GA107-8 10 de noviembre de 1908 -tipos de enfermedades

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RUDOLF STEINER
TIPOS DE ENFERMEDADES

  10 de noviembre de 1908
 Conferencia 8

Esta es también una especie de introducción a las conferencias que se celebrarán en este ciclo. En el curso de estas conferencias habrá un cierto hilo conductor, y todo el material preparatorio será eventualmente dirigido hacia una culminación definitiva, con la cual el ciclo concluirá. La conferencia de la semana pasada fue un breve comienzo, y la de hoy será una especie de continuación. Pero no continuará como una especie de coleccionable, donde se sigue una a la otra por orden numérico. Habrá un hilo conductor, aunque el tema será diferente, y la conexión consistirá en el hecho de que toda la serie culminará en las conferencias finales. Así pues, teniendo presentes estas conferencias finales, comenzaremos hoy perfilando la naturaleza de las enfermedades, y el próximo lunes hablaremos sobre el origen, la importancia histórica y el significado de los "Diez Mandamientos". Los cuales bien podrían parecer que no tienen nada en común; sin embargo, eventualmente verán que todo tiene una conexión interna, y que estas conferencias no deben tomarse como inconexas unas de las otras, como suele ser el caso con las que se ofrecen a un público mas general, menos específico.
Nos gustaría hablar hoy sobre la naturaleza de la enfermedad desde el punto de vista de la ciencia espiritual. Por lo general, las personas no están preocupadas por la enfermedad, o al menos, por uno u otro tipo de enfermedad mientras a ellos mismos no les afecte, e incluso entonces su interés no va mucho más allá de hallar una cura. Es decir, solo están preocupados por su recuperación. El cómo se realice esta cura a veces es una cuestión que les es totalmente indiferente, prefiriendo no tener ninguna responsabilidad adicional sobre el "cómo". La mayoría de nuestros contemporáneos se contentan con la idea de que las personas que llevan a cabo esa labor, han sido designadas por las autoridades para hacerlo. En nuestro tiempo existe en este ámbito, una creencia en la autoridad sanitaria mucho más exacerbada que la que nunca ha existido en el ámbito religioso. El pontificado de la medicina, independientemente de sus diversas formas, se hace sentir con gran intensidad y en el futuro lo hará aún en mayor grado. La gente corriente no tiene ninguna culpa por el hecho de que esto pueda y tenga que ser así. Porque no piensan en estos asuntos ni se preocupan lo más mínimo por ellos, a menos que les afecte personalmente y sufran un caso agudo que requiera tratamiento. Tanto es así que una gran parte de la población observa con calma mientras los que mueven los hilos de la medicina, asumen dimensiones cada vez mayores y se insinúan en las cosas de muchas maneras, como la manera en que ahora se expresa e interfiere de manera tan horrible en el ámbito escolar imponiéndoles su derecho a unas determinadas terapias sanitarias. A la gente no le importa el profundo significado que hay realmente detrás de todo esto. Se quedan mirando mientras se instituye una u otra ley. La gente no quiere tener ninguna idea sobre estos asuntos. Por otro lado, siempre habrá gente que se vea personalmente afectada y no quiera conformarse con la medicina materialista ordinaria, con cuyos fundamentos no comparte, salvo únicamente el hecho de si puedan curar o no, y luego la aplicarán a la gente que trabajan en el ocultismo y de nuevo solo les importa si pueden curarse o no. Pero no les importa si la vida pública en conjunto, que con sus métodos y su forma de entender las cosas, socava por completo un método más profundo que surge del espíritu. ¿A quién le importa si se impide que se efectúen curas al público con métodos basados en el ocultismo, o si el que aplica dichos métodos es encarcelado? Estas cosas no se toman lo suficientemente en serio, excepto cuando las personas se ven afectadas personalmente.
Sin embargo, la tarea de un movimiento realmente espiritual es precisamente, la de despertar la conciencia del hecho de que tiene que haber algo más que un deseo egoísta de recuperación; de hecho, tiene que haber conocimiento de los fundamentos más profundos en estos asuntos, y este conocimiento debe darse a conocer.
En nuestra era materialista, a cualquiera que pueda mirar en profundidad estos asuntos, le parece demasiado obvio por qué la enseñanza de las enfermedades en particular está bajo la fuerte influencia del pensamiento materialista. Sin embargo, si seguimos este o aquel eslogan, o damos crédito especial a este o aquel método, simplemente criticando lo que se adorna con teorías materialistas, a pesar de que surja de una base científica y sea útil en muchos aspectos, cometeremos el mismo error que si fuéramos al otro extremo y pusiéramos todo bajo el encabezado de las curas psicológicas y cosas por el estilo, caeríamos víctimas de esta manera de todo tipo de unilateralidad. La humanidad actual debe, sobre todo, darse cuenta cada vez más de que el hombre es un ser complejo y que todo lo que tiene que ver con el hombre está conectado con esta complejidad de su ser. Si existe un tipo de ciencia que sostiene la opinión de que el hombre consiste simplemente en un cuerpo físico, posiblemente no pueda actuar de manera beneficiosa con el ser humano sano o enfermo. Porque la salud y la enfermedad, tienen una relación con el hombre en su conjunto y no con una sola parte de él, es decir, solo el cuerpo físico.
Tampoco debe tomarse el asunto superficialmente. Se pueden encontrar muchos médicos hoy en día, miembros debidamente reconocidos de la profesión médica, que nunca admitirían ser materialistas convencidos; profesan una u otra fe religiosa, y negarían incondicionalmente la acusación de materialistas. Pero este no es el punto. La vida no depende de lo que un hombre diga o crea. Esa es su preocupación personal. Para ser efectivo, es necesario saber cómo aplicar y hacer un uso valioso en la vida de aquellos hechos que no están limitados al mundo de los sentidos sino que tienen una existencia en el mundo espiritual. De modo que, por piadoso que sea un médico y por mas ideas
que tenga sobre este u otro mundo espiritual, si de todos modos trabaja según las reglas que surgen íntegramente de nuestra concepción materialista del mundo, es decir, trata a las personas como si solo tuvieran un cuerpo, entonces, por mas mentalidad espiritual que él crea poseer, es, sin embargo, un materialista. Porque no depende de lo que una persona diga o crea, sino de su capacidad para poner en movimiento las fuerzas que están detrás del mundo externo de los sentidos. Tampoco para la antroposofía basta con difundir el conocimiento de la naturaleza cuádruple del hombre e ir repitiéndole a todos que el hombre consiste en un cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral y yo, aunque las personas puedan definirlos y describirlos de cierta manera. Lo esencial no es solo saber esto, sino comprender cada vez más claramente la interacción viva de estos miembros del ser humano y la parte que el cuerpo físico, el cuerpo etérico, el cuerpo astral y el yo, juegan en el ser humano sano y enfermo y lo que implica su interrelación. A menos que les convenga saber lo que la ciencia espiritual pueda decirles sobre la naturaleza del cuarto miembro del ser humano, el yo, entonces, por mas que estudien anatomía y fisiología, no sabrían nada sobre la naturaleza de la sangre. Eso sería completamente imposible. Y nunca podrán decir nada de valor sobre las enfermedades relacionadas con la naturaleza de la sangre. Porque la sangre es la expresión de la naturaleza del yo del hombre. Y si las palabras de Goethe en el Fausto: "La sangre es un fluido muy especial" [ver la conferencia: El significado oculto de la sangre, ] aún se citan hoy, de hecho dicen mucho. La ciencia actual no tiene ni idea del hecho de que los científicos deben tratar la sangre, incluso la física, de una manera completamente diferente a cómo trata cualquier otro órgano del cuerpo físico del hombre, porque estos otros órganos son la expresión de cosas completamente diferentes. Si las glándulas son la expresión, la contra-parte física, del cuerpo etérico, entonces incluso físicamente, tenemos que buscar algo bastante diferente en la composición de una glándula, ya sea del hígado o del bazo, que lo que debemos buscar en la sangre que es la expresión de un miembro mucho más elevado del ser del hombre, a saber, el yo. Y los métodos científicos deben guiarse por esto si quieren mostrarnos cómo trabajar con estas cosas. Ahora quiero decir algo que realmente solo será entendido por antropósofos avanzados, sin embargo, es importante que se diga.
Un estudioso de mentalidad materialista de hoy en día, da por supuesto que cuando se da un pinchazo en el cuerpo, la sangre fluirá, sangre que se puede examinar de todas las maneras conocidas. Y describirse según el método de investigación de su composición química exactamente de la misma manera que con cualquier otra sustancia, como por ejemplo un ácido. Sin embargo, no se tiene en cuenta una cosa, aunque huelga decirlo, no solo es algo que la ciencia materialista se ve obligada a ignorar, sino que seguramente se considerará un puro disparate o locura, y sin embargo es cierto: la sangre que fluye en las arterias y que sostiene el cuerpo con vida, no es la que fluye cuando doy un pinchazo y saco una gota. Porque en el momento en que la sangre sale del cuerpo cambia, hasta el punto que tenemos que admitir que es algo bastante diferente; y lo que brota como sangre coagulada, por fresca que sea, no es prueba de la esencia viviente dentro del organismo. La sangre es la expresión del yo, la parte constitutiva del ser humano que está en el mas alto nivel. Incluso como sustancia física, la sangre es algo que no se puede examinar físicamente en su totalidad en absoluto, porque cuando se la puede ver, ya no es la sangre que era cuando fluía en el cuerpo. No se puede mirar físicamente, porque desde el momento que se expone a la vista y puede examinarse mediante algún método similar a los rayos X, ya no se examina la sangre sino que se trata de la imagen externa de la sangre en el plano físico. Estas cosas solo se entenderán gradualmente. Siempre ha habido científicos en el mundo que trabajan fuera del ocultismo que han dicho esto, pero se les ha llamado cosas tales como locos o filósofos.
Todo lo que tiene que ver con la salud o la enfermedad del hombre está realmente ligado a la naturaleza múltiple del hombre, con la complicidad de todo su ser; por lo tanto, solo a través del conocimiento del hombre que surge de la ciencia espiritual podemos llegar a un concepto del hombre en la salud y en la enfermedad. Hay ciertas dolencias en el organismo del hombre que solo pueden entenderse cuando nos damos cuenta de su conexión con la naturaleza del yo, y estas dolencias también aparecen de una manera, aunque limitada, en la expresión del yo, la sangre. Además, hay ciertas dolencias en el organismo del hombre que apuntan a una enfermedad del cuerpo astral y que, por lo tanto, afectan la expresión externa del cuerpo astral, osea el sistema nervioso. Ahora, mientras menciono este segundo caso, tendré que pedirles que sean un poco conscientes de la sutileza del pensamiento que es necesario tener aquí. Cuando el cuerpo astral del hombre tiene una irregularidad, esta se expresa en el sistema nervioso que es la imagen externa del cuerpo astral, lo primero que notamos físicamente es una cierta discapacidad en el funcionamiento del sistema nervioso. Cuando el sistema nervioso no puede hacer su trabajo en un área determinada, da como resultado la aparición de todo tipo de síntomas que afectan al estómago, la cabeza o el corazón. Sin embargo, una enfermedad que muestra síntomas en el estómago no indica necesariamente una discapacidad del sistema nervioso en un área determinada y por lo tanto, originada en el cuerpo astral, sino que puede provenir de algo completamente diferente. Esos tipos de enfermedades relacionadas con el propio yo y por tanto, también relacionadas con su expresión externa, la sangre, aparecen por regla general, (pero solo como regla general, porque las cosas no están tan claras en el mundo, aunque pueden trazarse líneas claras cuando se quieren hacer observaciones), estas enfermedades aparecen como enfermedades crónicas. Varias otras perturbaciones que aparecen, son para empezar, generalmente síntomas. Puede aparecer uno u otro síntoma, que sin embargo tienen origen en una perturbación en la sangre, y que tiene su origen en una irregularidad de esa parte del ser humano que llamamos portadora del yo. Podría hablar con ustedes durante horas sobre los tipos de enfermedades que son crónicas y que se originan desde el punto de vista físico en la sangre y desde el punto de vista espiritual en el yo. Esas son principalmente las enfermedades que en un sentido estricto son hereditarias y estas enfermedades son las que solo pueden ser entendidas por aquellas personas que miran el ser del hombre desde un punto de vista espiritual. Aquí y allá hay personas que están crónicamente enfermas, que en otras palabras, nunca están realmente en forma; ellos siempre tienen una u otra cosa que han de afrontar. Para llegar al fondo de esto, debemos preguntarnos cómo es el verdadero carácter básico del yo. ¿Qué clase de persona se es? Si entienden lo que es la vida en realidad, sabrán que las formas definidas de enfermedades crónicas están conectadas con uno u otro carácter básico del alma del yo. Ciertas enfermedades crónicas nunca les pasará a personas que tengan una actitud seria y digna hacia la vida, sino solo a aquellas de naturaleza frívola. Esto puede ser simplemente una indicación, que muestra la forma en que estas conferencias nos van guiando.
Como ven, lo primero que cabe preguntarse cuando alguien viene y dice que ha estado sufriendo de esto o aquello durante años, es... ¿Qué tipo de persona es fundamentalmente? Tienen que saber qué tipo de características básicas tiene su yo, de lo contrario es probable que cometan el mismo error que la medicina convencional, a menos que tengan suerte. Lo importante para curar las enfermedades que padecen estas personas, -enfermedades que son principal y realmente hereditarias-, es considerar todo su entorno, en la medida en que este pueda tener una influencia directa o indirecta sobre el yo. Cuando realmente hayan llegado a conocer este aspecto de la persona, es posible que tengan que aconsejarle que se traslade a otro entorno natural, tal vez durante el invierno, si es posible; o, si tiene un determinado empleo, cambiarlo y tratar de encontrar un aspecto diferente de la vida. Lo esencial será tratar de encontrar el entorno que tenga el efecto justo sobre las características del yo. Para encontrar la cura adecuada, se necesita, en particular, una amplia experiencia de vida, para poder entrar en el carácter de la persona y poder decir: Para que esta persona se recupere, debe cambiar su trabajo. Es cuestión de señalar con precisión lo que necesita desde el punto de vista de la naturaleza de su alma. Aunque solo ciñéndose a esta esfera, a veces, quizás, no puede lograrse ninguna recuperación, porque es imposible poner en práctica ningun cambio; sin embargo, en otros muchos casos puede efectuarse, con solo que la gente sepa de ello. Se puede hacer mucho por algunas personas, por ejemplo, si simplemente viven en las montañas en lugar de en las llanuras. Estas son las cosas que se aplican al tipo de enfermedades que aparecen externamente como enfermedades crónicas, y que están relacionadas físicamente con la sangre y espiritualmente con el yo.
Ahora vamos a abordar aquellas enfermedades que tienen su origen espiritual principalmente en las irregularidades del cuerpo astral y que aparecen en ciertas discapacidades del sistema nervioso tanto en una como en otra dirección. Gran parte de las enfermedades agudas comunes, están relacionadas con lo que acabamos de mencionar, de hecho la mayoría de ellas. Porque es pura superstición creer que cuando alguien tiene molestias de estómago o de corazón o incluso alguna irregularidad claramente perceptible en cualquier otra parte, el tratamiento correcto sea tratar directamente con el síntoma. Cuando lo esencial es que el síntoma podría estar allí, solo porque el sistema nervioso es
incapaz de funcionar. Por lo tanto, el corazón puede verse afectado simplemente porque el sistema nervioso se ha vuelto incapaz de funcionar en el área donde debería apoyar el movimiento del corazón. Es completamente innecesario maltratar el corazón o, si es el caso, el estómago, porque puede que en principio, no tenga nada que ver directamente con ellos y que sean solo los nervios que envuelven todos los órganos, los que son incapaces de llevar a cabo su trabajo. Si en un caso de afección estomacal, éste es tratado con ácido clorhídrico, sería un error comparable al de reparar una maquina (de tren) que siempre se retrasa porque cree que le pasa algo, pero así y todo se sigue retrasando. Para finalmente encontrar, haciendo un examen más detallado, que el maquinista del tren siempre va borracho; así que sería mejor ocuparse del maquinista que del tren, puesto que el tren sería puntual si no fuera por el maquinista. De igual manera, bien podría ser que en cuanto a las molestias estomacales tengamos que tratar los nervios que recubren el estómago en lugar del propio estómago. También en el dominio de la medicina materialista, es posible que oigan diversos comentarios a este respecto. Pero tampoco se trata solamente de decir que en cuanto a los
síntomas estomacales se deba primero tratar con los nervios. Así no se logra nada. Solo se logra algo cuando se sabe que los nervios son la expresión del cuerpo astral y se buscan las causas en las irregularidades que se encuentran en él. La pregunta es, ¿Qué es lo principal?
Lo primero a considerar en el tratamiento de este tipo de dolencias es la dieta y encontrar el equilibrio correcto entre las apetencias de una persona y lo que es bueno para ella. Lo que importa es su forma de vida, no tanto en lo que se refiere a su actitud hacia fuera, sino en lo referente a lo que tiene que digerir y ser elaborado por él, y en este sentido, nadie puede saber nada basándose en la ciencia puramente materialista. Necesitamos darnos cuenta de que todo en torno a nosotros en el amplio mundo del macrocosmos, tiene una relación con nuestro complicado mundo interno del microcosmos y cada tipo de alimento tiene una conexión definida con lo que está dentro de nuestro organismo. Hemos oído bastante a menudo decir que el hombre ha atravesado por una larga evolución y cómo a partir de lo que ha sido expulsado del hombre, se ha ido construyendo toda la naturaleza exterior. Una y otra vez en nuestros estudios hemos retrocedido al período del Antiguo Saturno, en el que descubrimos que no había nada aparte del hombre que, como si dijéramos, impulsara los otros reinos de la naturaleza: las plantas, los animales y demás. En esa evolución, el hombre construyó sus órganos de acuerdo con lo que propulsaba fuera de su cuerpo. Incluso surgieron ciertos órganos internos específicos cuando el reino mineral fue expulsado,. El corazón no podría haber surgido si ciertas plantas y potencialidades minerales no hubieran surgido externamente en el transcurso del tiempo. Es decir, lo que ha surgido externamente tiene una cierta conexión con lo que ha surgido internamente. Y solo la persona que conoce esta conexión puede prescribir en casos individuales cómo el elemento macrocósmico externo puede usarse en el microcosmos, de lo contrario el hombre experimentará en cierta forma que está asimilando algo que no es correcto para él. Por tanto tenemos que recurrir a la ciencia espiritual como la base real de nuestro juicio. Seguir leyes puramente externas tomadas de las estadísticas o de la química, cuando se prescribe un tratamiento dietético, siempre es superficial. Necesitamos una base bastante diferente, ya que el conocimiento espiritual tiene que estar activo cuando tratamos con el hombre en la salud o la enfermedad.
Luego están aquellos tipos de enfermedades, en parte crónicas y en parte agudas, que están relacionadas con el cuerpo etérico humano y que se expresan en las glándulas del hombre. Por regla general, estas enfermedades no tienen nada que ver con la herencia, sino que tienen mucho que ver con la nacionalidad y la raza. De modo que en el caso de las enfermedades originadas en el cuerpo etérico y que aparecen como dolencias glandulares, siempre debemos preguntarnos si la enfermedad se está manifestando en un ruso, un italiano, un noruego o un francés. Porque estas enfermedades están conectadas con el carácter nacional y por tanto, toman formas bastante diferentes.
En consecuencia, por ejemplo, se comete un gran error en el campo de la medicina, por que en toda Europa occidental se tiene una visión completamente errónea del consumo espinal. Aunque tienen un criterio correcto de ello aplicado a los europeos occidentales, están bastante equivocados en lo que respecta a la población de Europa del Este, incluso estas cosas aún varían considerablemente hoy en día, puesto que allí tiene un origen bastante diferente. Hay que tener en cuenta que la mezcla de pueblos nos permite realizar una determinada visión general. Solo la persona que puede distinguir las diferencias en la naturaleza humana puede emitir un juicio. Estas enfermedades simplemente se
tratan externamente hoy en día y se agrupan con las enfermedades agudas, mientras que realmente pertenecen a un campo bastante diferente. Sobre todo, debemos saber que los órganos humanos que están bajo la influencia del cuerpo etérico y que pueden enfermar como resultado de las irregularidades del cuerpo etérico, tienen relaciones bastante definidas entre sí. Existe, por ejemplo, una cierta relación entre el corazón de un hombre y su cerebro que puede describirse de una manera un tanto pictórica diciendo que esta relación mutua del corazón y el cerebro corresponde a la relación del sol y la luna: el corazón es el el sol y el cerebro la luna. Por consiguiente, debemos saber que si se produce, por ejemplo, una perturbación en el corazón en tanto que esté enraizada en el cuerpo etérico, tendrá un efecto en el cerebro. Del mismo modo que cuando sucede algo en el sol, por ejemplo un eclipse, la luna se verá afectada. No existe diferencia, porque estas cosas tienen una relación directa.
En la medicina oculta, estas cosas también se describen aplicando las imágenes de los planetas a la constelación de los órganos del hombre. Así, el corazón es el sol, el cerebro, la luna, el bazo saturno, el hígado júpiter, la vesícula biliar marte, los riñones venus y los pulmones mercurio. Si se estudian las relaciones mutuas de los planetas, se obtiene una imagen de las relaciones mutuas de los órganos del hombre en tanto que están en el cuerpo etérico. La vesícula biliar posiblemente no podría enfermar, sin que dicha enfermedad tenga un efecto sobre los otros órganos mencionados y esto se manifestaría espiritualmente en el cuerpo etérico, de hecho si la vesícula biliar describe a Marte como su equivalente planetario, su efecto sería similar al efecto de Marte en nuestro sistema planetario. Deben conocer las interconexiones de los órganos cuando hay una enfermedad etérica y a pesar de todo, estas son principalmente esas enfermedades, para las cuales deben ser usados remedios específicos -y por tal motivo se debe evitar cualquier forma de parcialidad en el campo del ocultismo-. Este es el sitio donde usar los remedios que encuentra en las plantas y los minerales. Porque todo lo que pertenece a las plantas y los minerales tiene una gran importancia para con todo lo que tiene que ver con el cuerpo etérico humano. Por tanto, cuando sabemos que una enfermedad ha surgido en el cuerpo etérico, y aparece de cierta manera en el sistema glandular, debemos encontrar el remedio que pueda reparar correctamente el complejo de interconexiones. Particularmente con aquellas enfermedades donde lo primero que hay que buscar es, obviamente, si se han originado en el cuerpo etérico, y en segundo lugar si están relacionadas con el carácter nacional y todos los órganos están interconectados de forma regular, estas enfermedades son las primeras para las cuales pueden usarse remedios específicos.
Ahora tal vez estén pensando que, si es necesario trasladar a una persona a otro lugar, por norma no será posible ayudarla si está vinculada a un trabajo y no puede mudarse. En el fondo, el método psicológico siempre es efectivo. Lo que se denomina método psicológico funciona mejor cuando la enfermedad está realmente en la esencia del yo de una persona. Por lo tanto, cuando se desata en la sangre una enfermedad crónica de este tipo, se justifican los remedios psicológicos. Y si se llevan a cabo de manera correcta, su efecto sobre el yo compensará por completo los efectos provenientes del exterior. Donde quiera que miren, podrán ver la relación sutil entre lo que un hombre experimenta en su alma cuando está trabajando habitualmente en un banco de trabajo y cuando tiene la oportunidad de disfrutar del aire campestre por un corto tiempo. La alegría que le da alas a su alma puede llamarse método psicológico, en el más amplio sentido. Es entonces cuando, si el terapeuta está llevando a cabo su método correctamente, puede ejercer gradualmente su propia influencia en sustitución de esto y los métodos psicológicos tienen mayor justificación para esta forma de enfermedad y no deben pasarse por alto, porque la mayoría de las enfermedades provienen de un irregularidad del yo del hombre.
Después llegamos a las enfermedades que surgen de las irregularidades del cuerpo astral. Aunque pueden usarse métodos puramente psicológicos, ciertamente pierden gran parte de su valor, por lo tanto, rara vez se usan para estas. Aquí son aplicables los remedios dietéticos. El tipo de enfermedad que describimos en tercer lugar es en realidad el primero en el que está justificado usar medicamentos externos para ayudar al curso de la recuperación. Si sabemos ver la complejidad del ser del hombre, el tratamiento de las enfermedades también será de mente abierta y se evitará la parcialidad.
Ahora las únicas enfermedades que quedan son aquellas que en realidad se originan en el cuerpo físico en sí, que tienen que ver con el cuerpo físico y que son las verdaderas enfermedades infecciosas. Este es un capítulo importante y será considerado con mayor detalle en una de las próximas conferencias, después de que hayamos tratado, en primer lugar, el origen real de los "Diez Mandamientos". Porque verán que realmente guardan una relación. Hoy, por lo tanto, solo puedo mencionar que existe este cuarto tipo de enfermedades, y que una comprensión más profunda de estas implica conocer la naturaleza de todo lo relacionado con el cuerpo físico humano. La base de estas enfermedades no es física sino muy espiritual. Cuando hayamos examinado el cuarto tipo todavía no habremos terminado con todas las enfermedades importantes, pues enseguida veremos que el karma humano también juega un papel. Esa será una quinta categoría por considerar.
Digamos, entonces, que gradualmente lograremos una comprensión de las cinco formas diferentes de enfermedades humanas, que se derivan del yo, del cuerpo astral, del cuerpo etérico y del cuerpo físico y también por causas kármicas. La esfera de la medicina no mejorará hasta que toda ella integre el conocimiento de los miembros superiores del ser humano. Hasta ahora no hemos tenido una práctica médica que realmente se haya enfrentado a lo que está en juego. Aunque, como ocurre con muchas otras ideas ocultas, estas cosas deben actualizarse y darles un enfoque moderno, para darse cuenta de que esta sabiduría, en algunos aspectos, no es nueva.
La medicina surgió del conocimiento espiritual y se ha vuelto más y más materialista. Y tal vez en ninguna otra ciencia podamos ver tan claramente cómo el materialismo ha superado a la humanidad. En tiempos pasados, la gente era al menos consciente del hecho de que tenían que tener conocimiento del cuádruple ser del hombre para comprenderlo.
Ha habido ejemplos de materialismo antes, por supuesto, e incluso hace más de cuatrocientos años, los clarividentes observaban que el pensar materialista surgía a su alrededor en la esfera de la medicina. Paracelso, por ejemplo, que era tenido por loco o soñador y al que hoy día no se lo comprende en absoluto, llamó la atención sobre el creciente materialismo de la ciencia médica centrado en Salerno, Montpellier, París y también en ciertas partes de Alemania. Y solo por su posición responsable en el mundo, Paracelso se sintió obligado, como lo hacemos hoy, a llamar la atención sobre la diferencia entre la medicina basada en el conocimiento espiritual o en el materialismo. Tal vez sea aún más difícil hoy en día lograr algo con el pensar de Paracelso. Porque en aquellos días el enfoque materialista de la medicina no se oponía tan rígidamente al enfoque paracelsiano como la ciencia materialista lo hace hoy en día ante cualquier idea sobre la naturaleza real y espiritual del hombre. Lo que Paracelso decía sobre esto, por lo tanto, todavía se aplica hoy en día, aunque su significado sería mas difícilmente reconocido. Si miramos las opiniones que tienen hoy las personas que trabajan en las mesas de disección y en los laboratorios y en la forma en que se aplica la investigación para comprender al hombre sano o enfermo, podríamos, hasta cierto punto, reaccionar de manera similar a la forma en que lo hizo Paracelso. Sin embargo, tal vez no sea apropiado agregar una petición de comprensión y perdón, tal como lo hizo Paracelso a sus contemporáneos locales en la esfera médica, es decir, con una mínima esperanza real de perdón. Porque el mismo Paracelso dijo que no era un hombre de buena educación ni se había movido en círculos; carecía de gracia y refinamiento, por lo tanto, sería perdonado si lo que decía no siempre estuviera expresado en el mejor lenguaje. Mientras hablaba sobre la naturaleza de las diferentes enfermedades, Paracelso dijo lo siguiente acerca de los médicos extranjeros y alemanes: "Es un mal asunto, todos esos médicos extranjeros, por nombrar a los de Montpellier, Salerno y París, que quieren tener todo el crédito y desprecian a todos los demás, sin embargo, ellos mismos no saben nada y no pueden hacer nada, y es de conocimiento público que no son más que pura charlatanería y apariencias. No se avergüenzan de sus enemas y purgantes y dependen de ellos incluso aunque el paciente se esté muriendo. Se jactan de toda la anatomía que conocen, y ni siquiera son capaces de ver el sarro en los dientes de las personas ni cualquier otra cosa. Son buenos doctores, incluso sin anteojos en sus narices. ¿Qué tipo de visión y de anatomía tienen? No pueden proporcionar ningún bien terrenal con ella, ni tampoco ver más allá de sus propias narices. Trabajan tan duro, también, esos estafadores alemanes y ladrones de doctores y necios recién salidos, que cuando lo han visto todo, saben menos que antes. Así que se ahogan en inmundicias y cadáveres y luego adoptan aires de importancia: ¡deben ser arrojados a la chusma! "
Traducido por J.Luelmo may 2017

 

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919