GA107-4 Berlín 26 de octubre de 1908 -La ley del plano astral y del plano devacánico

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RUDOLF STEINER

La ley del plano astral: la renuncia
La ley del plano devacánico: el sacrificio


Berlín 26 de octubre de 1908
conferencia 4

La conferencia de hoy trata sobre las condiciones que debemos cumplir si queremos desarrollar las fuerzas y facultades latentes dentro de nosotros y llegar a una experiencia y observación de los mundos superiores. En los artículos de la revista "Lucifer-Gnosis" ¿Cómo se logra el conocimiento de los Mundos Superiores? [Ahora en forma de libro], tienen una imagen de lo mucho que un ser humano tiene que cumplir cuando recorre el camino del conocimiento, cuando desea avanzar hacia los mundos superiores.
Recuerden las indicaciones que se dieron en la interpretación del cuento de hadas de Goethe. Nos referíamos al hecho de que los seres humanos tienen fuerzas anímicas de varios tipos, y que a partir de su desarrollo, es decir, del pensar, del sentir y de la voluntad intrínsecos, depende nuestro ascenso por una parte, y por otra, nuestra necesidad de llevarlos a su adecuada proporción mediante ejercicios. La voluntad, el sentir y el pensar siempre deben desarrollarse exactamente en la medida correcta en el conocimiento de los diferentes objetivos de la vida espiritual. Por ejemplo, para un objetivo definido, la voluntad, debe dar un paso atrás, mientras que el sentir debe destacarse con más fuerza; para otro objetivo, el pensar debe retirarse, y en consecuencia para otros objetivos, el sentir. Todas estas fuerzas del alma deben ser perfeccionadas a través de ejercicios ocultos en la proporción correcta. El ascenso a los mundos superiores está conectado con el desarrollo del pensar, del sentir y de la voluntad.
Sobre todo, se trata de refinar y purificar el pensar. Eso es necesario para que éste ya no dependa de las percepciones sensoriales externas que puedan obtenerse en el plano físico. Sin embargo, no solo el pensar, sino también el sentir y la voluntad pueden convertirse en fuerzas del conocimiento. En la vida ordinaria, la simpatía y la antipatía van por caminos personales; se rigen de acuerdo con la personalidad individual, pero pueden convertirse en fuerzas del conocimiento. ¡Esto puede sonar increíble para la ciencia moderna! Uno puede creerlo más fácilmente pensando, especialmente en el pensar descriptivo dirigido a la observación de los sentidos, pero ¿cómo pueden las personas admitir que los sentimientos puedan convertirse en una fuente del conocimiento cuando ven cómo una persona siente así y otra siente algo diferente con respecto a las mismas cosas?
¿Cómo puede uno admitir que algo tan oscilante, tan dependiente de la personalidad como la simpatía y la antipatía puedan volverse determinantes para el conocimiento y puedan ser tan disciplinados como para captar la naturaleza más íntima de una cosa? Ese pensamiento puede entenderse fácilmente, pero cuando miramos un objeto, y despierta un sentimiento en nosotros, este sentimiento puede ser de tal naturaleza que la simpatía o la antipatía personal no hablan, sino que ese sentimiento en sí mismo puede convertirse en un medio de expresión para la esencia más íntima del objeto, (¡eso parece difícilmente creíble! Y además, que la fuerza de la voluntad y el deseo también pueden convertirse en medios de expresión para la naturaleza interna), que sobre todo, parece simplemente frivolidad.
De la misma manera, sin embargo, así como el pensamiento se puede purificar y volverse objetivo, y por tanto un medio para expresar hechos tanto en el mundo sensorial como en el mundo superior, también el sentimiento y la voluntad pueden volverse objetivos. Sin embargo, no debe haber malentendidos. El sentir, tal como existe en la vida ordinaria del hombre moderno, en su contenido directo del sentir, no se convierte en un medio de expresión del mundo superior. Este tipo de sentimiento es personal. El objeto de los ejercicios ocultos recibidos por el estudiante es entrenar los sentimientos, alterarlos y transformarlos, para que se diferencien de como eran cuando aún eran personales. Sin embargo, cuando se ha alcanzado una cierta etapa en el camino oculto a través del desarrollo del sentir, uno no debe creer que puede afirmar con conocimiento: tengo un ser delante de mí y siento algo de este ser, no es que lo que uno tiene allí en el sentimiento es una verdad, una porción de conocimiento.
El proceso que transforma el sentir por medio de ejercicios ocultos es mucho más íntimo e interno. Quien haya cambiado los sentimientos a través de los ejercicios llega al conocimiento imaginativo, de modo que un contenido espiritual es revelado en símbolos. Los hechos o seres del mundo astral se expresan mediante símbolos. El sentir se convierte en algo diferente; se convierte en imaginación, y se iluminan imágenes astrales que expresan lo que está ocurriendo en el espacio astral. Uno no ve como vería una rosa, por ejemplo, en el mundo físico con su color, etc.; uno ve en imágenes simbólicas, y de hecho, todo lo que se nos presenta en la ciencia oculta parece en imágenes. La cruz negra con la corona de rosas y todos los símbolos deben expresar un hecho definido, y se corresponden tanto mas a los hechos astrales como lo que vemos en el mundo físico se corresponde a los hechos físicos. Por lo tanto, uno desarrolla el sentir, pero conoce en la imaginación. Y lo mismo pasa con la voluntad.
Cuando uno ha alcanzado el nivel que hasta cierto punto puede alcanzarse a través del entrenamiento oculto, entonces, si estamos frente a un ser uno, no dice: "Despierta en mí un poder de deseo", sino que uno comienza a percibir la naturaleza del sonido en el devachan.
El sentir cuando se desarrolla en nosotros da como resultado la visión astral en Imaginaciones. La voluntad cuando se desarrolla en nosotros, da como resultado experimentar de lo que tiene lugar en la música espiritual devachánica, la armonía de las esferas desde ella se nos transmite la naturaleza más íntima. Del mismo modo que uno perfecciona el pensar y alcanza el pensar objetivo, que es el primer paso, también cuando se desarrolla el sentir, y un nuevo mundo emergerá en la etapa de la Imaginación. De la misma manera, uno entrena la voluntad y da como resultado la Inspiración el conocimiento del Devachan Inferior, hasta que en la Intuición se abre ante nosotros el mundo del Devachan Superior.
Podemos decir, por lo tanto, que a medida que nos elevamos a la siguiente etapa de la existencia, se nos presentan imágenes, pero imágenes que no podemos usar como usamos nuestros pensamientos. No preguntamos: "¿Cómo se corresponden estas imágenes con la realidad?" Las cosas están revestidas con imágenes de formas y colores, y a través de la Imaginación debemos "descifrar" a los seres que se nos muestran en símbolos. En la inspiración, las cosas nos hablan. Ahí, no necesitamos cuestionar ni tratar de encontrar una solución en ideas que serían un trasiego de la teoría del conocimiento desde el plano físico. Más bien, nos habla la esencia más íntima de la propia cosa. Cuando nos hallamos frente a un ser humano, expresándonos su naturaleza más íntima, es diferente de cuando estamos ante una piedra. Tenemos que "desenredar" la piedra y reflexionar sobre ella.
Con las personas, es diferente; Experimentamos su ser en lo que nos dicen. Así es como es en la inspiración. En la Inspiración, no actúa un pensar discursivo abstracto, sino que uno escucha lo que las cosas dicen; ¡Ellas mismas expresan su ser! No tendría sentido que alguien dijera: "Cuando alguien muera y me encuentre con él nuevamente en el Devachan, ¿Sabré con quién me encuentro?". Los seres devachánicos tienen una apariencia diferente y no pueden compararse con la que tienen en el plano físico. En el Devachan, el propio ser dice el ser que es,(su propia esencia nos habla) como si los seres humanos nos dijeran no solo sus nombres, sino que también dejasen que sus naturalezas fluyesen hacia nosotros continuamente. Eso nos es transmitido a través de la música de la esfera y es imposible el no reconocerlo.
Ahora se presenta una cierta oportunidad de responder a una pregunta. Fácilmente pueden surgir malentendidos a través de las diversas presentaciones teosóficas, y uno puede llegar a pensar fácilmente que los mundos físico, astral y devachánico se delimitan entre sí espacialmente. Sabemos, de hecho, que donde está el mundo físico, también está el astral y el devachán, (unos están contenidos en los otros). Ahora bien, la pregunta que podría hacerse es: “Bueno, si todos están en uno, no podré distinguirlos como en el espacio físico, ¡donde todo está al lado! Si el 'otro lado' está en 'este lado', ¿cómo distingo el mundo astral y el mundo devachánico uno del otro? "Uno los distingue por el hecho de que cuando uno asciende desde las imágenes y colores astrales al mundo devachánico, en este los colores resuenan. Lo que antes era espiritualmente luminoso se vuelve, sucesivamente, en resonancia espiritual. Al experimentar los mundos superiores también hay diferencias, de modo que cuando nos elevamos a estos mundos, siempre podemos reconocer por experiencias definidas si estamos en este mundo o en aquél.
Hoy concretaremos las diferencias entre experimentar el mundo astral y el mundo del Devachan. No solo se llega a conocer el mundo astral a través de la Imaginación y el devachánico a través de la Inspiración, sino que a través de otras diferencias también sabemos en qué mundo estamos. Una parte del mundo astral es durante un tiempo, el lugar en el que un ser humano tiene que vivir directamente después de la muerte, período que en la literatura antroposófica llamamos el de Kamaloca. ¿Qué significa estar en el Kamaloca? Muchas veces hemos tratado de mostrar esto por medio de descripciones. A menudo he dado el ejemplo característico del epicuro, que languidece ante el disfrute que solo el sentido del gusto puede darle. Con la muerte, el cuerpo físico se desprende y es dejado atrás, y también el cuerpo etérico en gran medida, pero el cuerpo astral todavía está presente con sus cualidades y fuerzas. Estas no cambian inmediatamente después de la muerte, sino solo gradualmente. Si una persona ha anhelado comidas delicadas, este anhelo permanece, el anhelo por disfrutar, pero después de la muerte el alma carece del instrumento físico con el cual satisfacerlo. El cuerpo físico con sus órganos ya no está allí, y el alma debe prescindir del disfrute; Anhela algo que debe quedar sin satisfacer. Esto es válido para todas las experiencias de Kamaloca que consisten, en realidad, en una condición dentro del cuerpo astral en la que el alma aún anhela la satisfacción que solo se puede saciar a través del cuerpo físico. Y debido a que el alma ya no tiene esto, tiene que irse deshaciendo de pugnar por estos goces; Es pues el período de irse "desacostumbrando". Quien haya muerto, es liberado solo del Kamaloca, cuando este anhelo haya sido arrancado del cuerpo astral.
Durante todo el período del Kamaloca, en el cuerpo astral vive algo que puede llamarse "privación": la privación en sus mas variadas formas, matices y diferencias; Ese es el contenido del Kamaloca. Así como la luz se puede diferenciar en tonos rojos, amarillos, verdes y azules, las privaciones pueden diferenciarse en las cualidades más variadas, y lo característico de la privación es el signo de quien está en el Kamaloca. Sin embargo, el plano astral no consiste solo en el Kamaloca, sino que abarca mucho más. No obstante, un ser humano que haya vivido solo en el mundo físico y haya experimentado únicamente sus contenidos nunca podría experimentar las otras partes del mundo astral, (bien sea debido a la muerte o por otros motivos), a menos que el alma se haya preparado. ¡No puede experimentar el mundo astral de ninguna otra manera sino a través de la privación! Quien asciende a los mundos superiores y sabe: "Estoy privado de esto o de lo otro y no hay ninguna posibilidad de satisfacerlo", experimenta la conciencia del mundo astral. Incluso si tal persona hubiera podido, por medios ocultos, entrar en el plano astral fuera del cuerpo, siempre tendría que sufrir privaciones allí.
Entonces, ¿cómo puede uno desarrollarse y perfeccionarse tanto que aprenda a conocer no solo la parte de la privación, la fase en que siente la carencia, sino que experimente el mundo astral en el mejor sentido, la parte que realmente se expresa en el buen sentido, el mejor sentido? ¡Un alma humana puede entrar en la otra faceta del mundo astral a través del desarrollo de lo que es la contra parte de la privación! Consecuentemente, los métodos que despiertan las fuerzas en un ser humano opuestos a la privación serán los que llevarán al alma a la otra parte del mundo astral. Estas fuerzas son las de la renuncia. Igual que la privación puede ser concebida en múltiples matices, también puede la renuncia. Con la renuncia más pequeña que podamos asumir, damos un paso adelante en el sentido de que evolucionamos hacia el lado bueno del mundo astral en el camino del sacrificio.
Cuando uno renuncia a la cosa más insignificante, se infunde algo que contribuye esencialmente a experimentar el lado bueno del mundo astral. Por eso, en las tradiciones ocultas se pone tanto empeño en que el alumno sea puesto a prueba negándose a sí mismo esto o aquello, ejercitando la renuncia. A través de ello, el alumno gana la entrada en el lado bueno del mundo astral.
¿Qué se consigue de esta manera? Recordemos primero las experiencias en el Kamaloca. Pensemos en alguien que abandona el cuerpo físico, ya sea a través de la muerte o de alguna otra manera; entonces a esa persona le faltan los instrumentos físicos del cuerpo, y por lo tanto carece por completo de poder para satisfacer cualquier deseo. Siente la privación, y esta surge como una representación imaginativa en el mundo astral. Por ejemplo, aparece un pentágono rojo o un círculo rojo. Esto no es más que la imagen de lo que aparece en el campo de visión del alma correspondiente a la privación, así como en el mundo físico un objeto corresponde a lo que uno experimenta en el alma como concepto del objeto. Si alguien tiene deseos muy bajos, entonces bestias terribles se enfrentan a esa persona cuando está fuera del cuerpo. Estas bestias espantosas son los símbolos de los deseos mas degradantes. Sin embargo, si uno ha aprendido a practicar la renuncia, entonces en el momento en que, a través de la muerte o la iniciación, está fuera del cuerpo, el círculo rojo se vuelve nada, porque el rojo se impregna con el sentimiento de renuncia, y surge un círculo verde. De la misma manera, a través de las fuerzas de la renuncia, la bestia desaparecerá y aparecerá una entidad noble del mundo astral.
Entonces, lo que nos es dado objetivamente, el círculo rojo o el animal horrible, debe cambiarse a su opuesto a través de las fuerzas desarrolladas de la renuncia y de la resignación. La renuncia hace evocar desde profundidades desconocidas las verdaderas formas del mundo astral. Nadie debe creer, por lo tanto, que no sean necesarias la cooperación de las fuerzas del alma si quiere elevarse hacia el mundo astral en el verdadero sentido. Sin esto, uno alcanzaría a una única parte de ese mundo. La renuncia es esencial, (incluso toda imaginación. Quien abandona las reclamaciones y renuncia), esto es lo que evoca la verdadera forma del mundo astral.
En el devachan, se tiene inspiración. Y aquí también hay una diferencia interna entre las diversas partes del Devachan, que el alma no puede experimentar pasivamente cuando las experimenta después de la muerte. Debido a una cierta relación universal, todavía no es tan perjudicial el Devachan; el mundo astral tiene el temible Kamaloca en él, pero Devachan aún no lo tiene. Eso ocurrirá por primera vez en las condiciones de Júpiter y Venus, cuando a través del uso de la magia negra y similares, se habrá establecido una decadencia. Entonces, en el Devachan, se desarrollará un elemento similar a lo que existe hoy en el mundo astral. Aquí, en el Devachan, en el presente ciclo de evolución, la situación es algo diferente. Lo primero que aparece ante un ser humano que asciende por el sendero del conocimiento desde el mundo astral hasta el Devachan, o cuando, como simple ser humano, uno es conducido allí después de la muerte, ¡Experimenta la bienaventuranza!  experimenta el cambio desde los matices de los colores a los tonos, que en cualquier circunstancia es la felicidad. En la etapa actual de la evolución, todo en el Devachan es una creación, que proporciona, con respecto al conocimiento, una escucha espiritual. Y todo lo que produce es bienaventuranza; ¡La dicha es escuchar la armonía de la esfera! El ser humano en Devachan experimentará la felicidad pura, nada más que dicha.
Cuando un ser humano es guiado hacia arriba a través de los métodos del conocimiento espiritual, a través de los guías de la evolución humana, de los Maestros de la Sabiduría y la Armonía de los Sentimientos, o en el caso del ser humano común después de la muerte, tal persona siempre experimentará la dicha allí. Eso es lo que el iniciado debe experimentar cuando ha llegado tan lejos en el camino del conocimiento. Pero recae en la evolución futura del mundo el que no se quede ahí, en la mera felicidad. Puesto que eso significaría un realce del egoísmo más refinado; La individualidad humana siempre querría quedarse para sí la calidez de la dicha, pero el mundo no progresaría. De esta manera, se desarrollarían seres cuyas almas se endurecerían. Por lo tanto, para la prosperidad y el progreso del mundo, debe ser posible para quien a través de los ejercicios ingrese al Devachan, no solo experimentar todos los matices de la dicha en la música de la esfera, sino que también debe desarrollar en él mismo el sentimiento de lo opuesto a la felicidad. Así como la renuncia es la contra parte de la privación, también lo es el sentimiento del sacrificio en relación con el goze: un sacrificio que esté dispuesto para derramar lo que recibe como dicha: dejando que fluya hacia el mundo.
Aquellos Espíritus divinos, a quienes llamamos Tronos, tuvieron el sentimiento del sacrificio cuando empezaron a desempeñar su papel en la Creación. Cuando derramaron sobre Saturno su propia sustancia, sacrificándose por la humanidad que surgía de nuevo. Lo que hoy tenemos como sustancia es lo mismo que ellos derramaron sobre Saturno. Y ocurrió lo mismo con los Espíritus de la Sabiduría que se sacrificaron en el Antiguo Sol. Estos espíritus divinos ascendieron a los mundos superiores; recibiendo las experiencias de la felicidad no solo pasivamente, sino que al pasar por Devachan aprendieron a sacrificarse. No se han empobrecido por la ofrenda, sino que se han hecho más ricos. Sólo un ser que vive enteramente en la materialidad, piensa que se pierde a sí mismo por el sacrificio; No, un desarrollo superior y más rico está vinculado con el sacrificio al servicio de la evolución universal.
Hemos visto que el ser humano asciende hacia la Imaginación e Inspiración y entra en esa esfera donde todo el ser está impregnado de los siempre nuevos matices de bienaventuranza, donde el alma experimenta todo lo que la rodea, de tal manera, no ya que todo le habla al alma, sino que todo entorno al alma se convierte en una absorción de los tonos espirituales de bienaventuranza.
El ascenso a los poderes superiores del conocimiento se logra a través de la transformación de toda la vida del sentir. Y el entrenamiento oculto tiene este único propósito: que a través de las reglas y los métodos que nos han dado los Maestros de la Sabiduría y la Armonía de los Sentimientos, y que han sido probados y comprobados durante miles de años, el sentimiento y la voluntad del ser humano se han transformado tanto que puede llevarle a un mayor conocimiento y experiencia. Cuando los alumnos desarrollan y transforman gradualmente el contenido de sus sentimientos y su voluntad a través de métodos ocultos, alcanzan estas facultades superiores.
No debe ser una cuestión de indiferencia para alguien que esté dentro del Movimiento de la Ciencia Espiritual, el que haya pertenecido a él durante tres, seis o siete años. Eso tiene un significado definido. El sentimiento de una experiencia compartida de este crecimiento interior a través de su ley interna debe volverse real para el estudiante. Debemos dirigir nuestra atención a ello; De lo contrario, sus efectos nos pasarán de largo.

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919