GA174 Dornach 22 de enero de 1917 Conciencia de sueño y conciencia después de la muerte

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RUDOLF STEINER


 EL KARMA DE LA FALSEDAD

Dornach 22 de enero de 1917

XXIII conferencia

En el ciclo de conferencias de Viena sobre La naturaleza interior del hombre y la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, recordarán que describí conceptos, -o mejor dicho, experiencias anímicas internas-, a través de las cuales el ser humano puede acercarse a esos mundos de los que hemos hablado y que compartimos con las almas desencarnadas de aquellos que han traspasado el portal de la muerte y se preparan para una nueva vida en la Tierra. Sobre la base de esas conferencias, podrán impregnarse de vida un concepto que es indispensable si pretendemos llegar a una verdadera comprensión del mundo espiritual, y es que muchas cosas, -digo muchas cosas, no todo-, son desde el punto de vista del mundo espiritual, totalmente opuestas a lo que se revela en el mundo físico. Sobre esta base, consideremos la forma en que el ser humano se adentra, y también mira, en la vida del mundo espiritual.

Aquí en la Tierra, atados a nuestro cuerpo físico como estamos entre el despertar y el dormir, utilizando este cuerpo físico como instrumento para nuestras experiencias en el mundo, sentimos una falta de capacidad para comprender el mundo espiritual y captar sus revelaciones. Mientras estemos encerrados en nuestro cuerpo físico, y para percibir cualquier cosa, tenemos que utilizar los toscos instrumentos de este cuerpo físico. No podemos evitar utilizarlos. Y cuando no podemos utilizarlos, como ocurre entre el momento de dormir y el de despertar, nuestro cuerpo astral y nuestro Yo, -que son adquisiciones recientes de la época de la antigua Luna y de los períodos anteriores de la Tierra-, están demasiado atenuados, demasiado íntimos, para detectar nada. Por supuesto, el mundo espiritual está siempre a nuestro alrededor, igual que el aire nos rodea constantemente. Y si nuestro cuerpo astral y nuestro Yo fueran, -digámoslo así-, suficientemente densos, deberíamos ser siempre capaces de percibir, de captar, lo que nos rodea en el mundo espiritual. No podemos hacerlo porque en nuestro cuerpo astral y en nuestro ser yoico estamos demasiado atenuados; no son todavía instrumentos plenamente formados, como los sentidos físicos o el cerebro, de los que se sirve nuestra capacidad de formación de ideas para alcanzar experiencias de vigilia en el alma.

Una vez atravesado el portal de la muerte, el ser humano se encuentra en general, como ya saben, -al menos durante las primeras décadas-, dotado de un grado de sustancia similar al de nuestro estado de dormir mientras estamos en la Tierra. Esta sustancia no puede permanecer tan atenuada como la correspondiente al tiempo de nuestra encarnación física, pues de lo contrario todas las experiencias entre la muerte y un nuevo nacimiento permanecerían totalmente inconscientes. No es así, como bien sabemos. Por el contrario, entre la muerte y el nuevo nacimiento se produce una conciencia ciertamente diferente, pero mucho más brillante y poderosa que la que prevalece mientras estamos en nuestro cuerpo físico. Entonces debemos preguntarnos cómo surge esta forma de conciencia mientras moramos en nuestro cuerpo astral y en nuestro ser yoico.

En la vida física aquí en la tierra poseemos nuestro instrumento físico que nos impregna, o podríamos decir nos envuelve, con todos los ingredientes que componen el mundo físico: es decir, los reinos mineral, vegetal y animal. El cuerpo físico así preparado para nosotros es nuestra herramienta para la vida de vigilia. Del mismo modo, se nos prepara una herramienta que nos sirve entre la muerte y un nuevo nacimiento. Puesto que somos seres humanos, lo primero que se nos prepara después de la muerte, en cuanto nos despojamos de nuestro cuerpo etérico, es algo que procede de la jerarquía de los ángeles. Estamos mezclados con la sustancia de la jerarquía de los ángeles. Un ser de esta jerarquía nos pertenece realmente, es el ser dirigente de nuestra individualidad humana. A medida que crecemos hacia el mundo espiritual, a este ser de la jerarquía de los ángeles que nos pertenece se le unen otros seres de esta jerarquía, y juntos forman en nosotros, o mejor dicho para nosotros, una especie de organismo angélico, cuya estructura difiere de la de nuestro organismo físico.

Para hacer un diagrama de esto, podríamos decir: Crecemos hacia arriba a través del portal de la muerte hacia el mundo espiritual. Esto es un esbozo de nuestra propia individualidad (malva en el diagrama 1). Unido a ella está el ser angélico concreto que, sentimos, nos es proporcionado por la jerarquía de los ángeles (rojo). Pero cuando dejamos a un lado nuestro cuerpo etérico, este ser angélico forma una relación con otros seres de la jerarquía de los ángeles, se une a ellos y sentimos todo el mundo de los ángeles dentro de nosotros. Lo sentimos dentro de nosotros, es una experiencia interior, excepto, por supuesto, por las experiencias externas que también resultan.

diagr. 1

Esta impregnación por el mundo de los ángeles nos permite relacionarnos con otros seres humanos incorpóreos que han atravesado el portal de la muerte antes que nosotros. Permítanme decirlo así: Del mismo modo que aquí nuestros sentidos nos vinculan con el mundo exterior, la condición de estar inmersos en el mundo de los ángeles nos vincula con los seres espirituales, incluidos los seres humanos, que encontramos en el mundo espiritual. Del mismo modo que aquí, en el mundo físico, según las condiciones imperantes, recibimos un organismo que está estructurado de una determinada manera, así también recibimos un organismo del espíritu que es creado por esta red de sustancias angélicas. Sin embargo, la forma en que se estructura esta red de sustancias angélicas depende en gran medida de la manera en que ascendemos al mundo espiritual. Si ascendemos de tal manera que tenemos poca sensibilidad para con el mundo espiritual porque tenemos demasiados vestigios de placeres físicos, impulsos e instintos, simpatías y antipatías físicas, entonces la formación de nuestro organismo angélico es difícil. Por eso nos quedamos un tiempo en el mundo del alma, como lo llamamos, para liberarnos de todo lo que nos impregna del mundo físico y nos impide formar correctamente nuestro organismo angélico. Este se desarrolla gradualmente mientras permanecemos en el mundo del alma. Crecemos hacia este organismo angélico. Pero al mismo tiempo surge otra necesidad: la necesidad de impregnarnos no sólo de este organismo angélico, sino también de otra sustancia, la de un organismo arcangélico. Nuestra conciencia en el mundo espiritual entre la muerte y un nuevo nacimiento permanecería sumamente embotada si no pudiéramos impregnarnos del organismo arcángel. Si sólo nos impregnáramos del organismo angélico, seríamos soñadores en el mundo espiritual. Estaríamos tejidos de toda clase de sustancias imaginativas pertenecientes al mundo espiritual, pero soñaríamos nuestro tiempo entre la muerte y un nuevo nacimiento. Para que no soñemos este tiempo, para que pueda surgir una conciencia fuerte y clara, tenemos que ser impregnados por el organismo arcangélico (azul en el diagrama).

Esto proporciona a nuestra conciencia la claridad adecuada. Sólo así despertamos en el mundo espiritual. Ahora bien, el grado en que despertamos en el mundo espiritual determina el grado en que podemos tener una relación libre con el mundo físico. Y una relación libre con este mundo físico es algo que debemos tener. Preguntemos cuál es la relación del mundo físico con los seres humanos encarnados que han atravesado el portal de la muerte. La respuesta a esta pregunta la encontrarán también en las conferencias pronunciadas en Viena. Aquí, en el mundo físico, es difícil para los seres humanos, por muy fuerte que sea su anhelo, elevarse en pensamientos y sentimientos hasta una percepción del mundo espiritual, celestial. El ser humano está sediento de ideas sobre el mundo celestial, pero no puede desplegar fácilmente la poderosa capacidad de formación de ideas necesaria para poner este mundo celestial a su alcance. En cierto sentido, la situación es la opuesta durante la vida en el mundo espiritual entre la muerte y un nuevo nacimiento. En este mundo nos acompaña lo que experimentamos en el mundo físico; nos acompaña lo que fue importante en el mundo físico, lo que percibimos aquí. Todo esto nos acompaña de forma extraordinaria. Los ejemplos que doy les mostrarán lo complicadas que son estas cosas. A la luz de nuestra capacidad para formar ideas en el mundo físico, estos ejemplos parecerán a veces grotescos -incluso paradójicos-, pero es imposible entrar de manera concreta en el mundo espiritual sin tener en cuenta también precisamente estas ideas.

La percepción de todo lo que existe en el reino mineral se pierde casi tan pronto como atravesamos el portal de la muerte. Aquí, en el mundo físico, como tenemos sentidos, nuestra capacidad de percepción es mayor con respecto al reino mineral. De hecho, casi podríamos decir que es prácticamente exclusiva, pues aparte del reino mineral no hay mucho que podamos percibir mientras estemos confinados a nuestros sentidos. Se podría decir que también percibimos animales y plantas. ¿Por qué? Una planta está llena de minerales, y lo que percibimos en la planta es todo lo mineral que fluye y pulsa a través de ella. Lo mismo ocurre con los animales. Así que es cierto decir que aquí en la tierra los seres humanos perciben con sus sentidos casi exclusivamente lo que pertenece al reino mineral. Cuando morimos este reino mineral, tan claramente percibido aquí, desaparece. Pongamos un ejemplo. Cada día percibes la sal en tu mesa, la percibes como un producto mineral externo. Pero alguien que ha dejado su cuerpo y atravesado el portal de la muerte no puede ver esta sal en el salero. Sin embargo, cuando espolvorea la sal en su sopa, y luego la traga, se produce un proceso en su interior, y ese proceso, que va acompañado de la sensación del sabor salado, es percibido por el que ha muerto. Desde el momento en que tu lengua empieza a saborear la sal, desde el momento en que se produce un proceso en tu interior. Así son las cosas. Así pues, los que han atravesado el portal de la muerte no pueden percibir el reino mineral a menos que influya de alguna manera en un organismo humano, animal o vegetal. Esto demuestra que lo que podría llamarse el entorno externo de los muertos es muy diferente de lo que estamos acostumbrados a llamar nuestro entorno aquí entre el nacimiento y la muerte.

Sin embargo, hay algo que siempre permanece perceptible para los muertos, y es importante prestarle atención. Es lo que ha sido llenado con pensamientos y sentimientos humanos; son los pensamientos humanos los que son percibidos. La sal en un salero, como producto de la naturaleza, no es percibida por los muertos. Tampoco perciben el salero, ya sea de cristal o de cualquier otro material. Pero en la medida en que los pensamientos humanos han llegado a reposar en el salero durante el proceso de su fabricación, estos pensamientos humanos son percibidos por los muertos. Cuando se tiene en cuenta cómo todo lo que nos rodea, excepto lo que es puramente producto de la naturaleza, lleva la firma de los pensamientos humanos, se tendrá una buena idea de lo que los muertos pueden percibir. También perciben todas las relaciones entre los seres, incluidas las relaciones entre los seres humanos. Todo esto está vivo para ellos.

Sin embargo, hay ciertas cosas en el mundo físico de las que los muertos se esfuerzan por librarse; quieren expulsarlas de sus ideas y experiencias anímicas, por así decirlo, borrarlas. Su deseo de hacerlo es comparable al anhelo de los seres humanos aquí en la Tierra de obtener ciertas percepciones sobre el mundo del más allá. Aquí anhelamos alcanzar ideas sobre el otro mundo. Después de la muerte, en lo que respecta a ciertos asuntos humanos aquí en la tierra -el mundo del más allá, desde el punto de vista de los muertos-, anhelamos extinguirlos, borrarlos. Pero para ello es necesario llenarse de las sustancias de las jerarquías superiores de ángeles y arcángeles. Una vez que los muertos están llenos de estas sustancias pueden extinguir de su conciencia lo que debe ser extinguido.

Esto, pues, les ofrece una idea de cómo los muertos crecen en el mundo espiritual llenando su individualidad hasta el fondo con las sustancias de los seres de la jerarquía superior. Es muy importante comprender que para eliminar de la conciencia todas las cosas con las que están más o menos personalmente relacionados, -y esto significa todo lo fabricado y que, por consiguiente, lleva en sí pensamientos humanos que permiten a los muertos percibirlo-, los muertos deben, ante todo, llenarse de la sustancia de los ángeles. Otras cosas también deben ser desechadas, deben ser extinguidas, para que los muertos puedan encontrar su camino hacia una estancia adecuada en el mundo espiritual.

Aunque desde nuestro punto de vista aquí en la tierra suene extraño, existe un obstáculo para crecer en lo que nos da una conciencia clara e iluminada en el mundo espiritual. Este obstáculo que se interpone en el camino de crecer fácilmente en el mundo espiritual es, por extraño que parezca, el lenguaje humano, el lenguaje que usamos aquí en la tierra con el propósito de un entendimiento físico de un ser humano a otro. Los muertos tienen que alejarse gradualmente del lenguaje, de lo contrario permanecerían atrapados en las afinidades que les atan al lenguaje y que les impedirían crecer en el reino de los arcángeles. En definitiva, la lengua sólo es adecuada para las condiciones terrenales. Y dentro de las condiciones terrenales el ser humano se ha vinculado, en su alma, muy fuertemente con el lenguaje. Para muchas personas, especialmente ahora en esta era materialista, el pensar ha llegado a estar virtualmente contenido en el lenguaje. Hoy en día, la gente apenas piensa en pensamientos, pero sí en lenguaje, en palabras. Por eso les resulta tan satisfactorio encontrar el término adecuado para algo. Pero tales términos, tales definiciones en palabras, sólo son válidas aquí en la vida física, y después de la muerte nuestra tarea es liberarnos de las definiciones en palabras.

También en estas cuestiones, la ciencia espiritual nos da una cierta posibilidad de encontrar nuestro camino en el reino de lo suprasensible. Cuántas veces les digo que para llegar a un concepto genuino sólo podemos aproximarnos; sólo podemos, por así decirlo, sentir nuestro camino alrededor de las palabras reales. Cuántas veces no les he mostrado cómo tenemos que esforzarnos por alcanzar el concepto abordándolo desde todos los lados, experimentando con el uso de diferentes expresiones a fin de liberarnos de las palabras reales. En cierto sentido, la ciencia espiritual nos emancipa del lenguaje. De hecho, lo hace muy plenamente, introduciéndonos así en la esfera que compartimos con los muertos.

La emancipación del lenguaje está íntimamente ligada a la forma en que los muertos crecen en la sustancia de los arcángeles. Al emanciparnos del lenguaje en la ciencia espiritual, al crear conceptos en la ciencia espiritual que son más o menos independientes del lenguaje, construimos un puente entre el mundo físico y el espiritual.

Observen claramente lo que acabo de decir. Entonces descubrirán que han comprendido una conexión importante entre el mundo físico y el espiritual. Y si piensan en ello de forma viva, descubrirán un medio importante para comprender todo tipo de impulsos que emanan de esas fraternidades de las que hemos hablado en numerosas ocasiones en las últimas semanas. De las diversas cosas que he dicho habrán deducido que esas fraternidades se dedican a encadenar a los seres humanos al mundo material. Hace poco hablamos de cómo estas fraternidades están deseosas de hacer que el materialismo sea supermaterialista o, en cierto modo, de crear una especie de inmortalidad ahrimánica para sus miembros. Pueden hacer esto con más fuerza representando intereses de grupo, egoísmos de grupo, y ciertamente lo hacen de manera sobresaliente.

Una forma de representar un interés de grupo es la que siguen las más influyentes de estas fraternidades, cuyo punto de partida es algo que ya les he descrito. Su objetivo es sumergir a fondo el quinto periodo cultural postatlante en todo lo relacionado con la lengua inglesa. Para estas hermandades, la definición misma del quinto período postatlante es que todo elemento anglófono pertenece al quinto período postatlante. Así, incluso en su principio primario, restringen las cosas a un interés egoísta de grupo.

Esto implica algo extremadamente importante desde el punto de vista espiritual. Significa que su intención es nada menos que el objetivo de influenciar no sólo a los individuos humanos mientras están encarnados en cuerpos físicos entre el nacimiento y la muerte, sino de hecho a todos los individuos humanos, incluyendo a aquellos que están viviendo entre la muerte y un nuevo nacimiento. Se esfuerzan por dejar que las individualidades humanas entren en el mundo espiritual y se sumerjan en la jerarquía de los ángeles, pero luego impiden que se sumerjan a su vez en la jerarquía de los arcángeles. Se podría decir que el objetivo es deponer a la jerarquía de los arcángeles de la evolución de la humanidad.

Quizás no aquellos de ustedes que se han unido a nosotros recientemente, pero ciertamente aquellos que han estado con nosotros durante un tiempo considerable descubrirán, si prestan mucha atención a muchas cosas que se les han dicho, que hay claros signos de tales cosas, incluso en la Sociedad Teosófica. Aquellos de ustedes que compartieron la vida de la Sociedad Teosófica seguramente recordarán que ciertos miembros dirigentes de esa sociedad, especialmente el notorio Sr. Leadbeater, dijeron en muchas palabras que de muchas maneras la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento era una especie de vida de ensueño. Aquellos de ustedes que hayan sido miembros de la Sociedad Teosófica durante algún tiempo sabrán que tales cosas circulaban.

No es extraordinario que se hayan dicho tales cosas, pues en el caso de algunas almas, que habían sido influenciadas con éxito de este modo y que fueron encontradas por Leadbeater en el mundo espiritual, esto había sucedido realmente. En efecto, a estas almas se les había impedido el contacto con el mundo de los arcángeles y, por tanto, carecían de una conciencia fuerte y clara. Así pues, Leadbeater observaba a su manera a las almas que habían caído presas de las maquinaciones de esas fraternidades, sólo que no llegaba a observar qué había sido de esas almas al cabo de un tiempo. Esas almas no pueden pasar todo el tiempo entre la muerte y un nuevo nacimiento sin los ingredientes que normalmente les daría el mundo de los arcángeles, así que tienen que recibir otra cosa en su lugar. Y, efectivamente, reciben algo que es un equivalente; efectivamente, están impregnadas de algo; ¿Pero de qué? Están impregnados de algo que proviene de los arcai que se han quedado en la etapa de los arcángeles. Así que, en lugar de ser impregnados por la sustancia de los verdaderos arcángeles, -como sería normal-, son impregnados por arcai, por espíritus del tiempo, pero por aquellos que no han ascendido al nivel de los espíritus del tiempo, sino que se han quedado atrás en el nivel de los arcángeles. Se habrían convertido en arcai si hubieran evolucionado normalmente, pero se han quedado atrás en el nivel de los arcángeles. Eso significa que estas almas están impregnadas por las influencias ahrimánicas de la manera más fuerte.

Es necesario tener una idea adecuada del mundo espiritual para comprender todo el significado de un hecho como éste. Cuando se utilizan medios ocultos en un esfuerzo por asegurar a un solo espíritu del pueblo el gobierno sobre el mundo entero, esto significa que la intención es influir incluso en el mundo espiritual. Significa que en el lugar del gobierno legítimo de los muertos por los arcángeles, se pone el gobierno ilegítimo de los archai que han permanecido en la etapa de los arcángeles y que son, por lo tanto, espíritus ilegítimos del tiempo. Con ello se consigue la inmortalidad ahrimánica.

Podríamos preguntarnos por qué el ser humano puede ser tan insensato como para dejarse programar para alejarse de la evolución normal y tomar otra dirección evolutiva. Se trata de un juicio miope, pues no tiene en cuenta que, a partir de ciertos impulsos, los seres humanos pueden llegar a anhelar la inmortalidad en mundos distintos de los que serían normales. Está muy bien que no anheles participar en una especie de inmortalidad ahrimánica. Pero así como toda clase de cosas son incomprensibles, así tendrán que admitir que debe permitirse que siga siendo incomprensible, si la gente en el mundo normal, -incluyendo la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento-, quiere escapar de este mundo normal, diciendo -por así decirlo: No queremos que Cristo sea nuestro guía, Cristo, que es el guía del mundo normal; queremos un guía diferente, pues queremos oponernos a este mundo normal. A partir de los preparativos a los que se someten - ya os los he descrito -, a partir de los preparativos provocados por la magia ceremonial, adquieren la impresión de que el mundo de los poderes ahrimánicos es un mundo espiritual mucho más poderoso y que, sobre todo, les permitirá continuar lo que han conseguido en el mundo físico: hacer inmortales sus experiencias materialistas en la vida física.

Ha llegado el momento de examinar estas cosas, porque quienes no las conocen, quienes no saben que existen hoy en día, no están en condiciones de comprender lo que ocurre. Detrás de todo lo visible en el mundo físico hay algo sobrenatural, algo físicamente imperceptible. Y no son pocos los que hoy trabajan, para bien o para mal, con medios, con impulsos que se ocultan tras lo que los sentidos pueden percibir. Puede decirse que el mundo en que vivimos seguirá su evolución adecuada si los seres humanos se ponen al servicio de Cristo. Pero hay muchos y variados medios para evitarlo, y algunos de ellos están tan cerca de casa que no es fácil hablar de ellos. La gente no tiene idea de lo que puede propagarse a través de las almas humanas, y al mismo tiempo actuar como un impulso oculto inconmensurablemente fuerte.

Ustedes saben, -ahora esto está cerca de casa-, que en cierto momento se declaró la doctrina de la infalibilidad. Esta doctrina de la infalibilidad -y este es el aspecto importante-, es aceptada por mucha gente. Pero alguien que sea un verdadero cristiano podría preguntarse sobre esta doctrina de la infalibilidad. Podría preguntarse qué habrían dicho al respecto los primeros padres de la Iglesia, que estaban mucho más cerca del sentido original del cristianismo. ¡Lo habrían calificado de blasfemia! En un sentido verdaderamente cristiano, esto daría en el clavo. Y al mismo tiempo señalaría un método ocultista excepcionalmente eficaz de estimular la fe por medio de algo eminentemente anticristiano. Esta fe representa un importante impulso ocultista en una dirección particular, alejada de la evolución cristiana normal. Como ven, podemos tocar algo bastante cercano, y dondequiera que lo hagamos en el mundo encontramos impulsos ocultos.

Un impulso ocultista igualmente poderoso, que fracasó, fue pretendido por la Sra. Besant cuando lanzó el fiasco de Alcyone. Si hubiera arraigado la creencia en la encarnación de Jesús en Alcyone, esto se habría convertido en un fuerte impulso ocultista. Así que ya ven que incluso la mera difusión de ciertos conceptos, ciertas ideas, puede contener fuertes impulsos ocultistas. Y como esas fraternidades de las que he hablado se han impuesto la tarea de convertir el quinto período post-atlante, -en el interés egoísta de su grupo-, en el objetivo a largo plazo de la evolución terrestre, eliminando lo que debería venir a esta evolución terrestre en los períodos post-atlantes sexto y séptimo, comprenderán por qué esas fraternidades envían al mundo las cosas que he descrito. Para alcanzar sus objetivos tienen que crear impulsos que tengan sentido no sólo para los seres humanos encarnados, sino también para los que no lo están. Ha llegado el momento en que es necesario que al menos unos pocos individuos solitarios comprendan estas cosas para que puedan hacerse una idea de lo que realmente está sucediendo y se está llevando a cabo.

Para que esto sea posible, deben surgir conceptos sobre la vida de la humanidad en la tierra que sean cada vez más correctos. Es impensable que puedan continuar esos conceptos que tanto daño están causando en nuestro tiempo. Porque cuantos más seres humanos tengan los conceptos correctos, menos podrán ciertas tendencias ocultas crear problemas. Sin embargo, mientras en Europa se sigan diciendo las cosas que se están diciendo hoy en día, cosas que distorsionan deliberadamente la verdad sobre las relaciones de las naciones entre sí, esto es señal de que muchos impulsos ocultos están actuando con el objetivo de distraer la evolución terrestre y alejarla del sexto período postatlante. Al fin y al cabo, el sexto período postatlante traerá consigo cosas importantes. He insistido mucho en que Cristo murió por el ser humano individual. Debemos ver esto como un aspecto esencial del Misterio del Gólgota. El cual tiene una importante tarea durante el quinto período postatlante, que dejaremos de lado por el momento. Pero también tiene una tarea importante en el sexto período. Se trata de ayudar al mundo a superar los últimos vestigios del principio de nacionalidad. Que esto no suceda, que se tomen medidas a tiempo para impedir cualquier influencia de Cristo en el sexto período postatlante, éste es el propósito al que sirven los impulsos de las fraternidades que quieren preservar el quinto período postatlante de la manera que he mostrado.

La única contramedida es crear los conceptos correctos e impregnarlos gradualmente cada vez más de vida. Estos conceptos correctos deben vivir. Las naciones podrían convivir pacíficamente si se esforzaran por descubrir los conceptos e ideas correctos sobre sus relaciones. Como ya he dicho, ningún programa, ninguna idea abstracta, sino únicamente los conceptos concretos correctos, pueden conducir a lo que debe suceder. Por difícil que resulte frente a las ideas actuales, de las que, por supuesto, nuestros amigos también se han contagiado no poco, es necesario, no obstante, llamar la atención de la gente sobre diversos aspectos que pueden conducir a los conceptos correctos. Todos ustedes tienen a su disposición los materiales necesarios en los que basar estos conceptos correctos, pero estos materiales no están iluminados correctamente. En cuanto estén correctamente iluminados, llegarán a las ideas correctas y concretas.

Retomemos ahora algo que ya hemos discutido desde cierto punto de vista. Aquí en este globo, en la Europa que habitamos, se habla de las relaciones entre las naciones de un modo que inflige una tortura absoluta a los muertos, pues todas las ideas y conceptos se basan en las peculiaridades del lenguaje. Al formar conceptos sobre la nacionalidad basados en las peculiaridades del lenguaje, la gente tortura persistentemente a los muertos. Una forma de torturar a los muertos, una forma de no mostrarles amor, es participar en sesiones espiritistas. Para ello se les obliga a manifestarse en una lengua determinada. Se espera que el muerto hable una lengua determinada, ya que incluso con el table-rapping los signos tienen que referirse a una lengua determinada. Lo que se hace a los muertos obligándoles a expresarse en una lengua determinada podría compararse perfectamente con pellizcar a alguien vivo en carne y hueso con unas tenazas al rojo vivo. Así de dolorosas son para los muertos las sesiones espiritistas en las que se les obliga a expresarse en una lengua determinada. En su vida normal, los muertos se esfuerzan por liberarse de las diferencias entre idiomas.

Así pues, simplemente hablando de las relaciones entre los pueblos de Europa en conceptos basados en la lengua, estamos haciendo algo sobre lo que apenas podemos comunicarnos con los muertos. Por eso podría decir que hoy es necesario, o empieza a serlo, formar conceptos de un tipo que pueda discutirse con los muertos, o sobre los que podamos tener comunicación con ellos. Por supuesto, no es necesario inundar el mundo de volapuk o de cualquier otro lenguaje construido, pues si bien es cierto que todas las personas visten ropa, no es necesario que todas vistan la misma ropa. Pero, por otro lado, no se puede esperar que veamos nuestra ropa como parte de nosotros mismos. Del mismo modo, algo que necesitamos para el mundo físico, a saber, la diferenciación entre lenguas, -que sirven para traer el reino espiritual al mundo físico-, no puede considerarse como perteneciente a nuestro ser arquetípico más íntimo. Esto hay que tenerlo claro.

Entonces, ¿Cómo podemos llegar a conceptos que se eleven gradualmente por encima de los elementos étnicos que se basan casi exclusivamente en el lenguaje? También en esto la Antroposofía debe superar a la mera antropología, que en realidad no tiene otro medio de responder a esta pregunta que remitiéndose a las diferenciaciones del lenguaje.

Como ya he dicho, los pueblos de Europa podrían vivir fácilmente en paz si encontraran conceptos adecuados, conceptos que estén vivos. Ya dimos un paso en este sentido cuando hablamos de la ley de Grimm sobre los cambios de sonido. Allí les mostré cómo algunas lenguas se han quedado atrás en una etapa anterior. Hablamos de la secuencia de etapas: El gótico, el anglosajón -el inglés actual- y luego el alto alemán. El alto alemán ha seguido avanzando mientras que el inglés se ha quedado en una determinada etapa. No se trata de un juicio de valor, sino simplemente de un hecho que hay que observar tan objetivamente como una ley de la naturaleza. En inglés tenemos d donde en alto alemán hay t, y hemos visto que esto se ajusta a cierta ley, la ley de los cambios de sonido. Sin embargo, esta ley de los cambios de sonido es, en cierta esfera, una expresión de condiciones más profundas que prevalecen en toda la vida europea. A este respecto, cabe señalar que determinados conceptos e ideas contribuyen con fuerza, aunque inconscientemente, a provocar malentendidos. También estas cosas hay que verlas con toda objetividad.

Partiendo de lo que hemos dicho hasta ahora, podríamos afirmar que en Europa Central existía lo que podríamos llamar la "sopa primordial" de lo que más tarde fluyó hacia la periferia, en particular hacia Occidente. Veamos más de cerca esta "sopa primordial" (véase el diagrama 2). Durante mucho tiempo ha sido costumbre que la nación que representa esta "sopa primordial" se llamara a sí misma "das deutsche Volk". Los pueblos de Occidente han ejercido una especie de venganza contra esta nación negándose a llamarla por el nombre que eligió para sí misma, un nombre que significa un instinto profundo. Se les llama "teutones", "allemands", " germanos", todo tipo de cosas, pero nunca, para los que hablan una lengua occidental, "alemanes". Sin embargo, este nombre está profundamente vinculado a la naturaleza de este pueblo, que es, en cierto modo, la "sopa primordial". Una corriente de esto fue hacia el sur. Lo hemos descrito como el elemento de culto jerárquico papal.

Otra corriente se dirigía hacia Occidente. Lo hemos descrito al hablar del elemento diplomático, político. Y una tercera corriente se dirigía hacia el Noroeste. La describimos en relación con el elemento mercantil. En el centro quedaba algo que ha conservado una fluidez que permite una evolución ulterior. Sólo hay que recordar que en la periferia incluso la lengua ha dejado de desarrollarse, mientras que en la lengua alemana de Europa Central sigue existiendo, en los cambios de sonido, la posibilidad de crecer más allá de los sonidos y ascender a la siguiente etapa de la evolución sonora.

¿Cuál es la base para ello? La "sopa primigenia" todavía estaba prácticamente indiferenciada y contenía todos los elementos que luego fluyeron hacia el exterior. Realmente fluyeron hacia el exterior. Los pueblos migratorios atravesaron Italia. Los italianos actuales no descienden de los romanos, sino que son el resultado de la mezcla de las tribus germánicas que se desplazaron hacia el sur. Todo el proceso comenzó cuando los romanos utilizaron a los germanos que habían absorbido para hacer la guerra contra otros germanos, ya que éstos eran sus mejores guerreros. Las cosas continuaron de la manera que nos es familiar en la historia. Del mismo modo, los francos emigraron hacia el oeste y los anglosajones hacia el noroeste. ¿Cómo podemos hacernos una idea adecuada de lo que emigró hacia el exterior de esta manera?

diagr. 2

La "sopa primordial" indiferenciada de la humanidad no carecía totalmente de estructura, aunque fuera indiferenciada. Es correcto distinguir entre lo que al principio era indiferenciado y lo que más tarde se diferenció. La "sopa primordial" contiene lo que emigró hacia el sur; es una de las partes. Esta parte (roja en el diagrama) migró hacia el sur con toda su unilateralidad. Haciendo una analogía con lo que la gente entendía por las antiguas castas, podríamos decir que una casta emigró hacia el sur, una casta con capacidad para lo sacerdotal, una casta sacerdotal. Desde entonces, siempre ha emanado un elemento sacerdotal de esa parte de la periferia. Esto ha tomado muchas formas y, aunque de manera extraordinaria, incluso la última fase tiene una especie de carácter sacerdotal. No sólo se denomina al impulso "egoísmo santo", sacro egoísmo, sino que d'Annunzio, por ejemplo, no podría haber utilizado palabras de naturaleza más sacerdotal. Hasta las "Bienaventuranzas" reformuladas, todo lo que venía de allí estaba revestido de ropajes sacerdotales. Bueno o malo, todo era de naturaleza sacerdotal. Lo que quedó en la "sopa primordial" se convirtió en la oposición a todo esto, en la forma que he descrito. Lo que apareció en la Reforma fue el elemento que había quedado en la "sopa primordial"; vino a ser el oponente del elemento sacerdotal unilateral. El hecho de que hoy no se pueda detectar nada más de este elemento sacerdotal, o que todo lo que se pueda detectar sea lo que obviamente está ahí, es simplemente el resultado de ese vaciamiento del que he hablado.

El segundo elemento emigró hacia el oeste: la casta guerrera, la casta real, el elemento de la realeza. También hemos hablado de esto. Esta parte occidental sólo cayó en el republicanismo por una anomalía. En realidad, está estructurada interiormente de una manera guerrera y real, y siempre volverá a caer en este elemento guerrero y real. De nuevo tenemos algo que ha salido, de modo que una parte de este elemento que ha salido hacia Occidente también ha permanecido en la "sopa primordial" y a su vez tendrá que proporcionar la oposición a lo que tiene lugar en Occidente (azul).

Y hacia el noroeste se dirigió el elemento mercantil. También éste permanece como una parte (naranja) y tendrá que oponerse a lo que se ha desarrollado unilateralmente. Con esto no pretendo hacer ninguna valoración moral, pues que nadie crea que comparto en modo alguno la opinión, expresada con tanta frecuencia, de que el elemento mercantil es algo despreciable en comparación con el elemento sacerdotal. Todas estas cosas deben ser vistas en su disimilitud, pero no deben ser etiquetadas y evaluadas. De hecho, para el quinto período post-atlante, como hemos visto, el elemento mercantil es algo totalmente esencial. Pero hay que ver las realidades tal y como existen. Si la gente no puede verlas ahora, llegará a verlas en el futuro.

De un sector han emanado muchos impulsos ocultos que han utilizado el elemento sacerdotal en interés de ciertos grupos, y de otro sector han venido impulsos ocultos que han utilizado el elemento bélico. Del mismo modo, de un tercer sector emanan hoy impulsos ocultos que prefieren utilizar como vehículo el elemento mercantil. Serán más fuertes que los otros, pues los números I y II no son más que repeticiones de los períodos post-atlantes tercero y cuarto, mientras que el número III pertenece plenamente al quinto período post-atlante. Por lo tanto, todos los impulsos procedentes del tercer sector serán más fuertes que los procedentes del primero y segundo sectores, porque coinciden con el carácter fundamental del quinto período post-atlante. Serán tan fuertes como lo fueron ciertos impulsos durante la civilización egipcia en el tercer período post-atlante, y otros que emanaron del Cercano Oriente y se trasplantaron a través de las culturas de Grecia y Roma durante el cuarto período post-atlante. La hechicería de los antiguos egipcios y los sacrificios de sangre son los precursores de lo que proviene de las fraternidades secretas de las que hemos estado hablando, aunque lo que proviene de ellas será algo diferente. Debido a que hace uso del elemento mercantil, tendrá un carácter más común en el sentido humano ordinario.

Debemos tener muy claras estas cosas. Sólo cuando los seres humanos se sienten inmersos de forma viva en lo que existe de verdad, puede llegar a la evolución la cura. Sólo así es posible, dentro de lo que acontece, aprender a distinguir lo verdadero de lo falso. Hemos oído lo necesario que es aprender a distinguir entre la verdad y la falsedad, esa falsedad que es la causa de la enorme oleada de impulsos que ahora recorre el mundo. Tantas ideas, si son creídas por los seres humanos, llevan en sí una poderosa fuerza oculta.

Así como en épocas anteriores otros medios sirvieron a los impulsos que estaban en acción, en nuestro propio tiempo, en el quinto período post-atlante, el arte de imprimir libros y todo lo que existe en el elemento mercantil sirve a estos propósitos. Tenemos un anticipo de las terribles cosas que están por venir en la fuerte dependencia de la gente de todo lo que publican en la prensa los grupos mercantiles por medio de la imprenta. Los objetivos de estos grupos son cualquier cosa menos lo que dicen ser en sus periódicos. Quieren obtener beneficios, o lograr ciertas cosas haciendo negocios, y para ello poseen los medios por los que pueden difundir opiniones cuya veracidad es irrelevante pero que sirven al propósito de entrar en ciertos tipos de negocios. En el caso de gran parte del material impreso que se distribuye hoy en día por todo el mundo, la pregunta correcta que hay que hacerse no es: ¿Qué quiere decir esta persona? ¿Qué significa esta persona? sino: ¿Al servicio de quién está esta persona? ¿Quién paga por esta o aquella opinión? Esta es a menudo la pregunta crucial hoy en día. Las fraternidades ocultas de las que hemos hablado no se ocupan de suprimir estas cosas, sino de promoverlas como un importante medio oculto del que pueden hacer uso. Consiguen un objetivo importante cuando lo que se dice ya no importa, siempre que ejerza influencia sobre la gente en interés de determinados grupos.

Lo importante es ver estas cosas con la mayor claridad y sobriedad posibles. Y sólo podemos discernir suficientemente los matices si los vemos adecuadamente en sus conexiones con los mundos espirituales. Me refiero a los síntomas, a los síntomas de la historia, como ya he dicho. Por supuesto, no hay que esperar encontrar magia negra detrás de cada fenómeno. Pero hay fenómenos que se utilizan al servicio de la magia gris o negra. Tampoco es necesario emitir juicios morales sobre todo; simplemente hay que ver las cosas en su justa medida.

Para quien quiera ver las cosas como es debido, seguramente serán inolvidables y sobrecogedoras ciertas palabras pronunciadas por Sir Edward Grey, palabras que aparecen entre otras cosas menos importantes que, sin embargo, también había que decir para que el conjunto resultara creíble. Estas palabras formaban parte del gran discurso que pronunció para introducir la entrada de Inglaterra en esta guerra europea, y están saturadas de la sangre, -me refiero a la sangre del alma-, del quinto período postatlante. Estas palabras no sólo son verdaderas, sino más que verdaderas; su verdad se extrae de lo que vive de forma materialista en el quinto período postatlante. Me temo que vamos a sufrir terriblemente en esta guerra, tanto si participamos en ella como si nos mantenemos al margen. El comercio exterior se va a detener, no porque las rutas comerciales estén cerradas, sino porque no hay comercio en el otro extremo. Las naciones continentales en guerra, -todas sus poblaciones, todas sus energías, todas sus riquezas, enzarzadas en una lucha desesperada-, no pueden mantener con nosotros el comercio que mantienen en tiempos de paz, tanto si somos partes en la guerra como si no lo somos", etcétera.

Toda Europa occidental está hoy bajo el dominio de una sola cuestión de poder. Este discurso sobre el comercio, y sobre la importancia de no desvincularse de la guerra por consideraciones comerciales, es mucho más profundamente verdadero que todas las demás cosas contenidas en este discurso, cosas que sólo tenían que decirse para que este discurso fuera creíble. Ya no importa lo que se diga, siempre que se crea. Incluso puede que lo digan inconscientemente. Tampoco estoy juzgando moralmente a nadie. Lo que importa es la capacidad de reconocer, -a partir de la verdad interior de la evolución humana-, dónde se expresa la verdad. Y este fue un punto en el que se dijo la verdad en el sentido más verdadero. Se expresan con veracidad los mismos hechos, las mismas verdades que, una vez convenientemente desarrolladas por esas hermandades de las que hemos hablado, conducen a la impregnación de la tendencia mercantil con impulsos ocultistas.

Esto debe ser conocido por la humanidad; debe ser experimentado por la humanidad. Si los seres humanos no lo experimentaran, no se fortalecerían lo suficiente. Deben endurecerse oponiéndose a lo que yace en los impulsos que hemos descrito. En una época anterior existía una tiranía que obligaba a la gente a creer sólo en lo que era reconocido por Roma. Una tiranía mucho mayor se producirá cuando ni los filósofos ni los científicos decidan lo que debe creerse, sino cuando sólo los instrumentos de esas fraternidades secretas especifiquen lo que debe creerse, cuando sólo ellas se aseguren de que ningún alma humana pueda albergar otras creencias que las dictadas por ellas, cuando no se haga nada nuevo en el mundo salvo lo estipulado sólo por ellas. Este es el objetivo de estas fraternidades. Y aunque no tengo nada en contra de los idealistas, -pues el idealismo siempre es algo bueno-, ciertos idealistas son ingenuos si creen que estas cosas son sólo temporales y que volverán a desaparecer una vez que la guerra llegue a su fin. La guerra no es más que el principio de la tendencia de las cosas. Y la única posibilidad de superarlo reside en la comprensión clara y adecuada de lo que está ocurriendo. Nada más sirve. Por lo tanto, -aunque a ciertos sectores no les gustará oírlos ni verlos y tomarán medidas contra ellos-, siempre tendrá que haber personas que señalen claramente toda la intensidad de lo que está ocurriendo realmente, personas a las que no se pueda disuadir de señalar toda la intensidad de lo que está ocurriendo.

Al principio de estas consideraciones dije que los alemanes se llamaban a sí mismos "Deutsche", pero que no encontraban comprensión por parte de quienes los llaman "alemanes", o cualquier otra cosa. Visto desde su propio punto de vista, "alemán" es exactamente lo que no son, ya que los que se llaman a sí mismos "Deutsche" consideran que "germánico" se refiere a todos aquellos cuyas lenguas se encuentran en la misma etapa histórica, y esto no incluye el alto "alemán" ni nada que sea "Deutsch". Desde su punto de vista, los escandinavos, los anglosajones y los neerlandeses son "alemanes", y con ello no quieren decir otra cosa que, bajo la superficie, sus lenguas están relacionadas. Así que "alemanes" ya no significa mucho para los que se llaman a sí mismos "Deutsche" porque todo esto ya no tiene ninguna realidad hoy en día. Así, cuando fuera de Alemania se acuñan las palabras "pangermánico", éstas carecen de sentido para los que se llaman a sí mismos "alemanes", porque para ellos lo "germánico" ya no puede tener ninguna sustancia real. Se han formado diferentes estructuras nacionales, y utilizar la expresión puramente teórica "pangermánico" es simplemente retroceder a una época anterior; no expresa nada que tenga relación con el futuro o incluso con el presente. Sin embargo, la denominación "Deutsch" se basa en un instinto profundo.

De lo que denominé la "sopa primordial" surgieron las tres castas, la primera, la segunda y la tercera. Se desarrollaron y emigraron. La cuarta casta ya la he descrito como aquellos que simplemente querían ser seres humanos, y nada más. Siempre se quedaban donde estaban y, en consecuencia, experimentaban evoluciones que a los demás les parecían grotescas, -por ejemplo, en relación con el primer estadio sacramental de la aliteración, que pasó a convertirse en el cambio de sonido. Esto es muy interesante porque es un eslabón entre muchos otros.

Digámoslo así: Los que emigraron eran diversas diferenciaciones de "el pueblo"; y los que se quedaron eran "el pueblo" per se, el "volk", la "dieta". El nombre Dietrich, por ejemplo, significa "el que es rico en gente". Diet" se convirtió más tarde en "deutsch", y ser "deutsch" no significa otra cosa que ser "el pueblo". El pueblo que se quedó donde estaba es la cuarta casta. Las otras tres emigraron, "el pueblo" se quedó.

Este es el instinto profundo que se esconde tras la denominación "Deutsch"; simplemente denota el elemento humano. Por lo tanto, lo que se quedó donde estaba como "el pueblo" tiene la capacidad de sentirse, no como algo que se ha desarrollado orgánicamente, sino como algo que ha permanecido fluido en su desarrollo para poder ir más allá de todas las diferenciaciones. Ciertamente, el elemento sacerdotal está ahí, pero existe la posibilidad de ir más allá del elemento sacerdotal. El elemento bélico está ahí, pero existe la posibilidad de ir más allá del elemento bélico. El elemento mercantil también está ahí, pero existe la posibilidad de ir más allá del elemento mercantil. Lo mismo ocurre con el lenguaje; la forma antigua estaba ahí, pero existía la posibilidad de ir más allá.

En relación con esto, sin embargo, hay un fenómeno que, comprensiblemente, ha dado lugar a un sinfín de malentendidos. A un nivel más profundo, se trata de malentendidos trágicos, pero se producen porque, por supuesto, en la "sopa primordial" hay mucho que contiene los gérmenes de lo que más tarde reaparece en la periferia. Sin embargo, mientras que en la periferia se considera característico y adecuado, cuando se descubre en la "sopa primordial" se piensa que es totalmente anormal. Tomemos por ejemplo el militarismo. No pertenece en absoluto a la naturaleza del pueblo alemán, sino a la del francés. En Francia no se le encuentra ningún defecto, porque allí se ha desarrollado orgánicamente. Pero cuando se descubre en Alemania se ve como algo impropio que no debería estar allí. Se le reprocha cuando sale a la luz como resultado de una situación de emergencia, como la situación geográfica de la que ya hemos hablado largo y tendido. O tomemos al "aristócrata" alemán; todo lo que representa es lo que se desarrolló en el Imperio Británico hasta convertirse en algo absolutamente aceptable, el terrateniente aristocrático. Simplemente porque se desarrolló a su manera en Europa Central, destaca enormemente y se considera una provocación. Así surgen un sinfín de malentendidos; de hecho, el mundo está lleno de cosas que se malinterpretan, está lleno de interpretaciones subjetivas de la realidad. Dondequiera que se mire, se encuentran todo tipo de ideas que se desmoronan al examinarlas más de cerca. Aquellos que realmente entienden lo que está pasando no tienen ningún uso para estas cosas, aquellos cuyo pensar está basado en la realidad no tienen ningún uso para ellas, y sin embargo actúan como impulsos; en la opinión pública actúan como dinamita. Se abren paso a codazos en la opinión pública. Algunas serían infinitamente graciosas si no fueran tan infinitamente trágicas.

He aquí un ejemplo. Treitschke es descrito por las naciones de la Entente como un monstruo, como una persona cuyas opiniones son una abominación para Europa. Se le presenta como la tipificación de aquellas opiniones sobre Europa Central que justifican infligir a Europa Central su merecido. Pero veamos algunas de las opiniones de Treitschke. ¿Qué piensa, por ejemplo, de los turcos? Piensa que deberían marcharse de Europa, que no se les debería permitir vivir en Europa, sino que deberían dispersarse por Asia. Lo que leemos hoy en la nota a Wilson expresa exactamente la opinión de Treitschke. Se le reprocha a Treitschke, pero en este asunto, como en innumerables otros, su opinión es adoptada e incluso puesta en práctica. Sus puntos de vista sobre Turquía podrían haber sido copiados directamente en la nota a Wilson. Esto es lo que quiero decir con una idea que se desmorona; tan pronto como se aplica cualquier conocimiento o comprensión se desintegra. Otros conceptos también se desintegran en cuanto se aplica un poco de conocimiento. Pero hoy en día la mayoría de la gente hace afirmaciones sin ningún conocimiento, en beneficio de los que quieren difundir sus ideas en la oscuridad. Cuántas veces oímos hoy que es perfectamente "humano" rodear y matar de hambre a Europa Central. Entre las diversas razones que se aducen para justificar este humanísimo método de guerra está la de que en 1870 los alemanes hicieron exactamente lo mismo. Les pareció perfectamente "humano" rodear y matar de hambre a París; y el tamaño relativo de los territorios en cuestión es irrelevante. Sólo alguien que no sabe nada de historia puede hablar así, ¡por supuesto no me refiero a la historia que se puede leer en los periódicos!

¿Pero cuáles fueron los hechos? En 1870/71, Bismarck, responsable de matar de hambre a París, se opuso totalmente a tal cosa. En su libro se puede leer lo angustiado que estaba porque el impulso proveniente de Inglaterra, a través de la princesa inglesa que más tarde se convirtió en la emperatriz, de conquistar París por hambre y no por cualquier otro medio. Escribe que, lamentablemente, la inglesa los obligó a aplicar "este método humano" en París; habla del método humano inglés.

Ese es el verdadero contexto histórico. Pero, por supuesto, hay que saberlo si se quiere juzgar las cosas sin utilizar ideas que se desmoronen. Comparando las dos situaciones, parecen verdaderamente parecidas. Pero muy a menudo las cosas no se parecen en nada cuando se las compara con el contexto completo. En este caso, el método “humanitario” de matar de hambre a París es una invención inglesa de la historia reciente. De modo que la objeción que ahora se hace no debería hacerse, si la realidad ha de ser la base. Trabajar con la realidad, comprender las cosas a partir de la realidad: sólo esto puede conducir a la salvación hoy.

Para poder atender la petición de muchos de nuestros amigos de investigar los acontecimientos actuales, hemos tenido que discutir cosas que normalmente discutimos en otras conexiones, para que nuestras almas puedan experimentar la profunda seriedad con la que debe verse la realidad de los acontecimientos. Si se pudieran encontrar solo unas pocas personas que estuvieran dispuestas a ver las cosas como realmente son, entonces los tiempos sombríos que estamos a punto de enfrentar serán seguidos por tiempos mejores. Las semillas tardan en madurar. Pero si hoy siembran pensamientos de realidad en sus almas, estas son semillas reales capaces de madurar, y podemos añadir que estos son pensamientos sobre los cuales uno puede estar de acuerdo con los muertos. Es tan doloroso escuchar en todos lados estos días que 'a los muertos les debemos esto o aquello'. Este evento, que por conveniencia todavía se llama 'guerra', aunque hace tiempo que se ha convertido en algo totalmente diferente - ¿Con qué frecuencia los que quieren prolongar este evento, proclaman todas las cosas que se supone que debemos a los muertos, a los que han caído! Si la gente solo supiera cómo blasfeman contra Dios cuando sostienen que se lo debemos a los muertos para prolongar estos eventos sangrientos; si solo supieran la posición de los muertos en este asunto, ¡rápidamente se distanciarían de esta blasfemia!

Así, mis queridos amigos, de todas estas cosas que vienen a través de los seres humanos, vean lo necesario que es construir un puente entre los vivos y los muertos. La ciencia espiritual construirá este puente. La ciencia espiritual traerá consigo la posibilidad de alcanzar un entendimiento, incluso con aquellos que han pasado por el portal de la muerte. Una vida de comunidad abrazará todas las almas humanas, - aquellas encarnadas en la tierra y aquellas que viven entre la muerte y un nuevo nacimiento-, cuando se entienda la naturaleza fundamental del ser humano, cuando se entiende que la vida en el cuerpo y la vida sin el cuerpo son simplemente dos formas de una misma vida que abarca todo. Este saber que el ser humano tiene dos formas de vida, una en el cuerpo y otra sin el cuerpo, -este saber, si es fundamentalmente entendido, lleva dentro de él la salvación para el futuro, pero solo si los seres humanos se llenan de estas ideas de una manera verdaderamente viva.

Traducido por J.Luelmo sept.2023

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