GA098 Munich 17 de marzo de 1908 -LA TIERRA Y EL DESARROLLO HUMANO

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RUDOLF STEINER

LOS REINOS ELEMENTALES, SU NATURALEZA Y SUS EFECTOS SOBRE EL SER HUMANO


 Munich 17 de marzo de 1908

La última vez que se me permitió hablarles, echamos una mirada hacia los cielos, hacia los planetas, que tienen cierta relación con nuestro organismo humano, con nuestra vida inmediata. Hoy queremos examinar más de cerca el desarrollo de nuestro sistema planetario, en la medida en que está relacionado con el ser humano. Ustedes saben que, en el fondo, siempre miramos todos los desarrollos del cosmos desde el punto de vista del desarrollo de la humanidad. Si dejamos que nuestra mirada se remonte tan atrás, siempre lo hacemos con la intención de comprender con precisión la naturaleza del hombre. Al hacerlo, nos vemos obligados a contemplar la historia de la evolución de nuestro propio ser desde los ángulos más diversos. Pues es de imaginar que las condiciones anteriores de nuestra Tierra y de otros cuerpos celestes no eran menos complicadas que nuestras condiciones actuales. Y no se puede comprender el desarrollo de nuestro sistema con unas pocas ideas; sólo se puede abordar este desarrollo desde diferentes puntos de partida. Puede parecer a uno como si hubiera contradicciones entre los esbozos individuales que se bosquejan.  Pero los hechos ocultos sólo se describen desde diferentes puntos de vista, como si uno pintara un árbol desde diferentes lados. Se podrían hacer cien cuadros del mismo árbol y siempre se habría pintado el mismo árbol, pero los cuadros serían diferentes. Así, si uno quiere obtener un concepto global, debe describir desde distintos puntos de partida. Y cuando haya obtenido muchas características, éstas se unirán como diferentes fotografías tomadas desde distintos puntos de vista espaciales. 

Hoy describiremos el desarrollo terrenal tal como se presenta ante la mirada espiritual. Sabemos que nuestra encarnación terrestre actual fue precedida por otras tres. Saturno, el Sol y la Luna. También sabemos cómo imaginar el estado de Saturno. No podemos imaginar que tuviera una composición tan material como nuestra materia actual. Distinguimos en la materia: nuestra tierra sólida, material; la líquida, nuestra agua; la gaseosa, el aire, y el primer estado más sutil, la materia calorífica. Si alguien se hubiera acercado al antiguo Saturno, sólo habría notado su existencia al entrar en un espacio más cálido, como en un horno. Dentro de esta materia de fuego se produjo la primera formación del cuerpo físico. Pero esto no era más que un reflejo que era devuelto al espacio cósmico. 

Tras un pralaya, Saturno pasó al estado solar. La materia se condensa y se vuelve gaseosa. El cuerpo humano se compenetra con el cuerpo etérico, pero todo sigue siendo materia muy sutil, gaseosa. Y lo que hay de cuerpo físico y etérico se muestra como un espejismo, como una fata morgana en este sol. 

De nuevo, tras un estado pralaya, el sol pasa al estado lunar. La materia se vuelve líquida. El hombre se compenetra con el cuerpo astral. Ahora tenemos que registrar un acontecimiento esencial durante la evolución lunar. Lo que estaba presente en su materia acuosa era una mezcla del sol, la luna y la tierra actuales.  Pero llega un momento en que se separa una especie de sol, con la materia más fina y viva y los seres más elevados. Ahora la composición luna + tierra quedó atrás como la antigua luna. En el momento de la separación, las entidades que habían quedado atrás se endurecieron.

Toda la esfera de la luna se convirtió en un cuerpo planetario semivivo. El reino más bajo está entre los reinos mineral y vegetal actuales, el segundo entre los reinos vegetal y animal, el tercero entre los reinos animal y humano. Lo que hoy son rocas eran como la madera de los árboles. Toda la masa de la tierra era como turba o espinaca. Las montañas eran leñosas. A partir de esta sustancia básica crecieron entidades que estaban entre nuestros reinos vegetal y animal. El muérdago ha conservado el hábito de crecer en tierra viva. Pero en aquella época tenía una sensación crepuscular; ya no la tiene, porque ha degenerado. La tercera etapa, los animales humanos, fueron los antepasados del hombre. Esta forma de la antigua luna se desarrolló sólo después de la separación del sol y lo orbitó.  

Entonces se produjo una reunión y, después de un pralaya, surgió nuestra tierra. Nuestra tierra tuvo que pasar repetidamente por los estados anteriores: Saturno, sol y luna. Sólo entonces surgió su forma terrestre actual. Que primero tuvo una naturaleza ardiente es algo que se ha conservado como una medio-sugestión. Los físicos dicen que la Tierra se desarrolló a partir de un estado ardiente. Pero el estado ardiente no era gaseoso, sino algo muy diferente del gas, como ellos creen. En él, a su vez, se formó la primera implantación del cuerpo físico. Pero lo que salió de ella fue diferente de lo que había salido en Saturno. Pues ya había madurado en estados anteriores en Saturno, el Sol y la Luna. Ahora era una estructura humana más complicada, resultado de los estados anteriores, hecha de materia etérea. La Tierra consistía en un conglomerado de tales sistemas humanos. Se parecía a una mora en la materia calorífica más fina. No es otra cosa que un conglomerado de plantas humanas en materia calorífica.

Me corresponde ahora dar una idea de cómo era esta primera disposición. Hay que tener en cuenta lo que ha quedado de esta primera disposición humana en épocas posteriores. Está rodeada de otros miembros de la naturaleza humana. Hoy palpita en nosotros como el calor inherente de la sangre. Ese es el remanente de la primera disposición humana. Lo que apareció como líneas de calor se ha transformado mucho con el paso del tiempo. En la parte superior de la cabeza el niño tiene un punto blando. Esta es la abertura que el ser humano tenía allí en los tiempos primitivos. En medio del desarrollo de la humanidad, surgió una especie de órgano de calor, una radiación de llama, como brazos de succión, como una linterna etérica - el ojo ciclópeo. Pero no era un ojo, era un órgano de calor. El hombre necesitaba este órgano para orientarse. En aquella época vivía entre elementos líquidos más calientes y más fríos. Este órgano le indicaba qué ambiente era útil o perjudicial para él. Este órgano es una transformación de un órgano del estado ardiente de la tierra. De él hay que pensar en líneas de fuerza que salen hacia el corazón, una independencia sin los otros miembros ya presentes, de modo que parecía una especie de linterna, brazos de succión que salen de él, como rayos hacia abajo, que más tarde se convierten en venas. Ese es el hombre térmico.  

En este primer tiempo de calor terrestre, la tierra estaba aun unida al sol, la luna y aun otros planetas. Más tarde, se produjo una compresión. El estado de materia calórica se convirtió en un estado gaseoso. Esta etapa de desarrollo es de gran importancia para el hombre. Pues el paso del calor al aire fue tal que se formaron líneas de aire alrededor de las líneas de fuerza de la materia calorífica. Se estableció por primera vez el ciclo en el proceso de respiración en la evolución de la tierra. Ahora viene un hecho muy importante. Siempre que la materia calórica se condensa en materia aérea, por otra parte se diluye en un estado aún más sutil, osea en materia luminosa. Así fue cuando Saturno se formó en Sol; el estado gaseoso estaba impregnado de luz, que brillaba en el espacio cósmico. Así fue también ahora, cuando la tierra se condensó en el estado de aire; estaba completamente impregnada de luz, brillaba en el espacio cósmico. La tierra se convirtió en un sol, por así decirlo. La luz es la causa de otra cosa; penetra en la oscura materia caliente. Las primeras plantas humanas no eran luminosas; a lo sumo podían percibirse a través de las diferencias de calor. Ahora la luz resplandece y brilla alrededor de todo este sistema, esta corriente de sangre caliente. Esta luz se instala en el cuerpo humano para ir dando forma al sistema nervioso. Las líneas de fuerza, las líneas estructurales del sistema nervioso son luz que ha tomado forma. El cerebro estaba encapsulado como una fuerza de luz alrededor de la materia ardiente, alrededor de la linterna. El sistema nervioso, que percibe la luz, fue una vez la luz misma. Y toda la tierra brillaba en el espacio cósmico.

Llegó el momento en que el sol volvió a desprenderse de la tierra. La materia más fina y las entidades formaron un cuerpo planetario independiente de modo que nuestra tierra orbitó alrededor del sol. El surgimiento de la materia más fina estuvo relacionado con una condensación de la materia que quedó atrás. Por un lado emerge el cuerpo finamente luminoso del sol, por otro lado la materia de la tierra se hace mucho más densa. Pasa a un estado acuoso, más denso que nuestra agua de mar, pues también contenía todo lo que hoy es sólido. Al volverse líquida, aparece un nuevo elemento. 

En la medida en que aparece el agua, la música de las esferas, los sonidos del mundo, salen del cosmos y de la tierra. No es una música como la actual, que se propaga a través del aire. El desarrollo de la tierra está ahora bajo la influencia de la música del universo. La materia surge como sustancias individuales de la gran materia indiferenciada. Las sustancias terrestres comienzan a danzar bajo la influencia de la música del universo. Esta es la diferenciación de la materia en materia orgánica, por ejemplo en proteína. Así, la materia orgánica, el protoplasma, surgió bajo la influencia de la música del universo, similar a las figuras sonoras chladnianas actuales.

 Estas sustancias, similares a las proteínas, la materia glutinosa, son empujadas hacia las líneas de fuerza anteriores del sistema humano. Las células, que hoy se consideran las primeras en la historia del desarrollo de los organismos, nacieron mucho más tarde. Sólo nacieron de ciertos seres.  El átomo tampoco es nunca el original, es siempre lo que se desprende del todo. El todo nunca se compone de las células. Todo el proceso fue promovido por el hecho de que la luna estaba todavía en el cuerpo terrestre. Las tres razas humanas que pasaron por estos tiempos son la Polar, la Hiperbórea y la Lemúrica. Después la luna se separó de la tierra.  

Mientras la luna aún estaba unida a la tierra, surgió algo más. Es un tiempo de continua condensación. En el último tiempo de conexión de la tierra con la luna, ocurre algo especial. El fuego original, al igual que el calor de la sangre, era fuego vivo. El fuego exterior surgió al final del periodo lunar. Lo que surgió bajo la influencia de la combustión física puede imaginarse mejor observando un cadáver que arde físicamente. Lo que cae como cenizas puede compararse con los residuos de la combustión de la tierra. Este es un nuevo impacto de la evolución de nuestra tierra. Así es como surgió todo lo mineral. De las sustancias orgánicas cae lo mineral, lo parecido a la ceniza, como un oscurecimiento, una evaporación. Antes sólo había sustancias parecidas a las proteínas. Ahora aparecen nubes de ceniza incrustadas en la proteína. Estas nubes de ceniza se integran en las sustancias orgánicas de todos los reinos de la naturaleza, de los reinos vegetal, animal y humano.

Si el desarrollo hubiera continuado por este camino, todo se habría vuelto momificado, rígido. Ya hemos mencionado el significado de la separación del sol y la luna. El significado de esta separación es que si todas las fuerzas y entidades hubieran permanecido conectadas, entonces el hombre no podría haber asumido las condiciones de vida que tiene hoy. Si el sol hubiera permanecido conectado con la tierra, el hombre habría tenido condiciones de vida demasiado rápidas. Si hubiera nacido, habría envejecido de nuevo inmediatamente. Sólo los seres altamente desarrollados podían participar en el vehemente desarrollo de la vida. Ellos se fueron con el sol. Los demás seres tenían que endurecerse. Pero el endurecimiento habría llegado a ser completo; entonces la luna habría tenido que salir de la tierra. Así el hombre se mantiene en el centro correcto. El sol da el poder del crecimiento progresivo y vivo.  La luna frena este desarrollo en la medida que conviene al hombre.  El hombre se sitúa en el medio entre los seres que se desarrollan mucho más rápidamente que él y los que lo hacen mucho más lentamente. El sol se ha encargado del desarrollo de la vida, la luna del desarrollo de la forma. Al hombre se le dio la oportunidad de transformar la forma que había alcanzado. Ahora estaba preparado de tal manera que el germen del yo pudiera penetrar en él. A través de esto, se encendió el desarrollo del ser humano en la dirección anímico-espiritual. Eso fue al final del periodo Lemúrico. Ahora el hombre tuvo que desarrollar su yo en la tierra con la ayuda de los otros miembros. Este desarrollo tuvo lugar durante el último período lemúrico, en el atlante y en nuestro tiempo. 

Pero el yo humano solo puede hacerse cargo de si mismo lentamente. Al principio, cuando la corporalidad fue fecundada con el yo, este todavía no podía haber tomado su desarrollo en sus propias manos. Si seguimos todo este desarrollo de la tierra, primero vemos la tierra en un estado de calor. Todavía no estaba separada de los otros planetas que pertenecen a su sistema. Este punto de partida también lo conoce la física, pero sólo desde el aspecto físico. Habla de una bola de gas muerta. Pero de dónde viene entonces la vida, eso no lo responde. Se ilustra la formación de un sistema planetario con una gota de aceite sobre agua; entre las gotas se empuja una tarjeta que se hace girar con una aguja. También se desprenden pequeñas gotas. Pero los que hacen el experimento olvidan que ellos están allí haciéndola girar. No dicen como el experimento sale sin ellos. Las entidades espirituales estaban conectadas con este cuerpo gaseoso, con la materia calorífica. La razón por la que se han formado los planetas hay que buscarla en el hecho de que en nuestra Tierra no sólo se han desarrollado seres humanos, sino también seres superiores e inferiores a los humanos. En el antiguo Saturno ya había seres que pasaron allí por su etapa de humanidad. Hoy han progresado mucho más allá del nivel de humanidad. Los espíritus del fuego en el sol están hoy dos niveles por encima, los de la luna un nivel por encima de los seres humanos. Los seres humanos en Saturno eran los espíritus de la personalidad, pero en aquella época vivían allí al mismo tiempo seres superiores que habían sido seres humanos incluso antes. Todos estos seres permanecen en conexión con el sistema planetario.

El sol se separó de la tierra, porque conectados con él había seres superiores que necesitaban otro escenario. Si se hubieran quedado en la Tierra, habrían visto frenado su desarrollo. Necesitaban el ritmo rápido. Ahora no sólo estaban los seres que necesitaban el sol, sino también los más diversos seres en las más diversas etapas de desarrollo. Algunos apartaron a Urano para sí mismos, Para otros seres hicieron lo propio con Saturno. Júpiter se había convertido en otro escenario. Surgió cuando la tierra ya era luminosa. Así, escena tras escena se fue dividiendo según las necesidades de los seres espirituales. Cuando el sol se separó, se llevó consigo a ciertas entidades que no podían permanecer unidas a la tierra, pero que aún no podían seguir el ritmo tan rápido del sol. Estas entidades eran más excelsas que los seres humanos, pero aún no tan maduras como las demás entidades del sol. Así que el Sol separó planetas para estos seres: Mercurio y Venus, cuyas entidades se situaban entre las entidades terrestres y las solares. Fueron estas entidades las que guiaron y dirigieron el desarrollo del yo, cuando el yo mismo aún no era capaz de hacerlo. Desarrollar el yo es la misión de la evolución terrestre. Sólo cuando el cristianismo dé sus frutos más maduros, los seres humanos alcanzarán su nivel. Las entidades venusinas trabajaban a través del mundo astral o devacánico, o se encarnaban en los seres humanos y se convertían en sus guías. De un modo inconsciente para el hombre, pusieron en él la semilla del desarrollo ulterior. Desde otro punto de vista se les llama seres luciféricos. Los Seres de Mercurio también estaban relacionados con la evolución de la Tierra. Fueron los primeros grandes maestros de los Misterios. Ellos guiaron secretamente la enseñanza de los iniciados más antiguos. Mientras que los seres de Venus tienen una vida muy larga, los seres de Mercurio no saben nada en absoluto del nacimiento y de la muerte porque han desarrollado Budhi. Su conciencia perdura a través del nacimiento y la muerte.  

Así pues hemos discutido algunas cosas sobre el desarrollo de la tierra, el significado del origen de la esfera del mundo y del hombre. Esta es una nueva imagen de la evolución. Describiéndola desde diferentes puntos de vista, se obtiene una verdadera idea de la realidad. En el momento en que uno dogmatiza, nunca puede penetrar en el ocultismo real. Entonces uno puede vislumbrar gradualmente la vida espiritual en su realidad, si uno busca obtener una visión general como la que se describió al principio. 

Traducido por J.Luelmo.mar2023

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