GA123 11 de septiembre de 1910 -Evangelio de S. Mateo 11ª conferencia

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LOS DISCÍPULOS DEL CRISTO

Y

LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD

11 de septiembre de 1910

En el Evangelio de San Mateo la Tentación es presentada como un relato de una tipo especial de Iniciación. El relato va seguido de una serie de indicaciones de lo que Cristo Jesús significaba, en primer lugar para sus discípulos. Él no solo iba a ser el exponente de las antiguas enseñanzas en una forma completamente nueva, sino una fuerza viviente, si se puede usar esta palabra, una fuerza que da salud a los hombres.

Esto es lo que se demuestra con las curaciones.

En la conferencia de ayer procedimos a considerar un tema que, para que sea entendido, requiere una cierto grado de buena voluntad como resultado del conocimiento científico-espiritual adquirido a través de los años. Hablamos de la calidad única y viva de la enseñanza impartida por Cristo Jesús, mediante la transmisión de fuerzas en las almas de sus discípulos. Se intentó expresar un gran misterio en palabras del lenguaje humano e indicar la naturaleza de la enseñanza dada por Cristo Jesús a sus discípulos. Podemos pensar en Cristo Jesús mismo como un punto focal, un centro focal, por así decirlo, para las fuerzas que debían fluir desde el Macrocosmos hacia las condiciones de vida en la Tierra y hacia las almas de los discípulos. Dichas fuerzas solo pudieron reunirse gracias a los poderes concentrados en el propio Cristo. A través suyo, las fuerzas que normalmente fluyen sobre el hombre inconsciente durante el sueño, ahora les eran transmitidas a los discípulos como fuerzas iluminadoras y vivificantes del propio Cosmos. Por supuesto, describir estas fuerzas con detalle solo es posible estudiando detalladamente las constelaciones cósmicas, y a este misterio, según se presenta en el Evangelio de San Mateo, es al que prestaremos atención hoy. En primer lugar, sin embargo, hay que tener en cuenta que los discípulos inevitablemente se habían vuelto más sabios con respecto a las condiciones en aquél momento de la Tierra, porque los poderes y las fuerzas de Cristo Jesús se habían derramado sobre ellos. En diverso grado y de distinta manera se habían vuelto más maduros, habían adquirido más sabiduría viva. En el desarrollo de uno de los discípulos, aparece un fenómeno muy significativo que para ser entendido debe contemplarse en un contesto mas amplio. Y en ello, debe tenerse en cuenta el hecho de que el hombre individual evoluciona a la par que lo hace la humanidad. En la era post-atlante, fuimos pasando de encarnación en encarnación a través de las antiguas épocas de la civilización india, persa, egipciacaldea y grecolatina, para recibir algo del entorno así como de las condiciones imperantes de aquellos tiempos. Así es como se progresa.

¿Qué significado tiene realmente el desarrollo de la evolución humana a través de las épocas? Conforme a los conocimientos mas elementales de la antroposofía, sabemos de los diferentes miembros que constituyen el ser del hombre: cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral, alma sensible, alma intelectual, alma consciente. Los miembros superiores aún por desarrollar son Yo Espiritual, Espíritu de Vida, Hombre Espíritu. Cada uno de estos miembros ha logrado algo bastante definido según las diferentes épocas de civilización post-atlante. Por ejemplo, en la primera época se inculcaron en el hombre las fuerzas que aumentan las capacidades del cuerpo etérico. Tales fuerzas habían sido implantadas en su cuerpo físico durante los últimos períodos de la era atlante y los primeros dones que se otorgaron en la era postatlante fueron aquellos impartidos al cuerpo etérico durante la época de la antigua cultura india. Durante la época de la antigua Persia, se implantaron fuerzas en el cuerpo astral del hombre, o cuerpo de sensaciones; durante las épocas egipcio-caldea y grecolatina el alma sensible y el alma racional, respectivamente; y ahora estamos viviendo en la época en que deben inculcarse gradualmente en el alma consciente las fuerzas relacionadas con esta línea de progreso. Todavía no se ha avanzado mucho en este sentido. En la futura sexta época post-atlante, las fuerzas del Yo Espiritual se implantarán en la naturaleza humana, y en la séptima época las del Espíritu de Vida. Y luego vislumbramos un futuro muy, muy lejano, cuando, será inculcado en la naturaleza humana normal, el Hombre Espíritu o Atma.

Veamos ahora este proceso de desarrollo en relación con el ser humano individual. Aquellos que conocían la verdad de estas cosas de los Misterios, siempre se imaginaban al hombre tal como nosotros debemos imaginarlo ahora, así como también tuvieron que aprender a imaginarlo los discípulos a través de la iluminación que les infundió Cristo Jesús. En un ser humano, (tanto hoy como en la época de Cristo Jesús), están los rudimentos o semillas, que al igual que en una planta, ya están presentes cuando la planta ha desarrollado solo hojas, pero ni flores ni frutos aún. Observando una planta de este tipo, sabemos que aunque ahora solo tenga hojas, ya existen en ella los comienzos germinales de las flores y los frutos, y que si el crecimiento continúa estos se desarrollarán de manera normal y regular. Tan seguro como que la flor y la fruta crecerán de la planta, aunque al principio solo tenga hojas verdes, con igual seguridad surgirá el alma consciente en el ser humano. Así pues, el alma consciente se prepara para recibir al Yo espiritual, para que la tríada más elevada pueda infundirse en el hombre como un nuevo regalo divino-espiritual. Podemos decir pues que: A través de los contenidos y sus cualidades anímicas, el desarrollo del hombre es como el de una planta que inicialmente tiene solamente hojas verdes, pero posteriormente da flores y frutos. A partir del alma sensible, del alma mental y del alma consciente, el hombre despliega de su ser, a semejanza de una flor, la predisposición para recibir un poder divino que le llega desde lo alto: este poder es el Yo Espiritual que le permite alcanzar etapas más avanzadas en el camino que conduce a las alturas de la evolución.

En la humanidad que vivía en la época de Cristo Jesús, se había desarrollado de manera perfectamente normal, el alma racional como principio superior del alma; pero aunque el alma racional no estaba capacitada para acoger en sí misma el Yo Espiritual, había que desarrollar, como hija del alma racional, el alma consciente en la cual el Yo Espiritual si pudiese descender.

¿Cuál era la expresión utilizada en los Misterios para referirse a esta flor que había de desplegarse a partir de la propia naturaleza del hombre? ¿Cómo era definido este crecimiento en el entorno de Cristo Jesús cuando se trataba de indicar que los discípulos debían hacer un verdadero avance en su desarrollo? Traducido a nuestro idioma, la expresión utilizada era "Hijo del hombre". La frase en griego "γιος του ανθρώπου" no tiene el significado restringido de nuestro "hijo-γιος" como 'hijo de un padre', sino que significa el sucesor de un ser vivo, una entidad que evoluciona a partir de un ser vivo como la flor de una planta en la que hasta ahora solo había hojas. Por lo tanto, si en la época anterior los hombres normalmente desarrollados hubiesen desplegado el alma consciente como la flor de su naturaleza, no tenían nada del "Hijo del Hombre" en ella. Pero siempre debe haber alguien que esté adelantado a su generación, que ya lleve dentro de si, en una época anterior el conocimiento y las potencialidades de una época posterior. En la cuarta época, cuando normalmente solo se había desarrollado el alma racional, siempre habría habido algunos entre los guías de los hombres que, aunque su apariencia externa era similar a la de los demás, ya habían desplegado la semilla del alma consciente en la cual el Yo Espiritual envía su resplandor. Por lo tanto, les correspondía a los discípulos de Cristo Jesús reconocer y aprender a comprender la naturaleza de estos líderes.

Para probar hasta qué punto Sus discípulos íntimos entendían esto, Cristo Jesús les preguntaba: Decidme, ¿Qué seres humanos pueden ser llamados "Hijos de Hombres" en esta generación? -Así es como la pregunta debería formularse de acuerdo con el texto arameo original del Evangelio de San Mateo. Ya he dicho que, si bien la versión griega, si se entiende plenamente, es ciertamente mejor que la de cualquier erudito moderno, una gran parte se volvió inevitablemente confusa en el proceso de traducción del original arameo. Debemos imaginar a Cristo Jesús delante de Sus discípulos preguntándoles: ¿Qué individuos de las generaciones anteriores en la época greco-latina se pueden considerar como 'Hijos de los hombres'? Los discípulos entonces nombraban a Elías, Juan el Bautista, Jeremías y otros profetas. A través del poder que les transmitió Cristo, los discípulos sabían que esos guías de hombres habían sido receptáculos de fuerzas que les permitían convertirse en portadores del "Hijo del Hombre". En esa misma ocasión, el discípulo conocido generalmente como Pedro, daba otra respuesta.

Para entender esa otra respuesta, debemos tener muy presente lo que se ha dicho en estas conferencias sobre la misión de Cristo Jesús tal como se indican en el Evangelio de San Mateo, es decir, que a través del Impulso de Cristo fue posible que los hombres desarrollaran la conciencia del Ego en el más amplio sentido, hacer florecer lo que está implícito en el "Yo soy". En otras palabras: incluso en el proceso real de Iniciación, los hombres en el futuro deberían retener la plena Conciencia del Ego, para recorrer los caminos que llevan hacia los mundos superiores, conciencia que normalmente poseen únicamente en el plano físico. Eso fue posible gracias a la existencia de Cristo en la Tierra. Por lo tanto, podemos decir: Cristo Jesús es el representante, la encarnación del poder que imparte a la humanidad la plena conciencia del "yo soy".

Ya he llamado la atención sobre el hecho de que las interpretaciones de los Evangelios que hacen los racionalistas, y mucho menos aún los que se declaran escépticos, no suelen resaltar los puntos de importancia real. Se insiste en que ciertas frases en los Evangelios y otros libros de la Biblia ya existían anteriormente, por ejemplo, las Bienaventuranzas. Pero la sombra del significado que antes no figuraba allí, y eso es lo esencial¡, es que lo que el ser humano no podía alcanzar en plena conciencia del Ego, ahora puede conseguirlo mediante el Impulso de Cristo! Esto es de máxima importancia. He hablado de cada bienaventuranza y he demostrado que las palabras de la primera deberían ser: "Bienaventurados los que son pobres de espíritu", porque un hombre es pobre en espíritu, cuando debido a la evolución de la conciencia humana, ya no puede mirar al mundo espiritual con la antigua clarividencia. Pero a tales hombres Cristo les da el consuelo de la iluminación: aunque ya no pueden ver el mundo espiritual con los órganos de la antigua clarividencia, ahora la visión del mundo para ellos será posible a través de su propio Ego, ya que ¡encontrarán los Reinos del cielo por sí mismos! De igual manera la segunda bienaventuranza: "Bienaventurados los afligidos". Ellos ya no dependerán de la facultad de la antigua clarividencia para alcanzar el mundo espiritual, porque ahora lo lograrán desarrollando su propio Ego. Pero para que esto suceda, el Ego debe acoger en sí mismo más y más, aquél poder que una vez estuvo arraigado en la Tierra en un Ser único: en Cristo.

Los hombres de la era moderna realmente deberían pensar un poco en lo siguiente. -No es por nada que las palabras griegas de vital importancia aparecen en cada bienaventuranza: από μόνα τους θα έχουν τα βασίλεια του ουρανού . Por lo tanto, la primera oración, "Bienaventurados los que son pobres de espíritu", debe ir seguida de las palabras: "En sí mismos" o "a través de ellos mismos encontrarán los Reinos del Cielo". Las palabras, "En sí mismos" siempre se acentúan, en la segunda.

Perdónenme por señalar algo tan grande sobre nuestro tiempo de una manera tan trivial. La gente tendrá que decidir aplicar la palabra "autón" αυτών, como en nuestro automóvil, no únicamente a máquinas o tomarlo en un sentido completamente externo. Tendrán que entender también en un sentido espiritual la cualidad o actividad implicada por la "actividad auto-engendrada". Nuestros contemporáneos harían bien en tomar en serio esta advertencia. Dan la bienvenida a la "actividad auto-generada" en las máquinas, pero también deben aprender lo qué implica esta actividad con respecto a la experiencia interna que en todos los Misterios estuvo fuera del alcance de la conciencia del Ego hasta el advenimiento de Cristo. A través de la actividad auto-generada, el hombre mismo puede gradualmente convertirse en creador. Y esto es lo que los hombres de hoy aprenderán a entender si se llenan del impulso de Cristo.

Teniendo esto en cuenta, nos daremos cuenta de que fue de especial importancia otra pregunta que Cristo Jesús hizo a los discípulos. Primero les había preguntado: ¿Quién de los líderes de una generación anterior podría llamarse "Hijo del Hombre"? Y los discípulos habían nombrado a ciertos individuos. Luego formuló una pregunta adicional, deseando llevarlos gradualmente al punto de comprender Su propia naturaleza, de comprender lo que representaba él con respecto a la Egoidad. Esto está implícito en la otra pregunta: "¿Y quién creéis que soy yo?". La respuesta dada por Pedro mostró que ahora reconocía a Cristo no solo como un 'Hijo del Hombre' sino como el 'Hijo del Dios viviente ', y esta traducción bien puede conservarse.

¿Cuál es la diferencia entre "Hijo del Dios viviente" e "Hijo del hombre"?

Para entender esto, ciertos hechos ya conocidos por nosotros deben ser elaborados. A medida que el hombre evoluciona, el alma consciente se desarrolla en él; en el alma consciente, ya puede manifestarse el Yo espiritual. Pero cuando el alma consciente se haya desarrollado en un hombre, el Yo espiritual, el Espíritu de Vida y el Hombre Espíritu deben venir hacia él para que este abrirse de la flor de su ser, pueda recibir la tríada superior. Este ascenso del hombre también se puede comparar con el desarrollo y el crecimiento de una planta.

El ser del hombre llega a florecer en el alma consciente y el Yo Espiritual o Manas, el Espíritu de Vida o Budhi, y el Hombre Espíritu o Atma, fluyen hacia él. Esto puede compararse con un proceso de fecundación espiritual desde arriba. Mientras que el hombre crece hacia arriba desde abajo con los otros miembros de su ser, desplegando la flor que es el 'Hijo del Hombre', si quiere progresar aún más y adquirir plena conciencia del Ego, deben venir hacia él desde arriba los dones del Yo Espiritual, el Espíritu de Vida, y el Hombre Espíritu. ¿Y quién es el representante de este don desde arriba, marcando cuál será la naturaleza del hombre en un futuro muy, muy lejano? El primer don recibido es el Yo Espiritual. El que recibe el Yo Espiritual proveniente de arriba, ¿A quién representa? ¡Él es la representación del Hijo del Dios que vive, el Hijo del Espíritu de Vida, el Hijo del Dios viviente!.

Y Cristo Jesús entonces pregunta: ¿Qué debe llegar a los hombres a través de mi impulso? ¡Es el principio espiritual que da vida desde arriba! Por lo tanto, debe hacerse una distinción entre el Hijo del Hombre que ha crecido hacia arriba desde abajo, del Hijo de Dios, el Hijo del Dios viviente, que desciende desde arriba. Pero la dificultad de esta pregunta para los discípulos será evidente para ustedes cuando se den cuenta de que fueron los primeros en recibir lo que los hombres más simples desde el tiempo de Cristo Jesús han recibido a través de los Evangelios. Solo las fuerzas vivientes de Cristo Jesús fueron las que permitieron a los discípulos asimilar toda esta enseñanza. Las facultades que ya habían desarrollado no los había capacitado para responder a la pregunta: ¿De quién soy yo el representante? El Evangelio luego recoge que uno de los discípulos, de nombre Pedro, dio la respuesta: "¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!" En el momento de pronunciar esa declaración, esa fue una respuesta que no procedía de las facultades espirituales normales de Pedro.

Tratemos de imaginar la escena vívidamente. -Mientras miraba a Pedro, Cristo Jesús se dio cuenta de la gran importancia del hecho de que hubiera salido de esa boca una respuesta que señalaba un futuro inmensamente distante. Y por ello, al percibir el alcance real de la conciencia de Pedro y de los poderes suficientemente desarrollados para permitirle dar tal respuesta a través de su intelecto o de las facultades adquiridas en las etapas que conducen a la Iniciación, Cristo Jesús estaba obligado a afirmar: Esa respuesta no surge del conocimiento consciente de Pedro; son esos poderes más profundos, solo gradualmente transformados por el hombre en poderes conscientes, los que están hablando aquí.

Mediante la transformación de las fuerzas de nuestros cuerpos astral, etérico y físico, nos elevamos al Yo Espiritual, Espíritu de Vida y Hombre Espíritu. Esta es una enseñanza elemental de la ciencia espiritual. Las fuerzas que eventualmente habremos de desplegar en el cuerpo astral como Yo Espiritual ya están dentro del cuerpo astral, pero están allí por la gracia de los Poderes divinos-espirituales; su desarrollo no se debe a nuestros propios esfuerzos y actividades. De igual manera hay un Espíritu de Vida divino dentro de nuestro cuerpo etérico. Por eso, Cristo le dice a Pedro: no es lo que está en su conciencia en este momento lo que han pronunciado sus labios, sino algo que solo en el futuro desarrollarán, algo que realmente está dentro de ustedes, pero de lo cual aún no saben nada. Lo que forma parte de vuestra carne y sangre aún no es capaz de pronunciar las palabras: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Los poderes divino-espirituales se encuentran profundamente por debajo del umbral de la conciencia, eran esos poderes de los cuales Pedro había nacido, pero de los cuales aún no era consciente, quienes hablaban por él. De ahí el dicho: "Esto te ha sido revelado por el Padre Celestial, no por lo que eres actualmente como hombre de carne y hueso".

En estas circunstancias, Cristo debía decirse a sí mismo: En Pedro tengo un discípulo cuya entera constitución es tal que el poder del Padre dentro de él aún no ha sido tocado por fuerzas ya engendradas por la conciencia, por las operaciones de la actividad espiritual; Este poder subconsciente es tan fuerte en Pedro que puede ser su base segura cuando se entrega a él. Esta es la cualidad importante en él. También está presente en todo ser humano, pero solo en el futuro se elevará al estado consciente. Para que esto que se debe a mi impulso pueda desarrollarse y manifestarse en el hombre, deberá basarse en la fuerza que en Pedro pronunció esas palabras. Sobre esta piedra en el hombre aun no destruida por las olas de la conciencia ya desarrollada; sobre esta fuerza del Padre edificaré todo lo que, mas y mas, surgirá de mi impulso". Y si los hombres desarrollan en si mismos este fundamento, resultará la humanidad que se debe al impulso del Cristo.

Cuando se hayan establecido estos fundamentos, surgirá la humanidad que encarna el Impulso de Cristo. - Esto está implícito en las palabras: "¡Tú eres Pedro, y sobre esta roca construiré lo que puede crear una comunidad de hombres fieles al Impulso de Cristo!"

Hoy en día tienen lugar discusiones y debates simplistas sobre estas palabras en el Evangelio de San Mateo, ya que en casi todo el mundo son objeto de controversia. De hecho, no deben tomarse a la ligera. Pueden entenderse solo cuando su significado se extrae de las profundidades de la sabiduría que es la sabiduría de los Misterios. Y ahora se muestra algo más, a saber, que el poder subconsciente más profundo en Pedro, es realmente construido por Cristo Jesús. Seguidamente comienza a hablar de lo que está por suceder y del Misterio del Gólgota. El tiempo en que la naturaleza más profunda de Pedro hablaba por su boca, ya ha pasado; ahora puede expresarse lo que ya se ha vuelto consciente en él. Él ahora no puede entender lo que Cristo quiere decir, no puede creer que el sufrimiento y la muerte se produzcan. Y cuando el Pedro que ha desarrollado sus propias facultades conscientes está hablando, Cristo debe reprenderlo, diciendo: Esto no lo pronuncia lo Divino que hay en ti sino las facultades que has desarrollado en ti mismo como ser humano; lo que estas facultades han producido aquí no tiene validez, porque proviene del engaño; ¡viene de Ahriman, de Satanás! - Esto está implícito en las palabras: ‘Apártate de mí, Satanás. Eres una ofensa para mí; porque no sabes las cosas que son de Dios sino las que son de los hombres "(Mateo XVI, 23). Cristo usa la palabra "Satanás" para definir a Ahriman, mientras que en otras partes de la Biblia la palabra "Diablo" se aplica a todo lo que es de naturaleza luciférica. Cristo usa la palabra correcta para definir el engaño al que sucumbe Pedro.

Así es la verdad de esas cosas. Pero, ¿Qué hace la exégesis bíblica moderna de estos episodios? Se han dado cuenta de que Cristo Jesús no puede haberle dicho a Pedro en un minuto: "¡Unicamente tú has reconocido que tienes un Dios delante de ti!" Y al minuto siguiente lo ha llamado "Satanás". Por eso, algunos críticos concluyen que la palabra "Satanás" debe haber sido insertada en un tiempo posterior y, por lo tanto, es una falsificación. - El hecho es que el significado atribuido a esto por la investigación filológica moderna, hace que la opinión actual sobre el tema sea bastante inútil. Únicamente sobre la base de la comprensión fáctica de la Biblia, es posible que el hombre realmente pueda decir algo sobre el origen histórico de los documentos correspondientes.

Pero entre los dos frases que he citado hay otra, que es solo inteligible a la luz de una antigua, pero siempre nueva, enseñanza de los misterios: que el hombre tal como es en la Tierra, no solo el individuo sino toda la comunidad humana, es la imagen releja de procesos en el macrocosmos. Esto fue mencionado cuando estábamos hablando de la genealogía de Jesús de Nazaret. Se explicaba que el significado de la promesa hecha a Abraham sobre que: "Tus descendientes reflejaran el orden de las estrellas en el cielo". El orden de las doce constelaciones y del movimiento de los planetas a través del Zodiaco debía ser repetido en las doce tribus y en la historia del pueblo hebreo a través de tres veces catorce generaciones. Así pues, en la secuencia de las generaciones y la herencia especial resultante de los lazos de sangre en las doce tribus, debía haber una imagen de las condiciones macrocósmicas. Esa fue la promesa hecha a Abraham.

En el momento en que Pedro, cuya naturaleza más profunda había sido capaz de comprender que el Impulso de Cristo significaba el poder espiritual que fluye a través del Hijo del Dios viviente, en ese momento Cristo sabe que puede anunciar a cuantos le rodean, el comienzo de algo nuevo surgiendo en la Tierra. Mientras que a Abraham se le había declarado que la reproducción de las condiciones cósmicas debían establecerse por parentesco sanguíneo, ahora esta reproducción debía ser reemplazada por el establecimiento de relaciones de carácter ético, moral y espiritual, dando expresión a lo que el hombre puede lograr a través de su ego. Cuando los hombres entienden, tal como lo entendió la naturaleza más profunda en Pedro, lo que realmente es Cristo, no establecerán comunidades e instituciones basadas solamente en los lazos sanguíneos, sino comunidades donde el vínculo del amor se entrelace de alma a alma. Al igual que en la sangre del pueblo hebreo y en las estirpes que se sucedieron a través de las generaciones, lo que fue ordenado reunirse en la raza humana se unió y lo que fue ordenado que se desatara se desató conforme el patrón del Macrocosmos, así ahora a través del Ego consciente, surgiría en forma de relaciones éticas, morales y espirituales, la fuerza que disuelve los lazos entre los seres humanos o los une en el amor. Las instituciones humanas debían ser creadas o armonizadas por el Ego consciente. Este es el significado de las palabras

pronunciadas por Cristo Jesús en la continuación de la respuesta que le había dado a Pedro: "todo lo que ligares en la Tierra -lo que tu naturaleza mas profunda ligara- será ligado en los cielos; y lo que esa misma naturaleza, aquí abajo desatara, será desatado en los cielos".

En la antigüedad, el factor más importante en los lazos entre los seres humanos, eran las relaciones de consanguinidad. Pero ahora los hombres deben avanzar hacia la etapa en que los lazos de importancia real sean de carácter espiritual, moral y ético. De ello se deduce que para un individuo que ha contribuido en su fundación, una comunidad debe significar algo. Desde el punto de vista de la Antroposofía, podemos decir: el karma del individuo debe fusionarse con el karma de las comunidades. Esto debería ser sabido por ustedes conforme a lo dicho en los últimos años. La idea del karma no se contradice cuando le doy algo a alguien que está necesitado, ni cuando el karma de un individuo es aliviado por la comunidad. La comunidad puede ayudar a aliviar el destino del individuo. En otras palabras, en la esfera moral puede suceder lo siguiente. Un solo miembro de una comunidad comete un error. Esto seguramente se inscribirá en su karma personal y se resolverá en el gran escenario de la existencia mundial. Pero alguien más puede presentarse y decir: "¡Te ayudaré a resolver este karma!" El karma debe cumplirse, pero las otras personas pueden ayudar; toda la comunidad puede ayudar a quien haya cometido un error. El karma de un individuo puede estar tan entretejido con la comunidad que ésta, considerándolo como miembro, cargue deliberadamente con la carga de su destino, empatizando con él y resolviendo que su suerte será mejorada. La actitud de la comunidad puede ser:

usted, como individuo, ha cometido un error, pero lo defenderemos ¡asumiendo sobre nosotros el desajuste producido en su karma! - Si se sustituye el término ‘comunidad’ por el de ‘iglesia’ , eso significa que la iglesia asume la obligación de asumir los pecados del individuo y compartir la carga de su karma. No se trata de lo que hoy se llama "perdón de los pecados", sino de un vínculo real, una aceptación de la carga de los pecados. Y el punto esencial es que la comunidad acepta conscientemente dicha carga.

Si "atar" y "desatar" son entendidos en este sentido, entonces cada caso de perdón de los pecados implicaría una obligación por parte de la comunidad. Entonces, con los hilos del karma individual se teje una red que se entrelaza con el karma de toda la comunidad. Y esta red, gracias a lo que Cristo bajó de las alturas Espirituales, debe ser un reflejo del orden que prevalece en el Cielo; es decir, el karma del individuo no debe vincularse con el karma colectivo de manera fortuita, sino para que la comunidad como organismo se convierta en una imagen del orden que prevalece en el Cielo.

Esta escena de la declaración de Pedro comienza a revelar ahora un significado infinitamente profundo para aquellos que la comprenden. Denota el fundamento de la humanidad del futuro, una humanidad basada en la naturaleza del Ego en el hombre. Lo que se produce en esta conversación íntima entre Cristo y aquellos más próximos a Él, es la transmisión del poder que el propio Cristo trajo del Macrocosmos, poder que pasa a lo que los discípulos se supone que deben establecer. Y a partir de ese momento, el Evangelio de San Mateo relata cómo los discípulos son guiados hacia arriba, paso a paso, hacia la etapa donde los poderes del Sol y del Cosmos reunidos en el Ser Crístico fluyen hacia ellos. Sabemos que una de las formas de Iniciación consiste en una expansión hacia el Macrocosmos. Y debido a que el propio Cristo es el impulso en esta Iniciación, Él lleva a Sus discípulos al Cosmos. Mientras el aspirante individual cuando está experimentando el proceso de esta Iniciación, pasa conscientemente al Macrocosmos, reuniendo gradualmente su conocimiento. Cristo desciende, por así decirlo, del Macrocosmos, manifestando sus fuerzas instintivas y transmitiéndoselas a los discípulos.

En una parte de la conferencia de ayer indiqué cómo tenía lugar esto. Imaginemos la escena de la manera más gráfica posible. Cuando el hombre duerme, sus cuerpos físico y etérico permanecen en la cama mientras su cuerpo astral y su Ego pasan al Cosmos y recogen del Cosmos las fuerzas para estos miembros de su ser. Si Cristo se acercase ahora, Él sería el que conscientemente atraería estas fuerzas hacia el hombre dormido y lo iluminaría. Esto es exactamente lo que sucede en una escena descrita en el Evangelio. Los discípulos están en un barco a la cuarta vigilia de la noche. Luego ven que la figura que al principio habían tomado por un espíritu, es Cristo, que permite que las fuerzas y el poder del Macrocosmos fluyan hacia ellos. Se describe claramente cómo conduce a los discípulos al escenario donde pueden recibir las fuerzas del Macrocosmos. Las siguientes escenas en el Evangelio de San Mateo muestran cómo Cristo guía a los discípulos paso a paso a lo largo del camino tomado por cada posible Iniciado. Es como si Cristo mismo estuviera pisando este camino, llevando a sus discípulos de la mano a la iniciación. - Ahora diré algo que les hará darse cuenta de cómo los discípulos son conducidos etapa por etapa hacia el Macrocosmos.

Muchas cosas que antes estaban más allá del conocimiento del hombre se le hacían saber a través de visiones del mundo espiritual, mediante las facultades clarividentes. De manera que, por ejemplo, es capaz de reconocer los procesos reales que operan en el crecimiento de las plantas. Un materialista dirá refiriéndose una planta: Aquí tengo una flor, digamos que es una planta frutal, y que en ella se formará una semilla. La semilla se puede extraer y depositar en el suelo; esta finalmente se disuelve y aparece una nueva planta, de nuevo otra vez con semillas. Y así el proceso continúa. Algo pasa desde el grano de semilla en disolución a la nueva planta. - Un materialista no puede pensar de otra manera sino que ese algo material, sin importar cuán pequeño sea, pasa a ser la siguiente planta. Pero no es así. La verdad es que con respecto a su material, su sustancia, la antigua planta (su semilla) queda completamente destruida (podrida). Se produce pues un salto (Sprung) y la nueva planta es una formación completamente nueva, con respecto a la sustancia material, una formación absolutamente nueva.

Los hechos de mayor importancia son reconocidos y entendidos cuando se comprende esta notable ley. En las condiciones de la materia realmente se producen saltos. Esto era expresado en los Misterios de una manera muy definida. Se decía: Al pasar al Cosmos, el aspirante a la Iniciación debe en cierto momento adquirir conocimiento de las fuerzas que provocan estos "saltos". Ahora se pueden entender ciertos procesos en el Cosmos si se usan las constelaciones como indicadores. Las constelaciones son entonces como letras de un guión. Cuando pasamos al Cosmos en una dirección particular, llegamos a conocer los saltos que se producen de un antepasado a su sucesor, ya sea en los reinos vegetal, animal o humano, o incluso en el ámbito de la existencia planetaria. En las transiciones de la evolución de Saturno a la evolución del Sol, de la evolución del Sol a la evolución de la Luna, de la evolución de la Luna a la evolución de la Tierra, todo lo material desaparecía. Lo espiritual permanecía y era lo espiritual lo que provocaba los saltos. Tanto en las cosas pequeñas como en las grandes es lo mismo.

Para este principio, se han utilizado dos símbolos uno antiguo y de un carácter más pictórico e imaginativo, y otro más nuevo. Pueden ustedes encontrar el símbolo más nuevo en los calendarios. A medida que avanza la evolución, el pasado se curva hacia adentro como un vórtice y la nueva fase emerge como un segundo vórtice, desarrollándose desde adentro hacia afuera y conduciendo hacia adelante. Pero la nueva fase no está realmente unida a la anterior; entre el final de la fase anterior y el comienzo de la nueva hay un pequeño "salto" o "brecha" y solo entonces el proceso de evolución continúa.



En la figura anterior tenemos dos vórtices entrelazados y entre ellos un pequeño espacio. Este es el signo zodiacal de Cáncer, que simboliza el proceso de crecimiento hacia el Macrocosmos y el nacimiento de un nuevo brote en alguna fase de la evolución.

Aparte, existió otro signo para simbolizar estas condiciones. Por extraño que parezca, este signo se formaba por un asno y su pollino, o sea el antepasado y el descendiente. Este principio también era representado por otro símbolo. Por extraño que parezca, el símbolo era un asno y su potro, el antepasado y su descendencia. Esto estaba destinado a representar la transición real de una condición a la otra. Las antiguas delineaciones de la constelación de Cáncer a menudo consisten en la figura de un asno y su potro. Saber esto tiene su importancia. Nos ayuda a comprender que cuando un hombre se eleva a la etapa que conduce al mundo espiritual, tiene lugar otra transición significativa y una vez allí debe estar preparado para revelaciones completamente nuevas. Esto se indica correctamente en el símbolo estelar, representando cuando el sol físico atraviesa la constelación de Cáncer y alcanza el cenit, y luego desciende nuevamente. Y también cuando el aspirante a la Iniciación primero asciende al mundo espiritual y una vez ha adquirido el conocimiento de sus fuerzas, las derrama nuevamente para ponerlas al servicio de la humanidad. El Evangelio de San Mateo y en los otros también, cuentan cómo Cristo Jesús presenta esta verdad a los discípulos. La forma de contar la historia indica que Él no utiliza únicamente palabras, sino que les está mostrando la representación, la imagen viva, de lo que Él mismo está llevando a cabo a medida que se acerca al grado al que la humanidad en evolución deberá con el tiempo elevarse. Él usa la imagen del asno y su cría; es decir, guía a los discípulos hacia una comprensión de lo que corresponde en la vida espiritual a la constelación de Cáncer. Esta es una imagen de algo que ha sucedido en la relación viva y espiritual entre Cristo y sus discípulos. Tan grande es su majestad y su esplendor que no puede expresarse en palabras de ningún lenguaje humano, sino solo a través de Cristo mismo iniciando a los discípulos en las condiciones que predominan en el mundo espiritual y creando imágenes del Macrocosmos en las condiciones físicas. Los guía hasta el punto donde los poderes de quien se inicia se convierten, a su vez, en servicio a la humanidad. ¡Él se sitúa a tal altura que solo puede indicarse por la imagen del Sol en el cenit del signo de Cáncer! No es de extrañar que este capítulo (XXI) del Evangelio de San Mateo señale la altura suprema alcanzada ahora en la vida terrenal de Cristo, proclamada triunfalmente por las palabras: "¡Hosanna en las alturas!" Todo está ordenado hasta el final para que a través de lo que ha sucedido aquí, los discípulos puedan avanzar a la etapa en que, a través de los poderes que trabajan en ellos, se pueda desplegar en los hombres lo que Cristo Jesús ha traído a la evolución de la humanidad.

La historia de la celebración de la Pascua no es más que un relato de la afluencia en la vida real del poder que iba a fluir primero a los discípulos, como enseñanza y luego magicamente a la humanidad, como resultado del Misterio del Gólgota. A la luz de esto es cómo debe entenderse la continuación de la historia, en el Evangelio de San Mateo. Así también nos daremos cuenta de que el escritor del Evangelio era permanentemente consciente de la necesidad de señalar el contraste entre la enseñanza viva traída de las alturas cósmicas e impartida a los discípulos, y la enseñanza adecuada para aquellos que aún no estaban listos para recibir las fuerzas del propio Cristo Jesús. De ahí las declaraciones en las conversaciones con los escribas y fariseos que estudiaremos mañana. Hoy, sin embargo, recordaremos que después de que Cristo Jesús guiase a sus discípulos lo más lejos posible por el camino que conduce a la meta de todos los aspirantes a la Iniciación, Él tiene la perspectiva de que si ellos siguen este camino, ellos mismos accederán al mundo espiritual, al macrocosmos. Les dice que tienen dentro de su ser las cualidades necesarias para la Iniciación posterior, que la Iniciación les está reservada y que encontrarán el camino hacia ese mundo donde reconocerán cada vez más claramente a Cristo como el Ser que llena todo el espacio espiritual y estaba representado en Jesús de Nazaret. Cristo les dice a sus discípulos que se están acercando a esta Iniciación, que se convertirán en Iniciados de la humanidad. También les recuerda que la Iniciación individual solo se puede lograr si a fuerza de paciencia y resistencia se permite que la naturaleza interior madure.

¿Qué es lo que debe crecer en la naturaleza interna del hombre a medida que sus fuerzas aumentan en fuerza y él desarrolla una forma superior de clarividencia? Sus cualidades deben madurar hasta el punto en que pueda recibir en sí mismo las fuerzas del Yo Espiritual, del Espíritu de Vida y del Hombre Espíritu. Pero el poder que lo ha de convertir en un Iniciado, en un participante en los Reinos del Cielo, depende del tiempo que tarde en madurar completamente; depende del karma del individuo, para que ese poder fluya hacia él desde arriba. ¿Cómo saber cuándo ha llegado el momento? Eso solo es conocido por los iniciados más elevados, no por aquellos en etapas más bajas de Iniciación. Para cualquier individualidad que esté lista para alcanzar el mundo espiritual, llega la hora aunque no lo sabe. Seguramente llega la hora, pero de tal manera que él no se da cuenta, ¡llega como un ladrón en la noche! ¿Cómo llega un hombre al mundo espiritual? En los antiguos Misterios, y en cierto sentido también en los nuevos, había tres etapas de Iniciación al Macrocosmos. Cuando el aspirante alcanzaba la primera etapa, los poderes del Yo espiritual se activaban en él y ahora no solo era un hombre nuevo, sino que se había convertido en alguien cuya naturaleza se decía que era la de un 'Ángel', osea digamos, un Ser de la Jerarquía inmediatamente superior al hombre. En los Misterios de la antigua Persia, un hombre que poseía los poderes del Yo espiritual se llamaba "persa" porque ya no era un individuo separado, sino que pertenecía al ángel del pueblo persa. En la siguiente etapa de Iniciación, despierta el Espíritu de Vida. Un hombre que hubiese alcanzado esa etapa era llamado "Héroe del Sol" en los Misterios persas, porque se había desarrollado hasta la etapa en la que podía recibir las fuerzas espirituales que fluyen hacia la Tierra desde el Sol. Pero a ese hombre también se le llamaba "Hijo del Padre". Y aquél que había hecho contacto con el Hombre Espíritu o Atma, era llamado "Padre" en los antiguos Misterios. Las tres etapas de iniciación fueron: Ángel, Hijo o Héroe del Sol, Padre.

Únicamente los iniciados supremos pueden formarse un juicio con respecto a cuando se despierta la iniciación. Por eso, el Cristo les dijo: "La iniciación os llegará, si vosotros seguís el camino que os he conducido; ascenderéis a los reinos de los cielos; pero la hora no la conocen ni los Ángeles, iniciados con el Yo espiritual, ni el Hijo, iniciado con el Espíritu vital, sino únicamente los mas altamente iniciados, o sea, con el Padre".

Aquí nuevamente las palabras del Evangelio de San Mateo (XXIV, 36) están en absoluta conformidad con la tradición que se origina en los Misterios. Y encontraremos que la proclamación del Reino de los Cielos no es más que el vaticinio a los discípulos de que experimentarán la iniciación. Cristo Jesús lo indica muy claramente en el texto del Evangelio de San Mateo. Si se interpreta correctamente ese relevante pasaje, es bastante evidente que Cristo se está refiriendo a ciertas enseñanzas que circulaban en aquél tiempo sobre el tema de alcanzar los Reinos del Cielo. Los hombres habían tomado esto en el sentido material, creyendo que se aplicaba a toda la Tierra, mientras que deberían haber sabido que solo unos pocos individuos alcanzarían los Reinos del Cielo a través de su Iniciación. En otras palabras, algunos sostenían la creencia de que la Tierra se transformaría en sentido material en el Cielo. Y Cristo llama especialmente la atención sobre esto cuando habla de la venida de aquellos que lo proclamarían. ¡Los llama falsos profetas y falsos Mesías! ¡Qué extraño es que incluso hoy en día algunos de los llamados críticos del Evangelio difunden la fábula de que la perspectiva de un inminente Reino material de Dios fue una enseñanza dada por el mismo Cristo Jesús! Cualquiera que sea capaz de leer el Evangelio de San Mateo correctamente sabe que Cristo Jesús se estaba refiriendo a un suceso espiritual dentro del alcance eventual de alguien que se acerca a la Iniciación, pero que en el curso de la evolución de la Tierra se vuelve accesible para todos los miembros de la humanidad que se unan a Él y la espiritualización de la Tierra se produce al alcanzar etapas superiores de desarrollo.

Este aspecto también debe darnos una visión más profunda de la estructura del Evangelio de San Mateo. Así sentiremos una profunda reverencia por un Evangelio del cual, como ningún otro, podemos aprender inequívocamente cómo los discípulos de Cristo Jesús fueron los primeros en recibir la enseñanza dirigida al Ego mismo. Nos imaginamos a los discípulos de Cristo parados a su alrededor y percibimos cómo las fuerzas del Cosmos están trabajando a través del cuerpo humano que lo sostuvo. Lo imaginamos guiando a sus discípulos de una manera que les permita adquirir el conocimiento accesible para todos los que se acercan a la Iniciación. Oímos de situaciones humanas formadas a su alrededor. Esto es lo que hace que el Evangelio de San Mateo nos parezca tan cercano en un sentido humano. A través de este Evangelio aprendemos a conocer al Jesús de Nazaret hombre, al portador del Cristo; aprendemos a saber lo que Cristo logró a través de su descenso a la naturaleza del hombre. Incluso los acontecimientos en los mundos celestiales se presentan en términos de situaciones y relaciones humanas en el Evangelio de San Mateo. En la conferencia final de mañana, estas cosas serán consideradas no solo desde el aspecto de la Iniciación sino también desde otros aspectos.


traducción de Julio Luelmo abril 2020




traducción de Julio Luelmo abril 2020

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919