GA094 Leipzig, 3 de julio de 1906. -la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento

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RUDOLF STEINER

LA VIDA ENTRE LA MUERTE Y UN NUEVO NACIMIENTO.
Las imágenes del cuadro de la vida se convierten en fuerzas impresas en el cuerpo astral. El cuerpo causal. Consecuencias de la Vivisección. Disolución lenta del nombre del cuerpo astral. Las experiencias se transforman en habilidades en Devachan. El camino de regreso a la tierra. Formación del nuevo cuerpo astral y cuerpo etérico, Mahadevas y Lipikas.

Leipzig, 3 de julio de 1906.

sexta conferencia

Hoy estudiaremos al hombre desde la muerte hasta un nuevo nacimiento y veremos cómo lo que proviene de una vida pasada se implanta en la siguiente. Después de la muerte, el hombre deja su cuerpo físico y lo entrega a la Tierra como un cadáver. El cuerpo etérico, el cuerpo astral y el Ego se expanden fuera del cuerpo físico. Inmediatamente después de la muerte, se presenta ante el alma simultáneamente, toda la vida pasada, desde el nacimiento hasta la muerte, como una larga serie de imágenes. Pero esta panorámica de la memoria no se parece mucho a las experiencias que tuvimos aquí en la Tierra. Allí, nuestras experiencias estaban vinculadas con sentimientos e impresiones anímicas, el alma estaba internamente implicada en ellas. Ahora, sin embargo, todas esas experiencias confrontan al alma en una colección de experiencias externas y objetivas. Todo dolor, toda alegría que una vez estuvieron relacionados con ellas, ahora son mudas. Esa imagen de la vida se muestra ante el alma como si dijéramos bastante distante de ella. Le faltan los sentimientos y los estados de ánimo. Me veo a mí mismo, a mis familiares y amigos dentro de un panorama objetivo, un panorama de imágenes.
Esta panorámica se muestra ante el alma hasta que el cuerpo etérico se separa del cuerpo astral. El cuerpo etérico se convierte así, en el segundo cadáver que deja el ser humano. El cuerpo etérico se disuelve gradualmente en el éter universal del cosmos. Un clarividente para observar a una persona con sentimientos de ?? en esta condición, observará que su cuerpo etérico necesita mucho tiempo para poder disolverse. En el caso de un idealista, se disolverá muy rápidamente. Pero en el caso de un discípulo del ocultismo o incluso de un iniciado, después de la muerte apenas habrá disolución.
Después de la disolución del cuerpo etérico, el ser humano se compone de cuerpo astral y Ego. Las imágenes de su panorama vital son de gran importancia, ya que ahora se convierten en fuerzas que se hallaban imprimidas en el cuerpo astral. Se han auto transformado como si fueran algún tipo de alimento para el cuerpo astral.
De este complejo de fuerzas surge el cuerpo causal o yo espiritual, el quinto miembro del hombre. El cuerpo causal es lo que el hombre retiene durante todo el período del Devachan y a través de todas sus encarnaciones. Cuando el hombre se encarnó por primera vez, (en la actualidad, ya no se dan las mismas condiciones), solo constaba de cuatro partes: cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral y Ego. El cuerpo causal solo existía como un germen. Él lo tomó consigo hasta la siguiente encarnación. Y con cada encarnación el cuerpo causal va creciendo. Cada vez que las imágenes de la memoria quedan impresas en el cuerpo causal, lo enriquecen y lo hacen más complejo.
Después de pasar por el Kamaloca, el ser humano tiene su Ego y su cuerpo causal los cuales están envueltos por su cuerpo astral. Primero deben vivir toda su vida pasada a la inversa, experimentar hasta la más pequeña acción en todos sus detalles. Debe detenerse ante cada experiencia de su vida pasada y revivirla una vez más, a la inversa. Solo entonces puede entrar en el Devachan.
El hecho de que vivimos cada detalle de nuestra vida pasada en orden inverso, trae consigo que solo ahora podemos tener un verdadero conocimiento de nuestras propias acciones, ya que experimentamos sus efectos en nosotros mismos. En el caso de cada acción, ahora experimentamos la condición del alma de la persona contra quien se hizo la acción. Experimentamos los dolores y alegrías que causamos a otras personas, los experimentamos desde adentro. En el Kamaloca no hay nada que le hayamos hecho a otros que no se convierta en nuestra propia experiencia. Aquí debemos aplicar esta frase: cosecharás lo que sembraste.
Tomen un ejemplo que se aplica a esta experiencia retrospectiva: la vivisección. Esto está estrechamente relacionado con la dirección materialista de la ciencia moderna. La posición de la Edad Media habría considerado estúpido estudiar la vida cortando un cuerpo vivo y destruyéndolo en la vida. En aquél tiempo, muchas personas, y los médicos en particular, todavía eran clarividentes y, por lo tanto, podían ver a través del cuerpo físico. Pero este poder de visión se perdió y debido a que ya no podemos mirar en las profundidades internas del organismo humano, la gente comenzó a cortarlo y diseccionarlo. Pero la vivisección corta la vida. Después de la muerte, se activa el Karma, la ley de causa y efecto. La intención que conduce a la vivisección se deja al margen. El que lo lleva a cabo debe experimentar en sí mismo los resultados de sus actos. En el kamaloka ahora debe soportar y vivir cada dolor que infligió a un animal. Más tarde, la intención científica que lo llevó a viviseccionar se entrelazará con su Karma.
Todo lo malo que afecta a la personalidad del hombre queda pues iluminado. Este proceso finaliza, el ser humano abandona su cuerpo astral y lo deja como un tercer cadáver. Luego continúa viviendo con su Ego y su cuerpo causal. El cuerpo astral que ha dejado a un lado ya no es necesario para sus nuevos estados de existencia.
Echemos una vez más una mirada al efecto de la vida del Kamaloca sobre el alma. Si hemos herido a otra persona, debemos experimentar esta lesión en nosotros mismos en el Kamaloca, sentimos los mismos efectos que esta lesión produjo en el otro. Al pasar por esta experiencia, nos sirve de advertencia para la vida terrenal posterior. Nuestras experiencias en el Kamaloca son de un tiempo duradero y son excelentes para inscribirlas el alma fuertemente. El clarividente siempre puede percibir los cadáveres astrales en el plano astral, para disolverse lentamente.
Después el alma entra en el mundo devachanico. Allí, el ser humano puede elaborar todo lo que tomó consigo durante su existencia en el Kamaloca, todo lo que inscribió en el alma. En la región continental del Devachan, todas nuestras experiencias han cambiado las fuerzas. En la región atmosférica del Devachan experimentamos de nuevo todos los sentimientos y estados de ánimo que surgieron en nosotros. Los efectos de nuestros propios actos, los sentimientos y estados de ánimo que experimentamos, se derraman sobre nosotros convirtiéndose en capacidades. En la vida terrenal posterior, todas las experiencias que tenemos durante nuestra vida terrenal actual aparecen en forma de capacidades y talentos. Un sentimiento de felicidad sin restricciones está contenido en este proceso de transformación de experiencias en capacidades.
Cuando todo lo aglutinado en el cuerpo causal se ha transformado en capacidades, el hombre comienza a recorrer el camino que lo lleva de regreso a la Tierra. Es muy interesante observar clarividentemente estas almas que regresan a la Tierra. El clarividente puede ver en ellas formas, que se asemejan a las campanas que van a una velocidad increíble a través del plano astral en todas las direcciones. Estas formas surgen del hecho de que un ser humano que regresa debe rodearse de una nueva sustancia astral. Es una nueva sustancia astral que se reúne alrededor del núcleo del hombre y esto se puede comparar con el siguiente proceso: En una caja provista con un imán debajo hay limaduras de hierro. Las limaduras se organizan de acuerdo con la dirección de las fuerzas que salen del imán. El ser humano que regresa de Devachan, recoge la sustancia astral del plano astral desde muchas direcciones diferentes, y la sustancia se auto organiza de una manera que corresponde a su naturaleza individual. Esta condición de la velocidad de movimiento antes de entrar en una nueva encarnación dura solo poco tiempo, generalmente unas pocas horas. La forma de campana es general y contiene todos los tonos de color. En esta condición, el ser humano consiste en el Ego y en el cuerpo causal, y ahora debe formarse un nuevo cuerpo astral que se corresponda exactamente con lo que desarrolló en el Devachan; Toda su disposición obtiene así un color que corresponde a sus experiencias transformadas.
Después se debe agregar el nuevo cuerpo etérico. La sustancia astral parece venir disparada por sí misma para incorporarse a la estructura del hombre, pero no es lo mismo en el caso de la sustancia etérica. Hay Seres que, para empezar, no tienen nada que ver con la individualidad del hombre. Se llaman Mahadevas. También fuera del Devachan tienen un cierto significado en la vida humana. El hombre no domina su propio cuerpo en la misma medida en que piensa. Otros seres habitan en sus tres cuerpos y están activos dentro de ellos. El hombre solo alcanza plenamente su significado y es maestro del alma en la cuarta parte de su ser, en su Ego. Los mahadevas están entre esos seres que viven dentro del hombre; influyen en su cuerpo etérico y pueden darle al hombre el tipo correcto de cuerpo etérico. Luego, otros seres lo guían hacia sus padres y, de acuerdo con las condiciones hereditarias, a ese germen familiar y humano que mejor se adapte a las capacidades y cualidades del ser humano reencarnado.
Muy raramente, el nuevo ser humano encarnado encaja completamente en su cuerpo físico. Muchas deficiencias se deben al hecho de que él no encaja completamente en él, muchas deficiencias internas. En la actualidad solo es posible encontrar un cuerpo físico que se ajuste aproximadamente.
Cuando se ha encontrado el lugar adecuado para la encarnación, los Lipikas, Seres elementales, conducen al ser humano hacia una familia adecuada y solo en el momento de la concepción, el cuerpo astral se envuelve con el cuerpo etérico. Así como los Mahadevas están conectados con el cuerpo etérico, los Lipikas están conectados con el cuerpo físico. Todos estos procesos generalmente duran solo unos momentos.
Durante los primeros meses después de la concepción, solo el cuerpo causal está activo; alrededor de la séptima semana, el cuerpo etérico comienza a estar activo y, a partir del séptimo mes, las fuerzas del cuerpo astral comienzan a acercarse al ser humano.

Información complementaria.

Cuando los espiritistas creen ver al verdadero difunto, se exponen a dos posibles errores. Uno puede ser que tengan realmente una imagen akáshica frente a ellos, el otro que se forme una sombra del cuerpo etérico del médium a una aparición aérea, que a veces también puede ser percibida por aquellos que no son clarividentes. No se trata de una individualidad genuina, sino de una especie de sombra.

Me gustaría entrelazar aquí una historia espiritista. Un conocido espiritista, que siempre se enfadaba cuando oía algo sobre la reencarnación, sobre la re-incorporación, intentó una vez exorcizar a la Sra. Blavatsky de su círculo después de su muerte y le preguntó qué pensaba ahora sobre la reencarnación. La Sra. Blavatsky respondió que no había ninguna cuestión de reencarnación, que había engañado completamente a la gente y que ahora había multitudes que esperaban en vano esa reencarnación y que se lamentaba de haber afirmado tal cosa.

Ahora bien, este experimento bien puede basarse en la verdad en cierto modo. Debemos suponer que esto ocurrió cuando la Sra. Blavatsky ya no estaba en Kamaloka. Su sombra puede muy bien haber sido atraído a un círculo espiritualista. De hecho, cuando la señora Blavatsky escribió La Isis Desvelada, hacia los años setenta, no creía en la reencarnación ni en el karma; lo consideraba entonces imposible. Fue sólo más tarde que llegó a este punto de vista. Su individualidad, que había pasado al Devacán, su núcleo de ser, se llevó consigo este punto de vista, y el error se aferró a la sombra. La Sra. Blavatsky de aquella época habría respondido lo mismo en vida. El espiritista no trataba con la esencia de la señora Blavatsky, sino con la sombra.

En el momento en que esta estructura astral entra en un embrión humano naciente, no es totalmente visible para el clarividente durante un tiempo. Se interrumpe en el centro. Imagínenselo de esta manera:

En el ser humano ordinario se oscurece hasta los días 16, 17, 18 y a partir de entonces se aclara de nuevo. En el chela, esta estructura astral permanece luminosa en todas las etapas.

Por ejemplo, digamos que una persona abre un hospital con el deseo de brindar ayuda. Una vez logrado esto, lo deja pasar y ya no le importa este acto. Alguien más hace lo mismo, digamos por ambición, quizás para recibir una medalla. Los puntos de partida de estos actos son muy diferentes, pero la ayuda que aportaron es exactamente la misma.




Traduccion de Julio Luelmo junio 2017

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919