GA093a Berlín 28 de sepbre. de 1905 -fundamentos del esoterismo etapas de conciencia en los tres reinos mineral, vegetal, y animal 3ª conferencia

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RUDOLF STEINER

etapas de conciencia en los tres reinos mineral, vegetal, y animal

conf. 3

Berlín 28 de sepbre. de 1905

Hay tres elementos en la evolución que deben ser diferenciados: la forma, la vida y la conciencia. Hoy hablaremos de los diferentes tipos de conciencia.
Podemos considerar las plantas y los animales inferiores como los medios por los cuales los seres superiores extienden sus sentidos por el mundo para contemplar este mundo a través de ellos. Empecemos a partir de los órganos sensoriales de las plantas. Cuando hablamos de estos, debemos tener claro que no sólo estamos tratando con los órganos sensorios de las plantas individuales, sino con seres de los mundos superiores. Las plantas son, por así decirlo, sólo los tentáculos que son extendidos por los seres superiores; A través de los cuales, Ellos obtienen información.
Todas las plantas tienen células, muy especialmente en la punta de la raíz, aunque también en otros lugares, en las que se encuentran gránulos de almidón. Incluso en otras plantas que no contienen almidón, estos gránulos de almidón aparecen en las puntas de las raíces. Los miembros de la familia del lirio, por ejemplo, que por otra parte no contienen almidón, poseen estos gránulos de almidón en las células unidas a las raíces.
Estos gránulos de almidón están sueltos y móviles, y el punto importante es si están situados en un lugar u otro.
Cada vez que una planta se gira aunque solo sea ligeramente, un gránulo de almidón cae hacia el otro lado. Esto la planta no puede soportarlo. Entonces gira de nuevo de tal manera que los gránulos vuelven a su posición correcta. Y estos gránulos de almidón en realidad están situados en una relación simétrica con la dirección de la gravedad de la tierra. La planta crece hacia arriba porque detecta la dirección de la gravedad. Al observar los gránulos de almidón en las puntas de las raíces, aprendemos a reconocer una especie de órgano sensorial. Esto para una planta es el sentido de la gravedad. Este sentido pertenece no sólo a la planta, sino al alma de toda la tierra, que ordena el crecimiento de la planta de acuerdo con este sentido.
Esto es de importancia primordial. La planta toma su dirección de acuerdo con la gravedad. Ahora bien, si uno toma una rueda, por ejemplo una rueda de agua, en la que las plantas pueden ser insertadas, y gira la rueda junto con las plantas, otra fuerza se agrega a la fuerza de la gravedad: una fuerza giratoria. Esto está ahora en cada parte de la planta, y sus raíces y tallos crecen en la dirección de la tangente de la rueda, en la dirección de la fuerza tangencial, no de la fuerza de la gravedad. De acuerdo con esto, los
gránulos de almidón ajustan su posición.
Consideremos ahora el oído humano. Al principio tenemos el canal auditivo externo, luego el tímpano y en el oído interno los pequeños huesos auditivos: martillo, yunque y estribo - huesos muy diminutos. La audición depende de estos pequeños huesos que provocan la vibración de los otros órganos. Además encontramos tres canales membranosos semicirculares alineados según las tres dimensiones. Cada uno de ellos está llenos de líquido. Luego, más allá encontramos dentro del oído, el laberinto, una estructura en forma de una concha de caracol, llena de pequeños cabellos muy finos. Cada uno de ellos está afinado, como las cuerdas de un piano, a un tono particular. El laberinto está conectado con el nervio auditivo que va al cerebro.
Los tres canales semicirculares son especialmente interesantes. Están en relación unos con otros en las tres direcciones del espacio. Están llenos de pequeños otolitos, similares a los gránulos de almidón de la planta. Cuando en dichos otolitos se produce una perturbación, una persona no puede sostenerse erguida o caminar en posición vertical. Si se produce un desmayo, el flujo de sangre a la cabeza puede causar una perturbación en los tres canales. El sentido de la dirección en el hombre depende de estos tres canales semicirculares. Este es el mismo sentido del equilibrio que en la planta, se localiza en las
puntas de las raíces. Lo que ocurre en las puntas de la raíz de las plantas, en el ser humano se desarrolla arriba en la cabeza.
Al inspeccionar toda la evolución: de la planta, del animal y del hombre, se descubren relaciones definidas entre ellos. La planta se invierte en el hombre. La dirección del animal se encuentra a medio camino entre ambos. La planta ha hundido sus raíces en la tierra y dirige sus órganos sexuales hacia arriba hacia el sol. Si giramos la planta a medio camino tenemos el animal. Si lo volvemos a la derecha, tenemos al hombre. Ese es el significado original de la cruz; reino vegetal, reino animal, reino humano. La planta hunde sus raíces en la Tierra. El animal es la planta medio invertida. El hombre es la planta completamente invertida. Por eso Platón dice: "El Alma del Mundo está estirada en la Cruz del Cuerpo del Mundo".
En la planta el órgano de dirección se encuentra en las puntas de las raíces. En el hombre está en la cabeza. Lo que en el hombre es la cabeza, en el caso de la planta es la raíz. La razón, por la qué en el hombre el sentido de la dirección está conectado con el sentido del oído, es porque el oído es el sentido que eleva al hombre a un reino superior. La última facultad que debe alcanzar el hombre es la facultad de hablar. Una vez más, el habla está conectada con el porte vertical, que sin el sentido de la dirección o el equilibrio no sería posible. El sonido que el hombre produce a través del habla es el complemento activo del sentido pasivo del oído. Lo que en la planta es simplemente un sentido de orientación se ha convertido en el sentido del oído, que lleva en sí el viejo sentido de la orientación en los tres canales semicirculares, que están dispuestos de acuerdo con las tres dimensiones del espacio.
Todo ser posee conciencia. Esto también es cierto para la planta, pero su conciencia está en el plano del devachan, en el plano mental. Un diagrama de la conciencia de la planta tendría que hacerse de la siguiente manera: Las plantas también pueden hablar y contestarnos, sólo debemos aprender a observarlas en el plano mental. Allí nos dicen sus propios nombres.
La conciencia del hombre llega hasta el plano físico. Aquí su conciencia depende del mismo órgano con el cual la planta se afirma en la tierra. Primero aprendemos a conocer al hombre en el verdadero  sentido, cuando vemos cómo elabora el habla y en el habla la palabra 'Ich' (YO). Este Yo tiene sus raíces en el plano mental. Sin la facultad de pronunciar la pequeña palabra "yo", podríamos considerar la forma humana como la de un animal.
La planta tiene sus raíces en el plano mental y el hombre por medio de su órgano auditivo es un habitante del plano mental. Es por eso que conectamos el 'Es denkt' ('piensa') con el habla. El oído es el sentido de la dirección desarrollado un nivel más alto. Porque el hombre en relación con la planta ha invertido su posición y se ha vuelto de nuevo al espíritu, tiene en el órgano del oído el viejo residuo del sentido de la dirección. Se da a si mismo dirección. Son, por tanto, dos tipos opuestos de conciencia: la conciencia de la planta en el plano mental y aquí, en el plano físico, la conciencia del hombre, que lleva su ser desde el mundo mental al mundo físico. Esta conciencia terrenal del hombre se llama Kama-manas.
Cada uno de los órganos de los sentidos tiene una conciencia propia. Estas diferentes formas de conciencia, la conciencia de lo visible, lo audible, el sentido del olfato, etc., se reúnen en el alma. La conciencia sólo se vuelve "manásica" cuando sus formas separadas se reúnen en el centro del alma. Sin esta integración, el hombre se desmoronaría en la conciencia de sus órganos. Éstos fueron formados originalmente a través del plexo solar, a través del sistema nervioso simpático. Cuando el hombre mismo era una especie de planta, él tampoco era consciente en el plano físico. En ese momento la conciencia superior desarrolló primero los órganos. En una condición de trance profundo la conciencia central es silenciada. Entonces los órganos por separados son conscientes y la persona comienza a ver con la boca del estómago y el plexo solar. Tal tipo de conciencia era la que tenía la vidente de Prevost. Ella describía correctamente formas de luz que, sin embargo, sólo podían ser observadas por la conciencia de los órganos. La conciencia más baja es la de los minerales. Una conciencia algo más centralizada, como la conciencia del hombre actual, es la conciencia astral. El desarrollo de la conciencia en todo el cuerpo astral encuentra su expresión en la médula espinal. Entonces una persona percibe el mundo en imágenes. Sólo aquellas personas cuyo cerebro físico no opera tienen tal conciencia. Los idiotas, por ejemplo, ven el mundo en imágenes; Su vida del alma es análoga a la vida onírica. Sólo pueden decir que no saben nada de lo que está sucediendo a su alrededor. Otros seres en el mundo tienen una conciencia similar.
Cuando alguien desarrolla la conciencia astral, de modo que experimenta los sueños conscientemente, puede emprender lo siguiente: Supongamos que estamos en condiciones de desarrollar esta conciencia e imaginarnos de pie ante la flor llamada Venus Fly Trap. Si nos fijamos en ella lo suficiente y dejamos que actúe sobre nosotros muy exclusivamente, llega el momento en que tenemos la sensación de que el centro de la conciencia se hunde desde la cabeza y se arrastra hacia la planta. Uno es entonces consciente en la planta y ve el mundo a través de ella. Uno debe transferir su conciencia, a la planta. Entonces uno se da cuenta de cómo las cosas aparecen a la percepción astral de este ser. Entonces uno experimenta esta alma. La conciencia de una planta sensible es bastante similar a la de un idiota; No es una conciencia puramente mental. Tal planta ha llevado la conciencia al plano astral. Así pues, hay dos tipos de plantas; Aquellas que sólo tienen su conciencia en el plano mental, y las que la tienen también en el plano astral.
Ciertos tipos de animales también tienen una conciencia en el plano astral, que es también el plano de la conciencia del idiota. Helena Petrovna Blavatsky menciona especialmente ciertos insectos nocturnos de la India, polillas nocturnas. Las arañas también tienen una conciencia astral; las delicadas telas de araña están en realidad extendidas en el plano astral. Las arañas son simplemente los instrumentos de la actividad astral. Las hormigas también, como las arañas tienen una conciencia en el plano astral. Allí los montones de hormigas tienen su alma. Esta es la razón por la cual el comportamiento de las hormigas está regulado de manera tan precisa .
Los minerales también tienen conciencia. Esta se halla en el plano mental superior, en regiones más altas que las plantas. Blavatsky la llama conciencia Kama-prana. El hombre también puede alcanzar esta consciencia más tarde, manteniendo inalterado su estado actual de conciencia. Entonces ya no necesita entrar en un cuerpo físico, ya no necesita encarnarse. Las piedras están por debajo en el plano físico y su conciencia está en las regiones superiores del plano mental. Los cristales se ordenan desde arriba. Cuando un hombre es capaz de elevar su conciencia a este nivel, entonces forma su cuerpo físico por sí mismo al margen de los minerales del mundo.
Las tres partes del cerebro (el pensar, el sentir, el querer o, la voluntad) deberán en el futuro funcionar por separado completamente. Entonces la conciencia del hombre deberá dominar su cerebro, como un montón de hormigas que es gobernado por una conciencia superior. Pero lo mismo que en el montón de hormigas, uno puede separar a los trabajadores, los machos y las hembras, de igual modo puede tener lugar en el cerebro, en un futuro más adelante, una separación completa en tres partes también. Entonces el hombre se convierte en un espíritu planetario, un creador que hace que las cosas sean.
Así como el Espíritu de la Tierra construye la corteza de la tierra, cuando haya alcanzado esa etapa también el hombre entonces construirá un planeta. Para ello debe tener una conciencia Kama-pranasica. Hoy sólo tiene una conciencia Kama-manásica. Esto consiste en la conciencia de los órganos saturados, impregnados de entendimiento (Manas). La conciencia se vuelve, como dice Blavatsky, racionalizada. El proceso de racionalización se produce durante el ascenso desde el animal al hombre. La consciencia de los órganos por sí misma puede reconocer el objetivo, pero no conoce los medios por los cuales puede lograrse. La conciencia racionalizada puede dirigir los medios. Blavatsky dice muy acertadamente: "Un perro, por ejemplo, que está encerrado en una habitación tiene el instinto de salir, pero no puede hacerlo porque su instinto no está todavía suficientemente imbuido de entendimiento para permitirle tomar las medidas necesarias; Mientras que el hombre inmediatamente capta la situación y se libera a sí mismo ". Por lo tanto, diferenciamos con Blavatsky:
1. La conciencia orgánica que poseen los órganos.
2. La conciencia astral que poseen animales, ciertas plantas e idiotas.
3. La conciencia kama-pranasica de las piedras, que también será alcanzada más tarde por el hombre.
4. La conciencia kama-manásica, dependiente de la comprensión.
De esta manera uno debe diferenciar a los miembros de la cruz de la existencia del mundo.
El verdadero significado de la cruz es infinitamente profundo. Las viejas epopeyas también son representaciones, sacadas de tales profundidades. Las viejas epopeyas han prestado un gran servicio al alma humana, siempre y cuando el hombre en tiempos anteriores pudiera entender sus verdades en su vida del sentimiento. Un ejemplo de esto es la antigua saga de la esfinge. La esfinge propuso la adivinanza: Por la mañana va sobre cuatro, a mediodía sobre dos y por la noche sobre tres. ¿Que es eso? Es el hombre. Para empezar, en la mañana de la tierra, el hombre en su estado animal fue a cuatro patas. Los miembros delanteros eran en ese momento órganos de movimiento. Luego se incorporó a la posición vertical. El sistema de las extremidades se separó en dos categorías y los órganos se dividieron en órganos físico-sensibles y órganos espirituales. Luego siguió sobre dos. En un futuro lejano los órganos inferiores caerán y también la mano derecha.
Solamente la mano izquierda y la flor de loto de dos pétalos permanecerán. Luego sigue sobre tres. Por eso el ser humano de Vulcan cojea. Sus piernas están en retroceso; Dejan de tener significación. Al final de la evolución, en la metamorfosis vulcana de la Tierra, el hombre será el ser de tres miembros que la saga indica como el ideal.

Traducción de J.Luelmo feb.2016

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