GA094 Leipzig, 30 de junio de 1906. -condiciones de la vida después de la muerte

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RUDOLF STEINER

LAS DIFERENTES CONDICIONES DE LA VIDA DEL HOMBRE DESPUÉS DE LA MUERTE
EL MUNDO ASTRAL.
La panorámica de la vida. Experiencias de los muertos en el mundo astral.Consecuencias de una muerte antinatural. La existencia sensorial, una escuela,a través del cual el hombre debe alcanzar el espíritu

Leipzig, 30 de junio de 1906.

tercera conferencia
Ayer describí el mundo astral. Hoy nos ocuparemos de la vida del hombre después de la muerte en el mundo astral. Esto nos dará una base para comprender la reencarnación y el karma.
Hemos visto que cuando morimos tienen lugar los siguientes procesos: el cuerpo físico queda como un cadáver.
Mientras que durante el sueño el cuerpo etérico permanece conectado con el cuerpo físico, en el caso de la muerte tanto el cuerpo etérico, como el cuerpo astral y el Ego se desligan del cuerpo físico. Inmediatamente después de la muerte, toda la vida terrenal se desarrolla en todo detalle ante el alma de los difuntos en forma de imágenes. Este proceso dura unos tres días, hasta la siguiente separación, es decir, la del cuerpo etérico que se desliga del cuerpo astral y del Ego. En sentido oculto, por lo tanto, hablamos de dos cadáveres. Después de un tiempo, el cuerpo etérico queda como un segundo cadáver.
Cuando se produce la segunda separación, cesa la capacidad de la memoria, pero no para siempre, y comienza una nueva condición para el ser humano. ¿Cuál es esta nueva condición? El hombre ahora se experimenta a sí mismo, en ese mismo mundo en el que entra todas las noches durante el sueño. Pero esta condición post-morten difiere mucho de la condición de sueño. Los libros teosóficos a veces describen la muerte como si fuera una especie de sueño. Pero no ocurre así, sino que poco después de la muerte, el hombre toma conciencia del mundo astral. Sin embargo, existe en el proverbio: el sueño es el hermano de la muerte. ... y eso es correcto. Este nuevo estado de existencia se llama la vida en el Kamaloca.
Hemos visto que durante el sueño, el cuerpo astral se dedica a renovar las fuerzas en el cuerpo físico y en el cuerpo etérico. Este trabajo suprime la conciencia durante el sueño y nos impide tener percepciones del mundo astral. Después de la muerte, el cuerpo astral queda dispensado de esa labor, de hecho ya no es necesario restaurar la fatiga, y por esta razón comienza a hacerse consciente del mundo astral. Sobre la Tierra, esta fuerza se usaba para la reconstrucción del cuerpo físico, pero ahora se ha liberado de ésa tarea y se manifiesta en forma de conciencia. Cuando el cuerpo astral ya no está obligado a restaurar nada, percibe las imágenes del mundo astral. Esto también muestra por qué debemos esforzarnos después de un sueño profundo.
Si observen la vida física aquí en este mundo, verán cómo todos buscan satisfacer sus sentidos. Lo que un ser humano disfruta, lo disfruta su alma, pero el órgano que le permite el disfrute es físico. Si a una persona le gusta comer, el alma necesita el paladar para disfrutarla. Después de la muerte, el anhelo de estos placeres continúa existiendo, mientras que los órganos ya no existen. El alma anhela la buena comida, pero falta el órgano que le permite gustarla. El anhelo ya no puede ser satisfecho. El alma es como un naufrago que sufre una sed terrible buscando en vano agua, para tener la posibilidad de saciar su sed.
Este estado de existencia no dura para siempre, poco a poco cesan los anhelos. Muchas religiones lo describen como una vida en el purgatorio. Y antiguamente los pintores a veces representaban eso en imágenes con llamas de fuego. De hecho, el alma sufre una sed ardiente.
El tramo final es cuando el ser humano siente sus últimos anhelos y vive toda su vida en retrospectiva, hasta su nacimiento; cuando no tenía deseos apasionados. Después el hombre entra en el Devacan. Esto se indica claramente en el versículo del Evangelio: a menos que seáis como niños pequeños, no podéis entrar en el reino de Dios. - Gradualmente el ser humano debe liberarse de todo lo que lo vincula con el mundo físico. El Kamaloca es la condición en la que se emancipa de todo lo que lo encadena al mundo de los sentidos. En el mundo físico está completamente influenciado por la vida sensorial. Si una persona se somete completamente a sus sentidos, su vida en el Kamaloca será larga y difícil. Ordinariamente, la existencia en el Kamaloca dura aproximadamente un tercio de la duración de la vida terrenal. La vida pasada se alza ante el alma en forma de imágenes y seres que nos atormentan. En el Kamaloca todo se invierte: lo que solía satisfacernos, ahora es privación. La pasión ardiente provoca la sensación de seres horribles y escalofriantes. Y la sed ardiente predomina en todas partes. Cuanto más se libere un ser humano de la vida física antes de la muerte y más fácil sea su muerte, más fácilmente se acostumbrará al mundo sin los sentidos. En el caso de los suicidios, esto será lo más difícil de todo, porque fueron presa de una ilusión: no consideran que al separarse violentamente de la vida de los sentidos, quedarían atrapados por una codicia indescriptible por recuperar su cuerpo físico, que los obliga a mantenerse cerca del mundo físico. Un destino similar, aunque en una forma más débil, espera a aquellos que perdieron la vida de repente por algún accidente. Una muerte tan repentina también trae consigo una avidez por el mundo físico, por el cuerpo físico, pero más adelante esto será compensado en Devachan. Cuando el alma ha dejado de lado sus deseos terrenales, entra en el estado de existencia de Devachan.
La ciencia espiritual no pretende enseñarnos a alejarnos de la vida. El científico espiritual puede usar la siguiente comparación: el alma se parece a una abeja que revolotea por los prados buscando miel para traerla de vuelta a la colmena. Aquí en la tierra, el alma recoge la miel de la vida que deposita en el altar de la Divinidad después de la muerte. El alma nunca podría hacer esto sin una vida en el mundo físico.
Cuando el hombre se encarna y comienza a ver, al principio simplemente percibe a través de sus ojos. Poco a poco, el disfrute espiritual surge de esto. El placer físico se transforma en disfrute espiritual. El salvaje con solo unas pocas encarnaciones disfruta de los muchos colores y las impresiones sensoriales más simples. Con cada encarnación, sus sentidos se vuelven más refinados. - Si nunca hubiéramos disfrutado los colores sensualmente, nunca podríamos lograr el disfrute espiritual de los colores. El disfrute sensual es, por lo tanto, una desviación necesaria. Deberíamos disfrutar de la belleza del mundo físico. Del mismo modo, el amor sensual conduce gradualmente al más alto, más puro, amor espiritual. El alma debe transformar cada experiencia y llevarla al altar de la espiritualidad. Nada, realmente nada, se pierde. Sin la escuela de la sensualidad, nunca podremos alcanzar la espiritualidad. La Tierra no es un valle de lágrimas, es un lugar de encuentro y los seres humanos son, según dice la Biblia, mensajeros, Ángeles de Dios, enviados a recoger miel.
El ser humano atraviesa por un proceso de transformación. ¡Piensen en sus años de la infancia! ¡Cuántos pensamientos y conceptos les sobrevinieron y cuántos asimilaron! ¡Y cómo sus pensamientos y conceptos cambiaron al pasar de los diez a los veinte años! Su temperamento, en cambio sufre un modificación mucho más débil. Un niño apasionado seguirá siendo apasionado en la vejez. El temperamento está grabado en el cuerpo humano. Una persona colérica tiene una expresión bastante diferente, en el porte y el andar que una persona sanguínea, melancólica o flemática. Deberíamos esforzarnos, sobre todo, por cambiar nuestro temperamento al menos en cierta medida. Este era un entrenamiento de las Escuelas Ocultas. Toda la tendencia de la vida cambiaba en las Escuelas Ocultas. Lo esencial era transformar la voluntad.
Después de la muerte, nuestras conexiones y vínculos espirituales nos acompañan hasta el Devachan. Supongamos que dos personas entablan una íntima amistad que adquiere más y más carácter espiritual. Sin embargo, el cuerpo físico constituye un cierto obstáculo. En el Devachan, esta amistad encontrará su plena expresión y pureza.
Todo lo que el hombre ha absorbido de la vida en la tierra está incorporado internamente, implantado, espiritualizado. De esta manera, el hombre crea la forma en su cuerpo para su próxima encarnación, de lo que ha resuelto. En Oriente, se aplica el dicho: lo que piensas hoy, lo serás mañana. - Así es como trabajamos en cada realización para la siguiente. La próxima vez mostraré por lo que pasa la gente en el Devachan.
La vida en el Devachan no es una condición de sueño, ya que el ser humano no duerme en su paso por el mundo espiritual. Allí, su conciencia es mucho más alta, está más viva que aquí en la Tierra. En el Devachan todo aparece en una luz más fuerte. No perdemos a nuestros amigos en el Devachan; nuestras conexiones con ellos son simplemente de otro tipo: es una unión mucho más íntima y espiritual. El Devachan es un estado de existencia mucho más real que la vida terrenal.

Traduccion de Julio Luelmo junio 2017

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919