GA109 Budapest, 12 de junio de 1909 Teosofía y Ocultismo Rosa-Cruz -Algunas cosas sobre el karma, la reencarnación y la iniciación

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Teosofía y Ocultismo Rosa-Cruz

RUDOLF STEINER

ACERCA DEL KARMA, LA REENCARNACIÓN Y LA INICIACIÓN

Budapest, 12 de junio de 1909

Hemos oído que los atlantes todavía sentían conscientemente el mundo espiritual como su hogar, cuando experimentaban la consciencia diurna. En el mundo físico experimentaban la llamada conciencia nocturna. Posteriormente hemos seguido el descenso de la humanidad durante la era post-atlante a través de las diferentes épocas culturales hasta la greco-latina cuando Cristo Jesús apareció en la tierra.

Ahora estudiaremos una vez más nuestra propia época, la quinta época cultural. Debido a que la inteligencia de los hombres se dirige hoy únicamente al plano físico, la humanidad ha descendido mucho más profundamente en el mundo físico de lo que estaba en las otras épocas principales de la cultura. El materialismo ha conducido a un tremendo auge del poder y la actividad intelectuales, con la mera satisfacción de las necesidades físicas en mente. El sello típico de nuestra época se ha hecho patente, por ejemplo, en los grandes almacenes. La cultura de la época actual trabaja sólo para las necesidades del plano físico, pero lo hace con una sutileza hasta ahora inalcanzada. Para el ocultismo está claro, pues, por qué el contraste entre religión y ciencia, expresado como está en los muchos movimientos diferentes, es tan grande y la hendidura entre ellos tan amplia. El conflicto entre religión y ciencia, bajo el cual sufre también el arte, se manifiesta siempre cuando desciende el nivel de la cultura. Esto puede detectarse en la ciencia actual, que se ha enredado irrevocablemente en un modo de pensamiento materialista y abstracto. 

La filosofía no es algo absoluto, sino un modo de pensamiento que ha surgido en el curso de la evolución; tiene ciertos antecedentes y debe ser susceptible de cambio. Antes de que existiera el pensamiento filosófico, (que se originó en el siglo VI a.C. entre los griegos), el tipo de conocimiento entonces vigente era un extracto de la sabiduría contenida en los Misterios. La fuente de esta sabiduría era la experiencia interior del alma, experiencia en la que se revelaban los secretos de los acontecimientos del mundo. Cuando el alma humana perdió la antigua facultad de la visión intuitiva, comenzó el análisis intelectual de las percepciones sensoriales y anímicas. Pero en los primeros tiempos, a través de la visión interior que aún era posible para los filósofos, o a través de la tradición, aún conocían la existencia de la antigua sabiduría de los Misterios y aplicaban a ella la facultad intelectual que entonces se estaba desarrollando. 

La videncia seguía siendo la fuente de la sabiduría de Pitágoras y Platón; Aristóteles, fundador de la lógica, fue el primero en aplicar la técnica del pensar puro. El aristotelismo dominó el modo de pensar durante toda la Edad Media y vivió su apogeo en la Escolástica. Pero poco a poco se abrió un abismo entre el conocimiento y la fe. Entre la razón y su técnica mental, por un lado, y la verdad suprasensible, por otro, surgió una escisión que encontró su máxima expresión en Kant. En él y en su filosofía se encuentra uno de los callejones sin salida a los que había conducido el pensar materialista, y Kant, desgraciadamente, fue quien fecundó toda la filosofía moderna.

Pero que el investigador espiritual llame la atención sobre tales hechos no tiene por objeto criticar a la ciencia moderna. Los revela para arrojar luz sobre el camino que puede alejarnos de la fosilización de los pensamientos. Sólo hay una solución, y es que la ciencia, el arte y la religión, las tres ramas de la cultura, deben volver a unirse y enriquecerse mutuamente; la vida espiritual debe manar de ellas. Lograr esta unión es la tarea de la ciencia espiritual occidental. Debe establecer la armonía entre la fe y el conocimiento, los dos aspectos que el alma ya no puede unir en sí misma. Incluso en nuestro mundo material no ocurre nada en lo que lo espiritual no sea un factor activo. Lo espiritual es siempre el creador de lo físico. El tan cacareado pragmatismo filosófico de James sólo puede designarse como pseudo espiritualidad, al tener una concepción materialista de lo espiritual. Sin embargo, a pesar de todo, también ha hecho cierto bien.

Nuestra época destaca la enorme importancia de la herencia genética. En referencia a esto hay que decir, desde el punto de vista de la ciencia del espíritu, que considera lo físico como un producto de lo espiritual, que en las manifestaciones patológicas atribuidas a la herencia genética, lo espiritual está siendo obstruido por lo físico y no puede surtir efecto. Pero, al fin y al cabo, el espíritu sólo ha descendido a la materia física y volverá a ascender cuando haya recogido sus experiencias en lo físico. Todo en el mundo está en proceso de evolución, así también el hombre físico y sus órganos. Sabemos que el cuerpo físico del hombre contiene órganos que hoy ya no funcionan. Son órganos del pasado, cuyos restos aún llevamos dentro. También tenemos dentro de nosotros los cimientos de los órganos del futuro, órganos que hoy están en proceso de transición o transformación. El primero y más importante de estos órganos es el corazón humano, que contiene un músculo estriado. El corazón es una verdadera pesadilla para la anatomía materialista porque es un órgano involuntario que consta de músculo liso y estriado, que se encuentra en todos los órganos voluntarios del hombre. De hecho, insospechado por la ciencia, es un órgano del futuro y está en camino de convertirse en un órgano voluntario en el ser humano. En el iniciado de hoy ya se ha desarrollado. La laringe también es un órgano del futuro, relacionado con el profundo misterio de la procreación. Hay un indicio de ello en la actualidad en la ruptura de la voz en la pubertad. En un futuro lejano, el hombre "pronunciará" a su descendencia, ya que la laringe se convertirá en un órgano creador. El futuro de la humanidad estriba en dar forma a lo anímico y espiritual en formas materiales. El hombre está en vías de espiritualización, para trabajar cada vez más conscientemente en la transformación de sus cuerpos. Nos corresponde suscitar la fuerza para esta tarea futura adoptando una concepción espiritual del mundo. Además, el sentimiento de convertirnos en colaboradores de esta gloriosa evolución debe llenarnos de felicidad y vigor.

Permítanme ahora decir unas palabras sobre las grandes leyes cósmicas del karma y la reencarnación. En la Antigua Luna estas leyes aún no existían. Se puede hablar por primera vez del comienzo de un proceso de reencarnación como el que existe actualmente cuando el yo se está incorporando a la tierra, es decir, desde mediados de la época Lemúrica hasta mediados de la Atlante. Para el animal, cuyo yo es el alma grupal, aún hoy no hay reencarnación. La conexión entre una especie animal y el yo que le pertenece se encuentra en el mundo astral. Para el alma grupal de los leones, por ejemplo, la muerte de un león aquí en el plano físico significa tanto como para ti cortarte una uña. Un león es al principio una estructura astral, que desciende como un ramal desde el alma grupal; desciende al plano físico, se densifica, y a la muerte del león individual esta astralidad pasa de nuevo al plano astral. El alma grupal la atrae de nuevo como un miembro. En la Antigua Luna el alma humana sufrió el mismo proceso. El alma humana era entonces miembro de su alma grupal y volvía a ella. El alma, como dice la Biblia, se cobija en el seno del Padre Abraham.

La reencarnación y el karma empezaron a tener significado durante la época Lemúrica y con el tiempo dejarán de tenerlo. El hombre entrará entonces de forma permanente en un mundo espiritual en el que continuará siendo activo. Cuando, por ejemplo, el hombre haya desarrollado en sí mismo el impulso de la fraternidad, el crecimiento de las razas cesará, será superado. En la sexta época cultural, el ser humano comprenderá ya mejor cómo ordenar su vida; los conceptos de raza dejarán de tener validez. Los hombres ya no ordenarán sus vidas según consideraciones externas, físicas, sino sobre una base espiritual. En la séptima época cultural, que reflejará la de la antigua India, volverá a haber distribución en castas, pero una distribución voluntaria. Los cambios en el proceso de evolución son constantes, pero el progreso continuo es seguro. En la época atlante, la época intermedia de la evolución de nuestra Tierra, se produjo el punto significativo designado por la penetración ya completa del yo en el cuerpo físico del hombre. El proceso comenzó a mediados de la época Lemúrica después de la salida de la luna de la tierra. La humanidad ha seguido evolucionando y cuando el concepto de fraternidad encuentre su realización práctica en la tierra, las razas serán superadas. También entonces se superará el karma.

¿Qué es la ley del karma? El principio de hacer bueno en una encarnación posterior lo que era reprobable en una precedente. Hay que distinguir entre el karma que tiene efecto en el interior y el que tiene resultados más externos. El karma que tiene efecto interiormente está relacionado con la formación del carácter, los talentos y los hábitos. El karma que se manifiesta de manera más externa toma la forma de las condiciones de vida en las que se encuentra un hombre, tales como la familia, la nacionalidad, etcétera. Ahora consideraremos más de cerca cómo funciona el karma en la vida física. Por ejemplo, lo que aparece en una vida como urgencia o impulso, deseo e ideación, surge en la vida siguiente, o en una de las siguientes, como hábito. De los buenos hábitos surgirá en la siguiente encarnación un cuerpo físico fino, bien tejido y sano. Un mal hábito serpentea su aparición en otra vida en forma de enfermedad o como tendencia a la enfermedad. Así pues, las causas de las enfermedades hay que buscarlas en las inclinaciones y hábitos de una vida anterior. El destino real de un individuo es, por el contrario, el resultado de sus actos anteriores. Una persona que irradia mucho amor en una vida podrá, en otra, mantenerse joven, tanto interior como exteriormente, durante mucho tiempo. Una persona que alberga muchos sentimientos de odio en una vida, envejecerá prematuramente en otra. Las personas que se abandonan a una vida ordinaria e indolente, que evita toda forma de espiritualidad, se privan de algo para su vida posterior que les será difícil recuperar.

Ahora permítanme añadir unas palabras sobre el tema de la iniciación. En todas las épocas, los líderes de la humanidad han bebido de su manantial. Las grandes individualidades que presidieron los Misterios y a quienes llamamos los Maestros han guiado y conducido a la humanidad. Para comprenderlo mejor consideraremos el principio de la iniciación. A decir verdad, sólo es posible hablar de una iniciación a disposición de los seres humanos desde la época de la catástrofe atlante, porque el proceso de iniciación también ha estado sujeto al desarrollo y al cambio de acuerdo con las necesidades de los seres humanos. Esto es válido no sólo en sus formas externas.

¿Por qué el hombre dormido no es consciente de las impresiones sensoriales aunque esté rodeado de un mundo material? Es porque durante la noche su intelecto no funciona. Los cuerpos físico y etérico del hombre dormido permanecen en la cama; su cuerpo astral y su yo emergen y se encuentran en el mundo espiritual. Pero, ¿por qué no percibe nada del mundo espiritual que le rodea y en el que su cuerpo astral y su yo entran durante la noche? Porque el cuerpo astral del ser humano medio que abandona el cuerpo físico durante el sueño nocturno carece de órganos sensoriales astrales. Por lo tanto, le es imposible percibir nada en el mundo astral. A través de la iniciación o entrenamiento espiritual, la masa astral caótica, que el cuerpo astral del individuo promedio revela ser, se organiza de tal manera que gradualmente comienza a desarrollar órganos y puede entonces tener percepciones durante la noche. En la vida normal, el hombre aún no es capaz de formar órganos en su cuerpo astral. Para ser capaz de esto, el poder en su vida interior debe ser esencialmente fortalecido. Esto se logra mediante ejercicios definidos de meditación, concentración y otras indicaciones. En sus sentimientos y en su vida pensante, el alumno debe entregarse a ciertas representaciones mentales, eligiendo temas que sólo concuerden ligeramente o no concuerden en absoluto con la realidad. Las representaciones mentales de objetos del mundo exterior no son adecuadas para el desarrollo de los órganos del cuerpo astral. Sin embargo, puede visualizar una figura, por ejemplo, como la de la Rosa Cruz, la cruz negra con las siete rosas rojas, y si practica el ejercicio con el vigor y la paciencia necesarios, experimentará algo a través de él de acuerdo con su grado de desarrollo. Con ello transformarán su cuerpo astral, generando órganos en él. Estas representaciones mentales no deben ser abstracciones; en ellas deben intervenir los sentimientos y las experiencias perceptivas correctas. Sólo así se obtendrán los resultados deseados.

Hay tres tipos diferentes de iniciación, todos los cuales conducen a la misma meta. Hay tres caminos, la elección de uno de los cuales depende de la individualidad del hombre. Una iniciación es la de la sabiduría; es la meta adecuada para la instrucción india y oriental. Este camino está plagado de grandes peligros para los cuerpos europeos y occidentales y, por lo tanto, no es el correcto. La segunda iniciación se basa en la vida del sentimiento; es el camino fundamentalmente cristiano. Sólo unos pocos individuos pueden seguir esta vía porque exige un gran poder de devoción y piedad. La tercera vía de iniciación es la formación rosacruz, la vía de la iniciación del pensamiento y de la voluntad. Conduce a la unión con las fuerzas de las otras vías de iniciación. La meta final está definida en el caso de cada iniciación, pero en el curso de la evolución debe ajustarse de acuerdo con las necesidades actuales de las almas y las posibilidades que ofrece el cuerpo humano.

El alumno de la antigua iniciación debía ser sepultado en una tumba durante tres días y medio y estaba como muerto. Sus cuerpos etérico y astral estaban fuera de su cuerpo físico y en el mundo espiritual. El hierofante vigilaba el proceso y llamaba al neófito para que volviera a la vida. Tras su despertar, era testimonio del mundo espiritual. Tal era la forma de la antigua iniciación; hoy ese proceso ya no es necesario. Las iniciaciones cristiana y rosacruz tienen efectos tan poderosos que el ser humano implicado puede lograr lo que, a través de la antigua iniciación, se pretendía que se produjera mediante la aparición de los miembros superiores del cuerpo físico. Las impresiones del mundo espiritual se imprimen ahora en los cuerpos astral y etérico sin que se induzca letargo durante tres días y medio. La iniciación moderna, si queremos llamarla así, una vez lograda la purificación o catarsis del cuerpo astral, produce efectos que conducen a una auténtica visión espiritual y al conocimiento del mundo espiritual basado en la experiencia real; las impresiones recibidas por el alma en el mundo espiritual se imprimen entonces en los cuerpos astral y etérico. Esto es lo que se denomina iluminación en el curso del desarrollo oculto.

Traducido por J.Luelmo dic.2023

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