GA011 La Crónica del Akasha 15- LA VIDA DEL SOL

 

CAPITULO XV



LA VIDA DEL SOL



Después de la gran era cósmica de Saturno que hemos descrito en las páginas anteriores, se sucede la del Sol. Entre ambas se halla el período de reposo (Pralaya), durante el cual todo lo humano que se ha desarrollado en Saturno, adquiere un carácter que se relaciona con el futuro hombre solar, del mismo modo que la semilla se relaciona con la planta que habrá de brotar de ella. El hombre de Saturno, diríamos, dejó tras de sí su semilla que se sumerge en una especie de sueño, después del cual se transformará en hombre solar. En el Sol, el hombre pasa por su segundo estado de conciencia, que se asemeja al que tiene el hombre actual cuando se sumerge en un dormir pacífico y sin sueños.

Ese estado que hoy día interrumpe el estado vigílico del hombre, es una especie de reminiscencia, un recuerdo de la época solar. Se lo puede comparar también con ese estado de conciencia subliminal1 en que se halla hoy el mundo vegetal. De hecho habría que considerar a la planta como un ser que duerme. Para entender el desarrollo de la humanidad, hay que tener en cuenta que en ese segundo gran ciclo, el Sol era todavía planeta y sólo más tarde alcanzó el nivel de estrella fija. En el sentido de la ciencia iniciática, es estrella fija todo astro capaz de enviar fuerzas de vida a uno o varios planetas, situados a cierta distancia. Durante ese segundo ciclo el Sol todavía no lo fue. En dicho período se hallaba unido aún con seres a los que daba su fuerza, estos seres -entre los que se hallaba el hombre en su nivel de entonces- vivían en el Sol.Todavía no existía la Tierra planetaria y una Luna separada del Sol. Todo lo que hoy existe sobre la Tierra, en cuanto a sustancias, fuerzas y entidades, igual como lo que hoy hay en la Luna, se hallaba todavía dentro del Sol, formaba parte de sus sustancias, fuerzas y entidades. No sería hasta el tercer gran período en que se separaría del Sollo que la ciencia iniciática llama la Luna, que no es la Luna actual, sino el predecesor de nuestra Tierra, digamos, en su anterior encarnación. Esa "Luna" se convirtió más tarde en nuestra Tierra, cuando se desprendió de parte de su sustancia y expulsó lo que hoy llamamos la Luna. En el tercer gran ciclo, pues, en lugar del anterior Sol planetario, existieron dos cuerpos, es decir, la estrella fija Sol y la Luna p1anetaria desprendida de él. El hombre y los demás seres que habían evolucionado como compañeros suyos durante el período solar, habían salido del Sol acompañando a la Luna. El Sol entonces suministró a los seres lunares, desde afuera, las fuerzas que antes obtenían directamente de él, como lugar en que se hallaban inmersos. Después del tercer gran ciclo, el de la Luna, se produjo otro período de reposo (Pralaya), durante el cual los dos cuerpos celestes separados (Soly Luna) se volvieron a unir y pasaron conjuntamente por el estado de semilla durmiente. En el cuarto gran período cíclico, en un principio, el Sol y la Luna planetaria emergieron de la oscuridad del sueño como un cuerpo único. Durante la primera mitad de ese ciclo, nuestra Tierra ya la vez el hombre y sus compañeros, se separaron del Sol. Un poco más tarde, la Tierra se desprendió de la Luna actual, de modo que hoy existen tres miembros que descienden del antiguo planeta solar. En dicho planeta solar, el hombre y los demás seres mencionados al hablar de Saturno, pasaron por otro nivel evolutivo en la segunda gran era cósmica. Al principio del ciclo solar, el rudimento del posterior cuerpo físico del hombre, que se fue desarrollando en Saturno, emerge, entonces, como lo hace una planta de su semilla, pero en ese ciclo ya no permanece en el mismo estado en que se hallaba anteriormente. Se halla impregnado de un segundo cuerpo más sutil, pero de por sí mucho más poderoso, el cuerpo etéreo. Mientras el cuerpo saturnal del hombre era una especie de autómata, absolutamente sin vida, en el ciclo solar, al estar penetrado cada vez más por el cuerpo etéreo, se convierte en un ser viviente. Con ello, el hombre se convierte en una especie de planta. Su apariencia, sin embargo, no es la de las plantas actuales, pues en sus formas ya se asemeja de alguna manera al hombre de hoy. Pero el rudimento de la cabeza, como lo hace la raíz actual, está orientado hacia abajo, hacia el centro del Sol, y los rudimentos de los pies se extienden hacia arriba como la flor de una planta. Ese organismo del hombre vegetal no es capaz todavía de movimiento voluntario". Para el hombre regido por la percepción sensoria, es naturalmente difícil representarse que el hombre haya vivido, como ser vegetal, en el mismo Sol. Parece impensable, que un ser viviente pueda existir en las condiciones físicas que deben suponerse en aquella situación. Pero sólo la planta actual está adaptada a la Tierra física del presente, y se ha desarrollado de esta manera porque su entorno es el correspondiente. El ser vegetal solar tenía otras condiciones de vida, adaptadas a las circunstancias físicas solares de aquel tiempo.

No obstante, el hombre alcanza esa forma sólo durante el segundo de los ciclos menores (rondas) por los que pasa el Sol, pues en el primero de esos ciclos menores no estaba presente todavía el cuerpo etéreo en el organismo.Todo lo que ocurrió durante la era de Saturno se repite abreviadamente en ese primer ciclo menor. El cuerpo físico humano todavía tiene su carácter automático, pero modifica de algún modo su anterior forma, porque si tuviera que permanecer totalmente tal y como era en Saturno, no sería capaz de acoger un cuerpo etéreo. Su modificación, pues, obedece a esa finalidad, la de hacerse portador de él. Durante los siguientes seis ciclos menores, el cuerpo etéreo se va desarrollando más y más, y por sus fuerzas, que actúan sobre el cuerpo físico, éste adopta una forma cada vez más perfecta.

La labor de transformación que se realiza en el hombre, la llevan a cabo espíritus que ya mencionamos en relación con el hombre, en nuestro estudio de la evolución de Saturno.

Los espíritus llamados "Vidas Irradiantes" o "Llamas" (Tronos) ya no llevan la iniciativa. Su labor a este respecto la han realizado durante la primera mitad del primer ciclo de Saturno. En el primer ciclo del Sol (ronda), lo que podemos observar es la labor de los "Espíritus de la Sabiduría" (Dominaciones o Kyriotetes). Ellos habían intervenido en el desarrollo del hombre desde la mitad del primer ciclo saturnal. En el primer cicloSolar continúan su tarea, repitiendo en etapas sucesivas, la sabia ordenación del cuerpo físico.Un poco más tarde se le añade a dicha labor la de los "Espíritus del Movimiento" (Dynamis o Virtudes). Con ello se recapitula aquel período de Saturno en que el cuerpo humano había recibido la capacidad del movimiento, y por ello vuelve ahora a hacerse móvil. Del·mismo modo, los "Espíritus de la Forma" (Exusiai), los de la "Oscuridad" (Arcai), los "Hijos del Fuego" (Arcángeles) y finalmente los "Hijos del Crepúsculo" (Angeles) repiten sucesivamente su labor correspondiente. Así hemos caracterizado seis pequeños períodos dentro del primer ciclo del Sol.

En el séptimo de esos pequeños períodos vuelven a intervenir los "Espíritus de la Sabiduría". Si en su anterior período de actividad habían dotado al cuerpo humano de una sabia estructura, lo que hacen ahora es otorgarle a los miembros, que se han hecho móviles, la capacidad de hacer que ese movimiento sea sabiamente dirigido. Anteriormente sólo la estructura era expresión de sabiduría interior, ahora también recibe ese sello el movimiento.

De ese modo, concluye el primer ciclo del Sol, que ha constituido en siete mini-ciclos que recapitulaban, cada uno de los siete ciclos de Saturno (una ronda saturnal). En la literatura teosófica, se acostumbra denominar "globos", a estos siete mini-ciclos que en su conjunto conforman una" ronda". Seguidamente, tras un período de reposo (Pralaya), el primer ciclo solar es sucedido por el segundo. Los miniciclos o globos individuales, que componen ese ciclo menor del Sol, los estudiaremos más tarde en detalle. Por ahora, nos limitamos al curso progresivo del ciclo solar.

Al final del primer ciclo solar, el cuerpo humano Ya se halla preparado para acoger el cuerpo etéreo, porque los "Espíritus de la Sabiduría" le han dado la posibilidad de movimiento sabiamente dirigido. Pero al mismo tiempo, los "Espíritus de la Sabiduría" han evolucionado ellos mismos gracias a la labor realizada, merced a la cual se hacen capaces de derramar su propia sustancia desde sí mismos, igual como hicieron los "Llamas" (Tronos) en el principio del ciclo saturnal, dándole al cuerpo físico su base sustancial. Mas la sus tancia de los "Espíritus de la Sabiduría" es el "éter", es decir, sabiduría móvil y llena de poder, en otras palabras, "vida". El cuerpo etéreo o de vida del hombre es, pues, una emanación de los "Espíritus de la Sabiduría".

Esa emanación continúa hasta más o menos la mitad del segundo ciclo solar, cuando los "Espíritus del Movimiento" pueden volver a comenzar una nueva actividad.

Su tarea previamente sólo podía extenderse hasta el cuerpo físico del hombre, pero ahora se traslada al cuerpo etéreo mismo y le implanta una poderosa actividad, lo que continúa hasta la mitad del tercer ciclo solar. Comienza entonces la actividad de los "Espíritus de la Forma". Gracias a ellos, el cuerpo etéreo que hasta entonces no tenía sino una movilidad nebulosa, recibe una forma definida. En la mitad del cuarto ciclo solar, esos "Espíritus de la Forma" alcanzan un estado de conciencia como el que el hombre alcanzará en "Venus", el segundo estado planetario posterior al actual de la Tierra. Se trata de la conciencia suprapsíquica, que dichos seres adquieren como fruto de su actividad durante el tercer y cuarto ciclos del Sol. Con ello, se capacitan para transformar los gérmenes sensorios desarrollados durante y después del ciclo saturnal y que hasta entonces eran sólo instrumentos físicos, convirtiéndolos en sentidos vivientes por medio de la sustancia etérea. Por un proceso similar, los "Espíritus de la Oscuridad" (ArcaiAsuras) han alcanzado en esa época el nivel de conciencia psíquica que el hombre sólo desarrollara en Júpiter, como conciencia imaginativa consciente. Con ello se hacen capaces de actuar conscientemente desde el mundo astral.

El cuerpo etéreo de un ser puede ser influenciado desde el mundo astral, y los "Espíritus de la Oscuridad" lo hicieron, interviniendo en el cuerpo etéreo del hombre e implantando en él el espíritu de la yoidad (independencia y egoísmo), como ya habían hecho antes en el cuerpo físico. Podemos observar cómo dichas entidades implantaron el egoísmo en todos los miembros del ser humano, sucesivamente. Al mismo tiempo, los "Espíritus del Fuego", alcanzaron el nivel de conciencia que hoy posee el hombre como conciencia vigílica. Puede decirse que entonces se convierten en hombres. Pueden hacer uso del cuerpo físico humano para establecer una especie de intercambio con el mundo exterior. De modo similar, los "Espíritus de la Personalidad" utilizaron el cuerpo físico desde la mitad del cuarto ciclo Saturnal en adelante, pero habían utilizado los gérmenes sensorios para establecer una especie de percepción. Sin embargo, la naturaleza de los "Hijos del Fuego" es tal, que derraman el calor de su alma hacia el entorno. El cuerpo físico humano ya está tan avanzado que ellos pueden hacer eso gracias a él. Su calidez actúa aproximadamente como lo hace el calor de una gallina que incuba su huevo, es decir, ejerciendo un poder que despierta la vida. Todo lo que el hombre y sus compañeros tengan de ese poder de despertar vida, fue implantado en el cuerpo etéreo en aquella época por los "Hijos del Fuego". Nos referimos al origen de ese calor que es condición previa para la reproducción de todos los seres vivos. Más tarde veremos qué tipo de transformación sufrió dicho poder calórico cuando la Luna se separó del Sol. Hacia la mitad del quinto ciclo solar, los "Hijos del Fuego" habían evolucionado hasta poder injertar en el cuerpo etéreo, la capacidad que ellos antes ejercían por medio del cuerpo físico humano. Sustituyen entonces a los "Espíritus de la Personalidad" en su tarea sobre ese cuerpo etéreo que comienza a realizar una actividad reproductiva. En ese período, dejan el cuerpo físico a los "Hijos del Crepúsculo" (Angeles) que mientras tanto han adquirido una conciencia imaginativa onírica como la que el hombre tendrá en la Luna. En Saturno ellos le habían dado al antecesor del hombre una especie de órgano para la comprensión, ahora van perfeccionando los instrumentos físicos del espíritu humano, que él utilizará conscientemente en posteriores etapas de su evolución. Con ello, a partir de la mitad del quinto ciclo solar, los Serafines pueden revelarse en el Sol, mediante el cuerpo humano, de un modo más completo a como pudieran hacerla en Saturno. Desde la mitad del sexto ciclo solar en adelante, el hombre mismo ha llegado a poder actuar inconscientemente sobre su cuerpo físico. A este respecto, sustituye a los "Hijos del Crepúsculo". Con esta actividad en inconsciencia, crea la primera disposición germinal del ser espiritual viviente denominada "Espíritu de Vida" (Budi).

Sólo en etapas posteriores de su evolución se hará consciente de ese "Espíritu de Vida". Igual como desde el séptimo ciclo saturnal en adelante los Tronos derramaron voluntariamente su poder en la predisposición del "Hombre Espíritu" que se formó entonces; ahora los Querubines vierten su sabiduría que, desde ese momento, queda preservada para el "Espíritu de Vida" del hombre, a lo largo de todas las subsiguientes etapas de su evolución. Desde la mitad del séptimo ciclo del Sol en adelante, vuelven a aparecer el germen del "Hombre-Espíritu" (Atma) ya formado en Saturno, y se combina con el "Espíritu de Vida" (Budi), con ello comienza la mónada viviente (Atma-Budi), Mientras en esa época el hombre opera inconscientemente sobre su cuerpo, los "Hijos del Crepúsculo" se hacen cargo de lo que hay que hacer entonces en el cuerpo etéreo para seguir desarrollándolo. A este respecto son los sucesores de los "Hijos del Fuego". Irradian las imágenes de su conciencia dentro de ese cuerpo etéreo y con ello, en una especie de estado onírico, disfrutan del poder de reproducción de ese cuerpo, que 1 había sido estimulado por los "Hijos del Fuego". Al hacerla, preparan el desarrollo del placer en esa energía, que más tarde, (en la Luna) aparecerá en el hombre y sus compañeros.

En Saturno se había formado el cuerpo físico del hombre, que carecía absolutamente de vida. A todo cuerpo sin vida se lo llama mineral en la ciencia iniciática. Se puede decir, por tanto, que en Saturno, el hombre era mineral, o que pasó por el reino mineral. Ese mineral humano no tenía la forma del mineral actual. Los minerales tal como los conocemos hoy, no existían entonces.

Como ya se ha visto, ese mineral humano que volvió a emerger desde la oscuridad del sueño, como saliendo de una semilla, fue dotado de vida en el Sol. Se convirtió en una planta humana; el hombre pasó por el reino vegetal. Pero no todos los minerales humanos recibieron la vida de esta manera; ello no era posible porque el hombre-vegetal necesitaba la base mineral para su vida. Y si hoy no puede haber vegetales sin un reino mineral del que extraen sus sustancias, lo mismo sucedía en el Sol con respecto al hombre vegetal. En razón de su posterior desarrollo, el hombre vegetal tuvo que dejar atrás una parte de los rudimentos humanos en un nivel mineral. Y como en el Sol, las condiciones eran totalmente distintas de las de Saturno, esos minerales que habían sido abandonados, adoptaron formas muy distintas de las que habían tenido en Saturno. Así pues, junto al reino vegetal humano, surgió un segundo reino, un reino mineral especial. Vemos que el hombre asciende a un reino superior, desechando a una parte de sus compañeros hacia un nivel inferior. Veremos repetirse ese proceso muchas veces en las siguientes etapas de desarrollo. Se trata de una ley evolutiva fundamental.

Nuevamente, en aras de una mayor claridad, daremos un sumario de los hechos evolutivos del Sol.

I- El Sol es el planeta donde se desarrolla el segundo estado de conciencia del hombre, el de dormir sin sueños. El cuerpo físico humano se eleva a una existencia vegetal con la incorporación de un cuerpo etéreo.

II - Esa evolución pasa por siete etapas subsidiarias (ciclos menores o "rondas").

1°) En el primero de estos ciclos se repiten las etapas evolutivas de Saturno, con respecto al cuerpo físico humano, si bien de una forma ya algo distinta.

2°) Al final del primer ciclo comienza la emanación del cuerpo etéreo que efectúan los "Espíritus de la Sabiduría".

3°) A la mitad del segundo ciclo empieza el trabajo de los "Espíritus del Movimiento" sobre dicho cuerpo.

4°) A la mitad del tercer ciclo comienza la labor sobre el cuerpo etéreo por parte de los "Espíritus de la Forma".

5°) Desde la mitad del cuarto ciclo en adelante, dicho cuerpo recibe una especie de egoidad de los "Espíritus de la Personalidad".

6°)Mientras tanto, el cuerpo físico ha avanzado de tal modo, con la acción de las fuerzas que han trabajado sobre él hasta entonces, que desde el cuarto ciclo en adelante, los "Espíritus del Fuego" pueden elevarse al nivel de humanidad gracias a él.

7°) A la mitad del quinto ciclo, los "Espíritus del Fuego", que antes habían pasado por la etapa humana, se hacen cargo del trabajo sobre el cuerpo etéreo. Y en ese período los "Hijos del Crepúsculo" se hallan activos sobre el cuerpo físico.

8°) Alrededor de la mitad del sexto ciclo, la labor que se realiza sobre el cuerpo etéreo, es transferida a los "Hijos del Crepúsculo" y el hombre mismo trabaja sobre su propio cuerpo físico.

9°) En el curso del séptimo ciclo aparece la mónada viviente.

1 Se ha preferido utilizar este término para designar esa oscura conciencia propia de los procesos vegetativos puros. (N. del T.)

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