GA093a Berlín 27 de sepbre. de 1905 -fundamentos del esoterismo la aparición del guardián del umbral como el doble 2ª conferencia

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RUDOLF STEINER

la aparición del guardián del umbral como el doble

conf. 2
Berlín 27 de sepbre. de 1905

Hoy nos ocuparemos de tres ideas importantes conectadas con partes de la naturaleza humana. Se puede decir que estas forman hilos guía a través del mundo entero. Son las siguientes: Actividad o  Movimiento; Sabiduría, también llamada Palabra, y en tercer lugar la Voluntad. Cuando hablamos de actividad solemos referirnos a algo muy general. El esoterista, sin embargo, ve en la actividad el  fundamento de todo el universo tal como nos rodea. La forma original del universo es para el esoterista un producto de la actividad. Lo que está aparentemente completado es realmente una etapa de actividad continua, un punto de continuidad. El mundo entero está en actividad incesante. En realidad, esta
actividad es Karma.
Cuando hablamos del hombre, hablamos de su cuerpo astral como Karma, como actividad. En realidad, el cuerpo astral es la parte del ser humano que está más cerca de él. Lo que el hombre experimenta, de modo que diferencia entre bienestar y desgracia, felicidad y dolor, emana de su cuerpo astral. El amor, la pasión, la alegría, el dolor, los ideales, el deber, están ligados al cuerpo astral. Cuando se habla de alegría y tristeza, anhelos, deseos, etc., se habla del cuerpo astral. El hombre experimenta continuamente el cuerpo astral, pero el vidente percibe su forma. Este cuerpo astral está en continua
transformación. Al principio es indiferenciado, siempre y cuando el hombre no haya trabajado todavía en el. En nuestro tiempo, sin embargo, el hombre trabaja constantemente en él. Cuando distingue entre lo que está permitido y lo que está prohibido, trabaja en él a partir de su yo. Desde mediados de la Edad Lemuriana hasta la mitad de la Sexta Raza Raíz, el hombre trabaja sobre su cuerpo astral.
¿Por qué el hombre trabaja sobre el? Trabaja sobre su cuerpo astral porque, en la esfera de la actividad, cada actividad singular produce un efecto contrario. Si frotamos nuestra mano en la superficie de una mesa, la mano se calienta. El calor es el efecto contrario de nuestra actividad. Así pues, cada actividad llama a otra. A través del hecho de que ciertos animales emigraron a las oscuras cuevas de Kentucky ya no necesitaban su vista, sino sólo órganos sensibles del tacto, para poder encontrar su camino. El resultado fue que la sangre se retiró de sus ojos y se volvieron ciegos. Esto fue el resultado de su actividad, de su migración a las cuevas de Kentucky.
El cuerpo astral humano está en continua actividad. Su vida consiste en esto. En un sentido más estricto, esta actividad se denomina karma humano. Lo que hago hoy tiene su expresión en el cuerpo astral. Si le doy a alguien un golpe, eso es actividad y requiere contrarrestar ese golpe. Esto es equilibrar para restaurar la justicia-karmica. Cada acción requiere su acción contraria. Con esto se debe considerar el concepto de causa y efecto. En el karma siempre hay algo que necesita ser equilibrado; Siempre se exige algo más.
El segundo hilo guía en la naturaleza humana y en el universo es la sabiduría. Así como el karma tiene algo que necesita ser equilibrado, la sabiduría tiene algo de descanso, de equilibrio. Por tanto, también llamado ritmo. Toda sabiduría, según su forma, es ritmo. En el cuerpo astral puede haber mucha simpatía, por tanto hay mucho verde en el aura. Este verde fue llamado una vez como color complementario.
Originalmente, en lugar del verde,estaba el rojo, un instinto egoísta. Eso se ha transformado en verde a través de la actividad, el karma. En la sabiduría, en el ritmo, todo está terminado, equilibrado. En el hombre todo lo que es rítmico, lleno de sabiduría, está en el cuerpo etérico. El cuerpo etérico es, pues, lo que representa en el hombre la sabiduría. En el reposar del cuerpo etérico, el ritmo se mantiene.
El cuerpo físico representa realmente la voluntad. La voluntad, en contraste con el descanso absoluto, es el elemento creativo, lo que es productivo. Así tenemos el siguiente ascenso: en primer lugar el karma, la actividad, lo que hay que equilibrar; Segundo, la sabiduría, lo que se ha puesto en reposo; En tercer lugar la voluntad, tal sobreabundancia de vida que puede sacrificarse. Así, la actividad, la sabiduría y la voluntad, son las tres etapas en las que fluye todo el ser.
Estudiemos desde este punto de vista al ser humano tal como se presenta ante nosotros.
En primer lugar el hombre tiene su cuerpo físico. Tal como es en el presente, no tiene ninguna influencia sobre su cuerpo físico. Lo que el hombre es físicamente y lo que hace, provienen de fuerzas creativas del exterior. No puede por si mismo regular el movimiento de las moléculas de su cerebro; Ni puede por si mismo controlar la circulación de la sangre. En otras palabras, el cuerpo físico se construye independientemente del hombre y además se sostiene por la acción de otras fuerzas. Es como si sólo se le prestara. El hombre se encarna en un cuerpo físico construido para él por otras fuerzas. El cuerpo
etérico también está en cierto sentido construido por otros poderes. Por otra parte, el cuerpo astral está formado en parte por otros poderes y en parte por el propio hombre. La parte del cuerpo astral que es formada por el propio hombre se convierte en su karma. Lo que él mismo ha elaborado dentro del cuerpo astral, debe tener un efecto kármico. Esto es lo eterno, lo no transitorio en él. El cuerpo físico ha surgido a través del karma de otros seres; Pero la parte del cuerpo astral del hombre en la cual ha trabajado desde la Edad Lemurica, esta es su karma. Sólo cuando el hombre mediante su trabajo haya
transformado todo su cuerpo astral, habrá llegado al estado de libertad. Entonces todo su cuerpo astral es transmutado desde dentro. Él es entonces enteramente el resultado de su propia actividad, de su karma.
Si seleccionamos cualquier etapa particular de desarrollo siempre encontramos una parte del cuerpo astral del hombre que es su propia obra. Que, a pesar, de que es el resultado de su propio trabajo, también vive en el cuerpo etérico y en el cuerpo físico. En el cuerpo físico vive lo que el hombre ha hecho de sí mismo, a través del cuerpo físico que vive en el mundo físico. Sería incapaz de formarse conceptos sobre el mundo físico si no interactuase con él a través de sus órganos. Lo que el hombre experimenta en su cuerpo astral, lo construye dentro de sí mismo. En lo que observa en el mundo físico sus tres cuerpos están activos. Cuando, por ejemplo, ve una rosa, los tres cuerpos están ocupadas. Para empezar, percibe el color rojo. En esto se mantiene ocupado el cuerpo físico. En una cámara obscura la rosa causa la misma impresión. En segundo lugar, la rosa se concibe en el cuerpo etérico como una idea viviente. En tercer lugar, la rosa proporciona una sensación placentera a la persona y en ella el cuerpo astral está ocupado. Estas son las tres etapas de la observación humana. Aquí la parte más interna del hombre trabaja mediante los tres cuerpos en el mundo exterior. Lo que el hombre toma del mundo exterior, toma mediante estos tres cuerpos.
El deseo subyace en todas aquellas cosas en las que se involucra la actividad humana o karma. El hombre no tendría ninguna razón para estar activo si no tuviese deseos. Sin embargo, tiene el deseo de participar del mundo que le rodea. Por eso también llamamos a su cuerpo astral, cuerpo de deseos.
Existe una conexión interna entre la actividad del hombre y sus órganos. Necesita sus órganos tanto para los impulsos más bajos como para los más elevados. También los necesita en el arte. Cuando alguien ha concluido de absorber las cosas del mundo, no puede seguir dando un uso a sus órganos. Entre el nacimiento y la muerte el hombre se acostumbra a percibir el mundo a través de sus órganos. Después de la muerte, lo que él está acostumbrado a hacer debe ser dejado de lado lentamente. Si todavía desea hacer uso de sus órganos para percibir el mundo, entonces se encuentra en la condición
llamada Kamaloka. Es una condición en la que todavía existe deseo de percibir a través de los órganos, que sin embargo ya no están allí. Si después de la muerte una persona pudiera decir que ya no tiene ningún deseo de usar sus órganos, El Kamaloka ya no existiría para él. En el Devachán todo lo que el hombre percibía a su alrededor con sus órganos, allí se percibe desde dentro, sin órganos.
El Karma, la actividad del hombre a través del cuerpo astral, es algo que no ha alcanzado un estado de equilibrio. Sin embargo, cuando la actividad gradualmente entra en ese estado, se produce el equilibrio. Si uno golpea un péndulo, gradualmente alcanza un estado de equilibrio. Finalmente, todas las actividades que no han alcanzado un estado de equilibrio permanecen activas. Se pueden observar irregularidades poco numerosas, pero cuando son extremadamente numerosas se equilibran entre sí. Por medio de un instrumento, por ejemplo, se pueden observar las irregularidades causadas en una ciudad
por los tranvías eléctricos. En una pequeña ciudad, donde los tranvías son menos, el instrumento muestra continuamente oscilaciones fuertes, pero en una ciudad grande, donde el movimiento es mayor y más frecuente, el instrumento es mucho más silencioso, porque las muchas irregularidades se igualan. Así es también en el Devachan con cada irregularidad.
En el Devachan el hombre mira en su propio interior. Observa lo que ha tomado. Debe observar esto durante el tiempo que sea necesario para que alcance una condición rítmica.
Un golpe requiere un contragolpe; Pero sólo a través de muchos sucesos intermedios vuelve el contragolpe. Sin embargo, el efecto persiste durante el período intermedio. La interrelación entre el golpe y el contragolpe es elaborada en el Devachan y transformado en sabiduría. Lo que se ha elaborado y transformado en sabiduría se metamorfosea en el hombre en ritmo en contraposición con actividad. Lo que se ha transformado en ritmo pasa al cuerpo etérico. Después del Devachan uno se ha vuelto más sabio y mejor porque en el Devachan todas las experiencias han sido elaboradas. Esa parte del cuerpo astral, que como vibraciones ha sido elaborada en el cuerpo etérico, es inmortal.
Cuando un hombre muere, se conserva la parte del cuerpo astral que él ha trabajado y transformado, también la parte muy pequeña del cuerpo etérico sobre la que se ha trabajado; La parte restante del cuerpo etérico se disuelve en el éter cósmico. En la medida que se haya trabajado en esta pequeña parte, en esa misma medida su cuerpo etérico será inmortal. Por lo tanto, cuando regresa a una nueva encarnación encuentra de nuevo esta pequeña parte del cuerpo etérico. Lo que haya que añadir para completarlo determina la duración de su estancia en el Devachan.
Cuando un ser humano ha progresado tanto que ha transformado todo su cuerpo etérico, El Devachan ya no es necesario. Este es el caso del discípulo del ocultismo que ha perfeccionado su desarrollo y ha transformado su cuerpo etérico para que permanezca intacto después de la muerte y no tenga necesidad de pasar por el Devachan. Esto se llama la renuncia del Devachan. Es permisible dejar que alguien trabaje en el cuerpo etérico, solo cuando uno está seguro de que ya no traerá nada malo al resto del mundo; De lo contrario, ejercería sus nefastos instintos sobre él. Bajo hipnosis puede suceder que el hipnotizado promueva en el mundo los instintos dañinos del hipnotizador. En el caso de las personas normales, el cuerpo físico impide que el cuerpo etérico sea manipulado. Cuando, sin embargo, el cuerpo físico está en un estado de letargo, es posible poder trabajar sobre el cuerpo etérico. Si una persona hipnotiza a otra y le hace establecer instintos nocivos, éstos también permanecen con él después de la muerte.
Muchas de las prácticas de los magos negros consisten en crear criados voluntarios por este medio. Es regla de los magos blancos no permitir que nadie exponga su cuerpo etérico a ser manipulado a menos que sea por alguien cuyos instintos han pasado a través de la catarsis. En el cuerpo etérico prevalecen el descanso y la sabiduría. Cuando algo malo entra en él, este elemento del mal viene a descansar y por lo tanto perdura.
Antes de que el ser humano como discípulo sea conducido a ese punto en el que por su propia elección pueda trabajar en su cuerpo etérico, debe por lo menos, en cierta medida, ser capaz de evaluar el karma para lograr el auto-conocimiento. Por lo tanto, la meditación no debe emprenderse sin el auto-conocimiento constante, la auto-observación. Por este medio, en el momento justo el hombre contemplará el Guardián del umbral: el karma que todavía tiene que pagar. Cuando uno alcanza esta etapa en condiciones normales, significa meramente el reconocimiento de su karma todavía existente. Si empiezo a trabajar en mi cuerpo etérico, debo ponerme como objetivo equilibrar mi karma restante.
Puede suceder que el Guardián del umbral aparezca de una manera anormal. Esto ocurre cuando una persona está tan fuertemente atraída por una vida particular entre el nacimiento y la muerte, que debido al muy pequeño grado de actividad interior no puede permanecer lo suficiente en el Devachan. Si alguien se ha acostumbrado a mirar demasiado hacia fuera, no tiene nada que ver dentro. Luego regresa pronto a la vida física. Sus deseos permanecen presentes, el breve Devachan se acaba pronto, y cuando
regresa, la forma colectiva de sus deseos anteriores aún existe en el Kamaloka; Se topa con esto también. Se encarna. El viejo cuerpo astral se mezcla entonces con el nuevo. 
Este es su karma anterior, el Guardián del umbral. Él entonces tiene su karma anterior continuamente delante. Esta es una forma específica del doble.
Muchos de los papas de la notoria época papal, como por ejemplo Alejandro VI, han tenido un doble en su siguiente encarnación. Hay personas, y en la actualidad esto no es infrecuente, que tienen su naturaleza inferior anterior continuamente al lado de ellos. Esa es una clase especial de locura. Se volverá cada vez más fuerte y más amenazante, porque la vida materialista se vuelve cada vez más generalizada. Muchas personas que ahora se entregan completamente a la vida materialista en su próxima encarnación tendrán la forma anormal del Guardián del Umbral a su lado. Si ahora la influencia de la espiritualidad no fuera ejercitada con fuerza, surgiría una especie de visión epidémica del Guardián del Umbral como resultado de la civilización materialista. La tendencia neurótica de nuestro siglo es precursora de esto. Es una especie de perderse en la periferia. Todos los neuróticos de hoy serán acosados por el Guardián del Umbral en su próxima encarnación. Serán perseguidos por las dificultades de una encarnación demasiado temprana, una especie de nacimiento cósmico prematuro. Lo que tenemos que esforzarnos en la Teosofía es un tiempo suficientemente largo en el Devachan, para evitar las encarnaciones demasiado tempranas.
Desde este aspecto debemos considerar la entrada de Cristo en la historia del mundo.
Anteriormente, cualquier persona que deseaba lograr una vida en Cristo tenía que entrar en una escuela de Misterio. Allí se inducía en un estado de letargo el cuerpo físico y sólo a través del sacerdocio purificado podría agregarse al cuerpo astral lo que todavía era necesario para su purificación. Esto constituía la iniciación.
Pero a través de la venida de Cristo al mundo, se hizo posible que un hombre que se sintiese atraído hacia Cristo pudiera recibir de él algo que pudiese ocupar el lugar de esta antigua forma de iniciación. Siempre es posible que alguien a través de la unión con Cristo pueda conservar su cuerpo astral en una condición tan purificada que sea capaz de trabajar en su cuerpo etérico sin hacer daño al mundo. Cuando uno tiene esto en mente, la expresión "expiación a través de la muerte" recibe otro significado. Esto es lo que significa la muerte expiatoria de Cristo. Antes de esto, la muerte en los Misterios tenía que ser sufrida por todos los que deseaban obtener la purificación. Ahora el Cristo sufrió por todos,
de modo que a través de la iniciación histórica mundial se ha creado un sustituto para la antigua forma de iniciación. A través del cristianismo se ha producido mucho que es de naturaleza común, que antes no era común. El poder activo de esta sustitución se expresa en el hecho de que a través de la visión interior, a través del verdadero misticismo, es posible la comunión con Cristo. Esto también se ha incorporado en el lenguaje. El primer iniciado cristiano en Europa, Ulfilas, él mismo lo encarnó en lengua alemana, en ese hombre encontró el "Ich" dentro de él. Otros idiomas expresaron esta relación a través de una forma especial del verbo, en latín por ejemplo la palabra "amo", pero el idioma alemán le agregó el Ich. 'Ich' es J. Ch. = Jesucristo. Fue con la intención de que esto se introdujese en el idioma alemán. Los iniciados han creado el lenguaje. Así como en sánscrito el AUM expresa la Trinidad, también tenemos el signo ICH para expresar el ser íntimo del hombre. De este modo se creó un punto central donde las emociones tumultuosas del mundo se pueden transformar en ritmo. El ritmo debe ser inculcado en ellas a través del Ich. Este punto central es literalmente el Cristo.
Todas las naciones occidentales han desarrollado actividad, deseos apasionados. Un impulso debe venir del Oriente para traerles una condición más tranquila. Ya hay un precursor de esto en el libro de Tolstoi, 'No hacer nada'. En la actividad de Occidente encontramos el caos en muchas esferas. Esto va continuamente en aumento. La espiritualidad de Oriente debería traer un punto central al caos de Occidente. Lo que durante largos períodos de tiempo tuvo su función como karma, pasa a la sabiduría. La sabiduría es la hija del karma. Todo karma encuentra su compensación en la sabiduría. Un iniciado que ha alcanzado una cierta etapa de desarrollo se llama un Héroe del Sol, porque su ser interior se ha vuelto rítmico. Su vida es una imagen del sol que en su curso rítmico atraviesa los cielos.
La palabra 'Aum' es el aliento. El aliento está relacionado con la palabra como el Espíritu Santo lo está con Cristo, como el Atma es al Yo.
Traducido por J.Luelmo feb.2016

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919