GA218 Londres, 16 de noviembre de 1922. -La pugna de los seres luciféricos y ahrimánicos por la naturaleza del hombre

 Índice

Nexos espirituales en la formación del organismo humano

RUDOLF STEINER
Londres, 16 de noviembre de 1922.
Mis queridos amigos,
Hoy quiero hablar de los poderes espirituales y de los seres que viven en el entorno del hombre. Son poderes y seres suprasensibles que no podemos percibir con nuestros sentidos; sin embargo, están allí y juegan un papel en nuestra existencia terrenal. Las cosas que tienen lugar entre tales seres espirituales, la interrelacion que tienen entre sí, son, por supuesto, completamente diferentes de las acciones y hechos del hombre durante su vida terrenal; por lo tanto, es difícil decir en lenguaje humano, creado expresamente para las condiciones humanas y las relaciones humanas, sobre la naturaleza y actividades de estas Inteligencias suprasensibles, estos seres suprasensibles. Sin embargo, dado que es importante que estas cosas, en nuestra época, lleguen al conocimiento del hombre, debemos hablar de ellas de la única manera posible, es decir, en imágenes. Esto significará que con frecuencia describiré las cosas como si me estuviera refiriendo a las condiciones y relaciones humanas. Las cosas que se dicen de esta manera serán bastante verdaderas y correctas; solo que, dado que el lenguaje debe tomarse prestado de las relaciones humanas, la verdad se presentará en una imagen.
Para empezar, tenemos a nuestro alrededor el mundo de la Naturaleza en sus diversos reinos, mineral, vegetal y animal, y también podemos agregar a estos el reino humano, en lo que respecta al ser físico del hombre. Detrás de la Naturaleza se encuentra una especie de segunda Naturaleza, una Naturaleza espiritual, suprasensible. La primera, la naturaleza a la que estamos acostumbrados, el hombre la percibe con sus sentidos. La naturaleza suprasensible que está detrás, no la percibe. A pesar de eso, tiene una gran influencia sobre él.
Y luego tenemos que reconocer que los seres humanos también tenemos algo de naturaleza física dentro de nosotros. Cuando miramos dentro, percibimos esta naturaleza física en nuestros instintos y nuestras pasiones. Estos son, por supuesto, astrales, pero se elevan desde la Naturaleza física. Y esta Naturaleza física que tenemos dentro de nosotros y que percibimos en nuestros instintos, impulsos y pasiones, tiene otra vez: (esta vez tenemos que decir por debajo de ella), un reino de seres, que están íntimamente conectados con el hombre, pero que en realidad son subhumanos.
Por lo tanto, mirando a nuestro alrededor con la ayuda de nuestros sentidos, contemplamos la superficie de la Naturaleza, su apariencia externa; y detrás de eso tenemos que adivinar la presencia de una naturaleza suprasensible. Cuando, por otro lado, miramos hacia adentro y nos percibimos en nuestros instintos y pasiones, entonces tenemos que adivinar bajo estos la presencia de una Naturaleza subsensible.
La Naturaleza suprasensible que nos rodea puede ser entendida y apreciada solo por alguien que esté dotado con una visión espiritual y que no siempre esté centrando la atención, como lo hace la Ciencia Natural hoy, en las estrictas leyes de la Naturaleza y en lo que tiene lugar dentro de su ámbito. Para las ciencias naturales, como sabemos, está interesada por la investigación de lo que ocurre de acuerdo con las leyes firmes de la naturaleza. Lo suprasensible que está detrás de la naturaleza externa nunca se revelará a estas investigaciones. Sin embargo, se pondrá de manifiesto cuando hayamos aprendido a mirar con aguda y perspicaz visión espiritual sobre cosas que no deben ser explicadas por la ley natural, sino que generalmente se consideran sujetas al azar.
De esta índole son los fenómenos del clima, todas las irregularidades de la atmósfera en todas partes, las cuatro estaciones del año. Si se paran a considerar, por ejemplo, en detalle cómo una niebla londinense [Hubo una inusual niebla espesa en Londres durante la visita del Dr. Steiner en este tiempo.] sigue su curso, tal vez descubran que en sus eventos principales pueden rastrear el funcionamiento de ciertas leyes. Sin embargo, no podrán hacer esto con todos sus cambios y movimientos continuos. Cuando se trata de los fenómenos particulares del viento y el clima, nos inclinamos a decir que estamos a merced del azar. Por supuesto, pueden leer en los periódicos una descripción de qué tipo de clima es probable que tengamos en el futuro cercano, pero no se basará en él con la misma certeza con la que usted confía en que saldrá el sol mañana por la mañana. Los fenómenos que muestran el funcionamiento de leyes naturales pertenecen a una categoría completamente distinta de los fenómenos del viento y el clima, que se atribuyen más o menos generalmente al funcionamiento del azar. La gente puede adquirir, y de hecho adquiere, un cierto don profético con respecto a estos fenómenos, pero este don profético no puede darse dentro del marco de las leyes naturales, tienen más bien un carácter de inspiración o intuición.
De hecho, los seres viven en todas las diversas manifestaciones del viento y el clima, solo que estos seres no se ven porque carecen de un cuerpo que sea visible para los sentidos. Sin embargo, están presentes y vivos. Los seres que viven en el viento y el clima tienen un cuerpo que consiste en aire y calor, un cuerpo que no tiene agua ni ninguna fluidez de ningún tipo, ni tierra sólida; no consisten en nada más que aire y calor. Y estos cuerpos están continuamente experimentando cambios repentinos. En un momento asumirán figura y forma, luego nuevamente se disolverán y desaparecerán. Las cambiantes formaciones de nubes que se observan en el cielo, el juego de las corrientes del viento, - estos no son el cuerpo, que sigue permaneciendo oculto, no son más que la expresión externa, los actos, de los seres de los que les hablo. Cuando, por lo tanto, miramos hacia la atmósfera que rodea nuestra Tierra, y dentro de la cual nosotros mismos vivimos, tenemos a nuestro alrededor un mundo de seres, que están compuestos meramente de aire y calor. Son del mismo tipo que los seres a quienes he llamado en mis libros y de los que hablo frecuentemente en mis conferencias, como los seres Luciféricos.
No obstante, estos seres tienen un objetivo específico en perspectiva respecto al hombre. A pesar de que habitan en un elemento que a menudo nos resulta muy agradable y placentero, ¡viviendo, como hemos dicho, en el clima! - estos seres otorgan gran valor al elemento moral en el orden social humano. Tan altamente lo valoran, que en su opinión sería mejor para el hombre no tener un cuerpo físico en absoluto, pero de todos modos, menos aun un cuerpo que participe de los elementos acuáticos o terrenales. Si pudieran haber formado al hombre a su manera, habrían hecho de él un ser moral, puro y simple. El hombre, por supuesto, en ese caso no habría tenido libertad, habría sido moral sin ser interiormente libre. Así pues, estos seres libran una terrible batalla en el transcurso del año, luchando por arrancar al hombre de la Tierra y atraerlo a su propia esfera. Les gustaría que se desconectasen de la Tierra. En este sentido, son particularmente peligrosos para las personas que se inclinan por cualquier tipo de idealismo visionario o vago misticismo. Tales personas caen fácilmente en la trampa de estos seres que buscan alejar al hombre de la Tierra y le otorgan una especie de naturaleza angelical, de modo que bajo ninguna circunstancia se vean tentados a ser otra cosa que lo puramente moral.
Por extraño que parezca y por paradójico que parezca, queridos amigos, habitan en las fuerzas que pulsan el aire circundante en todos los caprichos del viento y el clima, son seres que, aborreciendo la libertad humana y no deseándoles otra cosa que su completa aniquilación, quieren hacer del hombre, un autómata moral, quieren hacer de él una especie de buen ángel. Y ellos luchan duro para alcanzar su fin; para usar una expresión terrenal, libran una guerra con uñas y dientes.
Además de estos seres que construyen, por así decirlo, sus fortalezas en el aire; también hay seres de naturaleza contraria, a quienes aludí en mi última conferencia en otra ocasión. Y esta última clase de seres tiene que ver con todo lo que tiene expresión en las pulsiones e impulsos instintivos del hombre, en sus deseos y pasiones. Sin embargo, no deben pensar en ellos como algo perteneciente primero y ante todo al hombre. En el hombre podemos ver los resultados de su actividad. Pero tienen su hogar, por así decirlo, en la Tierra. Solo que no podemos verlos, porque estos seres tampoco tienen un cuerpo que esté formado de manera que nos sea visible. Tienen, de hecho, un cuerpo que vive completamente en los elementos de la tierra y del agua. Y sus obras se pueden ver en el flujo y reflujo de las mareas, en las erupciones volcánicas y en los terremotos. La ciencia natural, como es bien sabido, no puede encontrar una explicación satisfactoria para estos fenómenos. Sin embargo, aquel que tiene una aguda percepción espiritual puede ver detrás de ellos un mundo de seres subhumanos, que están bajo el control de los poderes a los que siempre he dado el nombre de los poderes ahrimánicos.
Ahora bien, estos poderes ahrimánicos también albergan un objetivo particular con respecto al hombre. Con la ayuda de sus diversos sub-espíritus, que habitan los elementos terrestres y acuáticos de nuestra Tierra y pueden, por ejemplo, ser reconocidos incluso en los kobolds o brownies de la cuentos de hadas, con la ayuda de los cuales, los poderes Ahrimanicos se han propuesto llevar a cabo otro proyecto diferente.
Si uno considera a estos seres Luciféricos y Ahrimánicos por sí mismos, tal como son, uno no puede, ya lo saben, enojarse con ellos. ¿Por qué enojarse con los seres luciféricos, por ejemplo? Quieren convertir al hombre en un ser que sea completamente moral por pura rutina. ¿Que podría ser mejor? El hombre, es verdad, nunca sería libre bajo su influencia, sería un autómata; pero lo que buscan y desean para él, sin embargo, puede describirse sinceramente como bueno.
Ahora veamos cuál es el objetivo de estos otros seres, que construyen sus fortalezas inmediatamente debajo de la superficie de la Tierra, y cuyas actividades ascienden al metabolismo del hombre, por los fenómenos que observamos en las mareas y con menor frecuencia en las erupciones volcánicas y los terremotos siempre están presentes en el flujo y reflujo del metabolismo del hombre. Mientras los espíritus Luciféricos construyen, como decíamos, sus fortalezas en el aire, para luchar por el elemento moral -en contraposición al terrenal- en el hombre, los seres Ahrimánicos luchan por endurecer al hombre; ellos quieren hacerlo como ellos mismos. Si tuvieran éxito, el hombre llegaría a ser extremadamente inteligente en el ámbito material: increíblemente sagaz e inteligente. No pueden lograr su fin directamente, sino que apuntan a hacerlo indirectamente. Y sus esfuerzos, que en realidad han estado sucediendo durante miles de años, de hecho han tenido éxito en la producción de una raza completa de seres subhumanos. Su método es el siguiente.
Supongamos que un hombre tiene instintos fuertes y rudos. Estos seres se aferrarán a su naturaleza instintiva y se apoderarán de ella. El hombre seguidamente cae víctima de los poderes Ahrimanicos. Él está completamente entregado a sus pasiones y lleva una vida salvaje y disoluta. Cuando un hombre, durante su vida terrenal, se ha convertido de esta manera en una presa, para los poderes Ahrimánicos, estos poderes podrán aferrarse a su naturaleza instintiva y arrancársela después de la muerte. Ya existe en la Tierra toda una población de seres que han surgido de esta manera. Están ahí, en los elementos de la tierra y el agua, una raza subhumana. Entonces, ¿Qué es lo que pretenden los poderes ahrimánicos con esta raza subhumana? Como hemos visto, extraen de un ser humano su naturaleza instintiva y hacen de ella un ser de tierra y agua. Estos seres de las aguas terrestres habitan los estratos inmediatamente por debajo de la superficie de la Tierra; y aquellos que descienden a las minas, si pueden mirar con visión espiritual, están bastante familiarizados con ellos. Son seres que han sido arrebatados al hombre en el momento de la muerte. ¿Y con qué objetivo final? Ahriman está esperando. Los poderes Ahrimánicos están esperando el momento en que los hombres desciendan a la encarnación y, a causa del karma que sus instintos y pasiones han preparado para ellos, se sienten particularmente atraídos por algunos de estos seres y se dicen a sí mismos: "No volveré al mundo espiritual; cuando dejé mi cuerpo físico "-fuera del cual, como saben, el hombre generalmente va a una vida súprasensible -" Me incorporaré en un ser subsensible de este tipo. Y eso significará que podré permanecer en la Tierra. No moriré más, sino que estaré permanentemente unido a la Tierra. Sí, elegiré ser un ser subsensible ".
Puede sonar increíble, y de hecho es sorprendente, teniendo en cuenta lo extraordinariamente astutos que son, pero es un hecho que los seres ahrimánicos persisten en creer que finalmente serán capaces de atraer a un número tan grande de seres humanos a su propia raza que la tierra algún día estará poblada por completo con tales seres subhumanos ahrimánicos. De esta manera, esperan hacer que la Tierra misma sea inmortal, para que nunca llegue la hora de que perezca y se disperse en el espacio cósmico.
Así tenemos a nuestro alrededor en nuestro entorno terrenal dos huestes de seres; unas en el aire, que quieren hacer al hombre moral, pero alejandolo de la Tierra, y luego también tenemos, inmediatamente debajo de la superficie de la Tierra, los seres Ahrimánicos que quieren atraer al hombre hacia abajo y sujetarlo permanentemente a la Tierra .
Cuando consideramos la relación entre estas dos clases de seres, encontramos que en el reino mineral, en el reino vegetal, en el reino animal, e incluso en el reino humano, tal como es por naturaleza antes que las pasiones y los deseos del hombre comienzan a sacarle lo mejor de él, estas dos clases de seres tienen que estar de acuerdo, deben soportarse los unos a los otros. En un pasado primitivo remoto, la Deidad que es llamada en la religión cristiana el Dios Padre, estableció la paz a este respecto. Dios Padre estableció la paz para los minerales, las plantas y los animales, y también para el hombre en su naturaleza animal, en la medida en que éste no permite ser pervertido y contaminado por la pasión y el deseo.
Tomen en su mano un cristal, o cualquier otro mineral, o tal vez una planta; no encontrarán que en ese cristal o planta haya conflicto entre estas dos clases de seres. Pero en el momento en que dirigen su observación a un hombre cuyo cuerpo está dotado e impregnado de alma, de inmediato discernirán las señales de ese conflicto. Los seres luciféricos le están diciendo a Ahriman: "Le prometimos al Dios Padre que no pelearíamos ni lucharíamos por los minerales, las plantas, los animales, ni por el hombre mientras él permaneciese como un ser inconsciente como en tiempos pasados y no haya adquirido el poder de la reflexión, sino que viviese más como un animal; pero en cuanto a los hombres que han adquirido autoconciencia, por ellos lucharemos sin dar tregua ". Y así es: todo el tiempo se está librando una guerra tremenda entre los seres de aire-fuego y los seres de tierra-agua; que luchan para obtener la posesión del hombre. Y es importante que el hombre esté al tanto de esta guerra que se está librando constantemente por él; él no debe estar ciego a eso. En nuestros días, hemos avanzado mucho en nuestro conocimiento de la Naturaleza externa. Aquí, como hemos visto, las condiciones son bastante diferentes; aquí los seres Luciféricos viven en paz con los Ahrimanicos. Pero el conocimiento del hombre no alcanza a lo que subyace trás del mundo de los sentidos, no alcanza a la Naturaleza suprasensible, ni tiene ningún conocimiento de la Naturaleza infrahumana. Y estos dos reinos albergan seres que continúan, como ya he dicho, una guerra terrible, luchando por la posesión del hombre.
El Ser que en el Antiguo Testamento es llamado Jahve, tiene su sede -no necesito recordarles lo que dije al comienzo de la conferencia sobre el uso de tales expresiones- tiene su sede en la Luna. Es decir, Jahve es ese Ser espiritual en el Cosmos que encuentra expresión en los fenómenos físicos de la Luna. Y en todo el orden del mundo, este Ser tiene la siguiente tarea que realizar.
Cuando el hombre desciende del mundo espiritual divino para vestirse en un cuerpo, es Jahve quien lo lleva a la Tierra. Jahve sigue teniendo su parte importante en la vida del hombre cuando el hombre ya ha venido a la Tierra; él tiene a su cargo el orden de todo lo que está conectado con la generación. El Ser Jahve, que tiene su sede en la Luna y que lleva al hombre a la Tierra, reclama el control del hombre sobre todo lo que tiene que ver con los instintos y los impulsos de la generación.
Sin embargo, el proceso de generación no puede ser regular o regularse por sí mismo, ya que está conectado con los otros instintos e impulsos. En consecuencia, Jahve necesita ayudantes, necesita seres que, por ejemplo, regulen los instintos relacionados con la comida y la bebida, y los pongan en armonía con los instintos de la generación. Necesita ayudantes que, de hecho, se encargarán de ordenar toda la vida instintiva del hombre. Y Jahve, el Dios de la Luna, si podemos llamarlo así, encuentra tales ayudantes en Mercurio y Venus.
Se ha hecho una especie de pacto en el universo espiritual entre la Luna, es decir, Jahve y los seres que habitan con él en la Luna, Mercurio y Venus, y es la voluntad y la determinación de los seres que se han unido de esta manera, de controlar, desde la Luna, Mercurio y Venus, toda la naturaleza de carne y hueso del hombre. El hombre de ninguna manera es simplemente un ser terrenal; las influencias actúan dentro de él desde todo el gran Universo.
Volviendo ahora a los seres a quienes llamé Ahrimánicos y que tienen su fortaleza justo debajo de la superficie de la Tierra, los seres de agua-tierra, ¿Cómo se pueden comparan estos, con Jahve y los seres de Mercurio y Venus? ¿Qué lugar se les asigna en el orden mundial? No están maduros para tomar su morada en un cuerpo celestial, en la forma en que Jahve tiene su morada en la Luna, y sus ayudantes en Mercurio y Venus. No, estos seres Ahrimánicos están condenados a buscar un lugar de residencia justo debajo de la superficie de la Tierra. En consecuencia, no les sorprenderá descubrir que no solo es con los seres de fuego-aire con quienes estos seres de la tierra se sienten en oposición , sino particularmente también con Jahve y con los poderes de Venus y Mercurio. Y esto, a pesar del hecho de que ellos mismos carecen de moralidad. (La naturaleza instintiva del hombre, siendo regulada por Jahve desde afuera y más allá de la Tierra, está por lo tanto sujeta a otro reinado que el de los seres 'morales' antes mencionados, pero bajo este gobierno no sería inmoral). Los seres ahrimánicos hacen la guerra continuamente contra Jahve y los poderes de Venus y Mercurio, y están decididos a usurpar a Jahve su legítima soberanía. Porque es debido a la legítima soberanía de Jahve, por lo que la raza humana tal como la conocemos ha nacido en la Tierra; necesitaba los poderes de la Luna y también de Mercurio y Venus para lograr esto.
En un espíritu de venganza, los seres ahrimánicos están estableciendo, (frente a la raza de Jahve, que es la humanidad ), esta otra raza de la que les he estado hablando. Y un medio excelente para que ellos alcancen su fin es la estratagema que les expliqué en nuestra última conferencia. Recordarán que les conté cómo se acercan al hombre mientras duerme y le dicen: "El bien es malvado; el mal es bueno ". El hombre escucha esto con demasiada facilidad cuando está dormido, y luego lo trae de vuelta consigo a su cuerpos físico y etérico. Los seres ahrimánicos confían en que podrán lograr su fin por medio de estos susurros perversos.
Vemos así, que el hombre debería, depender por completo, en su naturaleza inferior, de los poderes de la Luna, Venus y Mercurio. La naturaleza inferior del hombre no es en sí misma malvada o degenerada; solo lo es porque los poderes que son antagónicos a Jahve se insinúan en él de la manera que he descrito. Lo que Jahve desearía es que estos seres de agua-tierra se expresasen simplemente en el flujo y reflujo de las mareas, en las erupciones volcánicas, en los terremotos. Pero ponen todo su empeño por establecerse también en el hombre, para hacer sentir su presencia en el hombre también; y no contentos con atacar allí a los seres de fuego-aire, lanzan sus ataques con particular fuerza contra Jahve y sus ayudantes.
Por consiguiente, el hombre se encuentra en medio de un conflicto. En un lado se encuentran Jahve y sus huestes, que están luchando por la virtud; en el otro lado, las huestes de Ahriman, que, en lo que respecta a la astucia, superan ampliamente al hombre, y cuya preocupación es repudiar por completo la naturaleza moral del hombre y convertirlo en un absoluto autómata astuto.
Tales son las influencias que fluyen desde la tierra y el agua, y trabajan en el hombre. Porque el hombre está obligado a comer de los productos de la tierra y el agua; él no puede alimentarse del aire, ¡ni vivir solo de calor!
En la otra dirección están los seres que se incorporan en el aire y el calor. Estos también, al igual que los enemigos de Jahve, están inmaduros. Y los seres maduros correspondientes son en su caso seres que habitan en Marte, Júpiter y Saturno. Y así descubrimos que estos seres de aire-fuego hacen incursiones desde sus fortalezas no solo sobre los poderes Ahrimánicos, sino sobre las influencias que deberían estar llegando continuamente al hombre desde Marte, Júpiter y Saturno.
Hay que mencionar, que las influencias de estos planetas más distantes, o más bien, de sus seres espirituales, se encuentran particularmente en los ojos, en los oídos, en resumen, en los órganos de los sentidos del hombre. De modo que, mientras que La Luna y Venus ejercen su influencia en los órganos interiores del cuerpo humano, Saturno, Júpiter y Marte trabajan en el exterior del hombre, sobre sus órganos sensoriales. Las influencias, por ejemplo, de Saturno se encontrarán principalmente en el ojo humano.
Estos seres, los seres de Saturno, los seres de Júpiter y los seres de Marte, tienen como su cometido especial hacer del hombre un verdadero hombre de la Tierra; es decir, primero quieren darle sentidos que se insertan correctamente en el organismo humano y que permanecen en su superficie, y luego proporcionarle los nervios que corren desde los sentidos y se extienden hacia el interior del organismo. Saturno da los sentidos, Júpiter da su prolongación en los nervios, y Marte ejerce el tipo de control que otorga al hombre, por ejemplo, la facultad del habla. El objetivo y el propósito de estos seres es proporcionarle al hombre todo lo que está en la superficie de su cuerpo. Dado que los sentidos, y también los nervios, han surgido a través de un "giro hacia adentro" de la piel humana.
Sin embargo, Júpiter, Saturno y Marte sufren resistencia en sus actividades por los seres de fuego-aire de quienes estábamos hablando. Aquí nuevamente, una lucha furiosa de forma continua. Los seres de fuego-aire se posicionan rápidamente, por así decirlo, en sus fortalezas aéreas y muestran su poder y fuerza en los relámpagos ardientes del rayo. Les gustaría hacer que la totalidad del hombre debería ser en verdad solo superficial, de modo que todo el ser físico del hombre debería participar de la naturaleza que en realidad está asignada solo a los ojos, los oídos y la nariz. Les gustaría fluir la superficie del organismo del hombre justo a través de él, hacerlo superficial, para que no haga nada más que ver y oír, - nunca comer ni beber, sino solo ver y oír, ser de hecho una especie de ser angélico.
Los seres de Marte, Júpiter y Saturno, que trabajan como hemos visto en los sentidos del hombre, se autodenominan digno de alabanza -si puedo emplear la expresión al hablar de tales seres sublimes- en el mundo de la naturaleza externa. Porque impregnan lo que a nuestros ojos parece mera Naturaleza, con moralidad. De esta manera, traen moralidad al hombre; porque es así, la moralidad entra en nosotros a través de los sentidos. Cuando, por lo tanto, los seres del fuego del aire intentan atravesar al hombre a través de su naturaleza sensorial, es con la intención de que el hombre, al no ver nada más que lo moral, se convierta en un autómata moral.
Los seres de Marte, Júpiter y Saturno, que trabajan como hemos visto en los sentidos del hombre, se autodenominan dignos de alabanza -si puedo emplear la expresión al hablar de tales seres sublimes- en el mundo de la naturaleza externa. Porque impregnan lo que a nuestros ojos parece mera Naturaleza, con moralidad. De esta manera, traen moralidad al hombre; porque en realidad es así, la moralidad entra en nosotros a través de los sentidos. Cuando, por lo tanto, los seres de fuego-aire intentan atravesar al hombre a través de su naturaleza sensorial, es con la intención de que el hombre, al no ver nada más que lo moral, se convierta en un autómata moral.
Si observamos el mundo de la naturaleza, podemos saber que cualquier manifestación como fuerzas en ese mundo proviene de los seres de Marte, cualquier manifestación como ley natural, de los seres de Júpiter, y todo lo que se manifiesta como el color y el sonido, de los seres de Saturno. Y los seres de fuego-aire harían que el hombre se convirtiera en nada mas que la fuerza, la ley (es decir, el pensamiento), el color y el sonido. Quieren que el hombre no tenga un cuerpo físico en absoluto, sino que sea insustancial, enrarecido; les gustaría que fuese, como ya hemos dicho, un ser angelical.
Y así pueden ver, que mientras que en la naturaleza externa La Luna, Mercurio, Venus, Júpiter, Marte y Saturno viven en paz el uno con el otro y el Sol los mantiene en equilibrio, libran una doble lucha por la posesión del hombre. Lo primero de todo, está el conflicto que se produce entre los seres ahrimánicos y los luciféricos; y luego tenemos, por un lado, la lucha que sostienen los seres Luciféricos contra las fuerzas planetarias de más allá del Sol, - las influencias de Marte, Júpiter y Saturno - mientras que, por otro lado, las fuerzas Ahrimánicas están librando una guerra contra las influencias que proceden de la Luna, Venus y Mercurio.
Detrás de la naturaleza y dentro del hombre, la dura batalla continúa; y es con este furioso conflicto alrededor suyo que el hombre tiene que avanzar en su desarrollo y ganar su libertad. En una época anterior, el hombre tenía las enseñanzas de los Misterios para ayudarlo en su camino; ahora debe basarse en lo que la investigación espiritual puede decirle sobre lo que hay tras la Naturaleza y por debajo del hombre. Porque la ignorancia sobre estos asuntos conduciría inevitablemente al deterioro y la ruina de la humanidad.
Habrán visto, mis queridos amigos, por las descripciones que les he dado, que los seres que solemos llamar Luciféricos y Ahrimánicos, están particularmente altamente desarrollados con respecto a ciertas cualidades: es decir, los seres luciféricos, en la moralidad, y los Ahrimanicos en astucia e inteligencia. Y sin embargo, ambas clases de seres nunca renuncian a la creencia de que algún día alcanzarán sus fines, y por lo tanto siempre están listos para comenzar la lucha cada vez. Una y otra vez, cuando piensan que están en camino hacia el éxito, experimentan frustración y desilusión. De modo que cuando un iniciado moderno se encuentra con tales seres detrás de la Naturaleza o en los bajos instintos del hombre, ve cómo por un lado no se desalientan, sino que presionarán una y otra vez hacia su objetivo con renovada confianza en la victoria final y cómo por otro lado, se ven frustrados permanentemente. Este tipo de seres, puede decirse, que vive en un estado de ánimo que oscila entre el júbilo y el triunfo por un lado y por el otro la periódica decepción constantemente.
Le mostraré cómo se puede observar esto en casos particulares. Veamos, en primer lugar, cómo los seres luciféricos y ahrimánicos sufren la desilusión a través de lo que sucede con la parte física del ser humano. Uno puede formarse una muy buena impresión de las decepciones que aguardan a Lucifer y Ahriman a este respecto, cuando uno visita a uno de nuestros hospitales o asilos. La enfermedad, ya sea mental o corporal, significa desilusión para Lucifer o Ahriman. Estos seres están, como ven, librando una batalla para obtener la posesión de la naturaleza del hombre. Pero no los ayuda en absoluto, si dentro de la naturaleza del hombre uno de ellos gana una victoria sobre el otro. La situación es diferente si Ahriman gana una victoria sobre la Divinidad de la Luna; o de nuevo, si los seres de fuego-aire obtienen una victoria sobre Júpiter, Marte y Saturno. Tales victorias son, sin embargo, siempre incompletas. Solo pueden llegar a ser completas si se refuerzan con algún éxito que los seres luciféricos o ahrimánicos logren en su propio conflicto mutuo. Pero, de hecho, con mucho, la mayor cantidad de estos éxitos son solo aparentes; de ahí la desilusión que les sobreviene. Supongamos por un momento que los poderes ahrimánicos fueron victoriosos en el cuerpo físico de una persona, es decir, victoriosos sobre los poderes luciféricos que intentan impregnar al hombre en su totalidad de lo que debería por derecho,ser solo en la superficie, solo en los sentidos . El resultado sería que la persona sucumbiría a enfermedades que producen tumores o carcinomas, o bien a enfermedades del metabolismo, como la diabetes. Cada vez que una enfermedad de esta descripción se muestra en la naturaleza física de un hombre, significa que Ahriman ha ganado una victoria sobre Lucifer. Sin embargo, como resultado, esa naturaleza física se arruina temporalmente, por supuesto no sirve para Ahriman; él no puede sacar de él los instintos e impulsos del hombre para crear de ellos una raza propia.
De esta manera, hemos llegado a una imagen quizás paradójica pero correcta de la enfermedad. En muchos casos, la enfermedad es el único medio que les queda a los Poderes bienechores para rescatar al hombre de las garras de Ahriman.
Si, por otro lado, Lucifer obtiene una victoria en la naturaleza física de un hombre sobre los poderes Ahrimánicos, al cual le gustaría endurecer al hombre y arrastrarlo a su raza de seres de agua-tierra, si Lucifer obtiene una victoria sobre estos poderes, entonces la persona afectada sucumbe a enfermedades de naturaleza catarral, o a demencia. Una vez más, para Lucifer esta vez, la victoria resulta bastante dudosa.
Los poderes ahrimánicos y luciféricos, que trabajan incansablemente con todas sus fuerzas para el logro de sus fines, se ven obligados a alejarse tristes y decepcionados de los lechos de los enfermos de los hospitales y de los asilos psiquiátricos. Estos les muestran con toda claridad que, aunque continúen su lucha, nunca podrán salir victoriosos.
Y ahora, si son capaces de mirar con verdadera agudeza dentro de la naturaleza etérica del hombre, no solo en su aspecto físico, sino también en su naturaleza etérica, encontrarán allí también una ocasión para desilusionar a los poderes ahrimánicos y luciféricos. Porque cuando los poderes Luciféricos triunfan sobre los Ahrimánicos en el cuerpo etérico, entonces la persona se vuelve mentirosa, se convierte en un mentiroso habitual. En ese caso, obviamente no es moral; y por cosiguiente se desprende del mundo dentro del cual Lucifer quisiera asegurarlo. En lugar de convertirlo en un autómata moral, Lucifer lo ha convertido en un mentiroso. Y, por extraño que pueda parecer, el hecho de que la persona se vuelva adicta a la mentira es un arma en manos de los Poderes benefactores, para ayudar a rescatarlos de Lucifer. Porque cuando alguien se vuelve mentiroso, lo cual, puede mejorarse en el curso posterior del karma; mientras que si Lucifer realmente obtuviera la victoria que busca, la Tierra perdería ese alma humana, se elevaría en seguida sobre la Tierra. Si, por otro lado, Ahriman llegara a vencer, o estuviera a punto de hacerlo, en el cuerpo etérico, entonces la persona quedaría poseída por su propia astucia. Y como él está internamente poseído por esa astucia, la astucia debe permanecer dentro de él. Lo tiene aferrado; su cuerpo etérico está absolutamente cargado con ella. Y entonces no hay posibilidad de que Ahriman extraiga los instintos y los impulsos; quedan adheridos rápidamente al cuerpo etérico, porque la persona está poseída por su astucia. Aquí, por lo tanto, también habrá muchas oportunidades de que Lucifer y Ahriman experimenten una amarga frustración y desilusión, cuando la adicción a la mentira o, por otro lado, la obsesión como consecuencia de sus aparentes victorias.
Veamos ahora qué puede pasar con el cuerpo astral. Supongamos que los poderes ahrimánicos se acercasen a la victoria en el cuerpo astral. La persona en cuestión en este caso tenderá a convertirse en un egoísta sin límites. Pero eso significaría que él, como egoísta, se aferraría rápidamente a sus instintos, y Ahriman no tendrá ninguna posibilidad de arrebatárselos. Entonces, una vez más, el premio de Ahriman se le escapa. Supongamos, por otro lado, que Lucifer casi consigue una victoria. Entonces la persona es propensa a convertirse en un soñador en el cuerpo astral, volviéndose un soñador sin ego, que es como decir que "no está en su sano juicio". Tales cosas suceden; bien podría ser que las personas sucumban, aunque sea por un tiempo, a tal condición. Los poderes Luciféricos y Ahrimánicos están por lo tanto sujetos a la desilusión en la tierra en muchas direcciones.
¿Pero ven en cuán crítica situación se encuentra el hombre hoy? En tiempos antiguos era diferente. Miremos hacia atrás y veamos cómo eran las cosas para el hombre en el pasado. Los primeros grandes maestros de los Misterios eran mensajeros de Dios Padre. Ellos tenían discípulos, los Gurus; y luego estaban los Chelas que eran discípulos de segundo grado, porque eran discípulos de los Gurus. Sin embargo, los Gurus más elevados recibieron sus instrucciones directamente de los mensajeros de Dios Padre, y estos mensajeros de Dios Padre pudieron encontrar remedios para sanar al hombre. Las enfermedades son, como hemos visto, motivo de profunda decepción y frustración para Ahriman y Lucifer, tanto que dejan a estos seres bastante paralizados y desconcertados. Por causa de lo extraordinariamente inteligentes y morales que son los seres ahrimánicos y luciféricos, justo porque su conciencia es particularmente aguda y despierta, son más propensos a sufrir una opacidad de ella; y por eso los mensajeros de Dios Padre podían acercarse a la persona enferma sin que Lucifer y Ahriman los molestaran, y podían encontrar el remedio para la enfermedad. Les dije la última vez, recordarán, cómo una enfermedad debida a la influencia de Saturno se puede curar con un remedio tomado de la Luna, y así sucesivamente. Así es, entonces, cómo eran las cosas en el tiempo de los Antiguos Misterios. Los mensajeros de Dios Padre podían intervenir directamente y sacar al hombre de la confusión en la que se encuentra debido a la lucha que está sucediendo constantemente, como les he explicado, tras de la Naturaleza y en los bajos instintos del hombre.
Mis queridos amigos, la confusión que reina hoy dentro del hombre no es menor de lo que era en los tiempos antiguos. Que el hombre no lo sepa, no importa, la confusión está ahí, de todos modos. El hombre esta siendo constantemente desgarrado y sacudido, de un lado a otro, mientras los poderes detrás de la Naturaleza y de su bajos instintos luchan por apoderarse de él. Y cuando uno cruza el Umbral y mirando conscientemente el mundo espiritual, observa esta terrible batalla que está sucediendo, este complicado juego que se está jugando con el hombre como premio, entonces uno puede ahora buscar en vano a los mensajeros de Dios que en épocas anteriores se presentaría con el personal de Mercurio, por ejemplo, y con otros símbolos de esa naturaleza, listos para entregarlos en las manos de los Doctores de los Misterios, que luego podrían usarlos para traer la curación del hombre. En este tiempo presente, cuando cruzan el umbral, se encuentran solos en medio del terrible conflicto del que hemos hablado, entre seres de los planetas superiores que se han retrasado en su evolución, seres inmaduros de Marte, Júpiter y Saturno y seres de los planetas inferiores que se han quedado atrás, seres inmaduros de la Luna, Mercurio y Venus. Como dos campamentos armados, se sitúan uno frente al otro; por un lado, los seres de aire-fuego, - Saturno, Júpiter y los seres de Marte que han fracasado y caído de su verdadera evolución; y en el otro lado, frente a ellos, los seres de tierra-agua, - La Luna, Mercurio y Venus, seres que también han fracasado y se han quedado retrasados. Y allí, más allá del Umbral, la lucha continúa con tal furia que el Sol se vuelve ardiente y abrasador, y luego se oscurece mas y mas, hasta que por fin se muestra como un terrible disco negro. No era así para los iniciados de hace mucho tiempo. Veían a la derecha a través del disco negro; y desde la dirección del disco negro en sí venían hacia ellos los mensajeros de Dios, de Dios Padre, quienes también eran en aquellos tiempos los portadores del conocimiento de la curación. Pero para nosotros, cuando cruzamos el Umbral y vemos ante nosotros la terrible batalla y contemplamos cómo el Sol se vuelve rojo fuego y luego negro, - para nosotros, el Sol permanece negro, sigue siendo un disco negro. Y somos rechazados; debido a ello, si los hombres de los tiempos modernos vamos a encontrar nuestro camino en medio de todo este conflicto confuso y desconcertante, es en la Tierra donde debemos buscar ayuda.
Y luego, mis queridos amigos, somos guiados a volver nuestros ojos hacia Cristo. Cristo está delante nuestro, el Ser Espiritual que, a través del Misterio del Gólgota, se unió a la Tierra. Y Él nos dice: No te desanimes porque el Sol se haya vuelto negro; es negro porque yo, el Dios del Sol, ya no estoy en él; porque he descendido y me he unido a la tierra.
Y si, con devoción interna, y con reconocimiento rápido y sensible de todo lo que el conocimiento del Misterio del Gólgota puede traer, nos acercamos a Cristo, entonces el Sol no vuelve a ser brillante, sigue siendo el disco negro que era, pero el Sol comienza a hacernos oír lo que Cristo nos está diciendo. Y esta experiencia nos revela la relación de Cristo con el sol. Sí, el Sol, aunque sigue siendo un disco negro, se convierte en un ser que nos permite escuchar a Cristo, si estamos debidamente preparados y nos acercamos a él en el estado de ánimo y actitud correctos del alma.
Y es el Cristo el que proporciona ahora al hombre los medios de la reconciliación para que en el hombre también los poderes superiores se reconcilien con los poderes inferiores, los poderes que están por encima del disco negro del Sol y que se dan a conocer alrededor de nuestra Tierra como seres de aire-fuego y los poderes que se manifiestan como seres inferiores. Y podemos recibir orientación, nosotros los hombres, para la curación de enfermedades y para la verdadera comprensión de todos los otros males que constantemente están decepcionando a Lucifer y Ahriman. A través del poder de Cristo y a través del poder del Misterio del Gólgota, podemos hablar con estos seres, y lo que les decimos es lo suficientemente maravilloso. "Vosotros, criaturas de Lucifer y Ahriman", decimos, "la desilusión y la gran frustración con la que os encontráis, una y otra vez, se deben a los males que vosotros mismos causáis, males que inevitablemente surgirán en la Tierra como consecuencia de vuestras propias victorias parciales. Y eso debe continuar; porque no cesarán de enfermar y obsesionar a las personas, ni de convertirlas en mentirosas, auto-buscadoras y soñadoras sin ego. Y de esta forma no tenéis más remedio que continuar esta turbulenta alternación entre la alegría triunfante y el dolor de una aguda desilusión ".
Pero en cuanto al hombre, si puede encontrar la relación correcta con Cristo, entonces le será dado no desesperar, incluso frente a la desesperación de los seres más elevados que él mismo, seres sin embargo, cuya voluntad es ir por otro camino que el camino de los Dioses a quienes el hombre pertenece y con quienes debería permanecer fiel a lo largo del curso de la Tierra. En el centro de estos sublimes Dioses está el Ser Crístico, que hablaba a los iniciados de la antigüedad a través del disco solar y que también nos habla a nosotros, pero ahora desde la Tierra con la ayuda del sol.
Cuando hablamos de Cristo hoy, estamos hablando de Alguien que puede estar a nuestro lado aquí en la Tierra como nuestro Líder, guiándonos a salir del terrible conflicto que están librando los poderes Luciféricos y Ahrimánicos, entre sí y con los mundos de los dioses superiores e inferiores.
En mi próxima conferencia, les hablaré más sobre esto.
Traducido por J.Luelmo nov.2017

No hay comentarios:

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919