GA107-9 Berlín 16 de noviembre de 1908 los diez mandamientos

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RUDOLF STEINER
LOS DIEZ MANDAMIENTOS


 Berlín 16 de noviembre de 1908  
conferencia 9

Continuando con el estudio de las diversas enfermedades y la salud del hombre que hicimos hace una semana, en el transcurso de este invierno abordaremos con más detalle las cosas con las que están relacionadas. Por consiguiente, nuestros estudios culminarán en un reconocimiento generalmente más exacto de la naturaleza humana, de lo que anteriormente era posible a través de la antroposofía. Hoy, debido a que lo necesitaremos más adelante, tendremos que incluir una discusión sobre la naturaleza y el significado de los Diez Mandamientos de Moisés. Mas tarde, tendremos que decir algo sobre el profundo significado de conceptos tales, como el pecado original, la redención, etc., y veremos cómo estos conceptos adquieren un nuevo significado a la luz de nuestros últimos logros, incluidos los científicos. Con este fin, primero debemos examinar más de cerca la naturaleza fundamental de este notable documento, que, proyectándose partiendo de la prehistoria de los israelitas, nos aparece como una de las piedras más importantes en la construcción del templo que se erigió como una especie de antesala del cristianismo.

En un documento como los Diez Mandamientos se evidencia cada vez más cuán poco se corresponde este documento con la forma en que los hombres conocen la Biblia de hoy en día. Por los detalles dados en las dos últimas conferencias sobre "La Biblia y la Sabiduría", se habrán apercibido de lo equivocado que sería decir que simplemente estamos encontrando fallos en los detalles de la traducción y que no hay necesidad de ser tan exactos. Sería superficial tratar estas cosas de esa manera. Recuerden que señalamos cómo debería leerse la traducción correcta del cuarto versículo del segundo capítulo del Génesis: "Lo siguiente enumerará las generaciones, o lo que procede del cielo y la tierra", y que en Génesis se usa la misma palabra para "Los descendientes del cielo y de la tierra" como más adelante dice: "Este es el libro de las generaciones, o descendientes, de Adán". La misma palabra se usa en ambos casos. Es de gran importancia que en la descripción de la procedencia del hombre del cielo y la tierra, la misma palabra se usa más adelante, cuando se habla de los descendientes de Adán. Tales cosas no son meras sutilezas pedantes puestas para rectificar la traducción, sino que mas bien tocan el nervio no solo de la traducción sino también de la comprensión de este primer documento del hombre. Realmente hablamos de las fuentes vivientes de nuestra visión antroposófica del mundo cuando decimos que restaurar la Biblia para el hombre en una forma verdadera es una de las tareas más importantes de esta visión del mundo, de hecho, de la antroposofía misma. Sobre todo, aquí estamos interesados en lo que generalmente se dice con respecto a los Diez Mandamientos.

La gran mayoría de los hombres hoy, interpretan los Diez Mandamientos como si fueran ordenanzas legales, es decir, como las leyes de cualquier estado moderno. Generalmente se admite, que las leyes de los Diez Mandamientos son más extensas y generales y que tienen una validez independiente de su tiempo y lugar. Siendo, por lo tanto consideradas más universales, pero los hombres siguen considerándo que tienen el mismo efecto u objetivo que cualquier legislación moderna. Vistas así, sin embargo, no contienen el nervio vital real que vive en ellas. Esto se confirma por el hecho de que todas las traducciones actualmente disponibles han incorporado inconscientemente una explicación esencialmente superficial que no está en absoluto en el espíritu de su significado original. Cuando entremos en este espíritu, verán cómo la interpretación de ellos forma parte de los estudios que acabamos de comenzar, aunque puede parecer que al hablar de ellos estamos creando una desviación inapropiada.

A modo de introducción, hagamos al menos un intento aproximado de presentar los Diez Mandamientos en nuestra lengua, y luego trataremos de aproximarnos al tema más estrechamente. Hallaremos muchas cosas en esta traducción, si queremos llamarlo así, que tendrán que ser elaboradas, pero como pronto veremos, queremos sobre todo tocar el nervio vital, su sentido real, en los modismos de nuestra lengua. Si se traduce conforme el sentido del texto sin referirse al diccionario palabra por palabra, naturalmente, en una traducción de este tipo solo puede resultar lo peor, ya que lo que importa es el valor de la palabra y el alma que tenía todo en su propio tiempo: si se capta el sentido, entonces, estos Diez Mandamientos se ejecutarán de la siguiente manera.

Primer mandamiento. Soy lo divino y eterno que experimentas en ti mismo. Guié tu salida de la tierra de Egipto donde no podías seguirme dentro de ti. De ahora en adelante, no pondrás a otros dioses por encima de Mí. Ni reconocerás como dioses superiores a aquellos que te muestran una imagen cualquiera de las cosas que aparezcan arriba en los cielos, ni elaboradas en la tierra, ni entre el cielo y la tierra. Ni adorarás nada que esté por debajo de lo divino en ti mismo, porque yo soy lo eterno en ti que obra en tu cuerpo y por lo tanto afecta a las generaciones venideras. Soy de naturaleza divina deviniendo progresivamente. Si no me reconoces en ti como tu naturaleza divina, tampoco pasaré a tus hijos, nietos y bisnietos, y sus cuerpos se convertirán en desechos. Si Me reconoces en ti, viviré como tú hasta la milésima generación, y los cuerpos de tu pueblo prosperarán.
Segundo mandamiento. No hablarás falsamente de mí en ti, porque todo lo falso acerca del "yo" en ti corromperá tu cuerpo.
Tercer mandamiento. Deberás diferenciar el día de trabajo, del Sabbath o día de descanso, para que tu existencia devenga una imagen de Mi existencia. Porque lo que vive en ti como "yo" creó el mundo en seis días y guardó para sí mismo el séptimo día. Así, desempeñarás tus quehaceres y los de tu hijo y tu hija y los de tus siervos y los de tus bestias y los de cualquier que esté contigo, durante seis días volcándote hacia el exterior; en el séptimo día, sin embargo, tu mirada me buscará en ti.
Cuarto mandamiento. Continúa trabajando en la forma que lo han hecho tu Padre y tu madre, para que las posesiones que han ganado por las facultades que he desarrollado en ellos, permanezcan contigo como propiedad tuya.
Quinto mandamiento.No matarás
Sexto mandamiento.No cometerás adulterio
Séptimo Mandamiento.No robarás.
Octavo Mandamiento. No desacredites el valor de tu prójimo hablando en falso de él.
Noveno Mandamiento. No mires con deseo las posesiones que tiene tu prójimo.
Décimo Mandamiento. No mires con deseo a la esposa de tu prójimo, ni a sus siervos, ni a las otras criaturas por las cuales él prospera.

Ahora preguntémonos qué nos muestran realmente estos Diez Mandamientos y veremos que, no solo en la primera parte, sino también de una manera aparentemente oculta también en la última parte, nos muestran que al pueblo judío se le dijo que la fuerza que se había autoproclamado en la zarza ardiente ante Moisés, usando las palabras, "¡Yo soy el YO SOY!" - Ehjeh asher Ehjeh - como su nombre, iba a estar en adelante con el pueblo judío. Aquí se hace referencia al hecho de que los otros pueblos en la evolución de nuestra tierra no eran capaces de reconocer el "Yo soy", el terreno original real del cuarto elemento del ser del hombre, tan intensamente y tan fervorosamente como el pueblo judío. El Dios que derramó una gota de su ser en el hombre para que su cuarto miembro se convirtiera en el portador de esa gota, el portador del yo, este Dios se hizo conocido por su pueblo por primera vez a través de Moisés.

Por lo tanto, podemos interpretar los Diez Mandamientos de la siguiente manera. El Dios Jehová, de hecho había estado trabajando en la evolución de la humanidad hasta ese momento, pero el efecto del trabajo de los seres espirituales solo puede manifestarse después de que haya tenido lugar. Aunque había ya mucho que estaba obrando en los pueblos antiguos, fue a través de Moisés cuando surgió como concepto, como idea y como verdadera fuerza del alma. Fue esencial advertir claramente a su pueblo, cómo iba a afectar sus vidas el yo. Con este pueblo, Jehová debe ser visto como una especie de ser de transición que derrama la gota en la individualidad del hombre pero que a la vez es un Dios nacional. El judío individual aún sentía con una parte de sí mismo un lazo de unión con el yo de la encarnación de Abraham que fluía a través de toda la raza judía. Esto iba a cambiar solo con el advenimiento del cristianismo. Solo que, lo que iba a ocurrir en la tierra a través de Cristo fue dicho con antelación en el Antiguo Testamento, especialmente a través de lo que Moisés tuvo que decir a su pueblo.

Así, vemos cómo el pleno poder del reconocimiento del yo, lentamente impregna al pueblo judío en el relato del Antiguo Testamento. El pueblo judío debía ser plenamente consciente del efecto que tendría sobre el hombre, sentir el yo dentro de sí mismo, experimentar el Nombre de Dios, "¡Yo soy el YO SOY!" Y su efecto en lo más profundo de su alma íntima.

Estas cosas hoy son experimentadas abstractamente. Se habla del yo y de lo que está relacionado con él y solo se queda en palabras. Pero cuando por primera vez se le dio el yo al pueblo judío en la forma del antiguo Dios Jehová, se experimentó como una nueva fuerza que entró en el hombre y cambió por completo la estructura de sus cuerpos astral, etérico y físico. Hubo que advertir a su pueblo que las condiciones de sus vidas, tanto de salud y de enfermedad, eran diferentes antes de tener un yo del que ellos fueran conscientes, de lo que lo sería a partir de entonces. Es por eso que se hizo necesario decirles que ya no deberían mirar simplemente hacia el cielo o hacia la tierra cuando hablaban de los dioses, sino dentro de sus propias almas. Mirar en la propia alma con devoción a la verdad, proporciona una vida correcta, la propia salud. Esta conciencia está en la base de los Diez Mandamientos, mientras que un concepto erróneo de lo que se ha depositado en el alma humana como yo, produce el marchitarse en cuerpo y alma del hombre, lo destruye. Basta con ser objetivo para observar cómo estos Diez Mandamientos no pretenden ser meramente leyes externas, cómo se suele interpretar todo cuanto acabamos de discutir, es decir, algo que es de suma importancia para la salud y el bienestar de los cuerpos astral, etérico y físico. Pero, ¿Dónde, en estos días, pueden leerse libros correctamente y con precisión? Basta con pasar algunas páginas más para encontrar, en un comentario adicional de los Diez Mandamientos, lo que se le dice al pueblo judío acerca de su efecto sobre la persona en su conjunto. Allí se dice: "Quitaré toda enfermedad de en medio de ti; no habrá aborto ni esterilidad en tu tierra, y dejaré que el número de tus días se vuelvan plenos ".

Eso significa que cuando el yo se haya impregnado de la esencia de los Diez Mandamientos, uno de los resultados será que no se podrá morir en la flor de la vida, sino que, mediante un apropiado entendimiento del yo, pueda fluir a los tres cuerpos, el astral, etérico y físico algo, que hará que el número de sus días se vuelva pleno, que le permita vivir en buena salud hasta la vejez. Esto está claramente establecido. Pero es necesario penetrar profundamente en estas cosas, y los teólogos modernos no pueden, por supuesto, hacer esto tan fácilmente. Un librito popular, de lo más irritante, especialmente porque se puede obtener por unos pocos centavos, incluye en sus comentarios sobre los Diez Mandamientos la frase: "Uno puede ver fácilmente que en los Diez Mandamientos se han sentado las leyes básicas para la humanidad. Una mitad son los Mandamientos que tienen que ver con Dios y la otra mitad los Mandamientos con respecto a la gente. "No queriendo alejarse demasiado de la estipulado, el autor agrega que el cuarto Mandamiento debería ser incluido en la primera mitad, que concierne a Dios. Cómo se las arregla para atribuir cuatro a una mitad, y seis a la otra mitad es solo un pequeño ejemplo de cómo la gente realiza su trabajo en estos días. Todo lo demás en este libro es proporcional a la ecuación interesante: cuatro es igual a seis.

Estamos tratando aquí con la explicación dada al pueblo judío de cómo el yo debe estar adecuadamente presente en los tres cuerpos del hombre. Es importante, sobre todo, que se diga, y esto lo hallamos con en el primer Mandamiento: cuando tes vuelven conscientes de este yo como una chispa de lo divino, entonces deben sentir que dentro de su yo hay una chispa, un emisión de la divinidad más elevada, más excelsa que está implicada con la creación de la tierra!

Recordemos lo que hemos podido decir sobre la historia de la evolución del hombre. Su cuerpo físico fue desarrollado en el antiguo Saturno; en aquél entonces los dioses trabajaban sobre eso. Despues se le añadió el cuerpo etérico en el antiguo Sol. Cómo se desarrollaron ambos cuerpos fue obra nuevamente de seres divino espirituales. Mas tarde, en la antigua Luna, se incorporó el cuerpo astral, todo obra tambien de los seres divino espirituales. Lo que hizo al hombre tal como lo conocemos ahora, fue la incorporación en la tierra de su yo. En esto tomó parte la más elevada divinidad. Hasta que el hombre, no llegó a ser plenamente consciente de este cuarto miembro de su ser, no logró tener la noción de la elevada divinidad que había ayudado a crearlo y que vive dentro de él. El hombre debe decirse a sí mismo: "Los seres divinos han trabajado sobre mi cuerpo físico, pero eran menos excelsos que la Divinidad que ahora me ha otorgado mi yo". Lo mismo cabe decir en cuanto a los cuerpos etérico y astral. Por lo tanto, el pueblo judío, a quien el yo le fue profetizado por primera vez, tuvo que ser advertido: "Háganse conscientes de que todos ustedes son pueblos que adoran a dioses que, en su actual etapa de desarrollo, pueden ser efectivos en sus cuerpos astral, etérico y físico, pero no pueden obrar en el yo. Este Dios que trabaja en el yo, de hecho, siempre estuvo allí. Ha revelado su presencia a través de su obra y de toda la creación, pero su nombre os es revelado ahora ".

Mediante la aceptación de los otros dioses, el hombre no es un ser libre, sino un ser que adora a los dioses de los miembros inferiores de su ser. Sin embargo, cuando reconoce conscientemente al dios, una parte del cual lleva dentro de su yo, entonces él es un ser libre, situandose ante sus semejantes como un ser libre. Hoy, el hombre no tiene la misma relación con sus cuerpos astral, etérico y físico que con su yo. Él está dentro de su yo. Está inmediatamente conectado con él. Solo experimentará su cuerpo astral de esa manera cuando lo haya transformado en manas o espíritu de vida, y cuando haya transformado su cuerpo etérico en buddhi o yo espiritual, cuando por medio de su yo lo haya convertido en un ser divino.  Aunque el yo fue el último en surgir, sigue siendo ahí dentro donde vive el hombre. Cuando alcanza la plena conciencia de su yoidad, se hace consciente de esa parte de su ser que se enfrenta directamente con lo divino, mientras que las formas que poseen sus cuerpos astral, etérico y físico actualmente, fueron creadas por dioses que vinieron antes.

Las naciones que rodeaban a los israelitas adoraban a aquellas divinidades que trabajaban sobre los miembros inferiores del ser humano. Cuando hacian una imagen de esas divinidades inferiores, tenía la forma de algo que estaba en la tierra, en el cielo o entre el cielo y la tierra, porque todo lo que el hombre tiene dentro de sí, tambien se encuentra en todo el resto de la naturaleza. Si él hace imágenes sacadas del reino mineral, solo pueden representar para él a los dioses que trabajaron en el cuerpo físico. Si él hace imágenes sacadas del reino vegetal, ellas pueden representar solo las divinidades que trabajaron en su cuerpo etérico porque el hombre tiene su cuerpo etérico en común con el mundo vegetal. Las imágenes del mundo animal pueden simbolizar para él solo aquellas divinidades que trabajaron en su cuerpo astral. Pero el hombre es elevado a la cúspide de la creación de la tierra, por medio de lo que percibe en su yo. Ninguna imagen externa puede expresar ese yo. Es por eso que tuvo que ser clara y fuertemente recalcado a la nación judía, "Ustedes llevan dentro, lo que fluye hacia ustedes, ahora desde el más elevado de los Dioses. No puede ser simbolizado con una imagen del reino mineral, vegetal o animal, dado que es una entidad tan sublime; todos los dioses que son adorados por medio de imágenes, son dioses de menor rango que el Dios que vive en su yo. Si adoran a este Dios en ustedes, los demás deben retirarse; pues tienen la fuerza verdadera y saludable de su yo dentro de ustedes ". Así pues, lo que se nos dice desde el principio, en el primero de los Diez Mandamientos, está relacionado con los misterios más profundos del desarrollo del hombre:" Yo soy el eterno divino a quien experimentáis en vosotros mismos. El poder que deposite en vuestro yo se convirtió en el impulso, la fuerza que os permitió huir de la tierra de Egipto donde no podías seguirme en vuestro interior ".

Moisés, siguiendo las instrucciones de Jehová, sacó a su pueblo de Egipto. Para que esto quede muy claro para nosotros, se indica especialmente que Jehová quería hacer de su pueblo una nación de sacerdotes. Los pueblos de las otras naciones tenían entre ellos sabios sacerdotes libres que estaban separados de ellos. Eran los sacerdotes libres quienes conocían el gran misterio del yo y que también conocían al dios del yo del cual no había imagen. Así pues, había en aquellas tierras los pocos sabios sacerdotes conscientes del yo por un lado y por otro, las grandes masas no libres que solo podían escuchar lo que ellos, bajo la autoridad más estricta, dejaban fluir hacia ellos desde los misterios. No era los simples individuos quienes tenían esta relación directa, sino que mediaban entre ellos los sabios sacerdotes. Por lo tanto, la salud y la prosperidad de la gente dependía de estos sabios sacerdotes; su salud y prosperidad dependían de cómo organizaban las cosas y establecían instituciones.

Tendría que decir mucho más para mostrarles el profundo significado del templo egipcio del sueño * y cómo afectaba la salud de la gente, si tuviera que describir lo que emanaba de ese culto: el culto a Apis, por ejemplo, en forma de medicinas populares para su bienestar general. La dirección y guía del pueblo dependía de los iniciados en estos centros de culto para proporcionar los elixires de salud. Pero ahora eso iba a cambiar. Los judíos habrían de convertirse en una nación de sacerdotes. Todo el mundo debería sentir una chispa del Dios Jehová dentro de sí mismo, debería tener una relación directa con él. Ya no era el sacerdote el único mediador. Es por eso que la gente tenía que ser instruida. Tenían que ser conscientes de que las falsas imágenes, para representar al dios más elevado también son destructivas para la salud.

Ahora abordaremos algo que no es fácil de admitir para la conciencia del hombre actual. Se están cometiendo terribles errores a este respecto. Solo aquellos que pueden penetrar en la ciencia espiritual conocen las formas sutiles en que se desarrollan la salud y la enfermedad. Si deambulando por las calles de una gran ciudad te llevas a tu alma las cosas feas que se exhiben en ventanas y carteles, éstas, tiene un efecto devastador. La medicina materialista no tiene idea de hasta qué punto las semillas de la enfermedad se encuentran en este tipo de atrocidades. Buscan las causas de las enfermedades en bacilos y no se dan cuenta de en qué forma tan indirecta, se da origen a la enfermedad en el alma. Solo las personas familiarizadas con la ciencia espiritual sabrán lo que significa tomar varias imágenes en sí mismo.

Sobre todo, el primer Mandamiento dice que en lo sucesivo el hombre debe ser capaz de imaginar que más allá de todo lo que se puede expresar espiritualmente por medio de una imagen, puede haber un impulso que no puede convertirse en una imagen; esto conecta el yo con lo suprasensible.


"Siente este Yo con fuerza dentro de ti mismo, siéntelo de tal manera que a través de este yo se teja y fluya una esencia divina que es más excelsa que cualquier cosa que puedas plasmar a través de una imagen. Porque entonces, tendrás en tal sentimiento una fuerza saludable que hará que tu cuerpo físico, tu cuerpo etérico y tu cuerpo astral estén sanos ".

Un fuerte impulso del yo que crea buena salud le fue dado a la nación judía. Si este yo hubiera sido reconocido apropiadamente, los cuerpos astral, etérico y físico habrían estado bien formados y habrían producido una poderosa fuerza de vida en cada individuo, y estos, a su vez, impregnarían a toda la población.

Puesto que se consideraba que un pueblo tendría mil generaciones, el Dios Jehová pronunció la palabra diciendo: "A través de una asimilación apropiada del yo, el hombre se convertirá por si mismo en una fuente de salud radiante, para que toda la nación se convierta en un pueblo sano". hasta la milésima generación '. "Sin embargo, si el yo no es reconocido y tratado de manera correcta, el cuerpo se marchitará, se volverá débil y enfermizo. Si el padre no sitúa el yo dentro del alma en su justa manera, su cuerpo se vuelve débil y enfermizo, el yo se retira lentamente, el hijo se vuelve más enfermo, el nieto más enfermizo y finalmente no hay nada más que un caparazón del cual el Dios Jehová se ha retirado. Aquello que no permite que el yo prospere, hace que el cuerpo se marchite gradualmente hasta su cuarto miembro.

Así podemos ver que, lo que queda establecido ante el pueblo de Moisés en el primero de los Mandamientos, es el correcto funcionamiento del yo.


"Soy lo divino y eterno que experimentas en ti mismo. Guié tu salida de la tierra de Egipto donde no podías seguirme dentro de ti. De ahora en adelante, no pondrás a otros dioses por encima de Mí. Ni reconocerás como dioses superiores a aquellos que te muestran una imagen cualquiera de las cosas que aparezcan arriba en los cielos, ni elaboradas en la tierra, ni entre el cielo y la tierra. Ni adorarás nada que esté por debajo de lo divino en ti mismo, porque yo soy lo eterno en ti que obra en tu cuerpo y por lo tanto afecta a las generaciones venideras. Soy de naturaleza divina deviniendo progresivamente. Si no me reconoces en ti como tu naturaleza divina, tampoco pasaré a tus hijos, nietos y bisnietos, y sus cuerpos se convertirán en desechos. Si Me reconoces en ti, viviré como tú hasta la milésima generación, y los cuerpos de tu pueblo prosperarán."

Vemos que lo que se quiere significar no es una mera abstracción, sino algo vivo y vital que va obrando en la propia salud de las personas. Siguiendo el rastro del carácter externo de la salud nos lleva a lo espiritual, donde está su origen y que paulatinamente se da a conocer a la gente,. Esto se expresa particularmente en el segundo Mandamiento que dice: "No crearás ninguna idea falsa de mi nombre, de lo que vive en ti como yo, porque una verdadera idea te hace sano y fuerte, por la cual prosperarás, mientras que una falsa idea ¡hará que tu cuerpo se desperdicie! "Así fue inculcado en cada miembro de la nación mosaica que cada vez que pronunciase el nombre de Dios debería dejarlo como una advertencia para sí mismo:" Reconoceré el nombre de lo que ha entrado en mí, como viviendo en mí, el cual fomenta en mi la buena salud ".


"No hablarás falsamente de mí en ti, porque todo lo falso acerca del "yo" en ti corromperá tu cuerpo."

Luego, en el tercer Mandamiento está la referencia fuerte y específica de cómo el hombre, cuando es un yo trabajador y creador, es un verdadero microcosmos, tal como el Dios Jehová creó durante seis días y descansó el séptimo y el hombre en su creación debe seguirlo. En el tercer Mandamiento se indica expresamente: "Tú, hombre, por cuanto eres un verdadero yo, también serás una imagen de tu excelso Dios y tus acciones efectualas como lo harías tu Dios". Es una advertencia para volvernos más y más como el Dios que se reveló a Moisés en la zarza ardiente.


"Deberás diferenciar el día de trabajo, del Sabbath o día de descanso, para que tu existencia devenga una imagen de Mi existencia. Porque lo que vive en ti como "yo" creó el mundo en seis días y guardó para sí mismo el séptimo día. Así, desempeñarás tus quehaceres y los de tu hijo y tu hija y los de tus siervos y los de tus bestias y los de cualquier que esté contigo, durante seis días volcándote hacia el exterior; en el séptimo día, sin embargo, tu mirada me buscará en ti."

Ahora los Diez Mandamientos se vuelven cada vez más detallados. Pero en el trasfondo siempre está el pensamiento de que Jehová está actuando como fuerza evolutiva. En el cuarto Mandamiento, el hombre es conducido de lo suprasensible al mundo sensible exterior. Algo importante que debe ser entendido, se menciona en el cuarto Mandamiento. Cuando el hombre emerge como ser consciente de su yo, requiere de ciertos medios externos para fomentar su existencia. Desarrolla lo que llamamos la propiedad personal y las posesiones. Si tuviéramos que retroceder al antiguo Egipto, allí todavía no encontraríamos esta propiedad individual entre las masas. Encontraríamos que aquellos que ejercían la autoridad sobre la propiedad también eran los sacerdotes iniciados. Pero ahora, a medida que se desarrolla cada yo individual, se hace necesario que el hombre se aferre a lo que está fuera y a su alrededor que proporcione un entorno apropiado para sí mismo. Por esa razón, en el cuarto Mandamiento se afirma que el que permite que su yo individual trabaje en sí mismo adquiere posesiones, que estas posesiones permanecen ligadas al poder del yo que vive en la nación judía de padre a hijo y nieto y que la propiedad del padre no tendría la seguridad del fuerte poder del yo si el hijo no continuara el trabajo de su padre con la fortaleza recibida de su padre. Por lo tanto, se dice: "Deja que el yo se vuelva tan fuerte en ti que continúe y que el hijo puede heredar, junto con la propiedad de su padre, los medios con los que integrarse en el entorno externo". Así es como el el espíritu de la conservación de la propiedad fue inculcado en el pueblo de Moisés, poniendo especial enfasis en todas las siguientes leyes, de que los poderes ocultos están detrás de todo lo que sucede en el mundo. Mientras que el derecho a la herencia se recibe hoy de forma externa y abstracta, aquellos que han entendido el cuarto Mandamiento se han hecho conscientes de que las fuerzas espirituales se extienden a través de las propiedades de generación en generación, viven de una generación a otra, aumentando el poder del yo y que esa fuerza del yo individual deriva de ese modo algo que le es aportado por la fuerza del yo del padre.

El cuarto Mandamiento generalmente suele traducirse de la manera más grotesca posible, pero su verdadero significado es el siguiente. "La poderosa fuerza del yo se desarrollará en ti prosiguiendo más allá de ti y esto se transmitirá a tu hijo para que lo que viva en él a través de la propiedad de sus antepasados se acumule a  la fuerza de su yo.


"Continúa trabajando en la forma que lo han hecho tu Padre y tu madre, para que las posesiones que han ganado por las facultades que he desarrollado en ellos, permanezcan contigo como propiedad tuya."
Además, en la base de todas las otras leyes subyace, que el poder del yo del hombre se intensifica mediante la aplicación adecuada del impulso del yo, pero que se destruye por su uso indebido.

El quinto mandamiento dice algo que solo debe ser entendido en su sentido correcto por medio de la ciencia espiritual. Todo lo relacionado con matar, con quitarle la vida a otra persona, debilita la autoconciencia del poder del yo en el hombre. Se pueden aumentar de ese modo los poderes de la magia negra en el hombre, pero son solo las fuerzas astrales las que se acrecientan mientras que el poder del yo es pasado por alto. A través de cada asesinato, lo que es divino en el hombre es aniquilado. Por lo tanto, esta ley alude no solo a algo abstracto, sino también a algo por medio del cual el poder oculto fluye al impulso del yo del hombre cuando fomenta la vida, haciéndola florecer cuando no destruye la vida. Esto es presentado como un ideal para el fortalecimiento del poder del yo individual.

Lo mismo se da en los Mandamientos sexto y séptimo, con un poco menos de énfasis, con respecto a otros aspectos de la vida. A través del matrimonio, se crea un centro para el fortalecimiento del yo. Quien destruye el matrimonio debilita la fuerza que debería fluir en su yo. Del mismo modo, aquél que quita algo del yo de otro, buscando de ese modo aumentar sus propias posesiones mediante el robo, etc., debilita su propio poder del yo. Aquí, también, el pensamiento guía es que el yo no debe debilitarse.

En los últimos tres Mandamientos incluso se indica, cómo el hombre debilita su yo cuando dirige erroneamente sus deseos. La vida del deseo es de gran significación para el poder del yo. El amor aumenta su poder; la envidia y el odio en cambio, hacen que se marchite. Si un hombre odia a su prójimo, si menosprecia su valor hablando falsamente de él, debilita de ese modo el poder de su yo; disminuyendo así todo cuanto le rodea en términos de salud y vitalidad. Lo mismo ocurre cuando envidia las posesiones de otro. El deseo de los bienes de otra persona debilita el poder de su yo. En cuanto al décimo mandamiento sucede lo mismo, si un hombre mira con envidia la manera en que los demas tratan de aumentar su fortuna, en vez de esforzarse por guardarles afecto, de modo que mediante ese afecto pueda expandir su alma y permitir que la fuerza de su yo florezca. Solo cuando hayamos comprendido el poder especial del Dios Jehová y tengamos muy presente la forma en que se reveló a Moisés, comprenderemos la naturaleza especial de la conciencia que debe fluir hacia el pueblo. Detrás de todo subyace el hecho de que no son leyes abstractas sino sanadoras y en el sentido más amplio, se dan preceptos curativos para el cuerpo, el alma y el espíritu. Quien mantiene estos Mandamientos no de manera abstracta, sino viviente, afecta el bienestar general y el progreso completo de la vida. No fue posible en aquél tiempo presentarlo sin incluir regulaciones sobre cómo debían seguirse los Mandamientos. Como las otras naciones vivían de una manera completamente diferente de la del pueblo judío, no requerían leyes con un significado tan especial.

Cuando hoy nuestros eruditos toman los Diez Mandamientos, los traducen por medio del diccionario y los comparan con otras leyes, como por ejemplo la ley de Hammurabi, ello significa que no comprenden el impulso que está detrás de los Mandamientos. Lo importante no es el "No robar" o el "Santificar esta o aquella fiesta". Lo que importa es el espíritu que fluye a través de estos Diez Mandamientos y la forma en que este espíritu está conectado con el espíritu de esta nación a partir de la cual se creó el cristianismo. Por lo tanto, si uno quiere comprender los Diez Mandamientos, uno debería sentir y experimentar junto a cada individuo de esta nación, lo que él sintió al alcanzar su independencia. Hoy día sería difícil sentir tan concretamente lo que la gente de esa nación pudo experimentar. Es por eso que actualmente el diccionario se está utilizando en la traducción de todo, excepto de lo que invoca el espíritu. Siempre se puede leer, por supuesto, que el pueblo de Moisés procede de una raza beduina, y que, en consecuencia, no se les podía dar las mismas leyes que a un pueblo dedicado a la agricultura. Es por eso, concluyen los estudiosos, que los Diez Mandamientos tuvieron que darse más tarde y que fueron precedidos. Si los Diez Mandamientos fueran lo que estos señores concluyen que fueron, estarían en lo cierto, pero es probable que no los entiendan. Ciertamente, los judíos eran una especie de pueblo beduino, pero se les dieron estos mandamientos para que se volvieran capaces con la fuerza de su yo de avanzar hacia una nueva era. Esta es la mejor prueba de que las naciones se han construido partir del espíritu. Difícilmente hay un prejuicio más fuerte que el expresado al decir que durante el tiempo de Moisés el pueblo judío todavía era un pueblo beduino errante, pero si esto es así ¿Qué sentido habría tenido darles los Diez Mandamientos? Tenía sentido darle al pueblo judío estas leyes para que el impulso del yo pudiera quedar imprimido en ellos con la mayor fuerza. Recibieron los diez mandamientos, porque por medio de ellos, su vida externa debía tomar una forma completamente nueva, porque se estaba creando una vida completamente nueva, originada en el espíritu.

Los Diez Mandamientos han seguido teniendo este efecto y aquellos que los entendieron en los primeros tiempos del cristianismo hablaban de las Leyes de Moisés de esta manera. Por lo tanto, llegaron a conocer que a través del Misterio del Gólgota, el impulso del yo se convirtió en algo diferente de lo que fue en el tiempo de Moisés. Se dijeron a sí mismos que el impulso del yo se había infundido con los Diez Mandamientos, y que la gente se fortalecía siguiendo los Diez Mandamientos. Ahora hay algo más. Ahora la forma está ahí, en los fundamentos del Misterio del Gólgota. Ahora el yo puede contemplar lo que subyace escondido a través de las edades. Puede ver la grandeza que es capaz de alcanzar, eso lo hace poderoso y fuerte a través del ejemplo de Aquel que sufrió en el Gólgota, que es el más grande arquetipo del desarrollo del hombre en el futuro. De esta manera, Cristo tomó el lugar, para aquellos que realmente entendieron el cristianismo, de los impulsos que sirvieron como preparación en el Antiguo Testamento.
Vemos pues que hay, de hecho, una interpretación más profunda de los Diez Mandamientos.

(*)Los templos del sueño eran en cierto modo hospitales , que curaban una variedad de dolencias, tal vez muchas de ellas de naturaleza psicológica. El tratamiento consistía en cantar , ubicar al paciente en un estado de trance o estado hipnótico y analizar sus sueños para determinar el tratamiento. La meditación , el ayuno , los baños y los sacrificios a la deidad patrona u otros espíritus a menudo también estaban involucrados.

Los templos del sueño también existían en Oriente Medio y en la Antigua Grecia . En Grecia, se construyeron en honor de Asclepios , el dios griego de la medicina y se llamaron Asclepieions.

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919