GA240 relaciones kármicas 3- Los Seres Lunares guardan los registros del pasado de la humanidad y de cada hombre individual.

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Rudolf Steiner

Conferencia III

Zurich, 28 de enero de 1924

Cuando contemplamos el mundo que nos rodea, encontramos como nuestro entorno en la Tierra los seres de los reinos mineral, vegetal, animal y humano, y todo lo que pertenece y es producido por estos reinos: montañas, ríos, nubes y demás. Miramos hacia los cielos y mientras contemplamos las estrellas y los planetas, nos daremos cuenta como resultado del estudio antroposófico que, al igual que la Tierra, estos diferentes cuerpos celestes tienen sus habitantes. Pero a medida que el hombre dirige su mirada a su entorno terrenal y también a los cielos, encuentra en este entorno espacial seres que están conectados con una parte de sí mismo. Sabemos por la Antroposofía que el hombre es un ser cuádruple, compuesto de cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral y Yo, y que en el sueño el Yo y el cuerpo astral se separan de los cuerpos físico y etérico. Pero el Universo que percibimos a través de nuestros sentidos solamente está relacionado con nuestro cuerpo físico, no con nuestro cuerpo astral y el Yo. Las únicas excepciones son dos cuerpos celestes: el Sol y la Luna. El Sol y la Luna son las moradas de Seres espirituales así como la Tierra es la morada del hombre. Los otros cuerpos celestes también están poblados por Seres espirituales, pero durante la vida del hombre entre el nacimiento y la muerte, solamente se relaciona con ellos de manera indirecta. En este sentido, el Sol y la Luna son excepciones. Son las dos puertas o portales a través de los cuales, en la vida física en la Tierra también, los hombres están vinculados con el mundo espiritual. El Sol está conectado con nuestro Yo y la Luna con nuestro cuerpo astral.

Comenzaremos a entender esto si volvemos a lo que se ha dicho en los diferentes libros y conferencias.

Ustedes saben que la Luna, que ahora se mueve independientemente a través del espacio cósmico, estuvo una vez unida a la Tierra; en un cierto punto del tiempo se liberó y salió al Universo donde ahora forma un tipo de colonia de la Tierra. Esto se aplica no solo a la Luna física sino también a los Seres que la habitan. Saben también que la Tierra una vez estuvo habitada tanto por hombres como por ciertos Seres superiores que fueron los primeros grandes Maestros de la humanidad. No estaban encarnados en cuerpos físicos como lo están hoy los hombres, sino solo en cuerpos etéricos. Sin embargo, las relaciones entre los hombres y estos Seres continuaron hasta la época Atlante. En aquellas épocas primitivas de la Tierra, los hombres fueron exhortados en ciertos momentos a mantener una completa quietud y calma en sus almas, a mantenerse ajenos a su entorno físico. Y después, en aquellos hombres primigenios, (nosotros mismos, de hecho, porque todos hemos estado en la Tierra en vidas anteriores), fue como si los Grandes Maestros hablaran desde dentro de ellos y sintieran esto como Inspiración. Estos Seres no comunicaban sus mensajes y enseñanzas a los hombres, como hoy nos comunicamos entre nosotros, sino de la manera que he indicado. Las obras que dan expresión a una maravillosa y primordial sabiduría fueron los frutos de esta relación. El hombre moderno es fundamentalmente arrogante, se enorgullece de ser infinitamente inteligente. Y así es realmente, en comparación con los hombres de esas épocas remotas. Pero la inteligencia por sí misma no conduce ni a la sabiduría ni al conocimiento real. La inteligencia se debe al intelecto y el intelecto no es el único instrumento para adquirir conocimiento. Los hombres en los tiempos primitivos fueron guiados hacia el conocimiento, mediante fuerzas muy profundas del alma las cuales no eran expresadas con la fraseología intelectual o en términos de nuestra gramática pedante, ya que toda la gramática es pedante, sino en un lenguaje que era semipoético. Fueron Seres en una avanzada etapa de su evolución, aquellos sabios primitivos que enseñaron a los hombres mediante la Inspiración, quienes dieron origen a obras de belleza suprema, fragmentos de las cuales se han conservado hasta nuestros días. Sólo un necio podrían no asombrarse ante la literatura védica, la filosofía Yoga y Vedanta de la India, la tradición de la antigua Persia y Egipto. Cuanto más nos adentramos en estos registros, más obvio es que, aunque nosotros, los de la edad moderna, somos mucho más listos que los hombres antiguos, el conocimiento que presentaban de forma tan bella y poética conduce muy profundamente a los misterios del mundo. Los escritos que nos llenan de tanta admiración y asombro si nuestros corazones están correctamente sintonizados, son solo los últimos vestigios de la maravillosa sabiduría primordial que una vez existió en la humanidad como tradición oral y que solamente la Ciencia Espiritual es capaz de investigar. Pero los hombres han superado esta sabiduría en su forma primaria. No habrían alcanzado la madurez ni alcanzado la libertad en el conocimiento a través de sus propios esfuerzos si hubieran continuado en la etapa de aquella sabiduría ancestral.

Aquellos grandes Maestros, una vez cumplida su tarea, dejaron la Tierra junto con la Luna, que como planeta físico había salido al Universo. Hoy los grandes Maestros forman una especie de colonia espiritual en la Luna y un vidente que investigase la Luna con la ayuda de la ciencia Iniciática: la encontraría poblada por esos sabios seres que una vez fueron compañeros de los hombres. La sabiduría de estos Seres ahora puede investigarse a través de un mayor desarrollo de las facultades descritas en el libro Conocimientode los Mundos Superiores. Estos seres tienen una tarea importante que cumplir para la humanidad, una tarea que es difícil de describir en palabras terrenales. Los Seres de la Luna guardan los "libros", los registros, de todo el pasado de la humanidad y de cada hombre individual. Estos libros no son, por supuesto, en absoluto como los volúmenes de nuestras bibliotecas, pero esta definición es, sin embargo, justificable. Los "libros" contienen registros de lo que cada ser humano ha experimentado en sus sucesivas vidas terrenales. Cuando estamos descendiendo del Cosmos a la Tierra desde la existencia que se extiende entre la muerte y un nuevo nacimiento, entramos en contacto interno con los registros de nuestro pasado en estos grandes "libros" guardados por los sabios de la Luna. Antes de llegar a la esfera de la Tierra, este pasado se queda plasmado en el cuerpo astral que traemos a la existencia terrenal y en ese cuerpo astral están las "entradas" hechas por los Seres de la Luna.

En circunstancias normales, estas entradas no alcanzan la cabeza. Durante la vida terrenal, la cabeza no es para nada un órgano de destacada importancia, aunque, por supuesto, es esencial para los conceptos e ideas relacionados con la existencia externa y material. Lo que está inscrito en el hombre durante la etapa final de su descenso del Cosmos a la Tierra está inscrito, créanlo o no, como ustedes prefieran, en la parte de él que llamamos el lado espiritual del sistema metabólico motor. Las inscripciones, por lo tanto, radican en lo profundo del inconsciente, pero en realidad están allí y pasan al proceso de crecimiento, a la salud y, sobre todo, determinan lo que llamaré la "curabilidad" (Heilbarkeit) de un ser humano cuando él está enfermo en la Tierra. Obviamente, es importante comprender la naturaleza de la enfermedad, pero es aún más importante comprender cómo sanar. El conocimiento suprasensible en sí mismo es una ayuda esencial, ya que este revela lo que ha sido inscrito desde la Crónica del Akasha por los Seres Lunares en las fuerzas del proceso de crecimiento, en las fuerzas de la nutrición, en las fuerzas de la respiración, y así sucesivamente. Son estas inscripciones las que determinan si un hombre pone resistencia fuerte o solo leve a la curación de una enfermedad. Un individuo será curado fácilmente, otro solo con dificultad. Esto depende completamente de cómo el karma de vidas terrenales previas hace posible que las inscripciones tengan efecto.

Cuando pensamos acerca de lo que significa la Luna, junto con los Seres que la habitan espiritualmente, para nosotros en la Tierra, finalmente nos sentimos inclinados a decir que la Luna está íntimamente conectada con nuestro pasado, con nuestras vidas terrenales previas. Comprender qué significa para la Tierra, la existencia de la Luna allá fuera en el espacio cósmico, es tener una percepción intuitiva del pasado del hombre. El destino se forma a partir de lo que traemos de nuestra vida terrenal anterior, es decir, de nuestro pasado y de lo que experimentamos durante la vida presente. Y a partir de lo que puede experimentarse en la vida presente, junto con nuestro pasado, nuestro destino futuro toma forma.

Por lo tanto, la Luna en su aspecto cósmico, con sus Seres se nos revela como el poder que esculpe el patrón de nuestro pasado en nuestro destino.Habrán podido darse cuenta de lo poco que se conoce hoy sobre las verdaderas funciones de los cuerpos celestes. La información sobre la Luna tal como estamos acostumbrados a oír hoy en día por las ciencias físicas, no es conocimiento en el verdadero sentido. Un físico moderno que pretenda describir la Luna presupone que las cadenas montañosas representadas en los mapas lunares siempre estuvieron allí. Esta es una creencia muy ingenua. Los Seres Lunares estaban siempre allí, el alma y el espíritu pertenecientes a la Luna siempre estaban allí, pero no la sustancia física. Ustedes serán capaces de entender esto pensando en el propio hombre. En el curso de la vida terrenal de un hombre, las sustancias físicas en su cuerpo están cambiando perpetuamente. Después de un período de siete a ocho años, todas las sustancias originalmente en nosotros han sido reemplazadas. Lo que ha quedado es el alma y el espíritu, y esto mismo se aplica a los cuerpos celestes. La sustancia de la Luna, aunque de mayor duración que la sustancia del cuerpo humano, ha cambiado a lo largo de las eras; solo han permanecido el espíritu y el alma. Con estas cosas en mente, nuestra visión del Universo es completamente diferente de la que presenta el conocimiento materialista de hoy. Este conocimiento es extremadamente astuto, altamente intelectual; sobre todo, puede calcular con precisión absoluta. Los cálculos son precisos, pero no son ciertos. Supongamos que alguien hace cálculos sobre la estructura del corazón. Lo examina hoy y otra vez dentro de un mes. Ha cambiado muy levemente Después de otro mes, el cambio vuelve a ser leve, y luego calcula hasta qué punto el corazón cambia en un año. Solo necesita multiplicar y tiene la cifra por diez años. Puede calcular las mediciones del corazón de hace trescientos años, y las que serán dentro de trescientos años. Los cálculos serán ciertamente correctos. Solo que el corazón no existía hace trescientos años, ¡ni existirá dentro de trescientos años! El mismo procedimiento se adopta en otros casos. ¡Los cálculos son invariablemente correctos, pero no concuerdan con la realidad! Lo mismo se aplica a la sustancialidad externa de los cuerpos celestes. Su sustancia cambia pero el elemento del alma y del espíritu permanece. Y en el caso de la Luna, es este elemento del alma y del espíritu el que está entretejido en nuestro destino por los grandes Registradores de nuestra vida pasada y por lo tanto, constituye parte de la red de nuestro destino.

Así pues, la Luna es en verdad uno de los portales que muestran al hombre el camino hacia el mundo espiritual, el mundo a partir del cual se teje su destino por aquellos Seres que una vez fueron sus sabios compañeros de la Tierra en tiempos en que los hombres tejían su destino instintivamente. El tejer del destino ahora tiene lugar completamente en el subconsciente.

Aún hay otro portal que conduce al mundo espiritual: es el portal del Sol. Cuando a través de la ciencia Iniciática adquirimos conocimiento del Sol, los Seres que encontramos no están relacionados con la Tierra de la misma manera que los Seres Lunares; en la esfera del Sol no encontramos Seres que alguna vez hayan tenido su morada en la Tierra. Los Seres que encontramos en el Sol se mencionan en el libro Ciencia Oculta como los Angeloi y los Seres superiores de las Jerarquías. Cuando digo "en el Sol", deben, por supuesto, imaginar a tales Seres en toda la esfera del Sol, en el torrente de luz que irradia desde el Sol.

El Sol es la morada de los Ángeles, cada uno de los cuales siempre está conectado con un ser humano individual. Nosotros mismos, en cuanto a nuestro Yo, estamos conectados con estos Seres superiores a través de nuestra existencia solar. Los Ángeles son, en cierto sentido, los prototipos cósmicos de los hombres, porque en tiempos futuros el hombre alcanzará su rango. Estos Seres, con cuya naturaleza nosotros mismos tenemos una cierta relación, tienen su morada en la esfera del Sol. A partir de esto se darán cuenta de que así como nuestro pasado está conectado con la existencia de la Luna, nuestro futuro está conectado con la existencia del Sol. La luna y el sol representan nuestro pasado y nuestro futuro. Cuando sabemos por un lado que los Seres de la Luna son los "registradores" de nuestro pasado, que los registros de nuestras vidas terrenales pasadas están inscritos, por así decirlo, en las hojas de sus libros, la Ciencia Iniciática deja claro que debemos recurrir a los Ángeles cuando pensamos en nuestro futuro. Así como lo que hemos hecho en el pasado incide en nuestra vida presente, las cosas que hacemos en el presente deben continuar obrando en el futuro. Pero esto es posible solo a través de los Ángeles, los cuales dirigen su mirada a las obras presentes de un hombre y las llevan a efecto en el futuro.

Es bueno y correcto tener en cuenta esta función de los Ángeles. Hacemos muchas cosas que deberían dar frutos en el futuro. La humanidad de la época presente se ha vuelto tristemente irreflexiva sobre tales asuntos. Cuando un hombre ha realizado alguna acción debe pensar en su Ángel, diciendo interiormente: "Que mi Espíritu Guardián reciba esta acción mía como una raíz y de ella se produzca fruto". Las imágenes más definidas y vivas se usan cuando un hombre se dirige a su Ángel en relación con acciones que posteriormente deberían dar fruto, lo más abundante que este fruto pueda ser en el futuro. Y así los Seres de la Luna preservan nuestro destino pasado y los Seres del Sol tejen un nuevo destino para el futuro. No es solo luz física externa lo que el Sol y la Luna envían a la Tierra. Estando como lo está, conectada con nuestro cuerpo astral, la Luna proporciona el impulso inicial mediante el cual todo nuestro pasado se entrelaza con nuestro destino. El Sol está conectado con nuestro Yo y mediante los Seres que son un prototipo de nuestra futura existencia cósmica, tiene que ver con nuestro futuro destino. Y entonces, las imágenes reflejo celestiales de nuestro destino son imágenes de la relación entre el Sol y la Luna.

La Ciencia Iniciática explica y confirma estos hechos. Cuando un hombre ha alcanzado el grado de desarrollo necesario tal como lo describí en el libro Conocimiento de los Mundos Superiores, entonces ve, cuando contempla la Luna Llena, no solo lo que ve la conciencia normal. A la luz de la Luna Llena, percibe su destino pasado, el contenido de su vida terrenal anterior. Y cuando con una mejor visión espiritual enfoca su mirada en el lugar ocupado por la Luna Nueva oscura, físicamente invisible, su sombra oscura se convierte para él en el gran Amonestador formado por su destino, proclamándole cuál debe ser su actitud ante las acciones en su anterior la vida terrenal para que pueda compensarlos en el curso ulterior de su karma.

Es posible para un hombre establecer una relación similar con el sol. Esto le permite hacerse una idea de los destinos futuros, cuando menos, un atisbo general, sin detalles específicos.

Si ahora pasamos del aspecto cósmico al propio hombre, descubrimos que el destino humano está entretejido de una manera maravillosa en dos tipos de circunstancias. Cuando dos individuos se encuentran, uno de ellos, digamos, en su vigésimo quinto año, el otro en su trigésimo, puede darse el caso -por supuesto, no siempre- que cuando uno u otro mira hacia atrás A lo largo de su vida hasta este punto, se da cuenta con absoluta certeza de que cada uno de ellos ha seguido su camino de la vida como si se buscaran deliberadamente el uno al otro. Ignorar tales cosas simplemente denota falta de pensamiento. El niño ya había emprendido el camino que conducía inevitablemente al otro ser humano y el camino de este último también conducía al punto de encuentro común. Todo esto tuvo lugar en el ámbito subconsciente, pero ¿Qué ha estado funcionando allí? Piensen en el individuo como A y el otro como B. Antes de entrar en la vida terrenal, A descendió a través de la esfera de la Luna. Los Seres de la Luna habían inscrito en sus registros y también en su cuerpo astral, lo que él había experimentado en común con B en la vida terrenal pasada y estas entradas hechas por los Seres de la Luna en la Crónica de Akasha influenciaron los caminos tomados por A y B Desde el momento en que se encuentran, el subconsciente ya no es lo más importante, ya que ahora los dos se encuentran cara a cara y se causan cierta impresión. Ya no se trata de conservación del pasado; es el presente el que está ahora en obrando. Los Ángeles intervienen y conducen a las personas involucradas a etapas posteriores. Las fuerzas de la existencia del Sol ahora están operando, de modo que dentro del ser más íntimo de un hombre, el Sol y la Luna juntos tejen su destino. Esto puede visualizarse claramente mediante una percepción reflexiva del curso de la vida humana.

Cuando dos individuos se encuentran, la impresión que se causan uno al otro puede ser intrínsecamente diferente. Hay casos en que uno de los dos toma al otro, justo en la esfera de su voluntad, de sus sentimientos. La impresión personal externa ha tenido poca influencia aquí. Los intelectuales no entienden lo que ocurre internamente en estos casos, ya que una de las experiencias más maravillosas que puedan imaginarse, es, ver qué tipo de relación se forma cuando dos seres humanos se encuentran por primera vez. Puede suceder que A tome B en la esfera de su voluntad diciéndose a sí mismo: ¿Lo qué hace B, quiero hacerlo yo mismo? lo que le agrada, también me agrada. - O bien, B puede ser feo y poco atractivo y nadie puede concebir que pueda ser agradable para A. - Verán, que la atracción en este caso no está causada por la mente racional o por las impresiones de los sentidos, sino por las fuerzas más profundas de el alma, por la voluntad y por lo que va de la voluntad al corazón. Por feo que pueda ser el otro, se ha vuelto así, solo en la presente vida terrenal. El origen del vínculo entre los dos radica en las experiencias que compartieron en una vida anterior. Visto desde afuera, parece que los dos no pueden vivir en armonía, pero el hecho es que lo que está presente subconscientemente en cada uno de ellos guía sus voluntades al unisono. Incluso en la infancia esto a menudo se hace evidente. Un niño pone todo su empeño para tratar de ser como "él", de tener los mismos deseos que "él", de sentir lo que "él" siente. Una conexión kármica está ciertamente presente en tales circunstancias.

Ese es un tipo de encuentro entre individuos y si estuvieran atentos a tales acontecimientos -como inevitablemente será el caso en un futuro no muy lejano, cuando se prestará más atención a la naturaleza interna del hombre- el funcionamiento de la voluntad indicaría que las vidas pasadas de la tierra ya han sido agotadas en compañía de tales individuos; además, las fuerzas del alma inconscientes dan indicios de experiencias compartidas con otros en la pasada encarnación.

El otro tipo de encuentro es este. - Un individuo se encuentra con otro, pero no hay ninguna relación establecida entre sus voluntades; la impresión estética o mental es predominante. Cuan a menudo ocurre que un hombre A conoce al hombre B, pero después no se refiere a él con la calidez o el desdén con el que habla de alguien con quien tiene una conexión kármica de tiempos pasados. Uno puede alabar a un individuo con el que no existe un vínculo kármico, uno puede apreciarlo, considerarlo un hombre espléndido, pero no tiene ningún efecto sobre la voluntad; solo tiene efecto sobre la mente, sobre el sentido estético.

Ese es el segundo tipo de encuentro entre individuos. Si el efecto causado en ambos, tanto en uno como en el otro, llega a la voluntad, al corazón, a la naturaleza más íntima, entonces es que existe una conexión kármica; los dos individuos han sido guiados el uno hacia el otro como resultado de experiencias comunes en una pasada vida terrenal. Si otra persona causa un efecto que solo llega al intelecto, en el sentido estético, esto no es un resultado de la actividad de la Luna, sino una situación ocasionada por el Sol, la cual tendrá su secuela solo en el futuro. Y así a través de un estudio meditado y atento de la vida humana podemos aprender a percibir los signos de las conexiones kármicas. Lo que les acabo de decir, es fruto del conocimiento que se puede obtener a través de la Antroposofía y de la misma manera que nadie necesita ser un artista para ver la belleza en una imagen, tampoco es necesario que un hombre sea un Iniciado para comprender estas cosas. Se pueden entender porque las ideas armonizan. Hay gente que dice: el mundo espiritual no nos concierne; solo lo comprenderemos cuando estemos realmente en él. - Dicen esto porque hoy en día están acostumbrados a aceptar como prueba solo lo que se puede confirmar de una manera material y física. Tales personas son como tontos que dijesen: "Todo en el mundo debe ser sostenido; de lo contrario, se cae; la Tierra, la Luna, el Sol, todos ocupan su lugar en el espacio cósmico, pero deben ser sostenidos para evitar que caigan". Tales personas no saben que los cuerpos cósmicos se apoyan mutuamente. La antroposofía requiere este tipo de comprensión. Sus ideas no pueden ser respaldadas por pruebas físicas externas, sino porque todas ellas se apoyan mutuamente. Cuando leen un libro antroposófico por primera vez, pueden dejarlo de lado porque están acostumbrados a que todo sea probado hasta el final y en dicho libro no hay tales pruebas. Pero si siguen leyendo verán que, al igual que los cuerpos cósmicos, las ideas se sostienen y apoyan mutuamente.

Las enseñanzas pueden entenderse incluso cuando uno no es un Iniciado, pero a través de la Ciencia Iniciática se vuelven mucho más concretamente reales y se experimentan de manera diferente. Por lo tanto, cualquiera que esté lo suficientemente avanzado puede hablar de otra manera sobre la red del destino humano que está entretejida en el pasado, el presente y el futuro. Las experiencias de una persona que ha llegado a una determinada etapa de Iniciación se vuelven mucho más concretas. - Supongamos que alguien está parado frente a ti; él te dice algo y lo escuchas claramente. Un Iniciado puede oír la voz interna tanto como la externa; él puede oír el discurso espiritual que no es menos claro que el habla humana ordinaria. Una persona con quien un Iniciado haya estado relacionado kármicamente en el pasado y con el cual se encuentra en la vida presente, le habla de manera tan clara e inequívoca como la gente habla ordinariamente. El Iniciado oye un discurso interno. Usted dirá: entonces un Iniciado debe tener a su alrededor toda una colección de personas que le hablan con diversos grados de claridad.

Y tal es el caso realmente. Al mismo tiempo, es una prueba concreta de la forma en que se ha agotado la vida terrenal anterior. Ya he dicho que los Seres de la Luna, los grandes Registradores, registran el destino; pero cuando un Iniciado encuentra a alguien con quien haya estado conectado kármicamente en la vida terrenal anterior, inmediatamente, la luz de la Luna Llena le irradia las 'entradas' registradas del otro individuo.

Lo que pensamos y hacemos en el presente inmediato no nos habla de inmediato, sino después de un cierto tiempo, en cualquier caso no muy largo, nuestras acciones que han sido registradas por los Seres de la Luna se vuelven vivas y, en cierto sentido, articuladas. Las imágenes Akashicas son imágenes vivientes; si ustedes descubren el contenido de una vida terrenal pasada, aprenden a conocerse a si mismos y a los otros seres humanos en cuestión. Las experiencias comunes de la encarnación pasada surgen en la conciencia; no es de extrañar que las oigamos hablar tanto desde dentro de nosotros mismos como desde dentro de los otros individuos. Estamos unidos internamente con aquellos con quienes estábamos asociados en la vida terrenal anterior.

En el futuro, los hombres deberán desarrollar un delicado sentimiento para con los impulsos de la voluntad cuando se encuentren con otra persona. Dentro de aproximadamente entre siete a nueve mil años, todos los seres humanos en la Tierra podrán escuchar a aquellos con quienes están conectados kármicamente, hablándoles desde su propio interior.

Ahora bien, si, después de haber alcanzado la Iniciación, tuviera lugar un encuentro con alguien con quien no hay un vínculo kármico, con quien se encuentra por primera vez, nuevamente la experiencia es diferente. Naturalmente, un Iniciado también puede encontrarse con personas con las que no está conectado kármicamente. En cualquier caso, su experiencia diferirá de la de los demás. Él tiene un sentimiento fino y delicado de los nuevos hechos revelados por el individuo que tiene frente a si, en este caso, como un ser cósmico.

Un individuo al cual encontramos por primera vez, nos permite ver más profundamente en el Cosmos. Es una gran suerte encontrar a esa persona y el reconocimiento de que este encuentro amplía nuestro conocimiento del mundo debe transformarse en una sutil sensibilidad. Un Iniciado tiene una cierta obligación en conexión con cada individuo con quien no tiene una conexión kármica del pasado, a quien encuentra por primera vez en el Cosmos (el mundo espiritual). Debe vincularse con el Ser espiritual que pertenece al reino de los Ángeles que es el Espíritu Guardián de este individuo. Debe familiarizarse no solo con el individuo mismo sino también con su Ángel Guardián. El Ángel Guardián de este individuo habla inequívocamente desde dentro de él. Por lo tanto, cuando un Iniciado se encuentra con diferentes seres humanos con los que no tiene ningún vínculo kármico, oye un discurso claro y definido. Él oye lo que dicen los Ángeles de estos individuos. Esto le da un cierto carácter a las interrelaciones entre un Iniciado y una persona corriente. Él acoge dentro de sí lo que los Ángeles desean decirle a la persona que ha llegado a conocer; se transforma a sí mismo (por así decir) en el Ángel de esta persona y lo que puede decirle, por lo tanto, es más íntimo que la conciencia ordinaria. El Iniciado es realmente un ser diferente en todos sus contactos con individuos cuyo primer encuentro con él está en el Cosmos, porque se ha identificado con los Ángeles de cada individuo en cuestión. Este es el secreto de la facultad de auto-transformación que poseen aquellos que con el poder otorgado por la Iniciación se encuentran cara a cara con otros hombres. Hoy en día, la gente apenas siente tales cosas en comparación con la facultad de percepción que poseían un tiempo atrás de no hace muchos siglos. Podría haber sucedido entonces que un sabio, enfrentando a otras veinte personas, hubiera sido descrito de manera diferente por cada uno de ellos. El veredicto común en tales circunstancias sería que como cada una de las veinte descripciones dadas era bastante diferente de todas las demás, ninguna de las veinte descripciones realmente había visto al individuo en cuestión. ¡Pero tal vez todos lo hicieron! Él cambiaba en cada caso al establecer un vínculo con el Ángel de cada persona en cuestión.

A este respecto, existe un verdadero abismo entre lo que hoy se acepta como costumbre y lo que era comúnmente aceptado no hace mucho tiempo. En nuestro tiempo hay una gran cantidad de cosas que aprender a nuestra disposición, pero se comunican de una manera completamente diferente. En el entrenamiento superior que se impartía en una época no muy lejana, aquellos que eran llamados a ser líderes del pueblo como sacerdotes o maestros se les enseñaba a desarrollar la capacidad de unirse con los Ángeles de un ser humano. Pero incluso el recuerdo de esto se ha desvanecido. El conocimiento del Ángel era indispensable para aquellos que aspiraban a ser líderes de la humanidad, a fin de desarrollar el poder de la auto-transformación.

Y ahora algo más. - Les parecerá extraordinario - Hablé de ello en el libro El cristianismo como Hecho Místico - que haya grandes similitudes en las biografías de los antiguos Iniciados. Estudien estas biografías y encontrarán que hay muchas características similares, ya que los grandes Iniciados acumulaban experiencias similares en sus almas. Las biografías de los seres humanos comunes nunca serían iguales. Si todos los que se encontraron con Zaratustra hubiesen escrito sobre él, cada caracterización hubiera sido diferente, porque Zaratustra cambiaba cada vez que un individuo llegaba ante él. Lo que el mundo debía saber acerca de los grandes Iniciados era una biografía inspirada por espíritus superiores.

Cuando tiene lugar el encuentro entre un Iniciado y otro individuo por primera vez en el Cosmos, el Iniciado tiene que establecer contacto con el Ángel de ese individuo. Al hacerlo, adquiere una gran cantidad de conocimiento sobre el mundo espiritual exterior. De hecho, uno no puede adquirir un conocimiento más profundo de otros seres humanos a través de facultades espirituales sin aprender a conocer a toda una hueste de Ángeles. Un verdadero conocimiento del hombre es imposible sin el conocimiento del Ángel. Así como los seres humanos que no están conectados kármicamente entre sí adquieren conocimiento del mundo circundante a través de la percepción ordinaria, el Iniciado adquiere conocimiento del mundo del Ángel, que es entonces el puente entre él y las Jerarquías superiores.

También hay otros indicios de la existencia de una conexión kármica. Podemos encontrarnos con un individuo y luego tener mucho que ver con él, trabajar con él y demás, pero nunca soñamos con él. La razón es que la conexión kármica no está efectuada con nuestro cuerpo astral, sino solo con nuestro Ego.

Podemos cruzarnos con alguien del cual solo tenemos una mirada fugaz y sin embargo nos sigue en nuestros propios sueños, en nuestros sueños despiertos también. Nuestra imagen de él no tiene que ver con su apariencia externa y ha surgido por completo de la vida interior, porque tenemos un vínculo kármico con él. Otras veces, podemos encontrarnos con alguien con quien estamos conectados kármicamente y nos sentimos impulsados a pintarlo. Un artista puede pintar un retrato del cual una persona no culta no ve ningún parecido, mientras que un Iniciado puede reconocer una encarnación previa del individuo cuyo retrato ha sido pintado. Llegamos a conocer a alguien con quien tenemos una conexión kármica en las profundidades de su ser, aunque el conocimiento pueda permanecer en el subconsciente. A través de personas con quienes no hemos tenido una conexión kármica previa, a quienes conocemos por primera vez, ampliamos nuestro conocimiento de la humanidad en general.

Cuando acudan a una fiesta de té u otra fiesta similar, mantengan sus oídos abiertos y escuchen la conversación. - Si alguien se ha encontrado con otra persona con la que está vinculado kármicamente, poco dirá sobre los otros presentes, pero sobre este individuo en particular, dirá algo de verdadero significado, especialmente si no es consciente de todo lo que está detrás. En ese mismo tipo de fiesta, pueden entablar una conversación con alguien con quien no tienen ninguna conexión kármica. Su interés en él es muy superficial y le causa la impresión típica de todos los demás invitados. Dicho encuentro es muy breve por norma y gran parte de las conversaciones hablan sobre asuntos mundiales, sobre políticos notables y cosas por el estilo. Después de escuchar a estas pocas personas, podemos juzgar a toda la sociedad según este criterio. El juicio puede ser erróneo, pero sin embargo, es a través de las personas con las que no tenemos una conexión kármica, cuando se nos hacen presentes otros aspectos del mundo. Hubo una vez un viajero que llegó a la estación de Konigsberg a la medianoche. Pidió una taza de café y el camarero pelirrojo que dormitaba le habló en un lenguaje grosero. El viajero escribió en su diario: "La gente de Konigsberg tiene el pelo rojo, está adormilada y es tosca". Estaba juzgando a toda la gente de Königsberg por este camarero nocturno, ¡alguien con quien no tenía ninguna conexión kármica!

A través de estudios de este tipo aprendemos no solo a evaluar la vida y sus valores, sino que nos acercamos a otros seres humanos y estamos conectados con ellos de una manera diferente. Aprendemos no solo a comprender la vida humana, que es la tarea esencial de la Antroposofía, sino que también aprendemos a conocer la vida cósmica. El Sol y la Luna dejan de ser el tema de abstractas teorías y se convierten en realidades vivientes en el Cosmos, los grandes contrapuntos en el Universo del destino microcósmico de los hombres en la Tierra.

La actividad solar se combina con la actividad lunar en nuestra vida. La luz que nos irradia desde la Luna está conectada con nuestro pasado cósmico y la luz del Sol está conectada con nuestro futuro cósmico.

El objetivo del Encuentro de Navidad, cuando se le dio un nuevo fundamento a la Sociedad Antroposófica, fue hacer hincapié en la importancia de la antroposofía para la vida misma. Se dijo que el esoterismo en el verdadero sentido de la palabra debe ser un poder vivo entre nosotros. El Encuentro de Navidad no pretendía ser simplemente una reunión festiva de varios Antropósofos, sino que su eficacia y sus impulsos debían perdurar. Un nuevo plan es emitir una hoja de noticias (de hecho ya han aparecido los tres primeros números) que contiene informes de lo que está sucediendo en la Sociedad Antroposófica. La Sociedad debe convertirse en una especie de organismo vivo y espiritual. En mis viajes, constantemente he encontrado miembros en La Haya, por ejemplo, que dicen: "¡No tenemos idea de lo que están haciendo los Miembros en Viena, y sin embargo pertenecemos a una Sociedad Antroposófica!" - Me pregunto cuántos aquí en Zurich podrían decir ¿Qué está pasando en los Grupos de la Sociedad en Leipzig o Hamburgo? Pero esto es lo que debe hacerse posible en el futuro. Los miembros del

Grupo de Nueva Zelanda deberían tener una idea real de lo que está sucediendo en Viena, y así sucesivamente. Sería provechoso que los miembros envíen a la oficina editorial de la hoja de noticias, dando cuenta de sus experiencias tanto en la Sociedad como fuera de ella. Este material será editado y los miembros podrán leer sobre lo que esté sucediendo en la Sociedad. Propongo en el futuro incluir en la hoja de noticias aforismos cortos y concentrados para usar en las reuniones de grupo o en otras ocasiones.

Todas estas medidas deberían instilar la vida real, la vida palpitante, en la Sociedad

Antroposófica, y cada miembro debería darse cuenta de que ese fue el objetivo del Encuentro de Navidad. Además, es porque solo así es como deben ser las cosas, y de hecho deben serlo, si la Antroposofía misma hace justicia a su pasado y futuro, que he asumido la Presidencia, asociada a un Ejecutivo que sé que funcionará de manera fructífera desde el centro en el Goetheanum. Durante muchos años me había mantenido alejado de todos los asuntos administrativos, y de no haber sido una necesidad absoluta, no debería haber pensado comenzar de nuevo y repetir en la vejez lo que se hacía cuando era joven. Quiero hacer un llamamiento a todos los miembros de la Sociedad Antroposófica para que ayuden a garantizar que, a través del Encuentro de Navidad, la piedra angular de la vida antroposófica se deposite en los corazones de nuestros Miembros y se desarrolle como una semilla viva, de modo que la vida activa pueda aumentar constantemente en la Sociedad. Si eso sucede, la Sociedad también podrá enviar su impulso al mundo.

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919