GA091 Landin, 2 de octubre de 1906 - El ser humano y la nutrición

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 RUDOLF STEINER. 

NOTAS DE MATHILDE SHOLL 1904 - 1906   

EL SER HUMANO Y LA NUTRICIÓN


 Landin, 2 de octubre de 1906

El ser humano se reconoce a sí mismo físicamente como un organismo, pero el organismo superior del ser humano no se limita a su cuerpo físico, sino que su organismo superior es el mundo. El mundo es el organismo superior del ser humano. Él vive dentro de este organismo superior. Su desarrollo consiste en unificarse cada vez más con su organismo superior. Así como el organismo físico del mundo se comunica [con el ser humano] a través de la alimentación física y se incorpora a él, construyendo así su organismo físico, también el organismo anímico y espiritual del mundo se le comunican. El ser humano debe aprender a absorber conscientemente la alimentación del organismo anímico y espiritual del mundo, del mismo modo que la absorbe conscientemente del organismo físico del mundo.

Por consiguiente, el ser humano vive en un mundo de fuerzas que, en su nivel más bajo, se le presentan en el mundo físico. Mientras que al principio, así como el niño antes de nacer, absorbe inconscientemente el alimento físico del organismo materno, el alimento anímico y espiritual, las entidades anímicas y espirituales, así también él debe vivir de manera independiente en el mundo anímico y espiritual, obtener conscientemente alimento y dejar que este alimento de los mundos superiores actúe en él y a través de él.

Debe ser capaz de enfrentarse conscientemente tanto a los seres superiores como a los objetos del mundo físico. Así como la madre es el organismo superior para el embrión humano en desarrollo, el mundo de los seres anímicos y espirituales es el organismo superior para el ser humano anímico y espiritual. El ser humano también debe crecer hasta alcanzar la independencia a partir del organismo anímico y espiritual del mundo.

El ser humano se alimenta físicamente en el organismo materno primero de la sangre y luego, cuando emerge como ser independiente, de la leche, la sangre física animal sublimada. La sangre física vegetal sublimada es la savia de las flores y la miel que se elabora a partir de ella. El agua es la sangre física-mineral sublimada. Así como el organismo físico transforma la sangre en leche mediante el amor y el sacrificio, el organismo anímico transforma la pasión en calor anímico y el organismo espiritual transforma los pensamientos egoístas en pensamientos desinteresados, la oscuridad del aislamiento en luz radiante. La leche, la miel y el agua son las sustancias que representan las fuerzas que ennoblecen al ser humano física, anímica y espiritualmente.

La sangre, el vino y las sales son los alimentos que dotan al ser humano de las cualidades inferiores. La sangre, la fuerza física; el vino, la pasión del alma; las sales, la fuerza del intelecto, que fomenta el egoísmo. Sodoma y Gomorra: la mujer de Lot, convertida en estatua de sal. La conversión en estatua de sal significa el endurecimiento en el manas inferior, que sirve a la pasión.

La leche fomenta las fuerzas físicas más nobles, las fuerzas curativas del cuerpo; lo mismo ocurre con la miel y el agua. Al mismo tiempo, la miel es el símbolo de la fuerza budhica, por la cual todo lo espiritual fluye de manera beneficiosa hacia el entorno.

El agua es el símbolo del espíritu, de la emanación del pensamiento desinteresado, claro y puro. El egoísmo impide al ser humano (sal), mientras que el desinterés convierte su espíritu en una fuente viva y vivificante (Cristo y la samaritana).

La carne y la sangre, el pan y el vino, las sales deben extraerse de otro organismo. La leche, la savia y el agua son entregadas voluntariamente por el otro organismo. El alimento que favorece el desarrollo superior del ser humano es aquel que le llega voluntariamente. Así como obtiene la leche de un solo ser, obtiene el néctar, la miel, de grupos enteros de plantas, y el agua de todo el mundo mineral. A través de la leche, puede transformar su cuerpo en un organismo auxiliar gracias al magnetismo físico que se desarrolla en él; a través del procesamiento adecuado de la miel y el agua, puede fomentar el alma y el espíritu. Porque todo lo físico contiene también lo anímico y lo espiritual. Con la alimentación física absorbemos alma y espíritu.

En un sentido aún más elevado, el ser humano alimenta el cuerpo físico con leche, miel y agua, y el espíritu con la inhalación del aire. De este modo, se pone en contacto directo con el espíritu.

Traducido por J.Luelmo nov. 2025

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