GA107-3 Berlín 23 de octubre de 1908 -historia del plano físico e historia oculta

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RUDOLF STEINER

Historia del plano físico, e historia oculta




Berlín 23 de octubre de 1908

conferencia 3
"La Historia" hace referencia al mundo físico externo: por medio de documentos externos e información, nos fijamos la mirada en tiempos pasados de la historia de las naciones, de la humanidad. Ustedes saben que gracias al reciente descubrimiento de muchos documentos, podemos retroceder miles de años antes del nacimiento de Cristo. Ahora, a partir de las conferencias que han escuchado en el área de la Ciencia Espiritual, pueden deducir que mediante documentos ocultos podemos volver la mirada aún más atrás, a distancias ilimitadas del pasado. Así es como conocemos el mundo físico exterior por medio de la historia externa. Cuando hablamos sobre los hábitos de vida, sobre todo del conocimiento, sobre la experiencia de las naciones que vivieron en los siglos de nuestro pasado reciente, cuando hablamos de sus descubrimientos e inventos, sabemos que debemos usar un lenguaje diferente al que usamos cuando retrocedemos uno o dos mil años atrás y hablamos de los hábitos y costumbres, el aprendizaje y el poder de discernimiento de las naciones que pertenecen a aquél pasado lejano. Cuanto más nos remontamos a esas épocas, más diferente se vuelve la historia. Tal vez convendría preguntarnos si la palabra "historia", desarrollo histórico, tiene un único significado para este mundo físico externo, sí únicamente los eventos en el transcurso del tiempo, el aspecto de los eventos se altera; o si quizás la palabra historia puede también tener un significado para el otro lado de la existencia, para ese lado que describimos por medio de la ciencia oculta y que el hombre tiene que vivir en el tiempo entre la muerte y un nuevo nacimiento.
Al principio, desde un punto de vista puramente externo, debemos decir por lo que sabemos, que la vida del hombre en esos otros mundos, invisible para el hombre hoy, es una vida más larga que la del mundo físico. ¿Tiene para ese mundo, para ese otro lado de la existencia, la palabra "historia" un significado? O ¿Vamos a caer en la idea de que en las regiones en las que el hombre vive entre la muerte y el nuevo nacimiento, todo permanece permanentemente igual, que si retrocedemos a los siglos XVIII y XVII, es lo mismo que a los siglos VIII y VII y VI después de la aparición de Cristo Jesús sobre la tierra, e incluso más allá hacia los siglos anteriores a Cristo? Las personas que entran en la existencia terrenal se encuentran con diferentes condiciones sobre la tierra con cada nuevo nacimiento. Imaginémonos dentro del alma de un hombre encarnado en el antiguo Egipto o en la antigua Persia. Imaginemos vívidamente las condiciones de un hombre nacido en el antiguo Egipto frente a las gigantescas pirámides y obeliscos y todas las condiciones de vida que se nos presentan en el antiguo Egipto. Imaginemos estas condiciones durante el tiempo entre el nacimiento y la muerte. Ahora supongamos que el hombre muere, pasa por el período entre la muerte y un nuevo nacimiento y luego renace en el siglo VII u VIII de la época post-cristiana. Comparemos las épocas. En la existencia terrenal, ¡qué diferente se presenta el mundo ante el alma en los tiempos anteriores a la aparición externa de Cristo Jesús en el plano físico! Es más, investiguemos las experiencias de un alma que haya aparecido en aquellos primeros siglos de los tiempos post-cristianos y que vuelve a regresar al plano físico en el momento presente. Ahora se encuentra con arreglos, convenios, acuerdos políticos modernos de los cuales en aquél tiempo no se planteaban. Experimenta lo que nuestros medios modernos de civilización han contraído, en resumen, a un alma así se le ofrece una imagen muy diferente. Si comparamos estas encarnaciones separadamente, tomamos conciencia de cómo se diferencian unas de otras. Entonces, ¿No estaría justificado investigar las condiciones de vida de un hombre entre la muerte y el nuevo nacimiento, entre dos encarnaciones? Si un hombre vivió anteriormente en el antiguo Egipto y tras su muerte pasó al mundo espiritual, allí se encontró con hechos claramente definidos y con seres definidos; después si volvió a entrar de nuevo en la existencia física durante los primeros siglos cristianos, y otra vez murió y pasó al otro mundo, y así sucesivamente, no estamos justificados en preguntar si en el otro lado de la existencia la "historia" no está siendo promulgada en todas las experiencias por las que un hombre pasa allí, ¿no ocurren cosas allí mientras transcurre el tiempo? Ustedes saben que cuando describimos la vida del hombre entre la muerte y el nuevo nacimiento, damos una idea general de lo que es esta vida. A partir del momento de la muerte, describimos cómo el hombre después de haber desplegado el gran cuadro de la memoria ante su alma, entra en un período en el que los impulsos, anhelos, pasiones, que se encuentran en el cuerpo astral, en resumen, todo lo que todavía lo vincula con el mundo físico y que sigue estando presente dentro de él, cómo pasa a través de lo que generalmente se llama "Kamaloca", y cómo después de que se ha despojado de esa conexión, pasa al Devacán, a un mundo puramente espiritual. Además, describimos lo que se desarrolla para el hombre en este período entre la muerte y el nuevo nacimiento, en esta existencia puramente espiritual. Ustedes han visto que al principio siempre se habla de lo que describimos, en conexión con el hecho de que siempre está relacionado con el presente, con nuestra vida inmediata, como de hecho lo es. Naturalmente, debemos tener algún punto de partida para nuestras descripciones. Al igual que al describir el presente, debemos partir de las observaciones y experiencias del presente, del mismo modo en las descripciones del mundo espiritual, es necesario describir la imagen que se ofrece a la visión clarividente de la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, aproximadamente lo mismo que se promulgan las cosas en el presente.
Para la observación oculta integral, está absolutamente probado que para ese mundo en el cual vive el hombre entre la muerte y el nuevo nacimiento, la palabra "historia" tiene un significado real. También allí ocurren cosas como aquí en el mundo físico. Relacionamos distintos eventos seguidos unos de otros, comenzando desde el siglo IV antes de Cristo y describiendo los eventos en nuestra época post-Atlante. De la misma manera que hay una "historia" para el otro período de existencia, debemos ser conscientes de que la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento en tiempos del antiguo Egipto, o de la antigua persia, o de las antiguas civilizaciones indias, no fue tal como es en nuestro tiempo. En primer lugar, si formamos un concepto preliminar de nuestro tiempo presente de la vida en el Kamaloca y de ésta al Devacán, es bueno extender estas descripciones y avanzar a una consideración histórica. Presentaremos algo relacionado con el capítulo de "historia oculta" y para aclarar estos asuntos mantendremos hechos espirituales totalmente definidos. Para poder entender, debemos comenzar muy atrás, justo en el período Atlante. Hoy hemos progresado tanto que cuando hablamos de una época así asumimos algo que todos ustedes conocen.
Nos preguntamos ¿Cómo en aquella época, cuando por primera vez se habló del nacimiento y la muerte, qué papel jugaba la vida del hombre más allá del velo? La diferencia entre aquella vida y esta de hoy no era la misma. ¿Qué pasaba con su alma cuando el hombre de la Atlántida moría? Éste pasaba a una condición en la que se sentía absolutamente uno con el mundo espiritual, un mundo de individualidades superiores.
Sabemos que incluso aquí, en esta tierra física, la vida del Atlante era muy diferente de nuestra vida presente. La alternancia actual de vigilia y sueño y la inconsciencia de la noche, como se ha descrito a menudo, no existían en la época atlante. Cuando el hombre se quedaba dormido y se retiraba de su conciencia el conocimiento de las cosas físicas de su alrededor, entraba en un mundo del espíritu. Se le aparecía la visión de los seres espirituales. Al igual que aquí durante el día está rodeado de plantas, animales y seres humanos, de modo semejante allí, durante la conciencia del sueño, aparecía un mundo de seres espirituales superiores e inferiores según la profundidad de su sueño. El hombre crecía acostumbrado a este mundo; y cuando al morir, el Atlante pasaba al mundo de más allá, ese mundo de eventos y Seres espirituales, se le aparecía con mayor claridad. El hombre con plena conciencia se sentía como en casa en esos mundos superiores en esos mundos de eventos y Seres espirituales. Si tan solo retrocediéramos a la primera época atlante, encontraríamos que la gente consideraba esta existencia física, (todas las almas hemos pasado por ello, la de ustedes y la mía incluidas), como una visita a un mundo en el que uno está de paso por un tiempo y que es muy diferente del verdadero hogar. Sin embargo, en la Época Atlante hubo una peculiaridad de esta vida postmorten, de la cual es difícil para el hombre actual hacerse una idea, porque la desconoce por completo. La capacidad de decirse "yo" a uno mismo, de sentirse uno mismo como un ser autoconsciente, de sentirse uno mismo como un "Ego", que es algo esencial en el hombre de hoy en día, en el hombre atlante al abandonar el mundo físico se perdía por completo esa capacidad. Cuando pasaba al mundo espiritual, ya sea en el sueño o en un grado superior en la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, en lugar de la autoconciencia, en lugar del sentimiento: "Soy un ser autoconsciente, estoy en mí mismo, "le surgía otra conciencia, la de que,:" Soy uno con los Seres superiores, me sumerjo, por así decirlo, en la vida de estos Seres superiores ". El hombre se sentía uno con los seres de allí y en este sentimiento de unidad con ellos experimentaba una inmensa dicha. Esta dicha aumentaba tanto más cuanto más se retiraba la conciencia de la existencia de los sentidos físicos. Esta era una vida tanto mas feliz cuanto más nos remontamos a épocas remotas. Muchas veces hemos oído en qué consiste el propósito de la evolución de la humanidad en la existencia terrenal. Consiste en que el hombre se enrede cada vez más en la existencia física en nuestra tierra. En la época atlante, durante la condición de sueño, el hombre se sentía en el mundo espiritual completamente como en casa, sentía que ese mundo era brillante, claro y amigable, por lo que su conciencia en este lado era todavía parcialmente como una ensoñación. Todavía no había tomado posesión real del cuerpo físico. Al despertar, olvidaba hasta cierto punto a los Dioses y Espíritus que eran sus compañeros durante el sueño, pero no entraba tan completamente en la conciencia física como lo hace hoy. Los objetos a su alrededor no tenían contornos claros. Para el Atlante era como para nosotros es una noche brumosa cuando las farolas aparecen rodeadas por un halo, un aura de todo tipo de colores; Todos los objetos del plano físico eran indefinidos. La conciencia del plano físico apenas despuntaba. La fuerte conciencia del «yo soy» todavía no se había asentado en el hombre. Sólo hacia el final de la época atlante se asentó la autoconciencia humana; la conciencia de la personalidad humana se iba desarrollando gradualmente en la misma proporción que a la vez perdía su feliz conciencia durante el sueño. El hombre iba conquistando gradualmente el mundo físico, a medida que aprendía el uso de sus sentidos físicos: los objetos del mundo físico adquirían contornos más firmes y más definidos. A medida que el hombre conquistaba el mundo físico, la conciencia en el mundo espiritual se vio alterada.
Hemos seguido las diversas épocas de la era post-Atlante. Hemos mirado hacia atrás en la antigua civilización india. Hemos visto cómo el hombre había conquistado hasta ahora lo externo que él percibía como "Maya", que anhelaba las esferas de su antigua patria espiritual. Hemos visto que en la época persa la conquista del plano físico había avanzado tanto que el hombre deseaba conectarse con las fuerzas benéficas de Ormuzd, para desarrollar las fuerzas del mundo físico. Además, hemos visto que en la época egipcio-babilónico-caldeo-asiria, en el arte de medir la tierra, que los llevó a trabajar sobre la tierra, también en las leyes de las estrellas, los hombres encontraron los medios para avanzar en la conquista del mundo externo. Finalmente vimos que la época grecolatina fue aún más allá, vimos cómo en Grecia tuvo lugar esa hermosa unión entre el hombre y el mundo físico, en la formación de las ciudades griegas y también en el arte griego. También vimos que en la cuarta época en las antiguas leyes romanas, apareció por primera vez el elemento personal. Mientras que antiguamente el hombre se había sentido parte de un todo, parte de un reflejo de seres espirituales anteriores, el romano se sintió por primera vez como un ciudadano de la tierra. Surgió el concepto de "ciudadano": el mundo físico fue conquistado poco a poco, por lo que se volvió mas apreciado para el hombre. Los deseos y las simpatías del hombre se conectaron con el mundo físico y, en la proporción que crecía la simpatía por el mundo físico, su conciencia se iba enlazando con las cosas físicas. En ese mismo grado, la conciencia del hombre se oscurecía en el otro lado, en el tiempo entre la muerte y el nuevo nacimiento. Ese gozoso sentimiento de ser parte de la existencia de Seres espirituales superiores, se perdió para el hombre del otro lado, en la misma medida en que este lado fue afianzándose en el curso de la conquista del mundo físico. Etapa tras etapa la conquista del mundo físico por parte del hombre avanzaba, siempre estaba descubriendo nuevas fuerzas de la Naturaleza, siempre inventando nuevos instrumentos. La vida entre el nacimiento y la muerte ganaba un valor creciente, y se oscureció la antigua conciencia clarividente del otro mundo. Nunca cesó completamente sino que se oscureció. A medida que el hombre conquistaba el mundo físico, la historia del otro mundo muestra un declive. Este descenso está en relación con el ascenso de la civilización; observamos al hombre en las primeras etapas primitivas de la civilización, cuando cultivaba su alimento entre dos piedras, y luego vemos cómo va ascendiendo etapa por etapa, cómo va haciendo los primeros descubrimientos, aprendiendo a hacer y a usar utensilios y continuó avanzando en el transcurso del tiempo. La vida en el plano físico se fue haciendo cada vez más rica. El hombre aprendió a construir edificios gigantescos. Al seguir la historia a través de la época egipcia-babilónica-caldea-asiria, mas adelante a través de la era greco-latina hasta llegar a nuestro tiempo, si queremos describir un progreso en la civilización histórica debemos realizar una separación de caminos. En proporción, tenemos que describir un camino en declive entre los dioses superiores y lo que el hombre debía darles, lo que realizaba de acuerdo con el mundo espiritual y en medio del mundo espiritual. Vemos cómo en tiempos posteriores el hombre continuó perdiendo su relación con el mundo espiritual y en las capacidades espirituales. Tenemos que describir para el otro lado, (lado espiritual), una historia de declive con respecto al hombre, así como para este lado, (lado físico), podemos describir una historia de avance, de conquistas progresivas del mundo físico. De modo que se puede decir que el mundo físico y el mundo espiritual se complementan entre sí.
Existe, como ustedes saben, una conexión entre el mundo espiritual y nuestro mundo físico. Muchas veces hemos hablado de los grandes intermediadores entre ellos, de los Iniciados; aquellos que ciertamente se encarnaban en cuerpos físicos, pero cuyas almas se elevaban hacia el mundo espiritual entre el nacimiento y la muerte, cuando por regla general el hombre está completamente aislado de el; incluso en este período eran capaces de tener experiencias en el mundo espiritual y sentirlo como su hogar. ¿Qué clase de hombres eran estos mensajeros grandes o menos grandes del mundo espiritual, los antiguos santos Rishis de la India, Buda, Hermes, Zarathustra, Moisés o todos aquellos que en los tiempos más antiguos fueron los grandes "mensajeros de los Dioses"? Cuando hablamos de todos estos que eran mensajeros de los dioses o espíritus para los hombres, ¿cuál era su relación con el mundo físico y el mundo espiritual?
Durante su iniciación y por medio de ella, experimentaban las condiciones del mundo espiritual. No solo podían ver con sus ojos físicos y percibir con su intelecto físico los eventos del mundo físico, sino que a través de sus poderes de percepción mejorados también podían percibir los del mundo espiritual. El Iniciado no solo vive en el plano físico con la humanidad, sino que también puede rastrear lo que están haciendo los muertos en el período entre su muerte y el nuevo nacimiento. Para él son formas tan familiares como lo puedan ser los hombres en el plano físico. A partir de eso, se puede ver que todo lo relacionado con la historia oculta fluye desde la experiencia de los iniciados. Mediante la Venida de Cristo, tuvo lugar un punto de inflexión para toda la historia, incluido el de nuestro tiempo. Y nos hacemos una idea del progreso de la historia en el otro mundo si nos preguntamos: ¿Qué significado tiene los hechos de Cristo para la Tierra? ¿Qué significado tiene el misterio de Gólgota para la historia en el lado espiritual? En muchas conferencias de muchos lugares, he podido señalar el penetrante significado del Evento sobre el Gólgota para la evolución de la historia del plano físico. Ahora preguntemos: ¿Cómo se presenta el Evento del Gólgota cuando lo observamos desde la perspectiva del otro lado, desde el lado de las almas no encarnadas? - Obtenemos una respuesta a esta pregunta si fijamos nuestros ojos sobre el punto temporal en la evolución en el otro lado, cuando los hombres han alcanzado la máxima altura de desarrollo en este lado, el del plano físico, cuando la conciencia de la personalidad estaba más fuertemente desarrollada; osea La época grecolatina. Ese fue el momento de la aparición de Cristo Jesús sobre la tierra. Por una parte, se intensificaba la conciencia de la personalidad, así como también se intensificaba el disfrute del mundo material, y por la otra, el Evento del Gólgota, que supuso el más fuerte, el más poderoso requerimiento hacia el otro mundo en tan gran acontecimiento, que representa la conquista de la muerte por la vida. Estas cosas coinciden completamente si fijamos nuestra atención en el mundo físico. En la época griega había un gran gozo por la existencia externa y una volcada simpatía por ella. Solo un pueblo tal pudo ser capaz de construir esos maravillosos templos griegos en los que habitaban los dioses. Fue necesaria una vida así para que se produjeran esas obras de arte y esculturas, que mostraban la maravillosa unión entre el espíritu y la materia. El gozo en el plano físico y la simpatía para con el mundo físico contribuyeron a ello. Esto fue desarrollándose solo gradualmente y se ve claramente el avance en la historia, si comparamos el surgimiento de los griegos en lo físico con la elevada concepción del mundo que los pueblos de la primera época post-Atlante recibieron de sus santos Rishis. Éstos carecían de interés por el mundo físico, se sentían como en casa en el mundo espiritual; cautivados, miraban el mundo del espíritu al cual se esforzaban por alcanzar a través de las enseñanzas y ejercicios que les proporcionaron los santos rishis. Entre este desdén por los placeres de los sentidos y la gran alegría en el mundo sensorial de la época grecolatina, (ese punto de unión del espíritu y el mundo sensorial, en el que ambos tenían su predilección), entre estos dos puntos se encuentra un largo tramo de la historia humana, sin embargo, ¿Existió tal equivalente de esta conquista del plano físico dentro del mundo espiritual en la época grecolatina? Aquél que puede mirar dentro del mundo espiritual sabe que no es un mito, sino que en realidad está basado en la verdad que nos relataron los poetas griegos acerca de los hombres más destacados de su civilización. ¿Cómo se sentían estos últimos en el mundo espiritual, aquellos que habían estado tan plenamente en sintonía y en simpatía con el mundo físico? Está en conformidad absoluta con la verdad cuando los sabios les atribuyeron las palabras: ¡Mejor ser un mendigo en los mundos superiores que un rey en el reino de las sombras:! En este período entre la muerte y el nuevo nacimiento existían las condiciones más oscuras y débiles de la conciencia. Con todas sus sentidos volcados en el mundo físico, el hombre no entendía la existencia en el mundo del más allá. Sentía como si lo hubiera perdido todo y el mundo espiritual le parecía sin valor. En proporción a la simpatía por el mundo físico, los héroes griegos se sentían perdidos en el mundo espiritual. Un Agamenón, un Aquiles, se sentían como un ser agotado, un No-ser en este mundo de sombras. Por supuesto, hubo períodos intermedios, porque la conexión con lo espiritual nunca se pierde por completo, en la que incluso estos pueblos participaban con los Seres espirituales y las actividades espirituales, pero la condición de conciencia que acabamos de describir ciertamente existió. Por lo tanto, tenemos una historia del mundo en el otro lado, una historia descendente, al igual que tenemos una historia ascendente en este lado.
Aquellos que eran llamados mensajeros de los dioses o mensajeros espirituales, siempre tuvieron el poder de ir y venir de un mundo al otro. Tratemos de imaginar lo que los mensajeros espirituales eran en el plano físico en las etapas pre-cristianas de la humanidad. Ellos fueron quienes, a partir de sus experiencias en el mundo espiritual, pudieron decirle a los pueblos del mundo antiguo cómo era realmente lo espiritual. Por supuesto, allí ellos también experimentaron la extinción de la conciencia del hombre físico de la tierra, pero como compensación, todo el mundo espiritual en su resplandeciente abundancia también estaba abierto para ellos y pudieron traer a los hombres sobre la tierra la información de que había un mundo espiritual y que apariencia tenía. Pudiendo dar testimonio de este mundo espiritual. Esto fue especialmente importante en épocas en las que el hombre se afianzaba cada vez más firmemente en el plano físico fijando sus intereses en él. Cuanto más conquistaba la tierra, cuanto más centraba el hombre su alegría y simpatía en el mundo físico, más tuvieron que insistir estos mensajeros de los dioses en el hecho de que existía el mundo espiritual. Pudiendo siempre hablar de esta manera: Sabéis esto y aquello con respecto a la Tierra, pero habéis de saber que también hay un mundo espiritual; En resumen, la imagen completa del mundo espiritual le fue revelada al hombre, por los mensajeros de los dioses. Esto era conocido por las diversas religiones. Y cuando los mensajeros de los dioses regresaban después de su iniciación o después de una visita al mundo espiritual, siempre podían llevar al mundo físico, (que se estaba volviendo cada vez más hermoso para quienes vivían en el plano físico) consuelo y exaltación desde el mundo espiritual, algunos de los tesoros del mundo espiritual. Ellos trajeron a la vida física los frutos de la vida espiritual. Y siempre fue el caso que las personas eran conducidas hacia el espíritu por medio de lo que los mensajeros de los dioses les habían traído. El mundo físico, el mundo de este lado, sacó provecho por los mensajeros de los dioses y por lo que trajeron. Pero estos mensajeros espirituales no pudieron trabajar igual de provechosamente para el mundo del más allá. Pueden imaginárselo de esta manera. Cuando el iniciado, el mensajero de los dioses, pasaba al otro mundo, los seres de allí eran sus compañeros, igual que lo son los seres en el mundo físico. Él podía hablarles y darles información sobre lo que estaba sucediendo en el mundo físico. Pero cuanto más se fue acercando la época grecolatina, menos podía el iniciado, cuando las almas pasaban desde la tierra al otro lado, ofrecerles allí algo de valor, puesto que sentían demasiado la pérdida de aquello de lo que tanto dependían en el mundo físico. Lo que el iniciado podía impartirles carecía de valor para ellos. Así pues, en tiempos pre-cristianos, lo que los iniciados traían como mensaje a los hombres en el mundo físico era provechoso en grado sumo, pero lo que pudieron tomar del mundo físico que fuese de alguna utilidad para el difunto era estéril en el mundo espiritual. Así como fue grande el mensaje que Buda, Hermes y Zarathustra trajeron a los hombres del plano físico, cuán poco pudieron lograr en el otro lado, ya que poco pudieron aportar que fuese satisfactorio o reconfortante como mensaje al otro lado. Comparemos lo que surgió para el otro lado a través del Cristo y que tuvo lugar en el período de más profunda decadencia, en el período grecolatino, con aquello que previamente se produjo por medio de los iniciados. Sabemos lo que significa el Evento del Gólgota para la historia de la tierra. Sabemos que fue la conquista de la muerte terrenal por la vida de los espíritus, la superación de toda muerte a través de la evolución de la tierra. Incluso aunque hoy no podamos entrar en todo lo que significa el Misterio de Gólgota, podemos resumirlo en pocas palabras: significa la prueba definitiva e incontestable del hecho de que la vida ha vencido a la muerte. ¡Cuando sobre el Gólgota la vida venció a la muerte, el espíritu depositó el germen de la conquista final de la materia! Lo que se relata en el Evangelio con respecto a la visita que Cristo hizo después del Evento del Gólgota a los muertos en el inframundo, no es una leyenda o un símbolo. La investigación oculta les muestra que es la verdad. Tan cierto como que Cristo se movió entre los hombres durante los últimos tres años de la vida de Jesús, él también hizo que los muertos se regocijaran al visitarlos inmediatamente después del Evento del Gólgota. Se apareció a los muertos, a las almas de los difuntos. Esta es una verdad oculta. Pudo entonces decirles que en el mundo físico, el espíritu había conseguido la victoria sobre la materia de forma incontestable. Para las almas de los difuntos en el otro lado, esto fue una llama de luz que brotó como electricidad espiritual, y se estimuló la conciencia agonizante de la época grecolatina en el otro mundo, iniciándose una fase completamente nueva para el hombre entre la muerte y un nuevo nacimiento. Y desde entonces, cada vez más claramente ha crecido la conciencia del hombre entre la muerte y el nuevo nacimiento.
Por lo tanto, si queremos describir la historia, podemos complementar las afirmaciones sobre el Kamaloca y la vida en el Devacán, y debemos señalar que con la aparición de Cristo en la tierra comenzó una fase completamente nueva para la vida en el otro lado. El fruto de lo que Cristo realizó para la evolución de la tierra, se plasmó en un cambio radical en la vida del más allá. Esta visita de Cristo al otro lado, significó un renacimiento de la vida allí entre la muerte y el nuevo nacimiento, desde entonces, los difuntos que en ese momento importante de la era grecolatina, a pesar de todo el placer que habían tenido en el mundo físico, se habían sentido meras sombras, prefiriendo ser mendigos en el mundo superior en lugar de Reyes en el reino de las sombras: ahora empezaban a sentir cada vez más en el otro lado. Desde entonces, el hombre ha crecido más en el mundo espiritual, y ha amanecido un período ascendente, de florecimiento para el mundo espiritual. Siempre veremos lo que adquirimos para la observación de la vida humana sobre la tierra, si ponemos ante nosotros las verdaderas cualidades del mundo espiritual.
Traducido por J.Luelmo may.2017

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