GA011 La Crónica del Akasha 14- LA VIDA DE SATURNO

 

CAPITULO XIV

LA VIDA DE SATURNO



En una de las anteriores descripciones, comparamos el gran desarrollo de la humanidad a lo largo de los siete niveles de conciencia, desde Saturno a Vulcano, con el curso de la vida entre nacimiento y muerte, que se desenvuelve en infancia, niñez, etc., hasta la vejez. Esa comparación podemos ampliarla aún más. Igual como entre la humanidad contemporánea, los hombres de distintas edades no se siguen uno al otro, sino que existen uno al lado del otro, lo mismo sucede con el desarrollo de los niveles de conciencia. El hombre de edad avanzada, el hombre maduro, el joven, van por la vida unos al lado de otros. Por ello los antecesores del hombre existieron en Saturno, no sólo como seres dotados de la oscura conciencia saturnal, sino que a su vez convivían con otros que ya habían desarrollado los niveles superiores de conciencia.

Cuando comenzó la evolución de Saturno ya existían naturalezas con conciencia solar, otras con conciencia en imágenes (conciencia lunar), otras con una conciencia semejante a la actual conciencia humana, un cuarto grupo con conciencia en imágenes (psíquica) autoconsciente, un quinto grupo con conciencia de objetos (suprapsíquica) autoconsciente, y un sexto dotado de conciencia creativa (espiritual). Pero esa serie no agota todavía los niveles de entidades. Después de la etapa de Vulcanoel hombre se desarrollará aún más y ascenderá a niveles de conciencia aún superiores. Igual como el ojo externo mira hacia las brumosas lejanías grises, el ojo interno del vidente contempla otras cinco formas de conciencia, tan lejanas como los distantes espíritus respectivos, cuya descripción nos es, sin embargo, totalmente imposible. En conjunto se puede hablar de doce niveles de conciencia.

El hombre saturnal se hallaba rodeado de otros once tipos de seres.

Los cuatro superiores habían cumplido sus tareas en etapas evolutivas anteriores a la vida de Saturno. Cuando comenzó esa existencia saturnal, esos seres ya habían alcanzado un nivel evolutivo tan elevado, que su posterior existencia tuvo lugar en mundos que van más allá de los reinos del hombre. Por ello, no podemos ni necesitamos hablar aquí de ellos. Mas los otros tipos de seres (siete además del hombre saturnal) tienen que ver con el desarrollo humano. En esa tarea actúan como poderes creativos, cumpliendo sus servicios del modo en que describiremos en las páginas siguientes.

Al empezar el desarrollo de Saturno, los más elevados de estos seres ya habían alcanzado un nivel de conciencia, que el hombre sólo alcanzará después de su existencia en Vulcano, es decir, la elevada conciencia creativa (supraespiritual). Esos" creadores" también tuvieron que pasar por las etapas del hombre, que se realizaron en cuerpos celestes anteriores a Saturno. Sin embargo, la relación de estos seres con el desarrollo de la humanidad duró hasta la mitad de la existencia de Saturno. A causa de su sublime y sutil cuerpo de rayos, en la ciencia iniciática se los llama "Vidas Irradiantes" o "Llamas Irradiantes". Y puesto que la sustancia de que estaba hecho ese cuerpo tenía una lejana semejanza con la voluntad humana, también se les llama "Espíritus de la Voluntad". Estos espíritus son los creadores del hombre de Saturno. De sus cuerpos se derrama la sustancia que se convierte en portadora de la conciencia saturnal humana. El período evolutivo en el que ello tiene lugar, es llamado el primer ciclo menor de Saturno. El cuerpo sustancial que el hombre recibe de esa manera es el primer rudimento de su futuro cuerpo físico. Puede decirse que el germen del cuerpo físico humano es implantado durante el primer ciclo saturnal por los Espíritus de la Voluntad y que en ese período ese germen tiene la oscura conciencia de Saturno.

A ese primer ciclo menor de Saturno le siguen otros seis, a lo largo de los cuales el hombre no alcanza un grado superior de conciencia, pero va siendo elaborado el cuerpo sustancial que ha recibido. Los otros tipos de seres antes mencionados participan en esa elaboración de las maneras más diversas.

A los "Espíritus de la Voluntad" le siguen seres con una conciencia creativa (espiritual), similar a la que el hombre alcanzará en Vulcano. Se los llama "Espíritus de la Sabiduría", mientras que la ciencia iniciática cristiana los llama "Dominaciones" (Kyriotetes) y llama "Tronos" a los "Espíritus de la Voluntad"1. Durante el segundo ciclo de Saturno avanzan hasta un cierto punto su propio desarrollo y al mismo tiempo operan sobre el cuerpo humano, implantando en él una" ordenación sabia", una estructura racional. Para ser más exactos, su labor sobre el hombre ya empieza un poco después de la mitad del primer ciclo y se completa aproximadamente a mitad del segundo ciclo.

Si los teólogos y maestros de religión, accedieran a estudiar la ciencia espiritual deberían, en bien del cristianismo, encontrar en ella la mejor ayuda del presente.


Sin embargo, muchos teólogos piensan en forma muy materialista y es significativo que hoy en día, en un escrito popular dedicado al fomento del conocimiento cristiano se puede leer, que losángeles" son para “niños" .

Esta aseveración surge de un total desconocimiento del verdadero espíritu cristiano. Sólo quien sacrifica el cristianismo, en aras de una así llamada" ciencia" progresista, puede afirmar tal cosa. Pero vendrá un día en el que una ciencia superior superará la infantilidad de estas afirmaciones.

El tercer tipo de espíritus, los dotados con conciencia de objetos (suprapsíquica) autoconsciente es denominado el de los "Espíritus del Movimiento” o “de la Actividad".

En la ciencia iniciática cristiana se les llama "Virtudes"

(Dynamis)2.Desde la mitad del segundo ciclo Saturnal en adelante, combinan con el progreso de su propio desarrollo, la elaboración siguiente del cuerpo humano sustancial, en el que implantan la capacidad de movimiento y de actividad dinámica. Esa tarea concluye alrededor de la mitad del tercer ciclo de Saturno.

Pasado ese punto, comienza la labor del cuarto tipo de seres, los llamados "Espíritus de la Forma", que poseen una conciencia de imágenes (psíquica) autoconsciente. El esoterismo cristiano los denomina "Potestades" (Exusiai). Con su intervención, el cuerpo humano sustancial, que era previamente una especie de nube móvil, recibe una forma plástica con contornos. Esa actividad de los "Espíritus de la Forma'; se completa sobre la segunda mitad del cuarto ciclo saturnal. Le sigue la actividad de los "Espíritus de la Oscuridad", llamados también "Espíritus de la Personalidad" o de la "Yoidad" (egoísmo). En esa etapa tienen una conciencia similar a la actual conciencia humana terrestre. Habitan el cuerpo sustancial humano como "almas", de una forma similar a la que el alma humana hoy habita en su cuerpo. Lo que hacen ellos es implantar una especie de órganos sensorios, gérmenes de los órganos sensorios que se desenvuelven más tarde en el cuerpo humano a lo largo del desarrollo de la Tierra.

Hay que hacerse cargo, no obstante, que esos" gérmenes sensorios" son aún esencialmente distintos de los actuales instrumentos sensorios del hombre. El hombre terrestre no podría percibir con esos "gérmenes sensorios; para él las imágenes de los instrumentos sensoriales han de pasar primero por un cuerpo etéreo más delicado, que sólo comienza a formarse en el período solar, y por un cuerpo astral que debe su existencia a la etapa evolutiva lunar.

(Todo ello se clarificará en los capítulos siguientes).



Pero los "Espíritus de la Personalidad" pueden elaborar las imágenes de los "gérmenes sensorios" en su propia alma, de modo que con ayuda de éstas puedan percibir objetos externos, como lo hace el hombre durante su desarrollo terrestre. En su intervención sobre el cuerpo humano, los "Espíritus de la Personalidad" pasan por su propia" etapa humana". Por ello, ellos son "hombres" desde la mitad del cuarto ciclo saturnal hasta la mitad del quinto.

Esos Espíritus implantan la yoidad, el egoísmo en el cuerpo humano. Y como sólo alcanzan la etapa humana en Saturno, permanecen ligados al desarrollo de la humanidad durante mucho tiempo, teniendo también una importante tarea que realizar sobre el hombre en los ciclos posteriores. Su labor actúa siempre como una inoculación de yoidad. Las degeneraciones de la yoidad en egoísmo se deben a su actividad, mas ellos son también quienes engendraron todo lo que haya de independencia en el hombre. Sin ellos, el hombre nunca se hubiera convertido en una entidad contenida en sí mismo, en una

"personalidad". La enseñanza esotérica cristiana usa la expresión "Principados" o "Principios Primordiales" (Arcai) para designarlos, y en la literatura teosófica se los llama "Asuras".

Al trabajo de estos espíritus le sigue alrededor de la mitad del quinto ciclo saturnal, el de los "Hijos del Fuego"3 que, en esa etapa, poseen todavía una opaca conciencia de imágenes (psíquica) similar a la conciencia lunar del hombre. Ellos no alcanzarán la etapa de humanidad hasta el planeta siguiente, el Sol. Su trabajo en Saturno es, por lo tanto, en cierto grado inconsciente y onírico, pero gracias a ellos se vivifica la actividad de los "gérmenes sensorios" del ciclo anterior. Las imágenes luminosas producidas por los "Espíritus del Fuego" resplandecen hacia afuera a través de esos gérmenes sensoriales.

El antecesor del hombre se convierte así en una especie de entidad refulgente. Si la vida de Saturno es oscura en todo el resto, el hombre brilla en medio de la oscuridad general.

Los "Espíritus de la Personalidad", por otro lado, se hallaban todavía despiertos en su existencia humana en. esa general oscuridad. El ser humano mismo no puede hacer uso de esa luminosidad de Saturno. El resplandor de esos rudimentos sensorios no podía expresar nada en símismo, pero gracias a ellos, seres más elevados pueden revelarse a la vida de Saturno. Por medio de las fuentes de luz de los antecesores del hombre, esos seres irradian algo de su naturaleza, vertiéndolo en el planeta. Esos seres excelsos se hallan en los cuatro rangos supremos, sobre los que dijimos que había trascendido toda vinculación con la existencia humana en su desarrollo. Sin que ellos necesiten hacerla, irradian, entonces, algo de su naturaleza por "libre voluntad". La doctrina esotérica cristiana habla, en dicho caso, de la revelación de los Serafines, los "Espíritus del Amor". Esa condición se prolonga hasta la mitad del sexto ciclo saturnal. Seguidamente, comienza el trabajo de seres que, en esa etapa, poseen una conciencia semejante a la que hoy tiene el hombre cuando duerme profundamente y no tiene sueños. Esos seres son los "Hijos del Crepúsculo"4 . No alcanzan el nivel humano hasta la etapa lunar.

En la etapa actual, la terrestre, al igual que sus predecesores los "Espíritus del Fuego", ya se hallan en niveles superiores a los del hombre, a los que el cristianismo esotérico denomina" Angeles", llamando "Arcángeles" a los "Espíritus del Fuego". Los "Hijos del Crepúsculo" desarrollan, en el antepasado humano, una especie de comprensión, de la cual él mismo, en su conciencia oscura, aún no puede hacer uso. Pero a través de esa comprensión vuelven a revelarse excelsas entidades, como antes 10 hicieran los Serafines a través de los gérmenes sensorios. A través de los cuerpos humanos, se derrama comprensión sobre el planeta, vertida por aquellos espíritus que la doctrina esotérica cristiana llama Querubines. Sobre la mitad del séptimo ciclo de Saturno comienza una nueva actividad. El hombre ha alcanzado un punto en el que puede actuar inconscientemente sobre su propio cuerpo. Con dicha actividad que se realiza en la oscuridad de la existencia saturnal, el hombre produce la primera predisposición germinal para el "Hombre Espíritu" (ver mi (Teosofía"5), que sólo alcanzará su pleno desarrollo al final de la evolución de la humanidad. En la literatura teosófica se conoce ese miembro con el nombre de Atma, el miembro supremo de la llamada mónada humana. En esa etapa es absolutamente oscuro e inconsciente. Pero igual como los Serafines y Querubines se revelan con plena libertad en los dos ciclos humanos precedentes, son los Tronos los que se revelan entonces, los mismos seres que, en el principio de la existencia saturnal, irradiaron el cuerpo humano, derramándolo desde sí mismos. La predisposición germinal del "Hombre Espíritu" (Atma) es penetrada completamente por el poder de esos "Espíritus de la Voluntad" y retiene ese poder a lo largo de todas las posteriores etapas de la evolución. En su conciencia oscura de esa etapa, el hombre aún no puede saber nada de esa predisposición germinal; pero en su posterior desarrollo se hará consciente de ella. Esa labor no se ha completado todavía al final de la existencia de Saturno y continúa actuando en el primer ciclo del Sol. Hay que considerar que la actividad de los Espíritus Superiores hasta aquí descrita, no coincide con el principio y el final de un ciclo menor, (una ronda), sino que continúa desde la mitad del uno a la mitad del siguiente. Mas su actividad más intensa se lleva a cabo en los períodos de descanso entre los ciclos.

Crece desde la mitad de un ciclo (Manvantara) en adelante, llega a su clímax en la mitad de un período de descanso (Pralaya) y luego vuelve a descender hasta la mitad del ciclo siguiente. (Ya se dijo en capítulos anteriores que la vida, de ningún modo cesa, durante los períodos de descanso).

Por lo dicho anteriormente, es evidente en qué sentido habla la ciencia esotérica cristiana cuando dice que en el "principio del tiempo" los Serafines, Querubines y Tronos comenzaron a revelarse.

Con todo esto hemos seguido el curso de Saturno hasta el momento en que su existencia pasa por un período de descanso, para reemerger luego en el período del Sol. De ello hablaremos en las siguientes disquisiciones.

En vistas a una mayor claridad, haremos una breve sinopsis de los hechos evolutivos del primer planeta.

1- En este planeta se desarrolla la conciencia más oscura del hombre (una conciencia de trance profundo). Al mismo tiempo, se forma la primera predisposición para el cuerpo físico del hombre.

II - Esa evolución pasa por siete etapas subsidiarias (ciclos menores o "rondas") en cada una de las cuales comienzan su labor Espíritus Superiores sobre el desarrollo del cuerpo humano, a saber, en el:

-1er. ciclo, los Espíritus de la Voluntad (Tronos).

  • 2do. ciclo, los Espíritus de la Sabiduría (Dominaciones).

  • 3er. ciclo, los Espíritus del Movimiento (Virtudes).

  • 4to. ciclo, los Espíritus de la Forma (Potestades).

  • Sto. ciclo, los Espíritus de la Personalidad (Principados).

  • 6to. ciclo, los Espíritus de los Hijos del Fuego (Arcángeles).

  • 7mo. ciclo, los Espíritus de los Hijos del Crepúsculo (Angeles). III - En el cuarto ciclo, los Espíritus de la Personalidad se elevan al nivel de humanidad.

IV - Desde el quinto ciclo en adelante, se revelan los Serafines. V -

Desde el sexto ciclo en adelante se revelan los Querubines. VI Desde el séptimo ciclo en adelante, se revelan los Tronos, los verdaderos" creadores del hombre".

VII - Con esta última revelación, se desarrolla en el séptimo ciclo del primer planeta, la predisposición del "Hombre Espíritu", de Atma.



1* Quien conozca realmente la doctrina cristiana, sabe que las concepciones relativas a esos seres espirituales, por encima del hombre, forman parte integral de ella, sin embargo han desaparecido desde hace un tiempo de una religión superficial. Quien profundiza las cosas podrá reconocer que, por parte del cristianismo, no hay ningún motivo para combatir la ciencia espiritual, sino todo lo contrario; esta ciencia espiritual está en total concordancia con el verdadero cristianismo.

2* En la literatura teosófica llamados Mahat.

3 * En la literatura teosófica "Pitris Solares", en el esoterismo cristiano" Arjcángeles"

4 en los escritos teosóficos se les conoce como Pitris Lunares o Barhishad Pitris* En el esoterismo cristiano" Angeles".

5* R. Steiner, "Teosofía", Edit. Antroposófica Argentina.

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