuestro trabajo, que conocemos como los maestros de la sabiduría y la armonía de los sentimientos, invoco a los protectores del trabajo para que la rama florezca y sea un centro en esta ciudad, de lo que anhelamos como progreso espiritual. Y esto les brinda la oportunidad de enlazar con algo que he dicho para los amigos reunidos en Weimar, de enlazar en cierto modo, sin que sea necesario que cada uno de nosotros lo haya oído.

Se trata de la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento. Se ha dicho que después de abandonar el plano físico una persona puede tener en cierto modo dificultades para mantener el contacto con los que ha dejado atrás en la tierra. Puede existir la posibilidad de que el que ha atravesado la puerta de la muerte sepa de alguien que ha dejado atrás, sepa que yo experimenté esto con él hasta que hube atravesado la puerta de la muerte. En la conciencia de los muertos vive lo que se ha convivido en la tierra. A menudo, sin embargo, tal conexión no puede establecerse si la persona dejada atrás desarrolla pensamientos que no son de naturaleza espiritual.

Si alguien ha permanecido en la tierra y rara vez llena su alma de pensamientos espirituales, entonces se trata de un alma a la que el alma del difunto no tiene acceso. Esto se refiere a la forma en que la persona viva puede conectar con el difunto.

Una cierta línea de investigación me proporcionó una curiosa visión del contacto con los muertos. En primer lugar, podría parecer asombroso que Juan el Bautista trajera al mundo la actividad profética impregnada por los impulsos de la voluntad y luego reapareciera en esta alma de Rafael de una forma tan maravillosamente unificada, completamente volcada a una profunda entrega al mundo. Muchas cosas nos parecen asombrosas en la investigación espiritual. Muchas cosas nos parecen peligrosas porque son tan obvias. Y cuando después se profundiza en las cosas, éstas tienen un efecto demoledor en el alma cuando se ve que algunas cosas son diferentes de lo que se pensaba. Para aquellos que han reconocido como cierto un hecho como el que aquí se ilumina, la identidad de Juan y Rafael, es importante que mantengan una sensación de asombro. Puedo asegurar a aquellos que no pueden investigar tales hechos que algo no sale a la luz cuando se busca; tales cosas vienen sin ser buscadas. Pensar mucho en tales cosas ayuda muy poco. Mantener la calma y esperar hasta que llegue la inspiración ayuda más. Y entonces es bueno si uno puede sorprenderse en cierto modo de lo que surge.

Para la investigación ocultista no sirve el camino estricto de la razón. El asombro conduce a la comprensión gradual de que lo asombroso resulta ser comprensible. Así que un día me di cuenta de que Rafael, que pintaba de forma asombrosa, algo más estaba repercutiendo en su alma, y pude descubrir que lo que reververaba allí no era otra cosa que lo que emanaba de su padre. Su padre murió cuando Rafael tenía sólo diez años. Este padre quizás podría haber vivido un poco más, lo digo hipotéticamente por supuesto. Podría haber tenido la fuerza para vivir incluso más tiempo, pero llevó esta fuerza al mundo espiritual, y bajo ciertas circunstancias esta fuerza puede tener un poderoso efecto desde allí. El padre no era un gran pintor, pero interiormente era un pintor, vivía en ideas pictóricas que no podía plasmar a la realidad mientras permaneciera en el cuerpo físico. Envió sus poderes a su hijo desde el mundo espiritual, y por eso este joven Rafael pudo convertirse en un gran pintor. Adquirió la habilidad de pintar mediante lo que su padre le envió desde el mundo espiritual. Por supuesto, Rafael no se vio disminuido por esto, sino que fue sólo para mostrar cómo actúan las fuerzas del mundo espiritual en el mundo físico. Lessing hizo una afirmación curiosa. Dijo que Rafael se habría convertido en un gran pintor aunque hubiera nacido sin manos.

Si lográsemos comprender la influencia del mundo espiritual en el mundo físico, la vida progresaría enormemente.

Yo trabajé como educador durante mucho tiempo. Mi tarea era enseñar a los niños que habían perdido a su padre. Si educas a conciencia, tienes que tener en cuenta todas las circunstancias. Tienes que preguntarte cuáles son sus disposiciones, qué efecto tiene el entorno, etcétera. Yo había intentado considerar todo lo que se podía considerar externamente, pero seguía siendo una dificultad. Entonces me dije que el padre había muerto y que tenía ciertas intenciones para sus hijos. Cuando a continuación tuve en cuenta la voluntad del padre, funcionó. La fuerza de voluntad del padre estaba ahí. Ahí pueden ver cómo los muertos trabajan a su vez en el reino de los vivos.

No obstante, hay que insistir en que los muertos no pueden saber lo que hacen sus seres queridos en la Tierra, tal como se ha dicho esta mañana. Cuando alguien ha atravesado la puerta de la muerte, y sabe que sus impulsos están actuando en el mundo físico, para él puede representar un dolor no poder percibir nada de sus seres queridos. La persona muerta puede sentir un malestar interior si no puede saber lo que está ocurriendo ahí abajo. Pero si le enviamos comida, esta sensación desaparecerá. Como vivos, nosotros mismos debemos crear la oportunidad para que los muertos nos perciban. Ahora tengan en cuenta que podemos encender fácilmente la vida espiritual en nuestra alma a través de un pensamiento, por así decirlo. Ya constituye un pensamiento positivo importante el hecho de que sepamos que la persona fallecida está ahí, accesible para nosotros, cuando ha atravesado la puerta de la muerte, pues se trata de un pensamiento que nunca puede ser provocado por la preocupación por el mundo sensual-físico. En nuestra vida anímica debemos llevar claramente la convicción de que el difunto vive.

Ahora bien, en los tiempos en que no había nada por lo que conmoverse, no era exactamente necesario que existiera la antroposofía, pero los tiempos cambian en el transcurso de la evolución de la humanidad. Mientras que no hace tanto tiempo cada alma, aunque estuviera en contacto con la ciencias en uso en aquella época, podía convencerse de la vida de los difuntos, hoy el hombre está confundido. No sólo están confundidos los que dudan de la existencia de los muertos, sino también otras almas, y ésa es también la razón por la que la antroposofía tuvo que venir al mundo. Sabemos que los muertos viven. Lo que albergamos en el fondo de las almas es lo que importa y a menudo no tenemos ni idea de ello. Estamos en plena era mecánica, que nos ha dado ferrocarriles, barcos, telégrafos y otros inventos. ¿Qué significa, por ejemplo, viajar en un ferrocarril eléctrico, frente al hecho de que no hace tanto tiempo no se podía viajar en un ferrocarril eléctrico? Significa que se está rodeado de un conjunto puramente mecánico. Pero no deja de estar ahí y actúa en el alma de tal modo que es capaz de arrebatarnos la creencia en la vida del alma después de la muerte. Esta vida es arrancada de raíz. Contra los antiguos coches de caballos, la fe seguía en pie, pero no contra los medios de transporte actuales, en los que se necesitan fuerzas mayores y más potentes.

Ahora quisiera partir de algo que he dicho a menudo. Algunas personas quieren detener el movimiento antroposófico. Cuando se iba a construir el primer ferrocarril, se preguntó al Colegio de Médicos qué opinaba del proyecto desde el punto de vista de la salud de los viajeros. Los médicos expresaron serias reservas sobre el funcionamiento del ferrocarril y lo desaconsejaron enérgicamente. Sin embargo, si el ferrocarril se construía de todos modos, era absolutamente esencial que se erigieran altos muros de tablones a lo largo de la vía, pues de lo contrario los pasajeros sufrirían sin duda conmociones cerebrales por el rápido cambio de imágenes. Pero esta opinión experta no pudo detener el progreso, y tampoco se detendrá el movimiento antroposófico por los esfuerzos contrarios. No pretendía burlarme del Consejo Médico, sólo quería decir que el progreso no puede ser detenido por un dictamen pericial de este tipo; sigue su curso a pesar de sus oponentes. De hecho, los ferrocarriles han puesto más nerviosa a la gente, y la humanidad ha cambiado como resultado de los ferrocarriles. Toda la estructura de la vida mental ha cambiado, la gente habría permanecido más encerrada en sí misma si los ferrocarriles no hubieran existido. El informe del experto puede haberse equivocado, pero tenía razón.
El transcurso de la evolución de la Tierra es tal que tenía que llegar como llegó. La Antroposofía no querrá recortar nada, pero estará claro que la fe se podía sobreponer contra las antiguas diligencias, pero no contra los ferrocarriles.

La Antroposofía trabaja en el subconsciente y la creencia en el mundo espiritual será un factor importante en el desarrollo ulterior de las personas. En los círculos más amplios la fe ya no es sincera. Por lo tanto, hay que poner en práctica las razones que emanan de la Antroposofía. Si consideramos esto, entonces encontramos que en tiempos más antiguos la gente tenía una inclinación espiritual hacia los muertos, podían darles suficiente fuerza. Hoy es necesario el conocimiento espiritual y vemos que el pensamiento espiritual de la continuidad de la vida del alma debe ser alimentada por el conocimiento. Podemos decir: Debido a que nuestro tiempo ha tomado una forma determinada, era necesario dejar que la antroposofía fluyera en este tiempo y esta corriente hará posible de nuevo que los vivos se sientan conectados con los muertos. El hombre no tiene por qué estar desolado porque permanezca aquí, ya que puede convertirse en apoyo para los difuntos.

Pero los difuntos también pueden convertirse en nuestros ayudantes. Algunas personas saben muy bien cuánto les deben a los difuntos. En términos de conocimiento espiritual, se pueden deber muchas cosas a los muertos, y esta experiencia, por ejemplo, siempre fue extremadamente importante para mí, que los muertos, los que murieron pronto, fueron precisamente ayudantes. No siempre se da el caso de que la persona que ha atravesado la puerta de la muerte tenga que haber destacado intelectualmente aquí en la tierra para poder ayudar a los vivos. A menudo mueren niños pequeños y, sin embargo, suelen ser almas avanzadas en el mundo espiritual y pueden decirnos mucho. Quien sólo mire el asunto intelectualmente no podrá penetrar en tales secretos.


Antes dije que los muertos pueden mostrarnos esto y aquello. ¿Cómo es esto posible? Permítanme que les ponga un ejemplo. Anteriormente he mencionado a menudo cómo ocurre con el cuadro de Rafael "La escuela de Atenas". Se suele considerar que las dos figuras del centro son Platón y Aristóteles. Esto es una tergiversación, y cualquiera que mire el cuadro a la manera de Baedecker, que dice que las figuras individuales representan a estas o aquellas personalidades, no podrá sacar mucho provecho de este importante cuadro. La única figura es Pablo, que aparece en Atenas entre los filósofos. Muchas cosas me quedaron claras cuando utilicé la Crónica Akáshica para rastrear lo que había llevado a Rafael hasta el cuadro. Otras investigaciones me habían convencido de cómo surgieron los Evangelios, que no están relacionados con la "Escuela de Atenas". Los escritores de los Evangelios habían determinado a veces las fechas según las estrellas, es decir, habían practicado la astrología. Esto es un hecho en sí mismo y en un principio no tiene ninguna relación con el cuadro de Rafael. Ahora bien, tuve la suerte o la gracia: un alma que murió relativamente pronto me llamó la atención sobre la relación entre los lados derecho e izquierdo del cuadro y me dijeron que las palabras del Evangelio de San Lucas, que estaban sobre el cuadro, se habían pintado después encima y sobre ellas se habían escrito palabras de la escuela pitagórica. Ahora se entiende también el gesto de que allí se señala la astronomía con el compas, y pude determinar que Rafael debía mostrar la astronomía a la derecha. Y lo que allí fuese reconocido se escribía y recopilaba en el otro lado. Así que los evangelios fueron escritos a partir de la astronomía. Bueno, ya ven, era importante para mí para llamar su atención sobre la conexión entre los vivos y los muertos. La persona que emprende algo así cuando ha atravesado la puerta de la muerte puede enfrentarse a los acontecimientos espirituales del mismo modo que un niño se enfrenta a la naturaleza. Observa la naturaleza pero no la comprende. Sin embargo, puede comunicar cosas maravillosas por intuición.

Lo que se desarrolla con pensamientos intelectuales no llega a los muertos. Los vivos deben estar disponibles para los muertos. El muerto debe poder volverse hacia los pensamientos de los vivos, y lo que experimenta debe poder verse a partir del reflejo de los pensamientos de los vivos en él.

La antroposofía nunca existiría en el mundo espiritual si las personas no la hubieran adquirido en la tierra. Por lo tanto es verdad que los iniciados que trabajan en la tierra tienen en sus almas los pensamientos mediante este camino indirecto, y que los muertos pueden aceptar estos pensamientos. No se puede decir, por qué queremos leer a los muertos, ya que los muertos viven en el mundo del cual tenemos pensamientos. Los niños también viven en el mundo del que hablamos. Los niños no tienen en la tierra lo que aporta la ciencia, pero pueden absorber la antroposofía en el mundo espiritual. Sin embargo, esta antroposofía sólo puede llegar a los muertos desde la tierra.

Espero que nos entendamos en esto. En efecto, es evidente que la persona que se presenta ante uno como un muerto, experimenta en su interior algo así como un anhelo. Pero él no sabe de qué se trata este anhelo. Uno se junta con él, y si es llevado por esto a entrar en una relación con él, en ese caso se puede trabajar con los muertos en todas las relaciones. Si uno se mantiene en la sabiduría espiritual, se ilumina, y esa luz la perciben los muertos. Pero si el alma no absorbe la sabiduría espiritual, permanece oscura y los muertos no pueden percibir esa alma. El hecho de que los muertos puedan vivir con nosotros depende de lo que podamos ofrecerles.

Esta es la otra faceta de lo que hemos discutido esta mañana. Llevamos a cabo aquello que proporciona a los muertos satisfacción interior, y ése será en verdad el fruto más hermoso de la vida y el trabajo antroposóficos, que no sólo se tiene fe en la vida de los muertos, sino que cada vez más se convertirá en una obra, una obra del alma, que atrae a los muertos. Y esto cada vez será más necesario para el desarrollo de la cultura. Cuanto menos se llene el hombre de sabiduría espiritual, menos permanecerá conectado a lo que permanece de la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento. En el mundo físico, las almas se empobrecerán y enfriarán cada vez más si no se vuelven hacia la vida espiritual. Sólo se asimilarán mediante el trato con el mundo espiritual.

Se permitirá que un pensamiento viva fortaleciéndose en nuestras almas: que nuestro trabajo no puede darse por concluido cuando hayamos atravesado la puerta de la muerte, no puede darse por concluido para el progreso de la cultura, sino que más bien podemos trabajar hacia abajo si nuestro trabajo ha de retomarse abajo. Si el mundo espiritual nos fuera accesible sin que el hombre hiciera nada por acceder a él, se volvería laxo. El hombre debe hacer algo por él. Esta es precisamente para nosotros la prueba de la verdad fundamental que se desprende de la Antroposofía.

Traducido por J.Luelmo mar,2024

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