GA174a Munich 17 de febrero de 1918 La batalla de Micael y su reflejo en la tierra

 Ir al índice


2ª conferencia

Munich 17 de febrero de 1918.


Hoy mi tarea será proseguir en nuestras observaciones espirituales, desde las bases que establecimos aquí la última vez, para con los procesos espirituales, que se encuentran inmediatamente en el trasfondo de los acontecimientos de nuestro tiempo, y que tan seriamente resuenan en nuestras almas.
Si, según nuestra ciencia espiritual, vivimos entre fuerzas que fluyen desde los llamados muertos, al ámbito en el que moramos durante nuestra encarnación, es posible observar con gran viveza que es lo que subyace espiritualmente en un tiempo tan difícil. Sin duda, las personas de la era actual tienen pocas ganas de conocer el trasfondo espiritual de la existencia. Esa falta de interés está estrechamente relacionada con el hecho de que su gran catástrofe se ha abatido sobre la humanidad en la era actual. Les he llamado la atención sobre el hecho de que, en el último tercio del siglo XIX, a diferencia de los períodos anteriores, se produjeron grandes cambios en la evolución humana. He señalado repetidamente el final de los años setenta del siglo pasado y he demostrado que fue un momento incisivo en la evolución de la humanidad. Muy pocas personas en la actualidad son conscientes de la diferencia fundamental en la vida espiritual desde finales de los años setenta en comparación con la vida espiritual precedente. Los seres humanos carecen de la perspectiva para ver esto; porque tal cosa solo se hace evidente cuando se es capaz de observar las diferencias desde una cierta distancia. Si la humanidad no puede esperar una miseria aún mayor, esta perspectiva debe adquirirse lo antes posible. Porque, mis queridos amigos, nuestra era actual está gobernada por una contradicción extraña y muy vívida. Les describiré esta contradicción y la encontrarán muy grotesca: no hay tiempo que sea tan espiritual, dentro de la evolución humana histórica, como el tiempo en que vivimos, el tiempo desde finales de los años 70. Desde un punto de vista histórico, vivimos en los tiempos más espirituales. Sin embargo, es un hecho innegable que las personas que se consideran espiritualmente desarrolladas creen que nuestro tiempo es completamente materialista. 
En lo que respecta a la vida, nuestro tiempo no es materialista; pero en lo que respecta a la creencia de muchas personas y sus resultados, nuestro tiempo es ciertamente materialista. ¿Qué queremos decir realmente si decimos: “nuestro tiempo es espiritual”?
Bien, mis queridos amigos, consideren la concepción del mundo científico-natural del presente; Comparado con este, la concepción del mundo científico-natural que se tenía en el pasado es materialista. Hoy tenemos una concepción del mundo científico natural que se eleva a los conceptos más sutiles, más espirituales. Esto lo vemos si observamos la existencia más allá del presente físico inmediato.
La mayoría de las concepciones espirituales de hoy, aunque bien intencionadas, significan muy poco para los llamados muertos. Pero los conceptos científicos de la era presente, si se reflexiona sobre ellos sin prejuicios, significan mucho para ellos. Es un hecho interesante que en el reino de los muertos, el llamado darwinismo materialista es concebido y empleado de una manera completamente espiritual. En la vida plena, las cosas parecen bastante diferentes de cómo aparecen en la creencia frecuentemente errónea, producida por lo que las personas experimentan en el cuerpo. ¿Qué quiero decir realmente al señalar al científico espiritual natural? Bien, para poder formar estos conceptos, elevarse a los pensamientos que se desarrollan hoy en día con respecto a la evolución, etc., se necesita una espiritualidad que no existía en épocas anteriores. Es mucho más fácil ver fantasmas y tomarlos por algo espiritual que formar conceptos claramente definidos para lo que aparentemente es solo material. Esto ha provocado el hecho de que los seres humanos desarrollan en su vida anímica los conceptos más espiritualizados, y luego proceden a negarlos. Se cree erróneamente que estos conceptos espiritualizados se relacionan solo con cosas materiales. La interpretación materialista de la concepción actual del mundo científico-natural no es más que una negación de su verdadero carácter. Ha surgido de una tendencia a la cobardía, ¡pura cobardía! Uno no puede entregarse a vivir con sus sentimientos en estos conceptos espiritualizados y captar esta espiritualidad necesariamente enrarecida para la formación de conceptos precisos sobre la naturaleza. Uno no se atreve a reconocer que se vive en el espíritu cuando desarrolla estos conceptos enrarecidos y espiritualizados. Uno se engaña diciendo: estos conceptos se relacionan meramente con cosas materiales; porque esto no es verdad, es mero auto engaño.
Lo mismo es válido para otras esferas de la vida. Como ya he señalado, muchas creaciones artísticas de la actualidad muestran valores a través de este sentimiento espiritualizado y refinado que no existía en el desarrollo artístico de épocas anteriores. Este cambio en la vida espiritual se ha producido a través de un evento espiritual bastante definido que me gustaría caracterizar hoy desde un cierto punto de vista.
A principios de los años cuarenta del siglo XIX, cuando no se había alcanzado la mitad de siglo, el Arcángel Miguel ascendió gradualmente del rango de Arcángel al de Espíritu del Tiempo. A partir de ese momento comenzó a experimentar una evolución que le permitió trabajar en la vida humana, ya no solo desde el ámbito supra-terrenal, sino directamente en el ámbito terrenal. Tuvo que prepararse para descender a la tierra misma, emulando, por así decirlo, el gran procedimiento del mismo Cristo Jesús, tomando su punto de partida aquí sobre la tierra y estableciendo su actividad a partir de ahora desde el ámbito de la tierra. Desde los años cuarenta hasta finales de los años setenta del siglo pasado, este ser espiritual se preparó para esta tarea. De modo que, se puede observar que en el período entre los años cuarenta y el año 1879, presenta una batalla significativa en esa esfera supra-terrenal inmediatamente limítrofe con la esfera terrenal. Este ser espiritual, al que llamamos el Arcángel Miguel, tuvo que librar una dura batalla contra ciertos espíritus opuestos. Si deseamos entender lo que realmente sucedió allí, debemos considerar a estos espíritus opuestos.
Estos seres espirituales, contra los que combatió el Arcángel Miguel al convertirse en un espíritu del tiempo, siempre han afectado la vida y la evolución de la humanidad; a lo largo los pasados milenios, hasta mediados del siglo XIX, su tarea en el mundo espiritual era crear una diferenciación entre los seres humanos. Aquellos seres espirituales que son partidarios directos de los Arcángeles, se esfuerzan por llevar a los seres humanos de regreso al alma grupal, por difundir la uniformidad en toda la humanidad. Si solo hubieran estado activos estos seres, la humanidad se habría convertido en una especie indiferenciada, similar a la especie animal, pero en un grado algo superior. Los otros seres espirituales contrarios al principio Micaelico, sin embargo, tenían la tarea de difundir la diferenciación entre la humanidad, de dividirla en razas y pueblos; provocando todas esas diferencias que están relacionadas con la sangre, los nervios y con el temperamento. Esto estaba llamado a suceder. Tales seres son los llamados ahrimánicos, y debemos darnos cuenta de que el principio ahrimánico era una necesidad en el curso de la evolución de la humanidad.
Ahora llegaba un tiempo de gran importancia para la evolución de la humanidad, comenzando con los años cuarenta del siglo XIX. Llegaba el tiempo en que las antiguas diferenciaciones tenían que desaparecer, cuando la división humana en razas debía formarse en una unidad.
Esto muestra, que la visión cosmopolita que, sin duda, a veces se quedó en un mero eslogan cosmopolita en el siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, son simplemente un reflejo de lo que había ocurrido en el mundo espiritual. Existe una tendencia en la humanidad a eliminar las diversas diferencias que habían sido provocadas por la sangre y los temperamentos. Los mundos espirituales no tienden a crear nuevas diferencias entre la humanidad, sino que tienden a derramar un elemento cosmopolita sobre la humanidad. Aunque, da la impresión por nuestros catastróficos acontecimientos, que la gente no lo ha entendido así, no obstante debe ser considerado como un hecho real. Si se observa este hecho, reflejado en los eventos terrenales en su trasfondo espiritual, la visión clarividente muestra que, fue el espíritu ahora convertido en el espíritu del tiempo de la era moderna, quien, desde los años cuarenta (del siglo XIX) ha luchado contra los espíritus de la raza, los espíritus nacionales que produjeron las diferencias entre los pueblos. Lo que siempre ha sido representado por un símbolo significativo tuvo lugar aquí, aunque en una etapa diferente. El símbolo se refiere también a otras etapas de la evolución, porque los asuntos se repiten en varias etapas, y lo que les estoy diciendo ahora es solo una repetición en cierta etapa de un evento espiritual que tuvo lugar en otras etapas. Es el evento que está representado por el símbolo de la derrota del dragón por el Arcángel Miguel. Esta derrota del dragón por parte del Arcángel Miguel, significa que las fuerzas contrarias han sido expulsadas del reino en el que gobierna el Arcángel Miguel, que tuvo lugar en una cierta esfera, a partir de los años cuarenta del siglo XIX. Ciertos seres espirituales cuya tarea en el mundo espiritual era dividir a la humanidad en razas y pueblos fueron expulsados del cielo sobre la tierra. Estos seres espirituales que hasta los años cuarenta produjeron estas diferenciaciones entre la humanidad ya no tienen ningún poder en la región que limita con el mundo terrenal. Han sido arrojados entre los hombres sobre la tierra con todo lo que pudieron traer consigo.
Esto es lo que la ciencia espiritual designa como la victoria del Arcángel Miguel sobre los espíritus oponentes, que tuvo lugar a fines de los años setenta; el empuje hacia abajo sobre la tierra de ciertos espíritus que se le opusieron.
Por lo tanto desde finales de los años setenta, desde 1879, tenemos dos cosas: tenemos en la tierra para aquellos que son de buena voluntad, si entendemos la expresión en un sentido cualificado, la regencia de Micael el Espíritu del Tiempo, quien nos permite ser capaces de adquirir conceptos espiritualizados, una vida intelectual espiritualizada. También tenemos en la tierra los espíritus contrarios que nos engañan, negando la espiritualidad del tiempo presente. Si luchamos contra el materialismo de nuestro tiempo, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que no debemos luchar contra lo que es bueno en nuestra época, sino contra las mentiras de nuestra época. Porque los espíritus que han sido expulsados del cielo sobre la tierra son principalmente espíritus de falsedad que, como espíritus obstaculizadores, nos impiden buscar lo espiritual en nuestra comprensión de la existencia natural.
Si se aprende a conocer a aquellos seres humanos que descendieron a la encarnación terrenal desde el mundo espiritual, después del año 1841 y que han muerto desde entonces, se puede ver cómo estas cosas se consideran desde el otro lado, por así decirlo. Se está entonces en posición de corregir gran parte de lo que aquí en el mundo físico es muy difícil de ver.
Verán, que a principios del siglo XX se hizo evidente, gradualmente, lo necesario que es señalar de nuevo, en la vida, los más variados campos del espíritu; y aquellos que prestaron atención sobre este hecho, fueron los seres humanos que, después del año 1848, más precisamente después de 1840, participaron en la dura batalla llevada a cabo por el Arcángel Micael en el mundo espiritual y que terminó en 1879 con la expulsión de los espíritus opositores, a la vida de la tierra, donde ahora se encuentran entre los seres humanos. Participamos en la batalla del Arcángel Micael, cuando nos enfrentamos contra estos espíritus y tratamos de expulsarlos del campo.
Ahora bien, existe una cierta ley que establece que partiendo de cada punto de la historia de la evolución mundial, se puede rastrear en dos direcciones: hacia atrás y hacia adelante. Si enfocamos nuestra atención en algún punto del desarrollo histórico de la humanidad, podemos decir: En este punto del tiempo, sucedió esto o aquello. Ahora, a medida que pasa el tiempo, se pueden observar los eventos; pero el tiempo también se puede observar retrospectivamente. Podemos regresar de 1879 a 1878, 77, 60, 50, etc., y luego observar el mundo espiritual en retrospectiva. Entonces se presenta lo siguiente: En la estructura más profunda de los eventos a medida que transcurren, podemos descubrir una repetición del precedente. Si uno expresa algo grande de una forma simple, puede fácilmente sonar trivial. Pero hablaré simplemente. Si consideramos el año 1879, podemos proseguir hacia 1880, o podemos regresar a 1878. Si proseguimos hacia 1880, observaremos en la estructura espiritual más profunda de ese año que lo que sucedió en 1878 todavía está activo dentro de él; detrás de los eventos de 1880, se encuentran, los eventos de 1878, como fuerzas activas, y detrás de los eventos de 1881, se encuentran los eventos de 1877, como fuerzas activas. Según vamos retrocediendo, es como si la línea del tiempo se invirtiera, y los eventos que quedaban por detrás en un cierto punto el tiempo, se colocan detrás de los eventos que están por delante de ese punto del tiempo. Si entendemos esto se pueden entender muchas cosas.
Ahora les ruego que recuerden que he hablado durante muchos años sobre el año 1879, y no solo desde 1914, lo cual sería justo. Esto es importante, mis queridos amigos, y ahora les pido que hagan conmigo un simple cálculo. Cuenten hacia atrás desde el año 1879, cuenten hasta el año que a menudo he designado como el otro límite. Siempre he dicho que la batalla de la que estoy hablando comenzó a principios de los años cuarenta, alrededor de 1840, 1841, cuenten hacia atrás: 1879, 1868, 1858, 1848 y 8 o 9 años más; Osea 38 o 39 años. Ahora cuenten hacia adelante: 1879, 1889, 1899, 1909, 1914 y hasta nuestros días (1918), y también tiene 38 o 39 años. Si observan el año 1917, encontrarán un resultado sorprendente. Se darán cuenta del profundo significado de la afirmación del ocultista de que, a partir de un evento histórico trascendente, encontrarán el evento espiritual precedente repetido en el siguiente. Detrás de los eventos terrenales de nuestros días, se encuentran los eventos espirituales que comenzaron en los años cuarenta y que designamos como la batalla del Arcángel Micael contra los espíritus opositores. Estos eventos están detrás de los eventos actuales. Hoy se repite lo que ocurrió a principios de los años cuarenta. Pueden ustedes imaginar cuán diferentes se ven los acontecimientos de nuestro tiempo si se presta atención a esta ley. Se desarrollará una comprensión más profunda de los eventos que ahora nos pasan desapercibidos, que no penetran en el alma. Uno se dará cuenta de que la batalla del Arcángel Micael contra los poderes opositores ha vuelto, hasta cierto punto, a su punto de partida.
En general, es muy difícil hablarle a los seres humanos de la actualidad, sobre estas relaciones tan profundas, porque rechazan violentamente lo que les ayudaría a comprender el momento presente y les permitiría actuar de manera adecuada. Hoy es necesario liberarnos de viejos prejuicios y comprender conscientemente los hechos. Porque aquí en el plano físico suceden cosas que son de una naturaleza mucho más espiritual que los eventos en general. Esto está relacionado con el descenso del Arcángel Micael a nuestra región de la tierra. Mucha gente habla de este descenso. Pero si se les pide seriamente que tomen este hecho en su verdadero trasfondo, entonces no lo siguen, no quieren seguirlo. Sin embargo, es extremadamente necesario que cada vez en círculos más amplios de nuestros contemporáneos, sea asumida una comprensión espiritual de los impulsos más importantes de nuestra era. Por lo tanto, durante todos estos años de las reuniones de nuestro grupo, fue muy importante llamar la atención, sobre la necesidad de no ahogar el flujo de eventos que en nuestro tiempo están tan fuertemente influenciados por el espíritu. Porque adormilarse ante los eventos es un rasgo característico de nuestro tiempo. Las personas ven pasar los eventos como si estuvieran adormiladas, y se puede decir que cuanto más trascendental, más significativo es un evento que entra en el plano físico, más se adormecen los seres humanos a través de él.
Los acontecimientos de marzo de 1917, (si puedo indicar un hecho concreto, cuando estalló la revolución rusa. La abdicación del zar) tuvieron una importancia tremenda y producirán resultados de tal importancia que la humanidad ni siquiera sueña hoy; y es realmente increíble la poca comprensión que existe entre las personas, por la necesidad de una revisión completa de sus juicios, de una revisión completa de todo lo que las personas han creído antes de 1914.
En esta ocasión, quizás se me permita señalar el hecho de que en 1910 di una serie de conferencias en Kristiania (Oslo) sobre las almas nacionales europeas. En la primera de estas conferencias pudieron oír que los seres humanos pronto serán llamados a comprender algo sobre las relaciones de las almas nacionales europeas. Hemos enfatizado repetidamente en nuestras conferencias, en lo siguiente: dirijan su mirada hacia el Oriente inmediato; lo que allí sucede es importante para la evolución humana. ¿Con qué frecuencia se ha dicho esto? Cada uno de mis oyentes lo habrá escuchado. Y en la primavera de 1914, en mi ciclo de conferencias GA153 de Viena sobre la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, me atreví a insistir en la afirmación, de que la vida social de nuestro tiempo puede compararse con una forma especial de enfermedad, a saber, con un carcinoma; Declaré que la vida social está impregnada de una enfermedad cancerosa progresiva. Naturalmente, mis queridos amigos, bajo nuestras condiciones actuales, estas cosas no pueden ser expresadas de otra forma; sino que deben ser entendidas.
No debemos pensar que los sucesos mundiales se suceden en continua progresión, como imaginan los historiadores. Ellos creen que el evento posterior se desarrolla a partir del anterior, que a su vez éste se desarrolló a partir del anterior, y así sucesivamente. El prejuicio que sostiene que un hecho posterior debe haberse desarrollado de la manera más natural a partir de otro precedente, podemos dejarlo en manos de quienes no tienen el sentido de la realidad que se espera del antropósofo. Podemos dejar este prejuicio a los políticos. La realidad, sin embargo, es bastante diferente. Debemos pensar en el curso de los acontecimientos como en una balanza en pleno movimiento, el platillo de la balanza desciende primero en el lado derecho y luego en el izquierdo. Por lo tanto, el tiempo desde el comienzo de los años cuarenta se puede describir de la siguiente manera: existían grandes posibilidades con solo haber intentado durante el período de 1840 a 1914, (el año 1879 está en el centro dividiendo este período en dos partes), preparar de manera adecuada la espiritualización de la humanidad que persigue el Arcángel Micael; si se hubiera intentado a gran escala, imbuir a la humanidad con conceptos espirituales, ideas espirituales. La humanidad en nuestra época, sin embargo, debe depender de su propia voluntad; y si, por su propia libre voluntad, la humanidad no logra captar tales posibilidades, entonces el platillo de la balanza se hunde hacia el otro lado. Lo que pudo haberse alcanzado por la vía espiritual ahora se descarga por la vía de la sangre. Lo que experimentamos en nuestros tiempos catastróficos es un equilibrio de los platillos. La humanidad que ha rechazado la espiritualización debe ser forzada a aceptarla. Esto puede suceder a través de una catástrofe física.
Esta idea puede verificarse si nos basamos sobre el firme fundamento siguiente: Vivimos aquí en este mundo físico; pero estamos despiertos en este mundo físico solo a través de nuestras percepciones y nuestros conceptos, como describí anteayer. Soñamos con nuestros sentimientos y dormimos con nuestros impulsos volitivos Esto es una cuestión rutinaria para el hombre. Pero si a través de la imaginación, la inspiración y la intuición nos familiarizamos con el mundo espiritual que siempre está a nuestro alrededor como el aire, y en el que los llamados muertos existen, junto con nosotros, en el que sus impulsos están activos, entonces percibimos cómo la vida, aquí en el mundo físico, está conectada con la vida de los llamados muertos. Los muertos son capaces de recibir de los corazones humanos solo pensamientos espirituales.
Recuerden lo que dije anteayer. Dije: si un ser humano muere en su juventud, en un sentido espiritual no ha abandonado a su familia; Él, en realidad, ha permanecido aquí. Algo de gran importancia para el difunto está relacionado con esto y les ruego que tomen esto muy en serio. Para el difunto no es simplemente una cuestión de estar aquí. Para él se trata de poder soportar esta existencia, comprenderla. Si la persona muerta está presente en una familia de inclinación materialista que no cultiva pensamientos espirituales, está constantemente oprimido y angustiado; la familia constituye una pesadilla para él, comparable a la pesadilla que experimentamos cuando inhalamos una cantidad demasiado grande de aire. Solo los pensamientos espirituales entre aquellos con quienes se ha quedado, pueden liberarlo de esta pesadilla y hacer que la vida entre ellos sea soportable para el difunto.
Y también, les dije: que si una persona mayor es alejada de su familia, él, en cierto sentido se lleva sus almas consigo. Tira de ellas; pero si no están permeadas por pensamientos espirituales, también constituyen una pesadilla para él.
Ahora consideremos lo siguiente: podemos aprender mucho si observamos la muerte repentina de un ser humano causada por condiciones anómalas internas o externas. Digamos, un ser humano es asesinado o fusilado. En tal caso, la muerte se produce de una manera muy diferente de la muerte gradual mediante la enfermedad. Imaginen el siguiente caso: Un ser humano recibe un disparo a la edad de treinta y cinco años; Su vida es destruida por circunstancias externas. Si no le hubieran disparado la bala, (ciertamente, hay conexiones kármicas, pero lo que voy a decir sin embargo es válido) la constitución de este ser humano podría haberle permitido vivir otros treinta y cinco años. Lleva dentro de él la constitución por otros treinta y cinco años. Esto, ahora, produce un efecto bastante definido.
Mis queridos amigos, si un ser humano muere violentamente cuando sus fuerzas vitales todavía están muy activas, tiene experiencias tremendamente significativas en el momento de la muerte. Condensadas en un instante, experimenta cosas que habrían tardado largos períodos de tiempo en experimentarlas. Lo que pudo haber experimentado durante los siguientes treinta y cinco años, ahora lo experimenta en un solo instante. Porque la experiencia importante a la hora de la muerte es la siguiente: el ser humano ve en verdad su cuerpo desde afuera; ve la transición por la que pasa; ve que abandona el control de las fuerzas que poseía cuando el alma habitaba en el cuerpo, y que ahora se convierte en un ser de la naturaleza, cedido a las fuerzas de la naturaleza, a las fuerzas físicas externas. La experiencia tremendamente significativa en el momento de la muerte es que el ser humano contempla entonces la entrega de su organismo a las fuerzas de la naturaleza física. Si un ser humano sufre una muerte violenta, repentinamente se entrega no solo a las fuerzas naturales normales, sino que su organismo es tratado por el disparo de bala como si fuera un cuerpo inorgánico y sin vida; Está completamente relegado al mundo inorgánico. Hay una gran diferencia entre una muerte lenta a través de la enfermedad y una muerte súbita a través de la interferencia del mundo externo con el organismo humano, ya sea en forma de bala o en cualquier otra forma. En este momento hay un repentino estallido, un repentino destello de una tremenda cantidad de espiritualidad. Se produce el encendido de un aura espiritual, y el que ha pasado por el portal de la muerte mira hacia atrás a este flamear. Este flamear se asemeja mucho al evento que tiene lugar solo cuando los seres humanos se dedican a conceptos espirituales. Estos son valores, mis queridos amigos, que son intercambiables. Es extremadamente interesante ver la siguiente similitud: el difunto percibe desde el otro lado el pensamiento sensible que surge en una persona cuando disfruta o crea una imagen, una pintura, que nace de la vida espiritual; el difunto ve entonces cuán similar es este pensamiento sensible, visto desde el más allá, a la sensación que tiene una persona (que por supuesto es inconsciente de esto) cuando sufre una lesión externa, digamos, en su brazo y el dolor surge de ahí. Hay una gran relación entre los dos eventos; Uno puede tomar el lugar del otro.
Por lo que diré ahora, captarán ustedes la conexión kármica entre los dos eventos. Naturalmente, muchas personas conocían el "aspecto de las estrellas" cuando se acercaban los años cuarenta del siglo XIX. Si los ocultistas desean designar un evento como la batalla del Arcángel Micael con el dragón, lo hacen usando la expresión técnica: "este es el aspecto de las estrellas". Existía en aquél tiempo un gran número de personas que sabían, que un evento tan significativo estaba teniendo lugar. Hubo algunos que querían tomar precauciones, pero uno de los platos de la balanza era demasiado pesado: la inclinación materialista era demasiado fuerte. Por tanto, se instauraron las peores medidas posibles. Las personas que entienden los signos de los tiempos, eran plenamente conscientes del hecho, de que la vida espiritual debía entrar en la humanidad. Si esta vida espiritual, hubiera entrado en la humanidad desde principios de los años cuarenta en adelante, la humanidad se habría librado de muchas catástrofes. Porque lo ocurrido habría tenido lugar, pero en otra forma. Lo que es kármicamente necesario sucede; pero puede ocurrir en varias formas. Esto debe tenerse en cuenta siempre.
Me expresaré más explícitamente. Hay dos formas de pensar acerca de lo que debería suceder en la esfera social o en cualquier otro campo. Podemos presentar un programa, formar conceptos programáticos; podemos pensar cómo debería desarrollarse el mundo en un campo determinado; Esto se puede presentar en hermosas palabras. Podemos prometer con estas palabras, tomarlas como dogmas, pero nada resultará de ellas, ¡nada de nada! Podríamos tener las ideas más hermosas sobre lo que debería suceder, pero nada saldrá de ellas. Las ideas, por hermosas que sean, no tienen por qué resultar en nada. Los programas pensados son las cosas más sin valor en la vida. En contraste con esto, podemos hacer otra cosa, y muchas personas lo hacen sin ninguna clarividencia especial. Podemos, simplemente a través de un conocimiento ingenuo e intuitivo de la condición de los tiempos, preguntarnos: ¿Qué sucederá en los próximos veinte o treinta años? ¿Qué es lo que pugna por hacerse realidad en nuestros tiempos? Si uno descubre entonces, lo que inevitablemente sucederá, puede decirse: ahora podemos elegir; o bien, las personas pueden entrar en razón y guiar el curso de los acontecimientos en la dirección que debe tomar en cualquier caso: entonces las cosas saldrán bien. O pueden no hacerlo al estar adormecidos y simplemente permiten que los asuntos sigan su curso: en cuyo caso, lo que debe ocurrir será provocado por catástrofes, revoluciones y cataclismos. Ninguna estadística, ni ningún programa, por muy bien pensado que esté, tiene valor alguno. Solo tiene validez la observación de lo que pugna por aparecer desde las profundidades ocultas de los tiempos. Esto debe ser guardado en nuestra conciencia; por medio de esto deben regirse las intenciones del presente.
En los años cuarenta del siglo XIX, muchas personas que se adhirieron a programas lograron la victoria sobre las pocas que entendieron lo que acabo de decir. A partir de ahí surgieron todo tipo de intentos de espiritualizar a la humanidad: el espiritualismo (espiritismo), por ejemplo, es uno de ellos; es un intento de espiritualizar y reformar a la humanidad por medios inadecuados; Revelar de modo materialista los mundos espirituales. Incluso nuestro pensar puede ser materialista. Es materialista un pensar que dice: Este o aquél grupo humano concreto, está en lo correcto. ¿Por qué no intervienen los poderes espirituales ayudándolos a reivindicar sus derechos? - ¿Cuán frecuentemente oímos a la gente decir hoy: ¿Por qué los poderes espirituales no intervienen? Anteayer di una respuesta a esto de una forma más abstracta: la humanidad de hoy debe confiar en su propia libertad. Quienes preguntan: ¿Por qué los poderes espirituales no intervienen? parten del supuesto de que los espíritus, en vez de los hombres, deben hacer política. Ese sería ciertamente un progreso fácil si los espíritus en vez de los seres humanos fueran a introducir las reformas necesarias. Esto, por supuesto, no lo hacen, porque los seres humanos deben confiar en su libertad. La expectativa de ayuda de los espíritus es lo que más decididamente confunde a los seres humanos; distrae su atención de lo que debería suceder. Así pues, el período en la vida de la humanidad en el que se desarrollaron gradualmente los refinados conceptos espirituales, fue precisamente el tiempo en que la humanidad estuvo expuesta a las más poderosas tentaciones materialistas. Los seres humanos simplemente son incapaces de distinguir entre refinados conceptos y sensaciones espirituales, por una parte, y por otra parte, aquello que los aborda como tentación y contrarresta la captación del elemento espiritualizado dentro de ellos. Por lo tanto, debido a que las personas no comprendieron en el tiempo correcto cómo debe proceder la evolución, nuestra era catastrófica, nuestros tiempos difíciles actuales se han convertido en una necesidad. Sin las duras experiencias presentes, la humanidad se habría hundido aún más en la duda de sí misma. Sin duda, habría desarrollado la espiritualidad, pero la habría rechazado en un grado aún mayor.
Esto es parte de los entresijos del desarrollo histórico. De hecho, me gustaría mucho arrojar luz de estos entresijos sobre muchas cosas que se encuentran en primer plano; pero espero que entenderán las razones por las que esto no se puede hacer en nuestra era actual. Debo dejar que el individuo por sí mismo, ilumine lo que vive en nuestro presente inmediato, visto desde el fondo que acabo de describir.
Verán, mis queridos amigos, el hecho de que los acontecimientos que he descrito, los hayamos vivido adormecidos, hace que se pasen por alto detalles y contornos de la vida. Pero si pasamos por alto estos detalles y contornos, surgen los compromisos. Ahora, puede ser la ocasión mas propicia para comprometerse. El tiempo que precedió a los años cuarenta del siglo XIX fue propicio; Pero esto no es válido en nuestro tiempo. Nuestro tiempo exige que veamos las cosas como son, con todos sus detalles y contornos, en gran relieve; pero también surge en el alma humana la necesidad, (justo por la presencia de estos detalles y contornos agudos), de quedarnos adormecidos ante ellos. Lo que acabo de decir puede observarse incluso con respecto a los eventos más importantes y significativos de la evolución humana.
En lo que respecta al evento más grande en la historia mundial, ¡la evolución humana ha producido justo esos detalles y contornos! De hecho, incluso en relación con el evento más grande de la historia mundial, a saber, el Misterio de Gólgota. Conocemos todas las observaciones hechas en el trascurso del desarrollo teológico del siglo XIX con respecto al Misterio de Gólgota. Desde el momento en que Lessing comenzó a hablar sobre el Misterio de Gólgota hasta el tiempo del teólogo Drews, se han hecho todo tipo de declaraciones al respecto. Y bien puede decirse que todo el desarrollo teológico del siglo XIX ofrece una prueba completa del hecho de que las personas han olvidado por completo cómo entender el misterio de Gólgota. Pero hay algunas publicaciones sobre el Cristo Jesús. Publicaciones muy interesantes, por cierto! Tomemos, por ejemplo, un libro danés {Emil Rasmussen Jesus, un estudio psicopatológico comparativo.} Esta publicación danesa está escrita completamente desde el punto de vista del pensador científico-natural moderno. El autor dice: soy psicólogo, fisiólogo y psiquiatra; Observo los evangelios desde este punto de vista. ¿Y a qué conclusión llega? De hecho, en el sentido del juicio psiquiátrico moderno, llega a la siguiente: El cuadro que los evangelios esbozan de Cristo Jesús es patológico. Solo podemos concebir al Cristo Jesús como una persona que sufre de demencia, epilepsia, visiones mórbidas y condiciones similares; Posee todos los síntomas de una enfermedad mental grave. - Si uno lee el pasaje más importante de este libro a la gente, se sorprenden. Esto es comprensible; Porque, si lo que consideran sagrado se describe como un caso patológico, la gente se horroriza. ¿Pero cuáles son los hechos reales en el asunto? Mis queridos amigos, los hechos son los siguientes; De entre la gran cantidad de comprometedores deshonestos surgió uno que basa su posición completamente en el punto de vista científico-natural; no se compromete en absoluto, pero afirma: Soy un científico: por lo tanto, debo hablar como lo hago; Porque estos son los hechos. - Si las personas se ubicaran honestamente en el punto de vista de las ciencias naturales, tendrían que tener tales puntos de vista. Hay detalles y contornos de los que no pueden escapar. No pueden escapar a menos que abandonen el punto de vista científico-natural y pasen al punto de vista científico-espiritual: en cuyo caso, seguirán siendo honestos, o pueden elegir ser honestos desde el punto de vista científico-natural; entonces se ven obligados a observar los asuntos, sin comprometerlos, como lo hace un científico que, aunque completamente honesto en su campo, está totalmente limitado en sus puntos de vista y no trata de ocultar sus limitaciones. Es completamente limitado, pero consecuente. Esto tiene que ser entendido. Si la gente viera hoy lo necesariamente que debe resultar que ciertas cosas se llevan a cabo de manera consecuente, verían la vida sin compromisos.
Alguien me entregó recientemente un papelito interesante que menciona un libro que ya conozco, pero como no lo tengo aquí, solo puedo leer lo que está escrito en este papel. Me lo entregaron para mostrarme qué cosas son posibles hoy.
"Cualquiera que haya asistido a la escuela secundaria recordará las horas inolvidables en las que tuvo que" disfrutar "en sus estudios de Platón las conversaciones de Sócrates con sus amigos. Inolvidable debido al aburrimiento fabuloso originado por estas conversaciones. Quizás recordarán que estas conversaciones de Sócrates le parecieron extremadamente estúpidas; pero, por supuesto, no se atrevió a emitir esta opinión, ya que, después de todo, el hombre en cuestión era Sócrates, "el mayor filósofo". El libro de Alexander Moszkowski, Sócrates el idiota (publicado por Heysler & Co., Berlín) sí lo hace. Se aleja de la sobrestimación injustificada del buen ateniense. En este pequeño y entretenido libro, el historiador Moszkowski se compromete a despojar a Sócrates de sus honores filosóficos. El título, Sócrates el idiota, debe tomarse literalmente. No nos equivocaremos al suponer que este libro provocará discusiones científicas ".
Ahora bien, ustedes pensarán que es terrible que tales cosas estén escritas. Pero no me parece nada espantoso. Creo que es evidente y bastante honesto por parte de Moszkowski; Porque, de acuerdo con sus conceptos y sentimientos, no puede hacer otra cosa, si desea ser consecuente, que llamar a Sócrates idiota. Al hacerlo, es más honesto que muchos otros que, de acuerdo con sus puntos de vista, también deberían llamar idiota a Sócrates, pero que prefieren no transigir.
No necesito decir, mis queridos amigos, que no deben salir ahora y difundir la noticia de que estoy de acuerdo con Moszikowski cuando él declara que Sócrates era idiota. Espero que entiendan lo que realmente quiero decir.
Pero debo reconocer el hecho de que las personas llegan a ciertos juicios en nuestro tiempo porque hacen concesiones deshonestas. Es imposible pensar en la patología del alma como lo hacen los psiquiatras modernos y no escribir un libro como el del autor danés sobre el Cristo Jesús. No se puede hacer. Se es deshonesto cuando no se rechazan estos conceptos y se sustituyen por conceptos espirituales, o toman el punto de vista de que el Cristo Jesús fue un caso mental. - Si uno conoce los puntos de vista de tales personas, si conoce la opinión de Moszkowski con respecto a toda la estructura del universo, sus puntos de vista peculiares sobre la teoría de la radiación y la teoría del quantum, se puede apreciar por qué, si desea seguir siendo honesto y consecuente, debemos considerar a Sócrates y también a Platón idiotas.
Lo que es especialmente necesario para la humanidad es rechazar el compromiso ser condescendientes. Los seres humanos no deben condescender, al menos no dentro de sus almas. Es muy importante considerar esto como una exigencia de nuestra era, ya que pertenece a los impulsos más significativos del Espíritu del Tiempo, a Micael, arrojar luz, derramar absoluta claridad en las almas humanas. Si se desea seguir al Arcángel Micael, es necesario derramar claridad en las almas humanas, para superar la somnolencia. Esta somnolencia surge también en otras esferas, pero sobre todo es una necesidad absoluta hoy en día, obtener una visión de las consecuencias de las cosas. En edades anteriores esto era diferente. Durante los siglos anteriores a la era de Micael, en la cual la humanidad europea estaba regida por el Arcángel Gabriel, los compromisos que los seres humanos hicieron en su pensar fueron disminuidos por la influencia del mundo espiritual. Micael es el espíritu que trabaja, en el sentido más eminente, con la libertad del hombre. Micael siempre hará lo que sea necesario. No deben creer que Micael no hace lo correcto. En las regiones inconscientes del alma de cada ser humano hoy, está claramente delineado, cada contorno y ángulo de la vida espiritual. Está ahí. Cualquiera que sea capaz de sacar a la superficie lo que está en las profundidades de la vida anímica como visión latente, sabe qué es lo que vive hoy en las almas como discrepancias y hechos inconexos. Él sabe que en las almas viven lado a lado la psiquiatría materialista moderna que no se detiene al ver en Cristo Jesús a un epiléptico, e incluso al reconocimiento del Cristo Jesús. Cualquier persona que sea capaz de elevar estas cosas a la conciencia se da cuenta de estos hechos. Sería interesante si un buen pintor, con una comprensión real de nuestro tiempo presente, pintara "Cristo, visto desde el punto de vista de un psiquiatra moderno", describiéndolo expresivamente. El resultado sería muy interesante si el pintor tuviera una comprensión real de lo que ocurre en el tiempo presente en las profundidades de la vida del alma humana.
Pueden ver, cómo en nuestro tiempo tenemos que sondear en las profundidades si deseamos captar lo que ocurre en la superficie de la existencia. Pero, por otro lado, se puede entender que se apodere de las personas cierta cobardía y desaliento cuando desean acercarse a la materia indicada.
Esta es la otra cualidad necesaria hoy en día: coraje, incluso cierta audacia, al percibir, al pensar; una audacia que no entorpezca nuestros conceptos, sino que los acentúe. Todo lo que hay que decir hoy puede encontrarse en eventos externos; el investigador espiritual simplemente los describe más pormenorizadamente porque lo ve en el contexto adecuado. Y si el investigador espiritual describe este trasfondo, los eventos externos corroborarán aún más lo que, por ejemplo, se ha indicado hoy.
Mucha gente pregunta: "¿Qué debo hacer?" ¡Es tan obvio lo que se debe hacer! ¡Debería abrir los ojos! Los ojos espirituales, por supuesto. Si se abren los ojos, se abrirá la voluntad. La voluntad depende de nuestra situación de vida. No siempre es posible, según las circunstancias particulares de cada uno, de acuerdo con su karma, hacer lo correcto; pero se debe tratar de abrir los ojos espiritualmente. Hoy, sin embargo, a menudo sucede lo siguiente: cuando tratas de impartir a las personas en palabras lo que es necesario para la era actual, rápidamente cierran los ojos, rápidamente apartan sus mentes de ello. Este es el descenso del platillo hacia el otro lado. - Lo que estoy diciendo aquí podría considerarse una crítica de nuestra época, pero no es esa mi intención. Mi propósito es llamar la atención sobre los impulsos provenientes del mundo espiritual, que deben entrar en las almas humanas, en las mentes humanas, si deseamos superar los tiempos catastróficos en que vivimos. Como he dicho, no es posible entrar en detalles concretos. Cada uno de ustedes puede hacer eso por sí mismo.

traducido por Julio Luelmo febrero 2018

No hay comentarios:

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919